67. Lo mío
POV ALEC
Nunca podré volver a ver al señor Roberts sin morir de vergüenza.
Y Magnus se adelanta, como si nada, toma de la mano a los niños y se va. El señor Robets me sonríe, intento regresarle la sonrisa y pensar qué decir, él lo hace primero: -El profesor Bane es muy ocurrente y simpático.
-Lo es -ocurrente, simpático, e inoportuno.
-¡Papi, rápido! -el grito de Rafa, que como buen hijo me ha abandonado y ya está en el auto de Magnus, me hace voltear.
Me despido del señor Roberts, pero él me detiene. -¿Puedo darle un consejo, señor Lightwood? -no espera mi respuesta-, yo llevo mucho trabajando aquí, el profesor Bane es un buen tipo, pero aunque siempre ha sido amable y sonriente, cariñoso con Max, le faltaba la chispa que hace poco apareció en él. No lo dejé ir por los prejuicios de la sociedad o por lo ocurrente y descarado que puede ser él. Haga caso de este viejo, personas que den ese brillo que ustedes tienen al mirarse no se encuentran a diario.
-¡PAPÁ! -el grito de Rafa nos interrumpe.
-Vaya, vaya -el señor me despide con un gesto.
-Gracias -no sé qué más podría decir. ¿Por qué me ha dicho todo eso?
-¡Papi, date prisa, el cuento! -grita Rafa otra vez.
Intento darle una mala mirada, pero sigo demasiado aturdido por las palabras del guardia.
Al final entro al auto y los sigo hasta la casa de Magnus.
POV MAGNUS
-¿Estás molesto por lo que dije, Alexander? -le pregunto mientras los niños comen-. Has estado muy callado. Era una broma, el señor Roberts lo sabe y es muy discreto.
-¿Discteto? -su tono y su ceja alzada me hacen reír-. No me lo pareció.
-¿Te dijo algo? Él me conoce desde que empecé a dar clases ahí, puede ser algo confianzudo.
Se me queda mirando, esos intensos ojos azules derritiendo y, a la vez, haciendo arder todo en mí. -No dijo nada malo.
Su sonrisa me contagia, quiero inclinarme y besarlo, pero los niños interrumpen.
-¡El cuento, papi, el cuento!
-Bien, bien. El cuento. Vayan a la sala.
-Siii -ellos corren y aprovecho para un beso rápido.
Cuando llegamos a la parte donde la princesa está cargando al príncipe, los niños me miran esperando que lea las líneas y lo explique.*
Alexander se adelanta: -"Los bandidos los tenían rodeados. A modo de burla, le dijeron que podía cargar con lo que quisiera y la dejarían marchar, ella tomó al príncipe y, ante la mirada atónita de ellos, se fue".
Max y Rafa aplauden y ríen divertidos.
-¡Hazlo tú, papi! -me dice Max.
-¿Hacer qué?
Él señala el cuento. Yo intento no reír. -No puedo tomarlos a los tres, Arándano. No soy tan fuerte. Aunque si un día llega un grupo de bandidos e intenta robarlos de mí -miro a Alexander y sé que él entiende-, prometo que lo haré. Sé defender lo que es mío. Y ustedes lo son.
-¿También yo? -pregunta Rafa.
-¡Por supuesto, Rafa! Y hablando de eso... ¿Qué día les parece bien para presentar a los Lightwood y mi clan?
CONTINUARÁ...
*Eso es de una película, no un cuento 😂
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