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26. Nos queremos cuando nadie ve

—Mamá, tengo algo muy importante que decirte... soy Bisexual.

—¿Eso es todo? Estoy viendo Betty la fea y eso es más impactante que tu noticia.

Cualquier intención de sonar serio por esta revelación fue apocada por la mínima reacción de mi madre. Quise decirle toda la verdad y en especial ser de las primeras personas en escuchar mi orientación sexual: Bisexual.

Me gustan las chicas, me gustaron desde pequeño y sigo pensando que las chicas son bastante lindas... pero Michael. Podría estar dos días enteros hablando de todas las cosas que me gustan tanto físicamente como en su persona. También hay otros hombres que me parecen atractivos, Henry Calvin y Kit Connor son chicos sexis y con un gran corazón. Ni hablar de los pequeños indicios de Bisexual.

Son como los impuestos, siempre estuvieron, y hasta que eres mayor te enteras de su existencia.

Hubo muchos chicos de mi infancia que me llamaban la atención, solo que pensaba que era admiración, una meta para ser como ese chico o simplemente me gusta algo de su forma de ser. No era que me gustaba Batman, para nada.

Se sintió bien decir que soy Bisexual, y también pensé que mi madre se sentiría bien por mi salida del closet real. Ya que tuve que explicarle toda la situación con mi relación falsa con Michael, los problemas que tuve con mi padre y mi actual novio.

—¿Puedo regresar con Betty y Nicolás? —preguntó mientras tenía a Cleo en brazos.

—¿No me dirás algo? ¿Tu aprobación?

—Hijo, las orientaciones sexuales no son algo que debemos endiosar, ni mucho menos menospreciar. Solo son etiquetas que nos ayudan a entendernos un poco —Puso uno de sus brazos en mi hombro mientras me sonreía—. Claro que estoy orgullosa de ti, pero eso no debería ser ni siquiera importante. Si tú eres feliz con quién eres, eso es lo único que debería importarte.

—Gracias, mamá.

Abracé a mi madre y por consecuencia recibí un maullido de Cleo al ver que esa muestra de afecto la estaba asfixiando, literalmente.

—Lo siento bonita —Acarició por detrás de sus orejas—, gracias por estar los dos conmigo.

Regreso a mi habitación para acomodar mis cosas del viaje y entre mi ropa sucia, la camiseta que me dio Michael del Eras Tour —La atesoraré por toda mi vida— puedo ver algunas fotos polaroid que nos sacó Marcelo en el autobús de regreso. En una Michael está durmiendo en mi pecho, en otra yo apoyo mi cabeza encima de la suya y en otra nos estamos despidiendo con un beso enfrente de todos. Recibí las fotos con una sonrisa proveniente de Marcelo.

Ahora debo encontrar un lugar para exhibirlas.

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Ahora que las cosas con Michael son de verdad y nada de una relación falsa, tenía que desatar todo mi modo romántico y organizar una cita; una cita de verdad. Con mis anteriores parejas quise tener una cita romántica, pero casi siempre terminaba en una noche donde ellas eran el centro de atención y cualquier momento como pareja quedaba apocado por fotos vanidosas o simples besos. Por eso quiero hacer algo diferente con Michi, algo de lo que ambos disfrutemos y pueda recordar un buen tiempo, además mi novio necesita una buena cita romántica después de lo que pasó. Y claro que tengo una idea.

Pero necesitaría un poco de ayuda si quería que todo esté perfecto.

—Por eso les pedí que me ayudaran.

—Yo vine solo por la comida —Marcelo contestó con la boca llena.

—Y yo por los consejos de tu madre —dijo Teresa mientras tenía a Cleo en sus piernas.

Repito que quiero lograr que mi primera cita con Michael sea perfecta, tan perfecta como las citas románticas de libros. Un gran ejemplo de cita romántica que recuerdo y cautivo mi corazón fue la cita en el parque de diversiones en "Antes de diciembre" La adaptaría, pero como no hay ninguna feria cerca, pues no era factible. Por eso decidí crear mi propia cita perfecta la cual está divida en diferentes lugares para lograr que todo sea dinámico y creativo.

—Chicos, presten atención. —Muestro en mi cuaderno un dibujo de todos los lugares y en cada uno las caras de Michi y yo en versión dibujo de palo—. Primero iremos al sitio favorito de Michi para comprar pinturas, hoy habrá un evento de exhibiciones de obras. ¿Verdad, Teresa?

—Si —No parecía muy alegre con esa idea—, mi hermano presentará una de sus obras.

—Estupendo... para la ocasión —Teresa puso en blanco sus ojos—. Después iremos a una librería cafetería para tomar algo y platicar en un buen ambiente.

—¿Seguro que solo por eso tiene que ir a una librería cafetería? —Cuestiono el chico que seguía comiendo palomitas.

—Bien, también veré algunos libros, pero eso no es importante. Luego pasaremos por el parque donde tuvimos un bonito momento íntimo... no es lo que piensas, Marcelo.

—Tarde, ya lo pensé.

Suspiro para seguir hablando:

—Da igual. La cita terminará en una heladería donde venden copas en forma de corazón. Con eso terminará mi gran cita con Michael, son todas las cosas que nos gustan, pero con elementos que las hacen destacables.

—Todo muy bonito y cursi... pero ¿nosotros que tenemos que ver en eso? —Cuestiono con una mueca.

—Qué bueno que pregunten

Cambie la hoja para mostrar donde esos dos estaban disfrazados de arbustos y tenían celulares que parecían cajas de zapatos, gracias a mis nulas habilidades de dibujo.

—Quiero que tomen varias fotos de nosotros dos, me gustaría capturar todos estos momentos y no quisiera ser tan obvio al solo pasar tomándole fotos a diestra y siniestra.

—¿Estás loco? —Dejo las palomitas a un lado para poder levantarse—. Yo soy un chico bastante ocupado que no perderá su valioso tiempo en ser el camarógrafo ninja de un chico enamorado de su novio...

—Tendrán veinte dólares cada uno.

—Por eso decía que nuestra amistad es primero y debemos apoyarnos, ¿Verdad, Teresa? Claro que te ayudaremos, Theo.

—Maldito codicioso.

Mis anteriores citas siempre quise compartir bonitos momentos, esos momentos en los que puedes compartir en redes como Instagram. Lástima que la mayoría de fotos salían horribles o ellas eran las únicas que podían documentar esos momentos con fotos super engañosas.

Con Michael sé que nada de eso va a pasar, y es por eso que quiero tener fotos de estos momentos para recordarlo. Puede que esté tomando esto demasiado elaborado, pero ahora que al fin siento que puedo tener una relación agradable y verdadera, quisiera tener toda la oportunidad de crear bonitos momentos. Además, que para Michael soy el primer chico que en verdad lo ama y quiero demostrarle lo hermoso de las citas románticas y cursis para que no tenga en la cabeza esas malas experiencias y solo tenga recuerdos de nosotros dos.

—Listo chicos, ¿Todo claro?

—Yo tengo una duda —Teresa levantó la mano mientras seguía acariciando a Cleo—. ¿Es necesario todo esto?

—¿A qué te refieres?

—Bueno, no es por ser mala o algo así, pero no deberías mejor disfrutar el momento antes que priorizar estas cosas.

—Concuerdo con la pelirroja.

—Claro que lo sé, soy muy consciente que lo primordial de mi cita con Michi es pasar un buen momento. Pero no está mal tener unos bonitos recuerdos de más. ¿Me apoyarán?

Ambos se miraron por unos segundos para volver a verme.

—Te apoyaremos. —Hablaron al unísono.

—Increíble, recuerden que cada que sonrió es una foto que deberán tomar, ¿Entendieron? Esto será fabuloso.

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Spoiler Alert: No me siento nada fabuloso.

Estaba usando un atuendo perfecto para mi cita: pantalones y camisa remangada en los codos. Todo bien hasta el hecho que tengo unas cuentas flores. Quise comprar un ramo completo y ser un caballero. Pero recordé como ese chico que lo manipulaba le compraba ramos gigantes para "disculparse" no quería ser desconsiderado y mejor decidí comprar unas cuantas flores, para ser más específico unos girasoles.

Toque el timbre y escuche algunos quejidos acompañados de palabrotas que espero no sean por mi presencia.

Michael abrió la puerta y mis ojos se dilataron o eso quiero pensar al verlo. Iba vestido tan lindo con colores claros y su cabello rizado se veía tan suave que tuve que controlarme para no meter mi mano. Detrás de él puede ver a Verónica y Marcus, por lo que supe quienes estuvieron ayudándolo en su vestimenta.

—¡No te quedes con la boca abierta, di algo! —Grito mi mejor amigo mientras su novia le da un codazo con una sonrisa.

Tome algo de aire y puede decir algo:

—Te ves muy hermoso.

—¿Solo eso querías decirme? —Cuestiono el chico que actualmente es mi novio.

—Tengo muchas más cosas que decirte, pero nos tardaríamos toda la vida —Le entregó el ramo de flores mientras beso su mejilla—. Por el momento me limitaré a ese comentario.

—Ah Theodore, no sé cómo soportar tanta cursilería a tu lado.

—Eso lo descubriremos con el tiempo, Michi.

Nos despedimos de Vero y Marcus quienes salieron de la casa de Michael. Mi plan era venir en el auto de mamá, abrirle la puerta a Michi y ser un caballero en cada momento mientras escuchamos Taylor a todo pulmón. Tiré a la basura esa idea cuando recordé que necesitaba fotos lindas en toda esta caminata y dudo que mis ayudantes puedan seguirme el paso en un auto. Por eso le tomo la mano a mi novio mientras caminamos sin ninguna preocupación... a quien miento, estoy sudando de los nervios. En los libros y películas muestran como pasear con tu pareja es algo lindo y romántico, pero estoy sintiendo pánico. Lo peor es que no logro descifrar el motivo.

Ambos estamos a gusto sin ninguna incomodidad, pero a la vez no me creo que estoy caminando con Michi, corrección no me creo que estoy caminando con mi novio. Es tan raro como algo tan mundano como caminar con alguien se vuelve tan raro. Tengo pavor de respirar muy fuerte, que mis manos suden o mi cara refleje todo eso con un sonrojo. Por eso trato de respirar normal sin mover mucho mi cuerpo evitando llamar la atención.

—Por cierto —Michael se detuvo enfrente mío logrando que mi corazón se detuviera por un momento, más teniendo en cuenta que me tomó de la camisa para ponerme a su nivel y darme un rápido beso en los labios—. Te ves muy bello tú también, Teddy.

Siguió su camino como si nada hubiera pasado, mientras que yo tenía ganas de gritar por lo que acababa de pasar. Volteo la mirada y logro ver como Marcelo levanta el pulgar mientras sonríe. Puedo sentirme aliviado de que ese momento esté captado, no quisiera olvidarlo tan fácil.

Nuestra primera parada fue la tienda de arte y por la cara de Michael se puede ver entre entusiasmo y conmoción, pero nada de sorpresa.

—¿Tan obvio fue saber que vendríamos?

—Teddy, camino a este lugar casi una vez por semana, me sé el camino de memoria y si querías que fuera sorpresa puedo fingir. —Pone sus manos en sus mejillas mientras abre la boca—. ¡Wow! Me trajiste a mi tienda de pintura favorita, eso es tan considerado.

—No ayudas mucho —dije con una sonrisa.

—Lo importante es el gesto.

Me dio un beso en la mejilla que hubiera disfrutado si no fuera por mis dos ayudantes quienes se les olvidó desactivar el flash y tuve suerte de solo yo percatarme de ese error y bueno que también apure a Michael a entrar. Ahora ellos tendrán un poco de vergüenza a ser vistos como acosadores; ese no es asunto mío.

La tienda no se encontraba demasiado concurrida, y como si fuera un video de comprar en un minuto, Michael salió disparado a encontrar sus cosas con entusiasmo. Supe de antemano que le faltaba cosas como colores y una libreta nueva. Cómo sé muy poco del mundo del arte, mi única labor es sostener todas las cosas que va a comprar.

Siempre he creído que cuando estás enamorado de una persona, puedes ver gestos tan mundanos como la cosa más hermosa del planeta. Cómo ver como Michael pasa sus manos por su parte trasera al momento de agacharse, aparta su cabello de su rostro, muerde ligeramente sus labios al tomar una decisión, sonríe discretamente al tener una pintura en sus manos y mi parte favorita es ver cómo sus ojos se iluminan al encontrar gusto lo que necesitaba. Son cosas tan simples, que con eso tengo suficiente para mantener caliente mi corazón.

—¿Es necesario el color blanco? —mencioné mientras Michael buscaba el marcador.

—Sirve para asentar colores, además de darle profundidad al sombreado.

—Claro, eso es super obvio. —puso los ojos en blanco.

—Si quieres te doy unas clases de dibujo.

—No gracias, sé que soy pésimo en el dibujo y no quiero salir humillado.

—Hubiera sido lindo si aceptas, así pasamos más tiempo juntos.

—No caeré en ese truco, el chantaje emocional no funcionará.

—¿Seguro? —Toma el cuello de mi camiseta para acercarme a su rostro—. Puedo utilizar otros trucos.

Beso, mi nariz para volver a buscar materiales mientras yo estaba con la cara sonrojada. Solo espero que esos dos no hayan tomado una foto de este momento, no podría controlar mi pena si lo viera.

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Quise que nos quedemos en la tienda para ver la presentación de obras, pero Michael sabe que no soy muy buen catador de arte, y estar casi tres horas mostrando dibujos y explicar cómo estos representan momentos importantes. Ayudaron para seguir su consejo y salir del lugar.

La siguiente parada sería la librería café donde no puedo ocultar mi felicidad al ver una edición hermosa de mi libro favorito.

—¡No lo creo! —Sostenía el libro mientras miraba cada detalle.

—¿Orgullo y prejuicio? ¿En serio? —cuestiono mi acompañante y si no fuera mi novio lo miraría con mala cara.

—¿Cómo no puedes estar emocionado de esto? —Le mostré el libro y no parecía nada emocionado—. Esta edición además de ser en pasta dura, tiene las cartas de la novela.

—Sigo sin ver la importancia, bueno es que también no soy fan de Jane Austen.

—Blasfemo.

—Perdón, es solo que su escritura me duerme.

—Pero si ella escribe preciosa, tiene una prosa cautivadora.

—Muy cautivadora, tanto que a todos les llamaba "lord" o "señorita" cada cinco segundos.

—Es por la época, todos eran más cortes.

—Pues ni loco llegaría a llamar de Lord a alguien.

—¿No? Porque no me molestaría llamarte lord Michael, cautivador de hombres y un tesoro griego.

—Basta —Puso mi mano en mi pecho mientras evitaba verme a la cara.

—No seas así lord Michael, podemos tomar una taza de té y hablar de los hermosos países.

—Te acepto el té, pero no seguiré el juego de Jane Austen.

—Aburrido. —Saco un poco la lengua.

—Puede ser, o solo Mr. Theodore es muy molesto.

—¡Lo dijiste! Dilo otra vez, me encanto.

—No, jamás volveré a decirlo.

—Eso sí es muy cruel, lord Michael.

Saco un poco la lengua mientras buscaba un lugar, muestra que yo voy a la caja a pedir unas bebidas y pagar mi libro. Casi doy un grito cuando veo entrando al lugar a Marcelo y a Teresa, no por miedo que los vea Michael, sino que me olvidé de ellos por completo al salir de la tienda de arte. Termino de pagar mi libro y me dirijo hacia el dúo.

—Chicos, ¿Pasó algo?

—¿Pasa algo? —La voz de Marcelo es tranquila, pero sus manos parecen que están a dos segundos de ahorcarme—. Mira ardilla verde, supuestamente estarían en la exposición de arte y de si no fuera porque la pelirroja los vio salir tan felices nos hubiéramos quedado como tontos.

—Perdón, Michael no quería quedarse en la exposición, le parecía que me aburriría mucho.

—Hicieron lo correcto —aportó Teresa—. Mi hermano es un parlanchín de primera y de seguro estaría más de media hora explicando sus trazos y todas esas cosas.

—¿Estás de su lado? —preguntó un muy ofendido Marcelo.

—No estoy del lado de nadie, sigo pensando que esto de seguirlo como acosadores no solo es raro, sino que hizo darme cuenta de algo.

—¿Qué cosa?

Todos nos sorprendimos al ver como Michael se para a nuestro lado, entiendo que tiene una apariencia de gato negro, pero no pensé que era tan silencioso como uno.

—Hola Marcelo, hola Teresa... ¿Qué pasa ahora?

—Solo es una gran coincidencia, es normal si todos vivimos en el mismo lugar, ya sabes vernos en tantos lados es super normal —Intente actuar normal, y creo que fue de mis mejores actuaciones.

—Amigo, eso fue una basura de actuación.

Ok, si fue una basura de actuación.

—Tu novio nos pidió que les tomaran fotos cada que sonreían.

—Traicionera —No puede ocultar mi herida emocional.

Michael me veía algo intrigado mientras que quería esconderme en mi reciente compra.

—¿Vas a explicarlo o dejo que Teresa siga hablando?

Tuve que decirle todo lo que tenía planeado para esta cita. De cómo les pedí ayuda al dúo para tomar algunas fotos y conservar momentos felices de nosotros dos. En cada vez la voz se me cortaba por ver la cara de entre molestia e indiferencia de Michael. El dúo solo nos observaba con diversión y por alguna mágica razón Marcelo sacó palomitas para disfrutar mejor mi explicación.

—Así que de eso se trata —Logró decir Michael mientras se cruzaba de brazos.

Tenía miedo de haberlo hecho enojar y haber arruinado nuestra primera cita a lo grande.

—Teresa, Marcelo, se pueden ir, ahora necesito hablar con mi novio sobre este asunto.

Era hombre muerto, más viendo como clava su mirada sobre mí.

Quise de todas las maneras posibles decirles que no se fueran y me apoyaran, pero el dúo se marchó tan contento mientras Michael aprovechó su ida para jalarme de la oreja hasta nuestra mesa. No me apretaba demasiado y si fuera otro momento me estaría riendo por esa acción. Pero no podía sonreír mientras Michael me miraba con ojos de pistolas, se cruzaba de brazos y ponía una pierna encima de la otra.

—¿Haces esto por lo que me pasó antes?

No quise responder, no porque me quedaría sin argumentos, sino que uno de los motivos de esta cita siempre fue darle la mejor cita de su vida por compensación de todo lo que tuve que vivir Michael. Ahora él es mi novio y quiero que tenga lo mejor.

—Tuvo algo que ver —logro decir.

—Teddy —Dejó de cruzar los brazos y soltó un poco de aire—. Sé que eres un chico encantador y estoy agradecido de ser tu pareja, pero no por eso debes arreglar o en tu caso compensar por lo que viví en mi relación con Daniel. Ese chico es historia vieja y aunque lo odio con toda mi alma, nada y nadie podrá borrar esos recuerdos... por lo que es mejor dejar eso atrás y solo vivir este momento sin importar cómo nos comportemos. —Tomo mi mano y aprovecho para acariciarla—. Ya sabes mi frase favorita: me gustan las cosas brillantes, pero me casaría contigo con anillos de papel. Deja de comparar el pasado y solo seamos tú y yo, ¿de acuerdo?

Latido.

Era lo único que podía escuchar por un buen rato.

—Michael López, haces que me arrepienta de cada minuto que tarde en decirte que me gustabas.

—Pues si no me besas en este precioso instante, no me voy a creer esas palabras.

Me acerco a mi novio para depositarle un beso en sus suaves labios. Acarició levemente sus mejillas mientras el calor nos rodeaba como la pasión de mil soles. Término de besarlo y vuelvo a besarlo lo que estaba en vez en la mejilla, luego dejaba del ojo, luego en la nariz y no puede parar de besar todo su rostro provocando suaves risas.

—En serio que no sé qué por haber, eres casi como tener un perro, Teddy.

—Te diría que soy tu perrito feliz, pero eso sería como decir que tengo un fetiche muy concreto.

—Solo dejemos que eres muy amoroso, demasiado amoroso.

—Bueno, te estoy dando un amor mejor que en los libros.

—Tu amor es mejor que cualquier libro, porque es real.

—Siempre tan romántico, Mr. Theodore.

Vuelvo a besar sus labios.

Salimos de la librería con mucho mejor humor dejando las cosas claras. Hablar las cosas con Michael ayudó demasiado a todo este temor de realizarse la mejor cita de todos por el mero hecho de que es mi novio y se merecía algo mejor a lo que tuvo que soportar. Sin embargo, al enfocarme tanto en darle lo mejor casi arruinó lo más importante y la razón por lo que amo el romance: lo simple que puede ser.

Muchas historias de romance se complican demasiado solo para rellenar espacio agregando cosas tan exageradas como hermanos malvados, triángulos amorosos, relaciones tóxicas y claro que no pienso que eso debe ser algo malo —De hecho, suelo disfrutar esos clichés—. Pero tantas historias se esmeran de dar un romance tan épico que dejan a un lado las cosas simples, hermosas y bellas que pueden ofrecer el amor. Fue un tonto al dejar a un lado cosas tan básicas como pasar tiempo como Michael para tener que preocuparme que todo salga perfecto. Michael es especial, él no quiere una vida perfecta, quiere una vida tranquila y lo que espero es que quiera una vida en donde yo esté en sus planes.

Llegamos a su casa descartando el helado por unas tortas de zanahorias que Julio había preparado y sobraron algunas. Como todo lo que ese hombre hace con sus manos sabía delicioso, a penas termine el mío quise robarle un trozo a Michi este me dio un golpe suave con su cuchara para que evitara siquiera ejecutar esa idea.

—¿Ya has pensado en que universidad quieres postularte? —le pregunté acostado en su puf mientras de su celular salían canciones al azar.

—Mi hermano estudió en la UTL, y dicen que su carrera de Psicología es muy buena, pero tendría que mudarme y no pienso alejarme demasiado.

Una parte de mí se alegraba al escuchar eso.

—¿Irás a la UNAE? —cuestiono terminando la tarta.

—Si quiero ser un escritor famoso debo ingresar a esa universidad, porque eso cuido mi beca con todo mi corazón.

La UNAE su especialidad son las carreras que se especialicen en las bellas artes y entre ellas está la literatura. Muchos autores nacionales independientes que posteriormente se convirtieron en autores best seller estudiaron en esa universidad. No pude contener mi emoción al ganar ese concurso de escritura que incluía una beca pagada para ingresar a la UNAE. Una ventaja es que esa universidad solo queda dos horas en vehículo, tendría que levantarme demasiado temprano para llegar a tiempo, pero valdrá la pena.

—Pues espero que tu beca no se lleve todo el espacio disponible en tu corazón, Teddy.

—Oh Michi —me levanto para acercarme a su rostro y besar su nariz—. Tú eres lo más importante que mi corazón puede llevar.

Antes que pudiera decir cualquier cosa la música empezó con unos "oh" supe exactamente de qué grupo provenían. Mi cara larga fue suficiente material para Michael para empezar a reírse y acompañar al grupo con su voz.

—Pero el verano se volvió un invierno.

No soy fan de Morat, sigo pensando que su música no es la gran cosa y que sus gritos innecesarios son algo, pues, innecesarios. Pero había algo de magia al escuchar cantar a Michael mientras me movía al ritmo de la música: tan alegre, tan libre, tan hermoso.

—Nos queremos cuando nadie ve.

Michael me tomó de las manos tan alegre y comenzó a moverse como locos y aun así no puede ni enojarme o avergonzarme, estaba feliz por verlo, por intentar bailar con él, por escuchar su voz cantando a todo pulmón una canción de Morat. Ahora puede que agregue esta canción a mi playlist, aunque no puedo mentir que escuche esta canción muchas veces cuando salió.

—Te miro.

—Me miras.

—Y el mundo.

—No gira.

Seguía intentando bailar tomado de la mano de Michael mientras este seguía cantando la canción y dando ligeras vueltas. Todo culminó con una vuelta mientras lo acerco a mi pecho y besarlo mientras juntaba mis manos en sus mejillas. Quería besarlo hasta que pudiera dejar que mi corazón palpite con solo verlo. Tendré que besarlo por toda la noche, y tal vez mañana, y mañana, y mañana y el resto de mi vida. 

Luego de un descansito de escribir, vuelve su novela gay favorita más gay que nunca. Y aunque aún me falta por escribir los demás capítulos, puedo decir que si alcanzaré a terminar esta historia hasta los wattys 2024.

También ya debo estar planeando la nueva historia sucesora de este libro. Solo les digo que será una verdadera comedia romántica a toda regla y llena de clichés, literalmente, ya sabrán por qué digo eso.

Por último siempre agradezco por el apoyo que le dan a la historia con sus comentarios, votos y algunos realizando tik tok. En serio es un gesto muy bonito que muchos tengan en sus listas libros como "Antes de Diciembre" o "Una perfecta confusión" y mi libro está con ellos. Solo falta que la gente realice fanart y podría decir que muchos amaban mi novela en todos los medios.

Con eso dicho, les dejo que disfruten su noche, tarde o día.

Los quiero, bye <3

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