El bebé dejó salir un  pequeño gemido inquieto. Magnus pensó que estaba  aprendiendo a distinguir  entre los diferentes  lamentos y mágicamente  convocó un biberón con  fórmula, ya lista. Extendió sus brazos y  Maryse visiblemente  reunió fuerza de voluntad  para entregar al bebé. —Eres bueno con él  —ofreció Maryse mientras  Magnus lo acomodaba en la  esquina de su brazo y  metía el biberón en su  pequeña boca. —Alec es mejor —dijo Magnus.
(Nacido para la noche eterna)

* * *

POV MAGNUS

Señor Lightwood: Unos angelitos 😍
¿no va a dejar los emoticonos, verdad profesor?

Sonreía como idiota ante su mensaje. Sip. Definitivamente jodido. Tanto que casi ni lo noto.

¡Ja!

<<Dime Magnus y... ¡Acaba de usar uno, señor Lightwood!>>

-¿Qué estás viendo, papi? -su vocecita me hace saltar y mi celular termina estrellado en el piso.

Unos hermosos ojitos azules, un poco más oscuros que los de Alexander, se abren demasiado. Sus labios empiezan a temblar: -Yo no quería... Es que sonreías mucho... Yo sólo quería ver...

Está a punto de llorar y, antes de que yo pueda decir cualquier cosa para tranquilizarlo, me sorprende que Rafa llega, en plan hermano mayor, derritiendo mi corazón...un poco más. Abraza a mi hijo y me dice, con una voz y miradas decididas: -Yo le dije que viniera. Es mi culpa.

Suelto una carcajada que los sorprende a ambos y los atraigo hacia mí, a los dos, me sorprende como encajamos perfecto en un abrazo de tres...aunque nos falta alguien.

-No me importa el celular, Arándanito -su apodo desde que, por travieso, se había tirado un bote de puntura azul mientras pintábamos su habitación y me distraje sólo un momento-. Aunque hubiera sido tu culpa, y seguramente sí, estaba sonriendo demasiado, fue culpa de tu papi, Rafa.

Él sonríe ampliamente sin saber a que me refiero. -Le diré que le debe un celular nuevo entonces.

Eso me hace reír más. -No te preocupes, me pagará de otro modo.

-¿Con un beso? -pregunta Max-. A mí siempre me haces pagarte con un beso.

Y yo sólo puedo pensar que... Mala idea no es.

POV ALEC

No puedo creer que usé esa maldita carita cursi, que le coquetee al profesor de mi hijo -un poco-, ¡y no me contestó!

¿Qué le pasa?

Ahí marca visto.

-Te vas a arrugar si sigues frunciendo el ceño así, gruñón -aparto mi mirada del celular para ver a Jace inclinado hacia mí, sonriendo demasiado.

-No sé de qué hablas.

-Izzy dijo que tú y el profesor de Rafa...

-¿Qué...? ¡Claro que no! -pero antes de que pueda seguir, él me arrebata el móvil y lee el mensaje en voz alta:

<<Parece que las malas costumbres se contagian, profesor. ¿Qué más mal podría hacerme?>>

-¡Oh, por dios! ¿De verdad tú, Alexander Lightwood, le escribiste eso?

Con un gemido me hundo en mi silla. -Y no contestó.

Jace sólo se ríe y se va. Gran ayuda.

Cuando llego por Rafa, pretendo tomar a mi hijo y correr al estacionamiento, pero un pequeñito ojiazul, el niño de la foto, me lo impide con un: -Le debe un beso a mi papi.

Que sea el inocente comentario de un niño no evita que mi cara arda. -¿Q-qué?

CONTINUARÁ...

Un tierno beso malec? 😍