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—U-Ugh, HoSeok. M-Más rápido. Mierda, sí.

Los sonoros gemidos de TaeHyung hacían eco en todo el cuarto de baño. Con fuerza movía su mano de arriba abajo por toda la extensión de su falo, sintiendo los espamos que esto provocaba, dejándose llevar, sentado dentro del agua tibia de la bañera medio llena.

La imagen de su profesor penetrándolo contra su escritorio mientras él se encontraba boca abajo invadía toda su mente. Se imaginaba las fuertes y duras estocadas, el cuerpo del mayor sudar contra el suyo, los graves y roncos gemidos del profesor contra su nuca, siendo esta besada por sus húmedos labios y de vez en cuando dejando leves mordidas. El sonido de las pieles chocar formando un sonido de lo más suciamente placentero. Arriba, abajo. Arriba, abajo.

Pronto pudo sentir un hormigueo apoderarse de su pelvis, haciendo así sus movimientos más rápidos.

—¡O-Oh! —jadeó finalizando y entrando al  orgasmo.

Aún no podía creérselo. Había tenido la experiencia más erótica de su vida con su profesor y ahora se había masturbado pensando en él... Algo muy normal de todos sus días. Sí.

—La mejor corrida de toda mi puta vida... —susurró para luego reírse y regular su respiración.

Agradecía que fuera martes y que su hermano trabajara hasta las nueve y media de la noche esos días.

🦁🌇🐱

Miércoles, 7:00 de la mañana. El chico se encontraba gruñendo ante la insistente alarma que le gritaba que se levantara. Pero todo rastro de molestia se esfumó al sonreír recordando la primera hora de docencia que le tocaba: Literatura Clásica. Aquello bastó para que se levantara de un salto y se plantara delante del armario en busca de su mejor atuendo. No es que tuviera demasiada ropa, pero algo podría hacer. Tampoco es que tuviera la ropa más sensual que pudieras imaginar, el de la ropa provocativa era JiMin. Siempre con unos pantalones ajustados y camisas que dejaran ver sus clavículas. Cómo no, si el condenado tenía un cuerpo de infarto. TaeHyung ahora mismo lo envidiaba. JungKook tampoco se quedaba atrás. El menor siempre iba con sus vaqueros negros o rotos y ajustados acompañados de camisetas (en su mayoría de colores neutros) sueltas. TaeHyung suspiró. ¿Acaso era él el que más soso se vestía de los tres?

Siguió rebuscando entre las perchas y cajones llegando a tal punto de desesperarse. Nada. No encontraba absolutamente nada.

—TaeHyungie, es hora de levantar... ¿Estás despierto? ¿Tú?

BaekHyun, hermano mayor de TaeHyung, entró a la habitación como todas las mañanas hacía para despertar a su pequeño hermanito, cosa que siempre tomaba una eternidad porque el menor era de sueño pesado. Se sorprendió bastante al verlo ya en pié y completamente espabilado. En cambio a TaeHyung se le iluminó el rostro. Baek sería su salvación.

—Hyung, necesito que me ayudes —pronunció con un puchero.

—Levantado, pidiéndome favores mientras me llamas hyung... Tú no eres mi hermanito. ¿¡Dónde has escondido a TaeHyungie, impostor!? —acusó señalándolo con el dedo.

—Hablo en serio, Baek —habló rodando los ojos.

—Ahí está el TaeHyungie de siempre. Bueno. Cuéntame en qué puedo ayudarte —mientras hablaba, se sentó en la cama.

—Necesito que me ayudes a vestirme. Ya sabes, así como tú, estiloso, provocativo. Que me prestes ropa. Ya sé que no eres de lo más alto, pero...

—¡Yah! ¡Me llevas solo cuatro centímetros! Maldito mocoso —BaekHyun se levantó para golpear el hombro de su hermano. Los dos rieron—. ¡Llevo esperando esto años! Ya era hora de que sentaras cabeza y dejaras esos pantalones anchos de hippie que siempre me llevas. Te voy a dejar increíble. Tanto, que todos van a babear por ti.

BaekHyun tan solo era tres años mayor que TaeHyung. Con 24 años asistía a la Universidad y trabajaba por las tardes en una tienda de ropa, por lo que gracias a ello siempre sabía qué estaba a la moda y qué gustaba más en cuanto a estilo se trataba. Los dos siempre habían sido muy unidos. Desde pequeños haciendo travesuras juntos hasta mayores. TaeHyung nunca lo reconocía en palabras, pero amaba a su hermano más que a su vida. Y ni hablemos de BaekHyun, quien tenía al menor como su todo.

—¡Listo! Ahora sí que pareces mi hermano. ¡Pero mira esas largas piernas! Y esa cintura tan delgada, wah...

—¡Ya, Baek! Me avergüenzas... ¡Se me hace tarde para ir a clase! Te veo en la hora de la comida —TaeHyung salió de la habitación de su hermano, cogiendo su mochila para dirigirse a la salida, ignorando los llamados de su hermano.

—¡Pero dijiste que me ibas a contar por qué este cambio repentino, TaeHy-! —la puerta fue azotada. Un suspiro salió de los labios del más bajo—. Este niño...

🐯🐥🐰🏫

TaeHyung se encontraba bastante nervioso caminando hacia el instituto. Y no solo porque vería al profesor Jung después de aquel encuentro, sino también porque sería bombardeado a preguntas por JiMin y JungKook por su nuevo aspecto. ¿Qué iba a responder? ¿Me vestí así porque ayer casi fui jodido por el profesor Jung y hoy sí que quiero serlo? Eso no era una muy buena opción. Faltaban quince minutos para que la campana tocase y él ya se encontraba en la puerta del centro. Seguramente Jung estaría ya en el aula preparando la pizarra como siempre hacía. El hijo de puta siempre era así de puntual, y si llegabas dos minutos tarde, suplica para que esté de buen y no te coloque una amonestación. Cosa que casi nunca ocurría.

Se adentró al edificio sin ser visto por alguno de los conserjes (ya que sino sería echado al haber entrado antes de la hora) y se dispuso a ir a su clase. Mas justo en la pequeña esquina que daba finalmente al aula, por las escaleras bajó JiMin con una pequeña bolsa en manos. TaeHyung se escondió y frunció el ceño. ¿Qué mierda hacía JiMin ahí? ¿Qué era lo que tenía en la bolsa tan bien decorada? Y muchas más dudas llegaron cuando vio que el enano se dirigía a la clase también. Cuando JiMin al fin había entrado, con sumo cuidado se dirigió a la puerta y agradeció en voz baja que las puertas tuvieran una pequeña ventanita que dejaran ver el interior de las aulas. Pudo observar a JiMin y a HoSeok hablando. HoSeok estaba sonriendo. JiMin sonrojado. ¡JiMin sonrojado! Pero... ¿HoSeok sonriendo? Eso se pasaba de lo inusual y extraño. Jung nunca sonreía durante las clases. TaeHyung se sintió altamente traicionado. ¿De qué cojones hablaban para estar en esa situación?

De pronto HoSeok abrió la bolsa que JiMin había traído y soltó tal exclamación que hasta TaeHyung pudo escucharla. Con notable felicidad se levantó de la silla en la que se encontraba desde el principio y abrazó a JiMin. Incluso dejó un pequeño beso sobre la cabeza del menor. ¡Un beso! Al peligris estaba que la barbilla le tocaba el suelo. Quiso abrir la puerta e interrumpir toda la escenita, pero alguien que se encontraba detrás de él hizo que se espantara.

—Ese hijo de puta se me ha adelantado... Sin ofender a tita Park —susurró JungKook, quien se encontraba detrás de TaeHyung observando todo.

—¿Kook? ¿Desde cuándo estás aquí? —formuló TaeHyung.

—¿Treinta segundos? ¿Y qué te ha pasado? Estás que ardes. ¿Hyung te ha vuelto a usar como maniquí? —JungKook miró de pies a cabeza a TaeHyung, soltando un silbido.

—Ajá. Justamente eso. ¿Con qué te referías a que JiMin se te había adelantado?

—Hoy es el cumpleaños del profesor Jung. JiMin y yo decidimos hacerle un regalo a ver si nos deleitaba con alguna muestra de afecto. Creía que viniendo antes yo se lo daría primero, pero tal parece que él también lo pensó. Ese maldito enano de jardín ha conseguido un beso y todo. Tsk —chasqueó la lengua. La indignación era notoria en la voz de JungKook—. ¿Será que a Jung le gustan los culos grandes? Debo hacer más glúteos. ¿Tú que crees, Tae? —cuando JungKook quiso girarse y recibir una respuesta, TaeHyung ya se había marchado.

🐯🕗

El timbre había pitado hacía diez minutos y él se encontraba encerrado en un cubículo de los baños de la planta de arriba. Molesto. Él se había esforzado tanto en buscar un buen atuendo y Jung se encontraba besuqueando a JiMin. Que bueno, besuquear tampoco, pero se entiende. ¡Y todo eso del regalo! Ni siquiera sabía que era el cumpleaños de HoSeok. JungKook y JiMin lo sabían y no le dijeron nada. Se sentía excluido, traicionado. Podría parecer excesivo, pero los celos estaban ahí. Que no sabía por qué estaba celoso, pero lo estaba. Tampoco es como si HoSeok le perteneciera. Pero, maldita sea. Era frustrante.

Para pasar el rato se puso sus auriculares y comenzó a leer algún libro, esperando así que los minutos pasaran lo más rápido posible en las siguientes dos horas. Además de rezar para que nadie intentara entrar a ese cubículo.

🐶🦁🐰🕙

—¿Por qué te has saltado las dos primeras clases? —preguntó JungKook, sentado en una mesa de la cafetería.

TaeHyung se lo había encontrado al salir de los baños cuando tocó el timbre que daba inicio al recreo.

—No me encontraba bien. Baek había hecho uno de sus batidos verdes raros y me obligó a beberlo para desayunar. Un asco —respondió sin ganas. JungKook fingió unas arcadas.

—¡Tae! Uh, ¡te ves increíble! ¿Cosa repentina de Baekie hyung? —JiMin llegó corriendo con una bandeja y su desayuno en manos. TaeHyung tan solo asintió.

—You, betrayer. Fuera de aquí —escupió Kook, JiMin sacó su lengua.

—No te hagas el ardido. No me culpes por ser más listo que tú y haber conseguido un beso de Jung. No sabéis, sus labios y aroma son tan suaves —JiMin, con aires de adolescente enamorado, suspiró tocándose el pecho.

—Si supieras en realidad lo rud- —TaeHyung calló al darse cuenta de lo que iba a decir. De ninguna forma podían enterarse de lo sucedido.

—Deja de murmurar cosas. Sabes que nos das miedo cuando haces eso —se quejó el maknae—. Me toca biología y no he hecho la presentación ja,ja, matadme. Nos vemos luego, assholes.

—¿Vas con YuGyeom? —preguntó JiMin elevando sus cejas. TaeHyung acoró un "uuuh".

—¿Con quién más? El profesor nos puso juntos. Ahora deberé soportar escucharlo hablar de BamBam. Oh, por qué, mundo cruel. ¿No piensas acaso en mis sen-?

—JungKookie. No tenemos todo el día —el pequeño drama que JungKook estaba montando fue detenido por YuGyeom, que ahora se encontraba detrás de él.

—¡Y-YuGy! ¡Dichosos los ojos! Vámonos —el pelinegro cogió de la manga al peliazul y lo sacó de allí, rezando para que sus amigos no dijeran nada vergonzoso. Aunque bueno, eran JiMin y TaeHyung. No podía esperar mucho.

—¡Gyeom-ah, nos lo traes virgen y coleando! —gritó TaeHyung. JiMin rió. JungKook se limitó a girarse y sacarles el dedo medio.

🐶🦁🕥

—Por cierto, casi se me olvida, Tae. El profesor Jung me dijo al terminar su clase que estás castigado por haberte saltado su asignatura y asistir a las siguientes. Estás jodido, bro —informó JiMin mientras reía y le daba leves golpes en la espalda.

Los dos se dirigían a clase de fonética y fonología, la última del día al fin. TaeHyung frunció el ceño. ¿Cómo cojones Jung se había enterado de que había asistido a las demás asignaturas? Su clase fue la primera del día, ni como que lo haya visto después y haya avisado en ese momento... ¿Un brujo, quizás? Aunque toda la confusión no pudo contra la sonrisa que se formó en sus labios. Castigo. Quizás HoSeok también se merecía un buen castigo. Ahora tan solo estaba seguro de que su clase se pasaría más lenta que nunca.

🐿🏫🐯

Efectivamente, la clase se le había hecho más larga que de costumbre. Finalmente se encontraba caminando hacia el aula de castigos. Experimentaba hormigueos en las piernas debido a los nervios mezclados con la excitación. Con tan solo pensar que estaba a pocos minutos de poder perder la virginidad de por atrás ya sentía que se iba a morir ahí mismo.

Cuando llegó a la puerta del aula (esta no tenía la ventanita para observar, y menos mal) con sumo cuidado de no hacer ningún ruido entró a la habitación. Entonces, pudo observar al profesor Jung de espaldas organizando papeles de quién sabe qué. Incluso desde ya podía sentir la adrenalina subir por todo su cuerpo y recorrerle todas las venas y arterias. Se mordió el labio al ver los redondos y bien entrenados glúteos del mayor. Dentro de poco estaría masajeándolos, de eso estaba seguro. Comenzó a caminar de la forma más delicada posible, así ocasionando el mínimo ruido. Una vez que estuvo lo suficientemente cerca del mayor enredó los brazos alrededor de su cintura. Pudo sentir el cuerpo de HoSeok tensándose.

—Buenas tardes... Lamento no haber venido a su clase... Vengo a recibir mi castigo —murmuró en el oído del mayor, besando el lóbulo de su oreja.

TaeHyung agradeció que HoSeok fuera unos pocos centímetros más bajo que él. Si antes se burlaba de ello, ahora le encantaba. Estaba dispuesto a morder aquel carnoso lóbulo, pero HoSeok, que se había soltado de su agarre de manera brusca, se lo impidió.

—¿Qué cree que hace, Kim? —preguntó HoSeok con el ceño fruncido—. Será mejor que se siente y se abstenga a cumplir su casti-

Las palabras del pelirrojo se vieron interrumpidas por los labios de TaeHyung. El menor no pudo soportar el ver los labios del profesor moverse de aquella manera y no probarlos de nuevo. Aunque HoSeok al principio se negó a seguir aquel juego, después de unos segundos ambas bocas se encontraban en una lucha de lenguas, las cuales peleaban por hacer más cercano y placentero el encuentro. TaeHyung acercó su mano derecha al miembro de HoSeok y comenzó a masajearlo por encima de la tela del pantalón. Este último, en un brinco, terminó el beso.

—No, Kim. Esto está muy mal. Va en contra del protocolo. Lo de ayer fue tan solo para darle una lección.

HoSeok tenía los labios rojos e hinchados, además de la respiración bastante agitada. Su pecho bajaba y subía de forma rápida. Lección. Lección y una mierda. TaeHyung no estaba dispuesto a aceptarlo. Si HoSeok había comenzado algo, debía terminarlo. ¿Quiere decir que a JiMin también quería darle una lección? ¿A cuántos alumnas y alumnos más les había hecho aquello entonces? Incluso si se trataba tan solo de una lección, el cuerpo de HoSeok parecía querer llegar a más, TaeHyung se daba cuenta de ello.

—Venga ya, HoSeok. Tú también quieres terminar esto. ¿O me vas a negar que lo de deseas tanto como yo? —dijo TaeHyung acercándose de nuevo al cuerpo contrario, besando el cuello de este.

—¿Y tú me vas a negar que estabas celoso esta mañana y por eso no asististe a mi clase, TaeHyung?

Los labios de TaeHyung, los cuales se encontraban succionando el cuello de HoSeok, se quedaron estáticos al igual que su cuerpo entero. El calor y la sangre comenzaron a subir a su rostro y orejas.

—N-No sé d-de qué hablas... —balbuceó entrecortadamente.

—Lo sabes muy bien, Kim. Te vi por el cristal. La piel de Park era muy suave... Y debo admitir que tiene unos labios de lo más apetecibles. Carnosos, rosados, suaves...

TaeHyung abrió los ojos en grande, esta vez ardiendo en ira. HoSeok era un cabrón con todas las letras y en mayúsculas. Y encima hacía brillar sus dientes en una sonrisa ladina de lo más cínica, pero, joder. Aquella sonrisa era capaz de poner a TaeHyung a jadear en ese mismo momento, aunque no pensaba rebajarse. Si a HoSeok le gustaban tanto los labios de JiMin, podía ir y comérselos cuánto quisiera. Total, hay más hombres ardientes con los que perder la virginidad en este mundo, ¿no?

—Eres un capullo, Jung HoSeok —escupió con desprecio, a punto de darse media vuelta.

—Déjame terminar, Kim TaeHyung —pidió el pelirrojo, tomando el brazo del menor—. Park puede tener los labios más bonitos de toda Corea, pero, ¿adivina qué labios son los que de verdad quiero ahora mismo?

TaeHyung no supo cuándo ni cómo, pero ya estaba siendo acorralado contra la pared por el cuerpo de HoSeok con ambas bocas unidas de nuevo. Por los labios de TaeHyung se escapaban varios jadeos y suspiros que eran acallados por los del mayor. Las manos de HoSeok comenzaron a bajar por toda la cintura de TaeHyung hasta llegar a sus caderas, tomándolas fuertemente para acercar aún más sus cuerpos, rozando sus pelvis. El peligris aprovechó para dirigir sus manos a los glúteos del mayor y masajearlos, sacándole a este así una sonrisa.

—¿Te gustan? —susurró HoSeok en sus labios. Asintió.

HoSeok pasó sus brazos por los muslos de TaeHyung, obligándolo a enrollar sus piernas en su cintura. Una fiesta de hormonas era lo que había en el cuerpo del menor ahora mismo. Podía sentir todo su cuerpo temblar y erizarse con el mínimo toque. Su pene ya estaba que agonizaba por atención.

El sonido de carpetas y lapiceros cayéndose se hizo presente. Cuando TaeHyung quiso darse cuenta, ya se encontraba boca abajo encima del escritorio a la vez que sus muñecas eran cruzadas y sujetadas por una mano del pelirrojo con fuerza. Su estómago pegó un salto.

—¿Q-Qué haces? —preguntó TaeHyung con voz temblorosa. Sabía perfectamente qué hacía, pero la situación lo volvía imbécil. Pobre.

—¿No querías que papi te castigara? —susurró HoSeok mientras se desataba la corbata de una manera de lo más... excitante a los ojos de TaeHyung—. Pues eso haré, bebé.

Una vez el mayor había soltado la corbata al completo se dió la tarea de comenzar a atar las muñecas del menor a la vez que chocaba de forma suave su pelvis contra el culo de este, mientras a TaeHyung se le escapaban leves jadeos. Sentía su miembro ser apretado contra el escritorio, palpitaba de manera escandalosa y pedía a gritos ser liberado.

—J-Jung... —gimió TaeHyung al sentir las manos recorrer toda su espalda por debajo de su camiseta.

—Ssssh... —HoSeok susurró en su oído después dejando un beso donde su aliento cálido había golpeado. TaeHyung soltó otro jadeo.

El pelirrojo se dispuso a desabrochar el botón de los pantalones de TaeHyung para después bajarlos hasta sus talones, así pudiendo deleitarse con la gran erección que brotaba dentro de sus boxers. Con manos lentas comenzó a acariciar su cintura ganándose así varios suspiros por parte del peligris. Metió su mano izquierda dentro del boxer por fin, sujetando el miembro caliente y completamente duro para comenzar a bombearlo de forma suave.

—¡A-Ah! ¡H-HoSeok! —chilló TaeHyung mientras arqueaba la espalda. El placer había brotado a flor de piel. Una pequeña risa salió de los labios del contrario.

—Dime, ¿te gusta? ¿Más rápido? —a medida que hablaba aumentaba la velocidad de sus movimientos.

—¡Ngh, mierda, sí! —casi gritó mientras se mordía el labio inferior.

—Oh no, nada de palabrotas, ¿qué son esos modales, bebé? —con la palma de la otra mano golpeó la nalga derecha del menor, sacándole así un chillido.

—¡D-Dios! Jung, n-necesito más.

HoSeok sonrió ante la petición del menor, ¿quién iba a decir que el pequeño alumno Kim, el cual siempre se veía de lo más adorable completamente distraído en clase iba a resultar tan... así? Cuando sintió el miembro endurecer aún más supo que el peligris estaba en su límite, así que paró y con sus brazos giró el cuerpo del menor para sentarlo derecho. Pudo observar como TaeHyung tenía el rostro sonrojado y la frente cubierta por una fina capa de sudor, además de que una fina línea de saliva bajaba de sus labios hasta más abajo de su barbilla, y vaya que el miembro de HoSeok estaba feliz con aquella vista. Los pantalones ya comenzaban a ser una molestia para el pelirrojo, pero no se los iba a quitar, había que estar prevenido, por lo que tan solo desabrochó el botón de estos y bajó al completo su bragueta para poder sacar su miembro completamente erecto. TaeHyung abrió los ojos en grande al ver el gran pedazo de carne salir de aquella forma y tragó saliva de forma gruesa.

—¿Qué? ¿Te gusta lo que ves, lindo? —preguntó de manera burlona a la vez que se acercaba al cuerpo contrario.

TaeHyung pudo sentir el calor del cuerpo del profesor sobre el suyo a pesar de contar con sus prendas. Se echó para atrás, apoyándose en sus muñecas aún atadas cuando sintió la lengua del mayor recorrer todo su cuello y sus dientes enterrarse en su piel, y joder que se sentía endemoniadamente bien. El aroma varonil pero a la vez mezclado con el suave olor a vainilla de HoSeok más sus fuertes manos en sus caderas rozando ambas erecciones podrían volverlo loco.

—Papi, ya, por favor, no aguanto.

—¿No aguantas qué?

—¡Deja de hacer preguntas y métemela de una maldita vez! —suplicó al borde de las lágrimas. El mayor rió.

—No podemos hacer eso aún, cariño —susurró el mayor en los labios contrarios. Este último soltó un quejido desaprobador—. Primero... —Jung buscó la boca de TaeHyung con sus dedos— tengo que... —TaeHyung envolvió estos con su lengua, expectante a qué hacía, sintiendo su garganta quemar— abrirte un poco...

Después de terminar la frase, HoSeok buscó la entrada de TaeHyung con su dedo corazón, rodeando la zona con la yema y deleitándose de ver al menos encogiéndose. Poco a poco fue introduciéndolo, y joder, estaba demasiado apretado, ¿cómo coño pretendía Kim que metiera su pene ahí de buenas a primeras? ¿Acaso quería morir? Cuando notó que TaeHyung se relajaba un poco, comenzó a meterlo y sacarlo de forma suave, aumentando la velocidad a los pocos segundos. El menor era un manojo de quejidos y gemidos. No mucho tiempo después, añadió un dedo más, haciendo los movimientos mucho más rápido y expandiendo aún más su entrada.

—¡J-Jung! Dios... Más, necesito más, ahora. Siento que me muero.

HoSeok se tensó al escuchar los ruegos contrarios, quedándose estático en el sitio. Aquel joven iba a volverlo loco, de eso estaba seguro. Ignoró sus ruegos durante un par de segundos más, asegurándose de que no estuviera muy estrecho y, finalmente, los sacó.

—¿Estás seguro, bebé? Podría dol-

—Me importa una mierda.

Otra vez, HoSeok abrió los ojos con sorpresa, volviendo a tensarse. Fue inevitable no soltar una risa de frustración. Si seguía así, le iban a quedar pocos años de vida.

—Si es lo que deseas, a tus órdenes.

Ahora el que se tensó fue TaeHyung, quién sintió su interior retumbar al ver la expresión del docente. Miedo y excitación era la único que podía sentir. Tenía miedo de sentirse demasiado bien y acabar muerto ahí mismo. Hacía demasiado calor. No podía soportarlo. Tenía todos los sentidos nublados.

—N-No, espera, a-aún n-no, creo que lo he pensado mejo- ¡jodida mierda!

HoSeok se había metido de golpe en su entrada, básicamente la había desgarrado, o eso sentía el menor. Por culpa del placer y la impaciencia mañana tendría que ir en muletas, ya que ahora el culo le dolía como el infierno mismo. Pequeñas lágrimas salían de sus ojos mientras se acostumbraba al escozor. El pelirrojo besó sus mejillas justo por donde las lágrimas dejaban su paso. Cuando sintió que el dolor disminuía movió de forma lenta sus caderas, a lo que HoSeok sonrió y comenzó con movimientos suaves de pelvis.

—O-Oh dios... —HoSeok lo sujetaba con los brazos rodeando su espalda procurando que no cayera.

—Si te soy sincero... —dijo Hoseok en un jadeo— No... No creí que no tuvieras experiencia, Kim... Joder, estás tan apretado —el rostro de TaeHyung enrojeció aún más.

El mayor, en un movimiento rápido, desató las muñecas del peligris anteriormente atadas con su corbata. TaeHyung aprovechó para rodear con sus brazos el cuello de HoSeok, soltando todos los gemidos en todo su oído. El miembro de HoSeok entraba y salía con fuerza de sus paredes, llevándolo al mismísimo cielo, ¿o debería decir el infierno? Sus cuerpos quemaban como si se encontraran en el mismísimo infierno.

—¡O-Oh! ¡A-Ahí! ¡M-Mier... da!

Espasmos comenzaron a repartirse por toda la anatomía de TaeHyung. HoSeok estaba pegando en su punto dulce. Todo aquello se encontraba por muy encima de la fantasía erótica que había tenido en el baño el día anterior. Los jadeos de HoSeok hacían todo mucho más placentero. Su voz rasposa, su aliento cálido chocando contra su cuello hacía que su cuerpo vibrara. Ambos comenzaron a sentir el famoso calorcillo concentrarse en sus partes íntimas, las pequeñas descargas eléctricas. Las penetraciones comenzaron a ser más fuertes y rápidas. El escritorio chirriaba debido a su vejez.

—¡P-Papi! ¡V-Voy a-!

—No gimas tan alto, cariño. Recuerda que todavía estamos en clase.

Cuando TaeHyung abrió la boca para decir cualquier otra cosa, HoSeok aprovechó para besarlo de nuevo e introducir su lengua en toda su cavidad. El pelirrojo, con una mano, inició leves estocadas en el pene del peligris. Aquello bastó para que TaeHyung eyaculara y entrara al tan deseado orgasmo, soltando todo su climax sobre los labios de Jung.

—A-Aguanta un poco más, nene —gruñó HoSeok sin parar las estocadas. Segundos después la esencia viscosa llenó el interior de TaeHyung.

Cuando HoSeok paró sus movimientos, lo único que se lograba escuchar eran las respiraciones agitadas que intentaban regularse hasta llegar a su estado normal. TaeHyung escondió su rostro en el cuello de su profesor y cerró los ojos aspirando de nuevo su olor.
Muy bien... ¿y ahora...?

¿Qué?

¿Fin?

Antes que nada, ¿cómo lleváis estos días? ¿Habéis estado comiendo bien, descansando bien? Más vale que sí.
Quizás deba decir Feliz Navidad, pero no es de mi agrado, además de que maybe es ya algo tarde lmao.
Eso sí, espero que estéis pasando unos días de fiesta agradables.
Disculparme por no haber actualizado, pero en mi otro fanfic Hobi sangsenim explico el porqué mejor. Básicamente exámenes finales y blah blah.
Disculparme también por la calidad de ese intento de lemon sidoso kskdjsk. Aunque ojalá haya sido al menos de vuestro ínfimo agrado.
Sin nada más que decir: Muchas gracias por todo el apoyo a este desastre, realmente me habéis hecho reír con comentarios anteriores. Sin duda sois las mejores, en serio.

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