001.
❛ 001. hola a la princesa ❜
Luego de charlar con su hermana, Charlotte decidió ir al lago de canoas. Estuvo un momento a solas, disfrutando el fresco día hasta que escucho unas pisadas a su espalda.
No se dio la vuelta, al menos hasta que escucho como le hablaban.
— Ugh. Estas aquí.
— También es bueno verte, Olympe.—Charlotte notó que Olympe estaba mojada e iba acompañada de Annabeth Chase y el chico con el que las vio al principio, estando la rubia totalmente empapada.
Percy miró con asombro a Charlotte, claramente sabía quien era ella pero no se imagino que alguien como ella fuera una semidiosa y menos que estuviera en el campamento mestizo. Olympe al contrario de Percy miraba con fastidio a la princesa, como si deseara que la tierra se la tragara.
Charlie notando la mirada de Percy le sonrió suavemente, haciendo que Percy tragara seco.
Annabeth sin importarle le tensión, los presentó:
— Charlotte, el es Percy Jackson, por determinar. Percy supongo que ya la conoces, Charlotte LaBeouf.
— Hola. — Percy deseo darse una cachetada por la estupidez que dijo, estaba frente a una princesa, no podía decir simplemente hola.
— Es un placer, Percy. Escuché mucho sobre ti.
— Si, al igual que medio mundo, LaBeouf.
Percy miro entre ambas, era claro que la peli blanca no soportaba la idea de compartir oxígeno con la rubia.
Así que deseando no hacer más incomodo el momento, habló:
— Chicas, siento lo ocurrido en el lavabo.
—No importa.
— Si importa.
— No ha sido culpa mía.
Las tres lo miraron con aire escéptico, y reparó en que sí había sido culpa suya. Charlotte no había estado cuando ocurrió eso pero claro que se enteró lo qué pasó.
—Tienes que hablar con el Oráculo —dijo Annabeth.
—¿Con quién?
—No con quién, sino con qué. El Oráculo. Se lo pediré a Quirón.
Quirón. Charlotte olvidó avisarle que había llegado, aunque tal vez ya se habría enterado, tendría que haberlo hecho.
—No las animes —le avisó Annabeth al verlo saludando a las náyades—. Las náyades son terribles como novias.
— ¿Náyades? —repitió—. Hasta aquí hemos llegado. Quiero volver a casa ahora.
Annabeth puso ceño.
— ¿Es que no lo pillas, Percy? Ya estás en casa. Éste es el único lugar seguro en la tierra para los chicos como nosotros.
— ¿Te refieres a chicos con problemas mentales?
— Se refiero a no humanos. O por lo menos no del todo humanos. Medio humanos.
—¿Medio humanos y medio qué?
—Creo que ya lo sabes.
Charlotte noto que Percy no quería admitirlo, lo entendía, no era fácil enterarse y menos digerirlo.
—Dios —contestó el pelinegro—. Medio dios.
Annabeth asintió.
—Tu padre no está muerto, Percy. Es uno de los Olímpicos.
—Eso es... un disparate.
—¿Lo es? ¿Qué es lo más habitual en las antiguas historias de los dioses? Iban por ahí enamorándose de humanos y teniendo hijos con ellos, ¿recuerdas? ¿Crees que han cambiado de costumbres en los últimos milenios?
—Pero eso no son más que... —Iba a decir mitos otra vez, pero recordó la advertencia de Quirón: al cabo de dos mil años yo también podría ser considerado un mito—. Pero si todos los chicos que hay aquí son medio dioses...
—Semidioses —apostilló Annabeth—. Ése es el término oficial. O mestizos, en lenguaje coloquial.
—Entonces ¿quién es tu padre?
Aferró con fuerza la barandilla. Tuvo la impresión de haber tocado un tema delicado.
—Mi padre es profesor en West Point —le dijo—. No lo veo desde que era muy pequeña. Da clases de Historia de Norteamérica.
—Entonces es humano.
—Pues claro. ¿Acaso crees que sólo los dioses masculinos pueden encontrar atractivos a los humanos? ¡Qué sexista eres!
—¿Quién es tu madre, pues?
—Cabaña seis.
—¿Qué es?
Annabeth se irguió.
—Atenea, diosa de la sabiduría y la batalla.
«Vale —pensó—. ¿Por qué no?».
— ¿Y tu, Olympe?
— Afrodita, diosa del amor y la belleza.
Eso explicaba mucho—pensó Percy.
Posó su mirada en Charlotte a la espera, realmente no se imaginaba quien podía ser. No tenia ni idea si era hija de un dios o una diosa, dado que en todos los medios mostraban que tenia madre y padre.
Charlotte al notar su mirada, respondió:
— Mi padre es Apolo, Dios del sol.
Y mucho otros títulos, quizá agregar pero no le pareció correcto.
Y Percy formuló la pregunta que más le interesaba:
—¿Y mi padre?
—Por determinar —repuso Olympe—, como te dijeron antes. Nadie lo sabe.
—Excepto mi madre. Ella lo sabía.
—Puede que no, Percy. Los dioses no siempre revelan sus identidades.
—Mi padre lo habría hecho. La quería.
Annabeth respondió con mucho tacto; no quería desilusionarlo.
—Puede que tengas razón. Puede que envíe una señal. Es la única manera de saberlo seguro: tu padre tiene que enviarte una señal reclamándote como hijo. A veces ocurre.
—¿Quieres decir que a veces no?
Charlotte recorrió la barandilla con la mano.
—Los dioses están ocupados. Tienen un montón de hijos y no siempre... Bueno, a veces no les importamos, Percy. Nos ignoran.
Charlotte recordó cómo se sintió cuando Apollo la reconoció y luego de muchos meses después se apareció en uno de sus sueños solo para darle un regalo. Había conocido chicos así en su academia, enviados a internados por padres ricos que no tenían tiempo para ellos. Pero los dioses deberían comportarse mejor, ¿no?
—Así que estoy atrapado aquí, ¿verdad? —dijo Percy—. ¿Para el resto de mi vida?
—Depende. Algunos campistas se quedan sólo durante el verano. Si eres hijo de un dios menor, probablemente no seas una fuerza realmente poderosa. Los monstruos podrían ignorarte, y en ese caso te las arreglarías con unos meses de entrenamiento estival y vivirías en el mundo mortal el resto del año. Pero para algunos de nosotros es demasiado peligroso marcharse. Somos anuales. En el mundo mortal atraemos monstruos; nos presienten, se acercan para desafiarnos. En la mayoría de los casos nos ignoran hasta que somos lo bastante mayores para crear problemas, ya sabes, a partir de los diez u once años. Pero después de esa edad, la mayoría de los semidioses vienen aquí si no quieren acabar muertos. Algunos consiguen sobrevivir en el mundo exterior y se convierten en famosos. Créeme, si te dijera sus nombres los reconocerías. Algunos ni siquiera saben que son semidioses. Pero, en fin, son muy pocos.
—¿Así que los monstruos no pueden entrar aquí?
Annabeth meneó la cabeza.
—No a menos que se los utilice intencionadamente para surtir los bosques o sean invocados por alguien de dentro.
—¿Por qué querría nadie invocar a un monstruo?
—Para combates de entrenamiento. Para hacer chistes prácticos.
—¿Chistes prácticos?
—Lo importante es que los límites están sellados para mantener fuera a los mortales y los monstruos. Desde fuera, los mortales miran el valle y no ven nada raro, sólo una granja de fresas.
Ugh fresas
—¿Así que ustedes son anuales?
Charlotte asintió. Por el cuello de la camiseta se sacó un collar de cuero con tres cuentas de arcilla de distintos colores. Era igual que el de Luke.
— Yo estoy aquí hace tres años.
— Yo desde que tenía siete años y Olympe seis—dijo Annabeth—. Cada agosto, el último día de la sesión estival, te otorgan una cuenta por sobrevivir un año más. Llevamos más tiempo aquí que la mayoría de los consejeros, y ellos están todos en la universidad.
— ¿Cómo llegaron tan pronto?
Hizo girar el anillo de su collar.
— Eso no es asunto tuyo.
— Ya. —Guardó un incómodo silencio—. Bueno, y... ¿podría marcharme de aquí si quisiera?
— Sería un suicidio, pero podrías, con el permiso del señor D o de Quirón.—respondió, la peli blanca— Por supuesto, no dan ningún permiso hasta el final del verano a menos que...
— ¿A menos qué?
— Que te asignen una misión. Pero eso casi nunca ocurre. La última vez... — Annabeth dejó la frase a medias; su tono sugería que la última vez no había ido bien.
— En la enfermería —dijo—, cuando Olympe me daba aquella cosa...
— Ambrosía.
— Sí. Me preguntaron algo del solsticio de verano.
Charlotte empezó a sentir que sobraba—cosa que no ocurría mucho— así que decidió que lo mejor era irse a su cabaña para prepararse para la cena.
— Adiós.
Se dio la vuelta cuando le devolvieron el despido, yendo a su cabaña sin saber que la llegada de Percy Jackson traería grandes consecuencias.
wandi's notes
Okk, cap feo perooo quería actualizar tenia muy abandonado este fic pero es que lo empece a escribir para no perder la idea y entonces se me fue la inspiración jijij
Adivinen
El 22 de diciembre cumplo 15 años jjsjsj así que bueno (actualización: ya tengo 16 y este año cumplo los 17💔)
Perdónenme el cap feo y les promete que pasando el 14 de enero, día en el que me hacen mi fiesta de xv, voy a andar súper activa es que ahora que ya no estoy en la escuela toda mi energía se la lleva el ver las cosas de la fiesta y así
Entonces sin nada más que decir me despido.
XOXO
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