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Capitulo nueve: la chica.

El sonido de la lluvia golpeando contra el cristal fue lo primero que recibió Jeongin al abrir los ojos.  Un suave resplandor grisáceo iluminaba la habitación.  Se giró ligeramente, observando a Hyunjin dormido a su lado, la respiración lenta y profunda.  El cabello rubio le caía sobre la frente, enmarcando un rostro relajado, casi infantil en su vulnerabilidad.  ¿Cuánto tiempo había pasado desde que había despertado así, con la tranquilidad de la cercanía de Hyunjin, sin la opresión del estrés y la incertidumbre? La sensación era tan inusual como reconfortante.

Se levantó con cuidado, intentando no despertar al otro.  El silencio de la mañana era profundo, roto solo por el ritmo monótono de la lluvia.  Después de una ducha rápida, se puso una camiseta grande de Hyunjin, el aroma familiar del hombre llenando sus sentidos.  Salió al salón, el suave calor de la casa un contraste con la fría humedad del exterior.

Se preparó un café, el aroma fuerte despertando sus sentidos mientras observaba su teléfono sobre el sofá.  Varias llamadas perdidas de un número desconocido centelleaban en la pantalla.  Con una mezcla de curiosidad y aprensión, marcó el número.

—¿Bueno?— una voz masculina, ligeramente tensa, respondió al otro lado.

—Innie, soy yo…,— la voz tembló ligeramente. Jeongin sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal.  Su cuerpo temblaba levemente.  —Escucha, la gerente de la empresa me dijo que te fuiste… y…— la voz se cortó, presa de una mezcla de culpa y desesperación. Jeongin negó con la cabeza, aunque la otra persona no podía verlo. 

—Deja de molestarme.  No quiero nada que ver contigo.  No me busques más.

La voz al otro lado intentó protestar, pero Jeongin cortó la llamada bruscamente.  Bloqueó el número sin dudarlo, un suspiro escapando de sus labios.  El peso de la conversación, del recuerdo, le caía como una losa en el pecho.

Justo en ese momento, la puerta se abrió con un golpe.  Jake entró, con una sonrisa amplia y una mirada traviesa.

—¡Hyunjin! ¡Mira quién vino a visitarnos!— exclamó, su voz llena de alegría.

Jeongin permaneció en silencio, observando con incredulidad la escena que se desarrollaba ante él.  Jake se quedó callado al ver a Jeongin.

—Oh, hola. Jeongin,—dijo Jake, su tono cambiando a uno más formal y cauteloso.

En ese instante, Hyunjin apareció en el pasillo, con un pijama de cuadros y el cabello revuelto.  Tras él, una mujer de cabello negro se asomó tímidamente, saludando con un simple

—Hola, Hyunjin...

¿Por qué de todas las personas, ella?

La expresión de Jeongin cambió dramáticamente.  El suave resplandor de la mañana se desvaneció, sustituido por una sensación de fría desazón.  Sin decir una palabra, tomó su teléfono, dejando la taza de café sin terminar sobre la mesa.  Se dirigió hacia la puerta, casi tropezando en su prisa por escapar de aquella escena demasiado familiar, demasiado incómoda. 

—Jeongin— la voz de Hyunjin resonó tras él, pero Jeongin no se detuvo.

Jeongin salió corriendo, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho.  Entró rápidamente a su departamento, su propia llave abriendo la puerta con un clic metálico que resonó en el silencio de la mañana.  Se apoyó contra la puerta, respirando con dificultad, el cuerpo temblando por una mezcla de ira, dolor y confusión.

Unos minutos después, escuchó un golpe suave en su puerta. Suspiró un instante antes de abrirla.  Hyunjin estaba allí, su rostro una máscara de preocupación y arrepentimiento.

—Jeongin —dijo Hyunjin, su voz suave y suplicante.  —Por favor, déjame explicarte.

Jeongin negó con la cabeza, su voz apenas un susurro. 

—Vete a tu departamento.  No hagas esto más humillante para mí.

Hyunjin dio un paso adelante, intentando alcanzarlo, pero Jeongin se alejó, negándose a dejar que Hyunjin lo tocara.

—No la he visto en mucho tiempo—  explicó Hyunjin, su voz cargada de angustia.  —Ella...

Jeongin se encogió de hombros, su mirada fija en los ojos de Hyunjin. 

—No me debes explicaciones.  Por favor, vete....

—No, escúchame hace rato que no la veía y...

—Hyunjin, no somos nada es tu maldito problema lo que hagas, no me interesa —Se quejó el menor y Hyunjin...

—¿Y lo de anoche?

—Solo un acoston, ten un lindo día, nos vemos en el trabajo —Se quejó cerrando la puerta y dejando a Hyunjin de pie en la puerta quien rápidamente se dirigió a su departamento.

—¿Qué haces aquí? —Imvestigó Hyunjin para luego mirar a Jake —¿Por qué la trajiste?

—Jake me dijo que estabas triste, y como ya nos habíamos hablado por vídeo llamada pensé y si lo voy a visitar...

—Estoy bien, o estaba completamente bien...

—Creí que habías superado el tema de tu ex, ¿Que hacía aquí? —Soltó la pelinegra y hyunjin negó.

—No es tu asunto, ahora largo los dos de mi departamento, necesito pensar...

—Seguro, estaré unos días por acá, nos vemos amorcito...

—Te he dicho que no me llames así...

—eso era cuando tenías novio, ahora estás soltero ¿No? —Soltó la pelinegra antes de irse y Jake lo observó

—Lo lamento, no sabía que habías metido a Jeongin a tu departamento, yo...

—Eso no importa, dame la llave, de ahora en adelante tocas o me llamas...

—Bien...

(****)

Jeongin se encontraba en el estudio luego de que aprobarán los dos capítulos principales de la animación,  fue en eso cuando una pelinegra que el conocía bastante bien apareció en su campo de visión.

—oh, hola; no sabía que trabajabas aquí... Busco a Hyunjin, seguro me conoces soy...

—Soyeon —Soltó y la pelinegra asintió.

—Si, exacto en fin lo estoy buscando hice una reservación en un restaurante de sushi y...

—A Hyunjin no le gusta el sushi —Susurró y soyeon alzó una ceja

—¿Qué dijiste?

—Dije que no lo he visto, yo solos soy director de arte...

—¿Estas celoso y por eso no me quieres decir?

—¿Y a ti el maquillaje te fundió el cerebro? Ya te dije que no se...

—Yo te conozco, se la clase de persona que eres y se también que no mereces a Hyunjin, no voy a mentir me sorprendió verte ayer en su casa, después de todo lo que el y yo pasamos juntos, las noches juntos para que el volviera a ti, soy más guapa que tú, tengo estabilidad económica, soy ardiente... ¿Que tienes tú que no tenga yo?

—Una polla —Bromeo y la pelinegra se quejó.

—Sabes que Hyunjin ya está harto de ti, no te quieres eres un peso sobre el, siempre que está contigo ambos salen heridos ya deja de creer que Hyunjin te necesita es un adulto y necesita alguien con más confianza en si mismo, que un niño que no sabe lo que quiere, no te ofendas pero desde que te conocí supe que no durarían mucho, ahora hazme el favor y deja el camino libre, para las personas que si sabemos lo que queremos...

Jeongin sintió como su cuerpo temblaba, enojo, tristeza y algo de culpa ¿Acaso ella tenía razón?¿Hyunjin ya estaba harto de el? Simplemente sonrió y salió del estudio dejándola sola, suspiró y rápidamente fue al baño, sintiendo una lágrima correr por su mejilla.

—innie...

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