Esto —dijo Alec. Se estiró y tiró a Magnus hacia él por el frente de su sotana, inclinándose contra el marco de la  muerta y atrayendo a Magnus lentamente para besarlo. La boca de Alec era suave y segura, el beso lento, sus fuertes manos sosteniendo cerca  a  Magnus, presionando contra la cálida línea de su cuerpo. Detrás de los  párpados cerrados de Magnus, la mañana pasó de gris a dorada.
(Nacido para la noche eterna)

* * *

El tren se había detenido de golpe porque el guía había anunciado en el último momento que la nueva área de interacción podía ser estrenada: alimentar a las jirafas.

Fue por ese giro y frenazo repentino que, mientras que los niños permanecieron en su lugar, perfectamente bien, Alec había caído casi encima de Magnus.

Ojos verde dorado y azules se mantuvieron fijos entre sí. La punta de la lengua de Alec asomó nerviosa, humedeciendo sus labios.

Fue uno de esos momentos en que parece que el tiempo y el mundo, a excepción de dos seres, ha dejado de existir.

Alguno de ellos, o tal vez los dos, acortó la poca distancia que los separaba, provocando un suave roce de labios, apenas empezaban a entreabrirse, y cerrarse sus ojos...

...cuando Rafa empujó a Alec mientras corría para bajarse, al grito de: -¡Jirafas! ¡Jirafas!

Alec dio un pequeño gruñido en el cuello de Magnus, provocando la risa de éste, antes de intentar ponerse de pie.

Pero a Rafa, lo siguió Max.

Magnus rió un poco más y Alec le dio una mala mirada. -Haz algo con tus hijos.

Magnus intento no sonreír ante el sarcasmo en eso, pero no pudo. Todavía sonriendo, hizo a un lado, con cuidado, a Alec, y caminó hasta el guardia que detenía -apenas- a ambos niños porque "No pueden ir sin supervisión de un adulto".

-Vengo con ambos -dijo Magnus, mientras pensaba que ya habría tiempo para un mejor beso.

Aunque ese ocurrido hace un momento siempre sería especial. Un accidentado primer beso.

Considerando a los hijos de ambos, tal vez toda su relación -y su vida- sería así.

Magnus pretendía poner atención a las instrucciones del guía cuando Alec apareció a su lado.

-¿Usted también va? -preguntó aquel hombre que parecía odiarlos.

El adorable ceño fruncido de Alec apareció mientras tomaba a Magnus de la mano, él traía a Rafa y Rafa a Max.

-Por supuesto, ¿algún problema?

CONTINUARÁ...

Ven que no soy tan mala? ❤