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Capitulo dieciocho: el secreto

Jeongin abrió los ojos lentamente, sintiendo el parpadeo de la luz del hospital y el sonido constante de las máquinas a su alrededor. Su mente estaba nublada, como si hubiera estado sumido en un sueño profundo. A su lado, escuchó un sollozo suave y familiar. Giró la cabeza con esfuerzo y vio a su madre, con lágrimas en los ojos, inclinada sobre su cama.

—¿Mamá? —preguntó Jeongin con una voz ronca, esforzándose por recordar dónde estaba y qué había sucedido.

Su madre levantó la vista, sus ojos llenos de alivio y dolor al mismo tiempo.

—Oh, gracias a Dios, estás bien —dijo ella, limpiándose las lágrimas con la mano.

Jeongin sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. La preocupación lo invadió de inmediato.

—¿Y Hyunjin? —preguntó con ansiedad—. ¿Dónde está él?

Su madre tomó una profunda respiración, tratando de calmarse antes de responder.

—Está en otra sala, cariño. Se está recuperando —dijo, intentando transmitir tranquilidad.

El corazón de Jeongin se aceleró al escuchar eso. Se incorporó un poco en la cama, sintiendo la presión en su pecho.

—¿Está bien? —preguntó, su voz temblorosa—. ¡Quiero verlo!

—Jeongin, por favor, cálmate —le pidió su madre—. Necesitas descansar. Cuando te sientas mejor, podrás ir a verlo.

Jeongin dejó caer la cabeza en la almohada, sintiendo que el mundo se desmoronaba a su alrededor. Suspiró profundamente, luchando contra la ansiedad que lo invadía.

Esa misma noche, mientras las luces del hospital parpadeaban suavemente, la puerta se abrió. Jeongin levantó la vista y vio a su padre entrar. Rodó los ojos, sintiendo una mezcla de frustración y resignación.

—Lo siento, hijo —dijo su padre mientras se sentaba en una silla cercana—. Perdóname.

Jeongin alzó una ceja, sorprendido por la súbita vulnerabilidad de su padre.

—No sabía todo lo que había pasado para juzgarte —continuó su padre—. Quiero hacer las cosas bien ahora. Si me odias, lo entenderé.

Jeongin lo miró fijamente. Había crecido con la imagen de una familia perfecta en su mente, pero todo se había desmoronado cuando su padre decidió contratar a alguien para manipular sus sentimientos.

—Me criaron de una manera donde tenía una familia perfecta —respondió Jeongin con voz firme—. Pero cuando hiciste eso… esa confianza se rompió. No te odio lo suficiente como para desearte algo malo, pero solo quiero que entiendas que necesito confianza.

Su padre asintió lentamente, comprendiendo el peso de sus palabras.

—Entiendo —dijo finalmente—. Y quiero que sepas que no voy a interferir más en tus decisiones. Solo quiero que seas feliz.

Jeongin sintió un ligero alivio al escuchar eso. Pero había algo más que necesitaba decir.

—Y por favor, deja de odiar a Hyunjin. Él me hace feliz —dijo con sinceridad.

Su padre chasqueó la lengua, pero había una aceptación en su mirada.

—Lo intentaré —respondió—. Es tu decisión, después de todo.

Dos días después, Jeongin fue dado de alta del hospital. Al salir de su habitación, sintió un torrente de emociones encontradas. Entonces, allí estaba Hyunjin, esperándolo en el pasillo. Ambos se miraron en silencio durante un momento que pareció eterno. Sin poder contenerse más, Jeongin se acercó y lo abrazó con fuerza.

—¿Me extrañaste? —preguntó Hyunjin con una sonrisa al notar el abrazo.

Jeongin asintió, sintiendo cómo la calidez del cuerpo de Hyunjin disipaba sus miedos.

—No me dejaban verte —respondió, sintiendo un nudo en el estómago.

Hyunjin sonrió aún más ampliamente y tomó la mano de Jeongin.

—Vamos a caminar —sugirió.

Mientras caminaban juntos por el pasillo del hospital, Jeongin notó cómo el aire fresco del otoño comenzaba a filtrarse por las ventanas.

—Estamos por entrar a otoño —comentó Jeongin, disfrutando del momento.

Hyunjin asintió, y después de un breve silencio, Jeongin se atrevió a formular una pregunta que había estado rondando en su mente.

—Si alguna vez me llegas a proponer matrimonio… —empezó Jeongin.

Hyunjin completó la frase con una sonrisa traviesa: —Que sea en invierno.

Las mejillas de Jeongin se sonrojaron al instante y se sintió un poco avergonzado por haber mencionado eso. Pero Hyunjin continuó hablando con ternura.

—Recuerdo que ya te lo había dicho cuando estábamos en Nueva York y nunca lo olvidé —dijo Hyunjin con sinceridad.

Jeongin lo miró sorprendido.

—¿Cómo puedes recordar eso? —preguntó incrédulo.

—Nunca olvido las cosas sobre ti —respondió Hyunjin—. Solo trataba de no recordarlas porque antes dolían. Pero ahora son como curitas para mi corazón.

Jeongin no pudo evitarlo; volvió a abrazar a Hyunjin con fuerza, deseando no separarse nunca más de él.

—No quiero alejarme más nunca de ti —susurró Jeongin.

Hyunjin sonrió y cambió de tema suavemente.

—¿Te gustaría ir conmigo a la firma de libros? —preguntó.

Jeongin asintió sin dudarlo.

—No tengo problema —respondió alegremente.

Estaban por besarse cuando el teléfono de Hyunjin sonó inesperadamente. Jeongin frunció el ceño y preguntó:

—¿Quién es?

—Jake —respondió Hyunjin con un tono de resignación.

Jeongin bufó y tomó el teléfono de Hyunjin sin pensarlo dos veces.

—Hola Jake, soy Jeongin —dijo con tono firme—. Hyunjin está bien, pero ¿puedes dejar de interrumpir mis momentos con mi novio? Gracias, te quiero.

Colgó la llamada y miró a Hyunjin, quien no podía contener una sonrisa amplia en su rostro.

—Estás loco —dijo Jeongin mientras lo tomaba de la cintura y lo acercaba a él.

Más tarde esa noche jeongin llegó a su departamento y vio a heeseung comiendo a lo que se le acercó y le sonrió.

—Estoy bien...

—Desapareces por cuatro días y lo único que dices es... "Estoy bien", ¿Sabes lo asustado que estuve? Me preocupe mucho y...

—Calmate pero, ya estoy bien, perdí mi teléfono en el accidente, por eso no tenía como comunicarme yo... Lamento que...

—Siempre es lo mismo contigo. Me voy...

—¿A-adonde?

—no lo se, a caminar, te veo después...

—Hee...

Heeseung salió dejando a Jeongin completamente solo y un rato después tocaron la puerta y jeongin rápidamente abrió pensando que era su mejor amigo.

—No eres hee...

—No, soy tu novio... ¿Sucedió algo?

—Heeseung y yo peleamos, se preocupó por lo del accidente y que no le avise que ya estaba estable... Recuerdo haberle dicho a mi mamá que le dijera, no me gusta estar así con el.

—Jeongin, ¿Tu y el... —investigó invitándolo hablar, jeongin al momento no lo entendió, hasta que su mente hizo click.

—Dios no, jamás. Heeseung y yo siempre hemos sido amigos y roomies es todo. Nunca nada más allá —Explicó y hyunjin asintió. —Pero aún así me preocupa.

Mientras tanto heeseung se encontraba algo molesto, triste y también aliviado de que Jeongin estuviera bien, sin embargo aún sentía algo preocupado, fue en eso mientras caminaba algo molesto se topó con aquel castaño y se le acercó, el chico estaba sentado mirando a la nada en aquel parque.

—¡Ey loquito!

—Argh —Heeseung rápidamente notó su estado y se sentó a su lado —¿Que quiereeees?¿No puedo nisiquiera hundirme en miseria solo?

—No deberías estar solo y menos estando ebrio —Habló heeseung.

—Oye, déjame no ves que perdí cualquier oportunidad... ¿Por que tuvo que volver?

—No se de qué mierda estás hablando...

—¡EscUCha! Pon atención... Hay un hombre mayor, que me dio clase en mi último semestre, fue a mi graduación y luego de eso no nos vimos más nunca HASTA que lo encontré perdidamente borracho en un bar y lo lleve a su casa, luego de eso se volvió una rutina y me dio trabajo... Entonces una noche dijo aquello que hizo que mi corazón latiera con fuerza, y entonces note que me había enamorado de el... Así que me quedé con el, buenas y malas, y aquel pensamiento de "si me quedo algún día quizás..." Sin embargo ese momento nunca pasó, por que el jamás se va a fijar en alguien como yo...

—No creo que seas tú el problema, quizás solo...

—Esta enamorado de alguien más, el... Y hace unos dias vi que estaba en una joyería, ¿Le pedirá matrimonio?¿Por qué? Ah, que envidia le tengo el si puede decirle abiertamente novio, cariño amor... Pero yo no puedo, y es bastante guapo la verdad, aveces quisiera olvidarlo todo pero es díficil y yo...

—Ey, loquito... Conozco una manera.

—Ah si, ¿Cual?

Y sin pensarlo mucho lo besó con suavidad dejando a Jake algo confundido.

—Yo... Amm, jamás he estado con nadie...

—No te preocupes yo te enseño.

Ambos juntaron nuevamente sus labios dejándose llevar por el momento.

[ 🦊] - probablemente no tenga más de 25 capítulos, aunque quería hacerle 28 capa igual que la primera, no lo se según mi línea de tiempo pre hecha tiene 28 but nunca se sabe, yo siempre edito los caps más de una vez entonces bueno

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