-Había una vez -empezó Raphael, de mala gana.

Todos estaban sentados frente a él, excepto Ragnor que siguió a su lado. Max, Rafa, y Simon emocionados. Isabelle miraba a Simon con ternura, justo ahora parecía un niño más. Catarina le hacía señas a Ragnor y se reía.

-¿Qué había, tío, qué había? -Max estaba ansioso.

-Oye, no me presiones, el suspenso y las pausas dramáticas son necesarias...

-Sí, pero no cuando vas empezando, cariño -dijo Ragnor.

-Aaww, "cariño" -Catarina sonaba feliz de verlos juntos y cariñosos a su manera.

Raphael le dio una mala mirada.

-Bueno, experto -le dijo a Ragnor, aunque no se veía realmente molesto-. Había una vez un humano...

-¿No era una historia de vampiros? -preguntó Rafa.

Raphael no pareció molestarse por su interrupción. -A eso voy. Un humano que decidió, con un grupo de amigos, enfrentarse a un viejo vampiro que había raptado a muchos de sus amigos y familiares. Todos niños y jóvenes. Entonces el grupo no regresó y su madre fue a buscar a un brujo extravagante y loco que prometió ayudarla. El brujo llegó a la guarida de los vampiros y se encontró con un montón de cadáveres y un vampiro de aspecto joven. Creía que era el vampiro que asesinaba a los niños, pero...

A estas alturas todos lo miraban y escuchaban atentamente. Un resoplido desde la escalera los hizo voltear. -El vampiro era el humano obviamente.

-¡Jace! -Clary empujó a su esposo, que rodó los últimos escalones, por arruinar la historia.

POV MAGNUS

Tal vez mi tono fue demasiado rudo, pero estoy harto de interrupciones. Alexander, con la respiración agitada y mejillas ruborizadas, rodea mi cintura y me pide calmarme. Me recargo contra él, intentando calmarme, mientras veo a la chica que nos interrumpió.

Ella juguetea con sus manos. -Lo s-siento -es una empleada de la pastelería-, el joven de allá me pidió venir.

-¿Y no podías esperar?

-Magnus.

-¿Qué? Estábamos ocupados. Obviamente debió notarlo.

-Magnus, basta...

Pero una voz bastante conocida lo interrumpe. -Y justo por eso esta hermosa señorita vino en ese momento, Magnus Bane.

Alexander se tensa cuando él me llama por mi nombre.

-Dime que estoy soñando. Sólo en una pesadilla puedes volver tú.

Él se ríe, ignorando mi comentario. La empleada, obviamente incómoda, pregunta si se puede retirar.

-Por favor, soy lo mejor que podría pasarte hoy, Magnus. Tal vez repetir el beso...

-No -me sorprende cuando Alexander lo dice-. Ningún beso.

-Ya lo dijo mi hombre, Will. Ningún beso. Además que fue un accidente, siento si te quedaste con las ganas.

Alexander me da una mala mirada.

-Él es Will -le explico-, viejo... ¿amigo? Una vez nos besamos por accidente, obviamente no lo ha superado.

-Difícil olvidarte, Magnus.

-Estoy de acuerdo -uumm, este Alexander me gusta.

-¿Will, por qué no tomas un pastel y me dejas terminar con mi novio?

-¿Terminar qué? Incluso tú no darías una escena en una pastelería, Magnus, ¿o sí?

-Agh. Ya pareces Raphael.

-¿Raphael está aquí? Me gustaría verlo y al resto del grupo.

-Uh no, tenemos ya casa llena.

-Entonces, uno más no importará...

Miro a Alexander. -Dejaré que mi novio decida.

CONTINUARÁ...