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72. Zona de desastre

Los ojos de Alec, que habían ardido de furia angélica hacía un momento, se volvieron tiernos de repente y se oscurecieron de pasión. Magnus sintió el cuerpo de Alec, fuerte y ágil, tensarse contra el suyo, notó las manos del chico deslizándose por su espalda. Alec le devolvió el beso con entusiasmo arrollador, y Magnus pensó: <<Sí, éste, es éste. Después de todos los tumbos y las búsquedas, aquí está.>>
-¿A qué ha venido eso? -preguntó Alec mucho rato después, con los ojos todavía brillantes.
(Las crónicas de Magnus Bane)

* * *

POV MAGNUS

-Alexander, respira, nada malo va a pasar -lo he dicho ya muchas veces.

-Estoy respirando -me dice él.

-Estás respirando raro -es Max quien lo dice y Rafa asiente muy serio.

Intento imitar la expresión de Rafa mientras asiento también. Alexander balbucea alguna respuesta y baja del auto. No puedo evitar reír. No debería preocuparse tanto, mientras -literalmente- no se maten, no importa lo que pueda suceder. Yo quiero a Alexander, me gusta sin importar si mis amigos y su familia son como perros y gatos.

Cuando bajamos del auto, el teñido ya está entrando, Alexander nos espera en la puerta, retorciendo sus manos. Los niños pasan de él y entran directamente, pero yo lo detengo antes de qué pueda entrar.

-¿Qué...? -no lo dejo terminar, simplemente lo beso. Mis manos a cada lado de su rostro y mis labios implacables sobre los suyos. No intenta ser suave, no, es un beso demandante, espero que se pierda en él, que se derrita conmigo y por mí, o que me responda de igual manera, de cualquier forma, quiero que deje de pensar un momento.

Y creo que lo logro.

Ambos. Yo también dejo de pensar. Nos separamos después de rato. Las respiraciones agitadas, y los labios maltratados en un par de sonrisas bobas.

-¿Por qué fue eso?

-Uumm... -dejo mi pulgar recorrer esos labios hinchados y rojos-. ¿Debe haber una razón? Soy tu novio, puedo besarte si quiero y cuando quiera.

Alec sonríe tímidamente.
Yo lo abrazo. -Si crees que fue apresurada esta reunión, podemos huir tú y yo...

Alec se ríe, aunque se queda abrazado a mí un momento.

-Vamos -dijo, cuando se soltó-. Vamos a la zona de desastre. No puede ser tan malo.

Es... Bueno...

-¡Tío Rapha! -era Rafa, tirando de la manga de Raphael.

Al su lado, abrazado a él está Ragnor. Y del otro lado Sheldon.

-Rafa -Alexander se adelanta-. Él no es tu tío, y es Raphael, no seas cofianzudo.

Raphael le da una indescifrable mirada a mí novio. -Puede decirme "Tío Rapha".

-¡A Rapha le gustan también las historias de vampiros! -es Sheldon quien se lo dice, muy feliz, a Alexander.

Alexander mira a su hermana. Isabelle se encoge de hombros.

-Es Raphael -es lo único que contesta él.

-Pero le acabas de decir...

-El pequeño de nombre bonito puede llamarme así, los demás no, tú -que ni siquiera sé quién eres- no.

-Él es Sheldon -intervengo antes de que se maten realmente-, es esposo de Isabelle, hermana de Alexander. Mi novio -aclaro cuando Raphael sólo me mira.

No lo entiendo.

-Lo sé. Sé quién es tu novio, Magnus. Eso no hace que puedan llamarme como quieran.

-Yo te diré como quiera -son dos personas quienes lo dicen. Tengo que decir que me sorprende quienes, al menos una de ellas: Cat y el teñido.

-¿Y él es? Él no estaba cuando llegamos. Que por cierto, Magnus, llegas tarde. Otra vez.

-Él es Trace, hermano de Alexander también. Y tengo trabajo, no soy un vago como tú, vine en cuanto salí de clases...

-¡Soy Jace! Alec, dile algo.

-Nadie se quejó cuando me llamó "Sheldon".

-¿No eres Sheldon? -es la primera vez que Raphael parece interesado. Ragnor, a su lado, se ríe.

-¡No! Soy Simon.

-Y yo Jace.

-Parecen niños -Isabelle habla por primera vez-. Basta, no son niños. No hagan quedar mal a Alec. ¿Y dónde está la tarta? Rafa dice que tardaron porque fueron por tarta, Jace.

-Sí, Trace, ¿dónde está?

-Magnus -Alexander intenta reprenderme, pero su risa lo hace fracasar.


CONTINUARÁ...

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