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Capitulo diecinueve: la propuesta

El sol brillaba intensamente a través de las ventanas, iluminando el pequeño apartamento de Hyunjin. Jake entreabrió los ojos, desorientado, y se dio cuenta de que estaba tendido en el sofá. Se sentó lentamente, sintiendo el dolor punzante de una resaca en su cabeza. Se masajeó las sienes, tratando de recordar cómo había llegado allí. El eco de risas y voces provenientes de la cocina lo atrajo, así que se levantó con esfuerzo y se dirigió hacia el sonido.

Al entrar en la cocina, Jake encontró una escena que lo hizo detenerse por un momento. Jeongin estaba de pie frente a la estufa, concentrado en lo que parecía ser una tortilla. Hyunjin, por detrás, lo abrazaba por la cintura, apoyando su cabeza en el hombro de Jeongin. Ambos estaban sonriendo, compartiendo un momento de intimidad que hizo que el corazón de Jake se apretara.

"Jamás me interpondré en su relación", pensó Jake para sí mismo, sintiendo una mezcla de admiración y melancolía. Carraspeó la garganta para hacerse notar, y ambos chicos se giraron hacia él, sonriendo.

-¡Buenos días, Jake! -dijo Hyunjin con alegría mientras servía una taza de café humeante y se la ofrecía.

Jake tomó la taza con una sonrisa agradecida, sintiendo el calor del café recorrer sus manos. -Gracias -respondió mientras daba un sorbo, disfrutando del sabor amargo que ayudaba a despejar su mente.

Jeongin lo miró con curiosidad. -¿Cómo dormiste? -preguntó, su voz suave y preocupada.

Jake frunció el ceño, recordando el dolor punzante en su cabeza. -Tengo un dolor de cabeza descomunal -confesó-. ¿Y cómo llegué aquí?

Hyunjin se rascó la nuca, un poco avergonzado. -Heeseung te trajo en completo estado de ebriedad anoche -dijo con una sonrisa traviesa.

Jake asintió lentamente mientras un flashback cruzaba su mente.

Las luces parpadeaban a su alrededor mientras Jake y Heeseung se miraban intensamente. Sus labios se encontraron en un beso ardiente, lleno de deseo y confusión. Jake se aferraba al cabello de Heeseung, sintiendo una mezcla de emociones que no podía comprender del todo. Pero justo cuando todo parecía perfecto, el estómago de Jake dio un vuelco y se alejó rápidamente para vomitar.

Heeseung lo miró con asco, pero luego, con un gesto de cariño inesperado, lo cargó a caballito hasta la casa de Hyunjin.

-¡Jake!-gritó Hyunjin desde la distancia, pero Jake estaba atrapado en su propio trance.

Sacudió la cabeza como si intentara despejar los recuerdos. Miró a Hyunjin y Jeongin, quienes lo observaban con preocupación.

-Debería irme a mi departamento -dijo Jake finalmente, sintiéndose un poco incómodo.

Hyunjin frunció el ceño. -Desayuna primero -insistió-. No puedes irte así.

Jake dudó por un momento, pero finalmente terminó por asentir. La comida olía demasiado bien como para resistirse. Sin embargo, no podía dejar de pensar en aquel beso con Heeseung. Quizás si fingía no recordarlo, nadie sacaría el tema.

Fue entonces cuando Heeseung apareció en la cocina, interrumpiendo sus pensamientos. Jake comenzó a comer más rápido de lo habitual, sintiendo que debía irse antes de que la situación se volviera incómoda.

Jeongin miró a Hyunjin con complicidad mientras Jake se levantaba abruptamente.

-Debo hacer unas cosas -dijo apresuradamente antes de salir del apartamento.

Justo cuando estaba a punto de cerrar la puerta detrás de él, escuchó una voz molesta a sus espaldas.

-Deja de escapar, Jake -dijo Heeseung con tono acusador.

Jake negó con la cabeza. -No sé de qué hablas -respondió rápidamente.

Heeseung se acercó y le tomó del brazo. -No tienes que fingir que no recuerdas lo que pasó. Si te sientes incómodo, no volveré a hacerlo -dijo con sinceridad.

Jake sintió un nudo en el estómago. -No se trata de eso -replicó-. Solo no quiero hablar del tema.

Heeseung lo miró fijamente por un momento antes de relajar los hombros. -Está bien. No te molestaré más -dijo finalmente-. Gracias por ser honesto.

-¿Volverás a buscarme?

-No... Yo solo lo hice por qué te sentías mal.

-Ya veo.

-Igual, nos seguiremos viendo, digo... Hyunjin y jeongin

Jake sintió una mezcla de alivio y tristeza mientras se alejaba. La situación era complicada y no quería arruinar la amistad que tenían.

Los días comenzaron a pasar y pronto llegó el invierno. Las calles estaban cubiertas de nieve y las luces navideñas adornaban cada rincón. Hyunjin se encontraba junto a Félix y Jisung buscando un anillo muy importante para Jeongin.

-Se me congeló la polla de tanto caminar -se quejó Jisung-. ¿Por qué tengo que estar aquí?

Hyunjin rodó los ojos. -Porque ambos ya están casados y quiero que me ayuden con esto -respondió con determinación.

Félix miró a Jisung con una sonrisa burlona. -Es ridículo que estés tan preocupado por un anillo. Cada quien tiene gustos diferentes; yo no elegí mi anillo.

-Eso es cierto -dijo Hyunjin -. Pero ¿fue Minho quien escogió el tuyo?

Jisung soltó una carcajada. -No, yo le propuse matrimonio a Minho; él tiene un pésimo gusto en todo -respondió entre risas.

Hyunjin miró a Jisung con curiosidad. -Entonces, ¿quién eligió el anillo?

Jisung sonrió ampliamente. -Yo elegí el mío; no quería dejar nada al azar, pero tú no lo sabes POR QUE NO FUISTE A MI BODA...

-¿Algún día superarás eso?

-Jamas, eres un hijo de puta incluso jeongin fue...

-Por eso no fui, no quería verlo... Te envié un regalo Ji...

-Una maldita licuadora no sirve...

Félix miró a Jisung con admiración antes de volver su atención a Hyunjin. -Ya callense, dejen de pelear y sung nunca pensé ver a Hyunjin preocupado por un anillo de compromiso -dijo con una sonrisa pícara.

-No es cualquier anillo -replicó Hyunjin-. Es el anillo para Jeongin.

Jisung rió nuevamente. -Sigue siendo solo un anillo, imbécil.

Más tarde esa misma tarde, Hyunjin llegó a su departamento y fue recibido por Jeongin con una expresión seria en su rostro.

-Necesitamos hablar -dijo Jeongin con firmeza mientras tomaba la mano de Hyunjin y lo llevaba hacia la habitación.

Hyunjin sintió una punzada de nerviosismo en su estómago mientras entraban en la habitación. Sabía que era importante, pero no podía evitar preguntarse qué era lo que Jeongin quería discutir tan urgentemente.

Una vez dentro, Jeongin cerró la puerta detrás de ellos y miró a Hyunjin fijamente a los ojos.

-Quiero saber qué piensas sobre nosotros... sobre nuestro futuro -dijo Jeongin, su voz temblando ligeramente.

Hyunjin sintió que su corazón se aceleraba ante la pregunta. Era algo que había estado pensando mucho últimamente, especialmente después de ver cómo otros estaban dando pasos importantes en sus relaciones.

-Yo... quiero pasar mi vida contigo -respondió finalmente Hyunjin-. Pero también quiero asegurarme de que estamos listos para ello...

Jeongin sonrió suavemente al escuchar esas palabras, pero había una sombra de duda en su mirada.

-¿Estás seguro? A veces siento que soy demasiado joven para estas cosas...

Hyunjin dio un paso hacia él y tomó sus manos entre las suyas. -La edad no importa si estamos juntos en esto. Lo más importante es que nos apoyemos mutuamente y construyamos nuestro camino juntos, ¿Te gustaría salir a caminar? -preguntó Hyunjin, sintiendo que era el momento perfecto para hablar.

Jeongin lo miró con curiosidad y un ligero rastro de sorpresa.

-¿Ahora? -preguntó, levantando una ceja.

Hyunjin asintió, sintiendo que había algo importante que necesitaba compartir. -¿Hay algún problema? -preguntó, notando la indecisión en la expresión de Jeongin.

-No, para nada -respondió Jeongin rápidamente-. Solo déjame ir por mi abrigo y bufanda.

Mientras Jeongin se apresuraba a prepararse, Hyunjin sintió un cosquilleo de nerviosismo en su estómago. Había estado pensando en esto durante semanas, y finalmente había decidido que era el momento adecuado.

Cuando Jeongin regresó, ambos salieron del apartamento y se adentraron en la fría noche. Se tomaron de la mano, sintiendo el calor que emanaba de su conexión a pesar del frío exterior. Caminaron en silencio por un tiempo, disfrutando de la compañía del otro y del paisaje nevado.

Hyunjin se detuvo de repente, girándose para mirar a Jeongin. -Esto no fue exactamente lo que planeé -dijo, sus ojos brillando con determinación-. Pero es ahora o nunca.

Jeongin frunció el ceño, confundido. -¿De qué hablas? -preguntó, su curiosidad despertándose.

-¿Sabes dónde estamos? -Hyunjin miró a su alrededor, asegurándose de que estaban en el lugar correcto.

Jeongin observó el entorno y sonrió al reconocer el parque donde habían compartido tantos momentos significativos. Sus mejillas se sonrojaron, no solo por el frío, sino también por la nostalgia que invadía su corazón. -Aquí fue donde te dije por primera vez que, aunque quisiera, no podías odiarte -dijo suavemente.

Hyunjin sonrió al recordar ese momento. -Desde ese día, jamás he querido soltar tu mano -confesó-. Pero con tantas cosas que han pasado, a veces me siento perdido. Sin embargo, estoy dispuesto a pasar el resto de mi vida contigo.

Jeongin sintió cómo su corazón latía con fuerza al escuchar esas palabras. La sinceridad en la voz de Hyunjin lo envolvió como una cálida manta. Pero antes de que pudiera responder, Hyunjin metió la mano en su bolsillo y sacó algo brillante.

-Quiero preguntarte algo -dijo Hyunjin, su voz temblando ligeramente-. ¿Te gustaría casarte conmigo?

-¿Qué? -exclamó, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar.

Hyunjin sonrió nerviosamente. -Sé que somos un caso complicado... ¿Es un si?

Jeongin, aún aturdido, metió la mano en el bolsillo de su abrigo y sacó una pequeña caja. La abrió lentamente, revelando un anillo brillante que capturó la luz de las estrellas. -¿Y tú? ¿Quieres casarte conmigo? -preguntó Jeongin con una sonrisa amplia y sincera.

Ambos se quedaron mirándose, el mundo a su alrededor desvanecido en ese instante mágico. La nieve seguía cayendo suavemente, pero nada podía compararse con el calor que sentían en sus corazones.

-Sí -respondió Hyunjin finalmente, sintiendo cómo la felicidad lo inundaba-.¿Se supone que yo quería hacerlo?

-Pero no lo hacías así que... Lo iba hacer yo...

Se abrazaron fuertemente, ambos sintiendo la emoción desbordante de ese momento tan especial. No importaba lo complicado que hubiera sido su camino hasta aquí; lo único que importaba era el amor que compartían y el futuro que estaban dispuestos a construir juntos.

-Vayamos a casa, me muero de frío...

-¿Quieres calor?

-Porfavor...

-Hablaba de que nos arroparamos y viéramos películas.

-Para mi esa es una invitación a follar, no te resistes a mi cuerpo Hyung.

-Supongo que tienes razón, me vuelves loco.

-Tu ya estás loco, eres pintor, escritor y rubio... Sin duda eso no es una buena señal.

-asi me quieres...

-Desafortunadamente.

Ambos juntaron sus labios y sonrieron

-Vayamos a casa.

-Porfavor.

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