Extra dos: Quería marcar mi territorio
[Advertencia: Este capítulo puede contener elementos subidos, de tono o de índole sexual, leer con discreción]
Estoy completamente muerto de cansancio por todo lo ocurrido en el Meet and Greet. Desde la tarde no he parado de hablar sobre la creación de mi novela, contestar algunas incógnitas de los fans, anunciar la edición especial de mi libro y lo que más tiempo me tomó fue el momento de la firma. Ver a todos mis fanáticos mientras escribía sus nombres acompañados con mi firma, es una experiencia que cualquier aspirante a escritor desea de corazón.
Solo tiene un pequeño problema: terminas hecho polvo.
No sé cómo pude conducir hasta mi casa, abrir la puerta a la primera y dejar mis zapatos en la entrada. Siento el cuerpo pesado, quería comer algo e irme a la cama para dormir por una semana completa. Lo peor es que mañana iremos a pasar un fin de semana en casa de Mark y Julio. Ellos nos invitaron a mi mamá y mí a una comida casera y con la promesa de que mi madre conociera a Darwin y yo volviera a ver a mi novio después de casi ignorarlo por todo un mes. Bueno, ignóralo es una palabra muy fuerte, yo diría que estuve demasiado ocupado como para bombardearlo con el amor que se merece. De hecho, ya tengo un regalo especial, y es que luego de una limpieza en mi habitación encontré el álbum de fotografías que hemos realizado todo nuestro grupo de amigos con momentos tan memorables como nuestro beso en la fiesta de Marcelo, el baile de Michi y Vero, la vestimenta playera de Marcelo, una foto de Amelia y Teresa, Mark abrazando a Vero mientras ella sonríe y muchas más fotos donde beso o abrazo a Michi. Este álbum se lo íbamos a regalar, apenas nos juntáramos, pero ocurrió lo del incendio, ocasionando que dejara a un lado el álbum y pues luego de una eternidad lo encontré. Mejor tarde que nunca.
—Mamá, ya llegué.
—Hola, cariño.
Mis ojos se abrieron de par en par tras escuchar esa voz.
No era mi madre.
Era Michi.
Me acerqué a la cocina para toparme con mi novio, quien estaba revolviendo una masa que parecía pastel, pero eso no era lo impactante, era verlo usando un mandil con la frase: taste me. El mandil estaba muy apretado, logrando destacar su cintura y, más al no llevar más que una simple camiseta blanca y unos bóxeres negros, puede apreciar sus muslos.
Rápidamente, mis mejillas se calentaron. No soy un santo del todo, conozco cada parte de Michi, pero tenerlo semidesnudo en mi cocina con el riesgo de que lo viera mi madre me alarmó demasiado. No sabía si ir por una manta para toparlo o cerrar mis ojos.
—Amor, ¿qué haces en paños menores?
—Hasta la pregunta ofende, mi Teddy —dejó el tazón en el mesón para luego pasarle el dedo y llevárselo a la boca de manera provocativa—. Quería hacerte un pastel por tus esfuerzos y aprovechar que tu madre está con sus amigas, quise usar este atuendo para soportar este calor —usa su propia mano como abanico, mientras que con su otra mano se toca la frente—. Dios, estoy muy caliente, diría que mi cuerpo está quemando.
Mis ojos no podían estarse quietos, pasaban del rostro bello de Michael, a sus muslos desnudos en su piel blanca sin vellos, a su mano venteándose lentamente y terminando en sus labios carnosos, los cuales son humedecidos por su lengua.
—¿Pero sabes? —Con uno de sus dedos tocó mi pecho y, como si fueran piernas, recorrieron todo mi pecho hasta llegar a mis labios—. El pastel es dulce, muy dulce, pero tengo algo más dulce que te puede gustar. —Tomo mi corbata y me jalo tan cerca de su rostro—. ¿Quieres saber qué es, Teddy?
Su voz era apenas un susurro, un persuasivo susurro que ponía todos mis pelos de puntas. Sus ojos cafés parecían brillar conforme más lo miraba y Dios, sus labios, sus jodidos labios, parecían ser un manjar del que muero por probar.
—Claro que quiero, Michi —mencioné casi como una súplica.
—Te daría una pista, es una parte de mi cuerpo.
—¿De verdad? —tragué saliva—. ¿Puedo saber qué parte en específico?
—Pues tendrás que probarme hasta que descubras qué parte de mi cuerpo es la más dulce.
Antes de que pudiera responder, Michi me llevó cuál perro con correa a mi habitación y cualquier rastro de sueño o cansancio desapareció al momento en que mi novio me tiró a la cama y él se tocaba todo el cuerpo de manera lenta.
—Sabes, nunca he sido una persona hormonal. El sexo no me parecía la gran cosa, hasta que probé tu miembro —la sola mención de mi miembro en su voz provoca que mis mejillas ardieran y un sentimiento de vergüenza me controlara—. Tan grande, tan jugoso, tan apetecible.
Debía estar drogado o borracho, él no suele decir esas cosas, ni siquiera en los momentos más calientes suele ser tan explícito. Juro que si Marcelo tiene algo que ver... bueno, no sé si agradecer o enojarme.
—¿Recuerdas la canción de Ariana Grande que escuchamos hace años? —Michael se sacó el mandil de manera lenta—. Everyday —Se quitó la camiseta dejando a la vista su pecho desnudo, inclusive me tiró la camiseta que tomé con mucho gusto—. Habla sobre tener sexo todos los días de la semana: cada día, cada hora, cada minuto. Qué ridiculez, ¿verdad?
Se acercaba de forma lenta hacia la cama y mi miembro, ya erecto por verlo como un animal salvaje en caza de su presa, su mirada me penetraba a la igual de sus movimientos seductores. Comenzó a gatear en la cama hasta terminar encima de mí y con sus dientes morder mi labio inferior.
—Pues ahora comprendo a la perfección esa canción, logrando que sea todo un pervertido —besó mi cuello—. Quiero hacerlo todos los días —besó mi clavícula—. Qué marqués tu territorio —besó mi mejilla—. Qué me cojas duro —besó mis labios.
La presión que tenemos es fuerte, no quería que me alejara de sus labios como yo no quería irme. Agarro su trasero mientras mis dedos pasan de la tela del bóxer para tocar su suave piel. Quiero tocar más cuando Michael se separa de nuestro beso para sentarse encima de mi erección, que si no fuera por la tela, estaríamos cerca de juntar nuestros cuerpos y ser uno solo.
—Estoy tan puto caliente —pone sus manos en mi pecho mientras con su trasero acaricia mi bulto—. ¿Estás listo para romper la cama, mi hermoso Theodore?
—Por supuesto, mi Michi.
Volvió a besarme mientras con sus uñas las clavaba en mis mejillas, logrando que estas se pusieran más calientes. Quería hacer tanto con él, quería probarles marcas en todo el cuerpo, quería marcar mi territorio, quería que viera que soy solo suyo, como yo soy solo suyo. Quería meter mi miembro en él de una maldita vez.
—¡Theodore Miller!
Abrí los ojos y no había rastro de mi novio en ropa interior, tampoco era de tarde y mucho menos rastros de que hubiera estado en mi habitación.
—¡Ya despierta, muchacho! —La voz de mi mamá logró ponerme en la realidad y descubrir que todo lo ocurrido fue solo un sueño—. ¡Juro que si no te despiertas, tomaré un taxi y me iré yo sola!
—¡Ya desperté! —respondí con el mismo escándalo con el que fui recibido.
—Me alegro, tesoro —volvió a usar su voz tranquila como si no me hubiera amenazado con irse—, ahora baja cuando estés listo.
Aplaste mis manos en mi rostro cubierto de sudor y con un ardor que notaba mi vergüenza. Acaba de tener un sueño húmedo a mis veinte años y lo que es peor, acaba de manchar las sábanas.
—Carajo.
Salgo de la cama quitando todo rastro de manchas blanquecinas y debo meterla en la lavadora antes de irnos. Porque, al contrario de mi sueño, no iremos a casa de Michi, sino que iremos al aeropuerto en donde nos encontraremos con mi novio para irnos a esas dichosas vacaciones propuestas por mi padre. De hecho, tengo las maletas listas en donde va el álbum que hicimos todos para Michi.
Otra cosa que fue un sueño fue todo lo relacionado con el Meet and greet. Si bien tengo programado este evento para intermedios del otro mes, una tiktoker famosa será mi presentadora. Lo único que hice ayer fue asistir a una charla con la editorial para aprobar una edición especial de mi libro con una portada más minimalista, mi firma en digital y los cantos pintados de rosa. No puedo creer que mi libro en tan solo un mes está teniendo tanto interés, me cautiva el corazón al saber eso y, al igual que mi fan número uno, me recuerda noche a noche que mi sueño no fuera sin su ayuda.
Michi <3
Eres increíble, Teddy, sigue siendo tú mismo
Te amo.
Con ese mensaje me fui a dormir y, bueno, terminé soñando a Michi como un joven caliente. ¿Puede ser la falta de sexo que me tiene así? Es que normalmente solíamos hacerlo una vez por semana, luego una vez por mes y ahora, no recuerdo cuándo fue la última vez que lo hicimos. Se podría decir que ya soy un experto en eso del sexo gay; debo reconocer que me siento avergonzado de que mis mejores trucos fueron brindados por Marcelo, sigo sin creer que haya comprado "El Kamasutra Gay del siglo XXI" y también que yo estuve atento a sus declaraciones.
Dejando la calentura a un lado.
Me doy una ducha, utilizo mi vestimenta convencional, tomo mis maletas y luego de dejar las evidencias de mi sueño húmedo, bajo para encontrarme con mi madre hablando en su teléfono con Dereck, su actual pareja.
—Ya bajo Theo, me tengo que ir.
—Nos vemos en tres días. —Tiene un acento italiano bastante marcado.
—Más te vale, me debes una cita —dijo mi madre con una sonrisa.
—Claro que lo recuerdo, raggio di sole.
—Adiós, Dereck.
Mamá le manda un beso volado antes de colgar. Son una pareja tierna, teniendo en cuenta que se conocieron gracias al esposo del director Stephen.
—En serio, mamá, el día en que consigas una pareja completamente latina será el fin de tu existencia. —Me acerco para besarle la frente e ir por mi desayuno.
—Pues tengo un encanto para los extranjeros o se deleitan por mi monumental cuerpo —dijo eso mientras pasaba sus manos por todo su cuerpo.
—Demasiada información, mamá.
—Ni siquiera he dicho algo tan explícito. Además, Dereck me estaba enseñando algunas palabras en italiano —tose un poco mientras se acomoda su vestimenta—. Ciao.
El movimiento de mano y la manera en que lo dijo, sabía a la perfección de qué se trataba esa palabra.
—¿Dereck te enseño a decir Chao en italiano?
—No, Chao, es Ciao. Significa "hola" en italiano.
—Pues, como lo dices, parecen la misma cosa. Necesitas a un mejor instructor.
—Por lo menos deberías estar feliz de que tu madre encontró un buen hombre y que es lindo conmigo.
—Claro que estoy feliz con eso, solo que sus muestras de amor son algo... cursis.
Doy el primer mordisco a mi tostada cuando mi celular vibra empezando a sonar la canción Lavender Haze y una sonrisa apareció en mi rostro al ver de quién se trataba.
—Buenos días, amor, ¿dormiste bien?
—La hipocresía en su máximo esplendor.
Decidí ignorar el comentario de mi madre para alejarme de la cocina y poder hablar con tranquilidad.
—Algo, aunque me sigue atormentando el hecho de que veré a tu padre.
Claro que tiene miedo, mi padre es la definición de desarrollo de personaje. Originalmente, era un cerdo homofóbico que podía convertirse en un tremendo idiota. No fue gracias a su actual esposa que logró ir a terapia para calmar esos comportamientos tan despreciables y bueno, ahora no digo que es un ángel sin ningún error, pero cuando ve a una persona de la comunidad ya no le da asco o ganas de romper algo. Un gran avance teniendo en cuenta que él y su hermano fueron criados con unos padres exageradamente homofóbicos.
—Tranquilo, Michi, no dejaré que mi padre te diga o haga algo. Además, piensa en lo bien que no nos vamos a pasar en Italia. —camino en círculo mientras sonrió—. El mar, las casas, las flores, los...
—Los italianos, dicen que están para comérselos.
Escuchar la risa de mi novio no ayudó a mi estado de shock por escuchar eso.
—Oye, recuerda que estás en una relación, nada de pensar en otros chicos. —mencioné con una ligera risa.
—De acuerdo, trataré de hacerme de la vista gorda cuando vea a un italiano lindo.
—Esa es la actitud —esperé callado por unos segundos—. ¿No me escuché muy controlador?
—Diré que no para hacerte sentir mejor.
—Bobo. Tengo que colgar, mi madre me está poniendo su cara de enojo, eso me da dos minutos para desayunar.
—Está bien, nos vemos en el aeropuerto, te amo.
—Yo te amo más.
Ambos mandamos un beso esperando que reciba el mío como yo recibo encantado el suyo.
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Desde que publique mi libro, este viaje será mis primeras vacaciones en donde no le prestaré ninguna importancia al mundo editorial. Incluso, le escribí a mi editora que por estos días no tenía nada planeado con nada relacionado con libros. Por ahora solo pensaré en mi familia y mi novio. Aunque bueno, soy un escritor ya con un libro público, es obvio que tengo mi libreta de ideas en la mano en donde escribo cualquier idea o escena hipotética.
—¿Te emociona este viaje?
Ambos estamos en el asiento trasero del taxi mientras que yo estaba escuchando una canción al alzar, y mi madre estaba con su sopa de letras, solo que ahora toco mi hombro mientras me brindaba una sonrisa nerviosa.
—¿También tienes nervios de pasar tiempo con mi padre? —pregunté quitándome los audífonos.
—No es que tenga nervios. Él ya ha cambiado... dentro de lo esperado —puso los ojos en blanco—. Ya tiene formada su nueva vida y estoy feliz de que no quiera eliminarte de ella, pero siento que sobro en este viaje.
—No digas eso, mamá, tú eres de las personas que más me importan en la vida, por eso quiero que vengas a este viaje, además papá dijo que podrías venir sin ningún problema.
—Claro que sé eso, si me lo dijo con miedo de que lo mandara a la mierda.
Cubro mi risa con la libreta.
—Tiene suerte que quiero conocer a Chloe y que Jessica es agradable —prosiguió cruzándose los brazos—. Pero decir que pasaré el viaje contigo es perder mi tiempo.
—¿Por qué lo dices?
—¿Quieres que te responda la pregunta? Es más que seguro que vas a pasar pegado como chicle con mi yerno.
Trago saliva al escuchar la palabra yerno y más haciendo referencia a Michael.
Al igual que tener sueños en donde tengo a mi Michael rojo de la pena mientras realizamos actos sexuales. También suelo tener sueños en donde los dos vivimos solos, estamos casados, usando anillos dorados, durmiendo en la misma casa. Él teniendo su consultorio o trabajando en uno, mientras yo tengo mi habitación de escritura e incluso una noche soñé que teníamos un hijo con las cualidades de los dos: cabello rizado y pecas debajo de sus ojos.
—Tampoco es que voy a estar todo el tiempo con mi novio, también tengo que pasar tiempo con mi familia. Sobre todo, con mi primo.
Si mi padre era un imbécil por una mala crianza de su padre, pues su hermano no debe esperar mucho. Mi tío Ethan, es... peculiar. Tiene una apariencia de adonis: alto, mentón marcado, en forma y con dinero. Vamos, que tuvo los buenos genes de la familia y, tras una serie de buenas decisiones, tiene una gran casa, gana muy bien como administrador de empresas y siempre luce impecable. Pero todo eso hizo que fuera una porquería en el amor, por lo menos mi padre tuvo una relación linda con mi madre —en lo que se refiere a la atracción romántica de ellos dos— y actualmente está haciendo todo lo posible de ser un gran esposo para Jessica y un gran padre para Chloe. Pero mi tío nunca pudo mantener una novia por más de dos meses y cuando tuvo a su hijo, en vez de llenarlo de amor, desde pequeño lo obligaba a estudiar y casi, por no decir nunca, pude pasar tiempo con él.
Eso hasta ahora.
Ambos vendrán a estas vacaciones y es una de las razones por las que estoy emocionado por este viaje.
Cuando llegamos al aeropuerto, bajamos las maletas y nos acercamos a la sala de espera en donde se encontraba Marcelo hablando perfecto italiano mientras Julio y Mark le prestaban atención.
—Si dice che non piaccia.
—¿Y cómo se dice, tengo mucho sueño? —preguntó Julio, quien tenía unas ojeras bastante pronunciadas.
—¿En verdad quieres saber eso o estás pensando en voz alta? —preguntó Marcelo bajando sus gafas negras.
—Ciao —saludó mi madre mientras Mark la abrazaba mientras la saludaba.
—Hasta que vienen, ya pensé que dejarías solito a mi hermano de mis padres gais.
—¿Y dónde está él?
—Está tratando de dormir a Darwin. —respondió Mark—, no durmió en toda la noche.
—Debe ser duro —mi madre acariciaba el hombro de los dos hombres.
—Iré a verlo. —propuse.
—Al fondo a la izquierda —dijo Marcelo—, pero no te pongas honry, literalmente hay un bebé presente.
Le lanzo mi maleta, logrando quitarle la sonrisa de la boca y voy donde me dijo Marcelo. Esperaba verlo con una carriola o incluso lo esperaba al borde del estrés por cuidar de su sobrino. Pero fue una grata sorpresa encontrarme a Michi moviendo lentamente a Darwin mientras cantaba una canción de cuna.
—La luna, lunita clara. Casi, casi se cayó.
El pequeño Darwin tenía los ojos cerrados mientras tenía la cabeza pegada en el pecho de Michael, eso no lo detenía de cantar esa cancioncita, logrando que mi corazón se derritiera del amor de esta escena. Incluso logré grabar un poco de la escena antes de ser descubierto por mi novio.
—Teddy.
Su voz era un suave susurro a la par que su rostro mostraba una sonrisa. Quisiera decir que extrañaba verlo, pero no quería despertar a Darwin, así que solo le doy un dulce beso antes de que Michael pusiera a su sobrino en la carriola.
—Le están saliendo los dientes y, anoche, no durmió para nada.
Podía corroborarse con eso. Michael bostezaba en cada palabra, sus ojos estaban entrecerrados y por su ropa: su clásico pantalón largo y su suéter, es que no escatimo en la manera de vestirse.
—Ya tendrás mucho tiempo para dormir en el avión. Exactamente veinte horas.
Suelta un suspiro agobiante mientras coloca su cabeza entremedio de mi cabeza y hombro.
—De solo pensarlo ya me siento mareado.
—El primer viaje siempre es el más difícil.
—No me estás ayudando.
—Pero, eso también significa que es el viaje que siempre recordarás.
—Supongo —suspira—, pero sigo con miedo de pasar tiempo con tu familia, no siento que les caeré bien.
—No digas eso, mi Michi —acarició su mejilla—. Mi madre estará ahí, además la esposa de mi papá es un amor. De Dylan no sé mucho, pero dudo que sea un imbécil y su padre sí da algo de miedo.
—En serio que eres pésimo para tranquilizar a la gente, amor.
—Lo que importa es que estaremos toda una semana en Italia, disfrutando de los hermosos paisajes, su rica comida y espero ver toda la ropa veraniega que me vas a modelar.
—Por favor —sus mejillas estaban levemente sonrojadas—, no te hagas muchas ilusiones, oso caliente.
—Eso no me dijiste en la videollamada de antes de ayer.
—Teddy.
No necesitaba verlo para saber que estaba rojo de pena, lo sentía en mi cuello. Pero fue él quien me llamó para solo hablar un rato y fue él quien propuso volver a esas llamadas picantes, en donde me dio un show que pudo influir en mi sueño húmedo.
Junto mis labios en su frente para luego acariciar sus mejillas rojizas y disculparme. Eso ayudó a calmar los nervios de mi novio. Volvemos con los demás llevando a Darwin en su choque que, por la cara de felicidad de sus padres, seguía plácidamente dormido.
—Ya volvieron mis segundos papis gais favoritos —se burló Marcelo en voz baja.
—No es por interrumpir ni nada, pero nuestro avión está a punto de embarcar. —dijo mi madre mientras tomaba sus maletas.
Michael se despidió de la parejita con un abrazo, mientras que con Marcelo fue un saludo de mano para luego tomar sus maletas.
—¿Listo, Michi?
—No —afirmó—. Pero contigo sé que puedo estar seguro.
—Lo mismo digo, amor.
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De pequeño iba muy seguido en avión, por el trabajo de mi padre, pero estar veinte horas en uno no fue nada cómodo. Por momentos mi cuello fue almohada tanto por mi madre como por mi novio, otras veces quería concentrarme en escribir algo, pero las turbulencias no me ayudaban y lo peor es que al llevar al aeropuerto de Venecia, quería darme un tiro del sueño. De seguro en mi hogar es supertarde, mientras que aquí recién está atardeciendo.
Michi por extraño que me parezca, se lo ve bastante tranquilo, tal vez algo cansado, pero no veo rastro de querer acabar con su vida de cansancio. Cosa que sí puedo ver en mi madre que está más dormida que despierta.
—Jessica dice que estará con un letroro. —Mi madre apenas podía hablar.
—Ya la vi.
Llevamos las maletas junto a la señora de melena rubia, quien llevaba un vestido largo con unos zapatos Nike blancos. Tenía un letrero que decía: Bienvenidos a Venecia, seguidos de nuestros nombres. Ella mostraba una sonrisa amplia mientras corría para hablar a mi mamá, quien no supo cómo afrontar ese gesto.
—God, me alegran verlo todos aquí —se notaba que su lengua materna es el inglés, aunque debo reconocer que su español no es malo—. Dolores, you look amazing.
Mi madre le sonrió con todas sus fuerzas mientras intentaba mantener los ojos abiertos.
—Theo, sweetheart, has crecido mucho, mira ese rastro de barba —Jessica tenía mis mejillas en sus manos mientras movía mi cabeza como si fuera un control.
Por último, sonrió mientras se acercaba a Michael, quien no paraba de ver todo a su alrededor.
—No way, tu debes ser Michael —dijo su nombre como lo diría un gringo. Se escucha, curioso—. Es un gusto conocerte, oh gosh, te ves tan tierno, ya veo por qué Theo se enamoró de ti.
Michael parecía avergonzado, pero seguía sonriéndole mientras yo pasaba mi brazo por su hombro.
—Bien, ya todos aquí, es hora de irnos —dio unos aplausos mientras ayudaba a llevar las maletas de mi madre—. Come on.
Jessica nos contaba que ella y mi padre llegaron hace dos días, mientras que mi tío y primo llegaron hoy en la mañana. Por lo que todos nos estaban esperando en el Airbnb que rentaron mi padre y mi tío. El vehículo en donde había venido Jessica era un jet azul bastante bonito. Pusimos las maletas en la cajuela mientras mi madre se sentaba en copiloto y Jessica se puso unas gafas negras y unos guantes sin dedos.
—Let's ride.
Las vistas de la ciudad eran hermosas, todo me daba vibra a una novela romántica de época, puede que mi próxima novela sea un romance italiano. Antes de que pudiera poner algunas ideas en mi libreta, mi novio no paraba de ver por la ventana, estaba sorprendido, era como un niño descubriendo el mundo.
—¿Es tu primer viaje largo, amor?
—Sí —respondió sin apegar su rostro de la ventana—. Con mis padres nunca salimos fuera de la ciudad, y con Mark por lo menos me llevo a conocer algunos lugares interesantes, pero es la primera vez que estoy en otro país.
—Darling, amarás Venecia, mi prima pasaba vacaciones aquí y siempre presumía lo mucho que amaba este lugar. Ahora yo le presumiré que tendré unas vacaciones de muerte, that bitch.
—Pues debemos disfrutar al máximo para opacarla —dijo Michael.
—Así se habla.
Llegamos a la casa de alquiler, la cual estaba algo alejada de las mejores partes de la ciudad, pero este lugar era perfecto para todos y lo mejor es que tenía una piscina y parrilla para continuar con la diversión, palabras de Jessica. Entramos al lugar donde la entrada solo era una fachada para mostrar el verdadero lugar. En el centro se encontraba la piscina con varias sillas, alrededor se ubicaban las habitaciones y todo con una vibra de elegancia y antigua muy curiosa. Tal vez plasme todo esto en mis escritos.
—Honey Boo, llegue —Jessica se acercó a mi padre, quien llevaba una barba larga y una sonrisa algo nerviosa.
—Hi, babe —besó a su esposa mientras este le toma la mano—. La niña está dormida en su habitación.
—Thanks God, necesito un vino para terminar este día.
—Yo me apunto también —habló mi madre, que logró tensar el ambiente—. Hola, Oliver.
—Dolores... es un gusto verte.
Aunque mis padres quedaron en buenos términos, eso no quita el hecho de que mi padre hizo cosas horribles que logran enojar a tal nivel a mi madre, que juraba darle un buen golpe si se lo llegaba a encontrar de nuevo. Pero, supongo que eso también quedó en el pasado.
—Supongo que digo lo mismo —se cruzó de brazos—. Por ahora quiero ese vino y dormir, vengo muerta.
—Oh, Darling, vamos, tienes que probar el de uva, está para morirse.
Las señoras se fueron a la cocina mientras mi novio y yo nos quedamos con mi padre, quien nos miraba sin saber cómo actuar. Agarró la mano de Michael, quien rápidamente replicó el gesto.
—Hola, campeón, te ves bien.
—Gracias, papá, tú también.
—Es un gusto, señor —Michael me suelta la mano para acercarse a mi padre y brindarle la mano.
—Por favor —Mi padre se acercó a Michael y, antes que pudiera hacer algo, lo tomó de la mano para abrazarlo con fuerza al punto de tronar sus huesos. Un gesto que hacía siempre de pequeño—. Deja las formalidades, somos familia, muchacho. Llámame, Oliver.
Michael logró sonreír por la muestra tan brusca de mi padre.
—Gracias, Oliver.
Suspiré aliviado al ver cómo las terapias ayudaron demasiado a mi padre. Le hicieron ver que, por tener gustos diferentes, no te hacía algo malo o deplorable. Esa homofonía pudo controlarse y ahora podría decir que este señor que abrazaba a mi novio, era el padre que admiraba desde pequeño. Incluso viajó a la ciudad solo para poder disculparse con Federica. Ella aceptó sus disculpas, aunque no fue capaz de perdonarlo, cosa que aceptó mi padre.
—¿Por qué no van a descansar, deben estar muertos?
—Algo, papá. Por cierto, ¿dónde están mi tío y Dylan?
—Mi hermano fue a comprar unas cosas, mientras que Dylan está en su habitación, creo que está estudiando o algo así.
—¿En serio? Pero estamos de vacaciones.
—Lo sé, pero ya sabes cómo es ese muchacho, siempre estudiando.
Más bien, su padre siempre le exige estudiar de más. Mamá dice que ese pobre chico no pudo tener una infancia normal por lo exigente de su padre. Pero en estas vacaciones se divertirá, como nunca, lo presiento.
Tomo de la mano a Michi para irnos a nuestra habitación, porque sí, mi padre dijo que dormiría con Michael con la condición de no hacer nada indebido, las paredes no eran tan gruesas y Chloe podría escucharnos. Decido solo decir que sí para evitar esa incómoda conversación.
Entramos en la habitación, la cual era sencilla, pero bonita, con una cama amplia, baño, escritorio y una ventana con vista al centro del lugar. Apenas dejó las maletas a un lado, mi novio se tiró a la cama abrazando una almohada.
—Qué suave es esta cama. —afirma sacándose los zapatos.
—¿Hay espacio para uno más? —pregunté quitándome también los zapatos.
—Siempre habrá un espacio para ti, Teddy.
Me acuesto abrazándolo por la espalda mientras acomodo mi cabeza cerca de la suya.
—Al fin dormiremos juntos, luego de tanto tiempo —confesé, cerrando los ojos.
—Solo que no podremos hacer nada indebido.
—Ya encontraremos la manera, pero por ahora solo quiero dormir.
—La mejor idea que has tenido en tiempo.
—Oye —protestó en voz baja.
—Perdón, descansa, amor.
—Igualmente, cariño.
Mientras abrazaba a Michael, logré quedarme dormido, acompañado con la suave briza de Venecia.
Pensé que llegaríamos a las 70 mil lecturas en un largo tiempo, no pensé que sería tan pronto. Estoy sin palabras, es que sigo sin creerme que esta historia que no la conocía ni el tato, ahora sea mi historia que más apoya y es superquerida. En serio que muchas gracias.
También, como podrán adivinar, no será el último extra que estrenaré, todavía falta otro que se estrenará cuando la historia llegue a las 100 mil lecturas. Diría que es algo imposible de alcanzar, pero eso dije cuando llegó a las 20, luego a las 35, después las 50 y ahora estamos en 70. Solo espero que no llegue tan rápido.
Por cierto, tengo unas cositas que decir: la primera y es que la historia tendrá algunos cambios en todos sus capítulos. Es decir, que habrá una corrección de escritura, tanto la ortográfica como la gramática, además de unos cambios en elementos pequeños y corrección de cualidades y nombres de los personajes. Ojo, no quiero decir que voy a cambiar el nombre de Michi por Jonathan o algo así, simplemente cambiaré pequeñas cosas y agregaré otras. Para un mayor disfrute en los próximos lectores y para las personas que quieran releer esta historia. Cierto, también se incluirán los Fun Fact (Elemento visto en algunos de mis fanfics) en donde diré algún dato curioso relacionado con el capítulo, como en este.
Fun Fact: La idea de realizar este extra, con una introducción algo subida de tono, se debe tras escuchar la canción Juno de Sabrina Carpenter. En serio que no me esperaba para nada como una canción que suena súper dulce y tuviera una letra tan sexy.
También, hablemos de la hipotética secuela. Sigo con la idea de realizarla, más porque cada día se me ocurren nuevos elementos que podrían estar y podría abordar. Por lo que cada día esa hipotética secuela se está volviendo realidad. Así que, esperemos llegar a las 100 mil lecturas para confirmar del todo.
Por último, les quiero agradecer a los lectores que están apoyando mis otras historias y en especial la historia de 25 clichés, no saben lo feliz que me hacen saber que esa historia, que originalmente iba a ser publicada antes de Paper Rings, esté teniendo su apoyo y tal vez tener el mismo éxito esta historia. Muchas gracias, de corazón.
Ya para despedirme, los dejo en su linda noche, tarde o día.
Los quiero, bye <3
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