14. I think about that day
Suelo pintar cuando más lo necesito, en mis momentos tristes me gusta usar colores brillantes tirando a Neón y en mis momentos memorables, los colores pasteles son los predilectos. En cuanto a que me gusta graficar, pues no tengo un tema en particular, suelen ser paisajes, a veces objetos, pocas veces son retratos y en otra vez son solo líneas sin sentido o un orden en particular. Creo que eso es la definición de arte, no tener algo en particular y solo dejarte llevar por la pintura.
Es por eso que no entiendo el motivo de estar sentado con la pierna encima de la otra, el pincel en la boca y una mano en la mejilla mientras miro un lienzo completamente vacío. Cada idea que tenía era descartada por otra y viceversa. Era una tontería, querer pintar algo y no tener ni una pizca de creatividad. Cualquier cosa que pensaba era considerada absurda o poco interesante. Era frustrante.
Terminé rendido en mi cama con el pincel tirando al suelo. No sabía qué más hacer para matar el tiempo, ya me leí el libro de Miller o bueno el tercer libro que me ha prestado. Son adictivos, eso se lo tengo que reconocer y fue esa necesidad de querer más de sus obras, que terminamos en una especie de cita en mi casa para ver películas y él me trajera otra de sus obras. Acepte sin problemas. Aunque casi canceló al despertarme con resaca y un dolor infernal. Tuve suerte de que mi hermano es médico y me dijo exactamente lo que debería tomar y cómo debía tomarlo.
Mejor arreglé un poco de habitación mientras ponía un poco de música y como es domingo en la tarde, sé que mis padres no vendrán hasta las once. Usan los domingos para salir con sus amigos mientras que yo me quedo sin mucha preocupación. Al principio eso me hizo sentir como si fuera un niño adulto que podía ser autónomo, pero con el tiempo esto se ha vuelto una tradición algo solitaria. Sería lindo tener a alguien con quien pasar un domingo, aunque sea una farsa.
Hablando de farsas, no entiendo cómo pensé que sería buena idea decirle a un completo extraño que se bailara sensualmente mientras mi supuesto novio estaba presente. En parte culpó al alcohol y en otra parte culpó a Verónica por recalcar que ese chico era sexy. Pero si tengo algo de que quejarme es sin duda sobre el reto del beso. Primero estaba entre ir Marcus o Marcelo, luego dijeron Verónica, hasta que yo solito me levanté de mi asiento, me senté en sus piernas y lo bese de una forma tan ardiente que me sorprende que esté vivo para recordar cómo sentía su lengua contra la mía, su olor a canela, la forma en que me mordía el labio para evitar que me fuera de mi lado. Joder, incluso puede decir que estaba excitado por ese maldito beso. Pero es una falsedad, solo lo hizo para crear un espectáculo, no es porque me desea o mucho menos quiere que me quede con él. Es un chico popular que quiere su beca y yo respeto eso.
No entiendo por qué pienso que esta falsedad es algo real. Lo dejamos muy claro que solo somos conocidos que nos usábamos para nuestro propio beneficio y después de este año escolar, nos olvidaderos de nuestra existencia y cada uno vivirá su vida. Yo siendo un psicólogo que se preocupará por su trabajo y él será un escritor que tal vez compre sus libros o algo así.
Es solo que hay veces en los que me gustaría despertarme en la mañana, responder las hermosas frases literarias con corazones, llamarlo para decirle lo mucho que lo amo, salir tomados de la mano, escuchar música en su auto y ponerlos cantar, incluso cantaría esa dichosa Taylor Swift y nos despidamos con un beso. Supongo que Verónica tiene razón, el amor es tan adictivo que es comparado como una droga, prefieres seguir viviendo a perderlo.
Me quito esa idea de la cabeza, justo a tiempo que el timbre de mi casa suena. Dejo mi pincel en la mesa y bajó para abrir la puerta y esperaba ser recibido por un Miller sonriente y gritando ese apodo tan cursi a los cientos vientos.
—Muy buenas tardes, Michael. Hace un clima fantástico.
No solo eso era una falsedad, el clima estaba apagado y sin muchos ánimos, como cualquier domingo. Pero eso era lo de menos, más importaba la manera tan robótica de responder de Miller y que me dijera mi nombre completo en vez de ese apodo. Incluso llevaba un pantalón holgado con una camiseta blanca. No es nada normal en él.
—Eh, Miller, ¿te ocurre algo? —preguntó mientras lo miraba de pies a cabeza.
—Para nada, solo es que quiero intentar... nuevas cosas. —En todo ese palabrerío, solo me vio como por dos segundos, mientras los demás eran usados para ver a todas las direcciones posibles.
—Como digas. —Me hice a un lado para que pudiera pasar y note como movía sus dedos sin control.
Deje de pensar en eso y solo subía a mi habitación seguido de Miller. Guarde algunos de mis materiales de pintura, pero no me quitará mi overol. Miller estaba algo callado y para mi sorpresa estaba parado en una esquina viéndome de reojo mientras seguía jugando con sus dedos.
—Ya en serio. —Deje mi lienzo en el suelo—. ¿Qué te ocurre? No quiero excusas malas.
—No pasa nada... es solo mi falta de sueño. —Contesto con algo de cansancio en su voz.
—¿Qué cosa hiciste para no dormir? No recuerdo que estuvieras borracho.
Además, si lo recordara, creo que lo primero que haría un borracho es tirarse a la cama a dormir. Yo hice eso.
—No es eso... —De su mochila sacó uno de sus famosos cuadernos. Lo tomé y me sorprendió ver que estaba completamente lleno. Es un cuaderno de casi 200 páginas—. Pasé toda la noche escribiendo y terminando un libro.
—Demonios, ¿No quieres descansar?
—No, no, estoy bien. Super bien. Exageradamente bien.
Puse los ojos en blanco y fui a preparar un té de manzanilla para calmarlo. Cuando Mark necesitaba descansar un poco, hacía este método de brindarle una taza de té y así pudiera descansar un poco.
Mientras espero que la tetera hierva. Miro mi celular y veo que Verónica me envió como tres TikTok donde me estoy besando con Miller tan intenso. Aguanté las ganas de llamarla y decirle que no me envíe más de ese momento. Rápido se me fue la idea al saber que ella no me escucharía. Envió un último TikTok con la música Haunted de Isabel LaRosa. No sé quien rayos sea él quien lo editó, pero los zooms del beso, los cambios de colores, el coro de la música y ver con más detalle cómo nos besábamos con tanta intensidad. Hizo que mi cara se ponga roja, sin mencionar que se me puso algo dura de solo ver como estaba sentado en sus piernas.
Vero
Oficialmente, son mi pareja favorita
Lanita estaría orgullosa de ti, Michael
Vete a la mierda
Tqm, Michael
Dejando a un lado la referencia a Lana del Rey. Pongo el agua en la taza y le agrego dos cucharadas de miel, eso es el dulzón que necesita para descansar tranquilo. Voy a mi habitación y noto que Miller está observándola con un énfasis en la repisa de regalo. Cada día se está haciendo más grande y estoy pensando en comprar más repisas para poner futuros regalos.
—Te recomiendo que te acuestes y de ser posible en la cama.
No pensé muy bien mis palabras, ahora que las tengo en mi cerebro suena de todo menos una petición para tomar una taza de té.
—No, no puedo descansar—dijo mientras se movía por la habitación—. Prometí que veríamos una película y después... no sé... ¿Ver otra película?
Solté una pequeña carcajada y tomé el brazo de Miller para que se acostara en la cama, no puso mucha resistencia. Le entregué la taza de té y me acosté a su lado con el control en mi mano.
—Hagamos otra promesa —Encendí el televisor—. Yo veré la película que tú quieras, tú descansarás todo lo que puedas y si queda tiempo, veremos otra película los dos —Mire sus ojos con sonrisa—. ¿Trato?
Parecía dudar un poco, incluso miró su reflejo en la taza y luego me miró por unos segundos para volver a mirar la taza.
—Está bien, yo elijo la película, pero promete que no te dormirás también. Es mi película favorita.
Conociéndolo será una película super cursi con tonos rosas, canciones de Taylor Swift y de seguro, de seguro tendrá un romance super evidente, pero debemos suponer que no es tan evidente.
Miller buscó la película en Netflix y cuando puso la segunda "la" supe de qué película se trataba.
—La La Land ¿En serio?
—¿Ya la has visto? —pregunto algo apagado.
—No, solo me han salido alguna que otra escena y una canción que habla de estrella.
—Pues creo que es el destino para que la veas.
Suspire y Miller le puso play a la película mientras bebía un poco de té. Se quemó la lengua. Apenas empezó la película en un tráfico, se acomodó en la cama mientras seguía bebiendo el té con mucha más calma. Cómo sabía de antemano, comenzó una melodía y la voz de una señora la acompañaba.
—I think about that day —Miller canto a la par que la señora y su voz era tan suave que parecía un suspiro.
—No tiene sentido eso —Cuestione, apenas vi como la señora salía de su auto para cantar—. Nadie haría eso.
—Es un musical, Michi. No tiene que ser cien por ciento real para captar la esencia. Eso es lo que hace mágica esta película.
—En serio que es tu película favorita.
—La he visto doce veces, supongo que eso ayuda mucho.
Dejamos de hablar para seguir viendo como todos se ponían a bailar y cantar en el tráfico hasta que el título apareció en la pantalla y Miller dio una pequeña risita mientras dejaba la taza a un lado. Aguanto estar despierto hasta la escena donde la protagonista daba su actuación ante los jefes. Daba suaves sonidos con la boca y puso su cabeza por completo en la almohada. Por su físico ocupaba casi toda la cama, mientras que yo estaba en una esquina casi flotando para no estar incómodo. Sin embargo, ver a Teddy tan tranquilo, con un brazo estirado y sabiendo que ese té haría dormir a cualquier alma cansada por horas. Decido acomodarme para poner mi cabeza en su pecho, y usarlo como almohada mientras seguía viendo la película. Casi doy un grito al sentir su brazo sobre mi espalda, no dije nada y espero que sea un movimiento inconsciente y no esté despierto. Estoy más que como en esta posición y su brazo le da el toque que necesitaba.
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La película terminó con los dos protagonistas despidiéndose con la mirada y un nudo en mi garganta me impedía tragar con normalidad y mucho menos podía ver por las lágrimas que me recorrían el rostro. La película fue mejor de lo que esperaba, la música, las actuaciones, los colores, todo era perfecto. Lo único que no me terminó de gustar —además del final— fue que por momentos se siente algo aburrida, más cuando los personajes no hacían nada interesante o se suponía que debían mostrar algo interesante. Fuera de eso, le doy un sólido ocho a esa película que tanta ama Miller.
Hablando de Miller.
No se despertó en toda la película, además que no quitó su brazo de mi espalda y no hizo ninguna molestia por tener mi cabeza en su estómago. Fue bastante cómodo. En estas casi dos horas, daba suaves ronquidos que me dieron algo de gracia y ternura. Tuve que resistirme mucho a no grabarlo, pero si pude tomar una foto donde salgo sonriendo y Miller solo se lo ve con los ojos cerrados.
Pude ver que no era muy tarde, pero no quería despertarlo para ver una película, así que me levanté con mucho cuidado para no despertar. Vuelvo a poner mi lienzo en su taburete y preparado todo para recrear una escena conocida de la película. La escena de baile con ese amanecer con colores morados y naranjas.
Primero pinte el fondo con sumo detalle en el contraste de colores oscuros con colores claros, después hice los detalles de la ciudad y termine con las figuras de Mia y Sebastián. Esa parte fue la más complicada, cuidar que calcar cada uno de sus detalles, ponerlos en el centro de la pintura, pero sin olvidarse del fondo. Todo parecía perfecto... hasta que daba los detalles finales a Sebastián, se supone que tiene un color de cabello café y barba. Sin embargo, decidí ponerle cabello castaño y no darle tanta barba, en su favor le di un aumento en el mentón... hice una versión de Miller. No fue consciente, solo fue algo que se me ocurrió para darle un toque diferente a la pintura, como que le puse flores en el vestido de Mia para ser diferente. Si eso era, solo hice estos cambios para hacer algo diferente.
Terminé ensuciando la cara con pintura amarilla por ponerme el pincel en el rostro sin recordar que estaba manchando.
Mire mi celular y me sorprendió ver que ya eran las cinco y el cielo se estaba oscureciendo. Quise ver si Miller seguía dormido, pero casi grito al ver que no solo estaba despierto, sino que me estaba viendo tan fijamente que parecía como un animal cansando a su presa. Amo esa definición después de leerla en un libro.
—Espero que no te haya despertado —mis manos estaban cubiertas por mi espalda y las entrelazaba mientras miraba al suelo.
—No, para nada. —Se levanta de la cama y con su pulgar limpia la mancha de pintura que tengo. Sus ojos brillaban por los rayos del sol, sus dedos se sentían extrañamente suaves para lo gruesos que eran y la manera en que me sonreía, provocaba grandes latidos a mi corazón—. Llevo unos minutos despierto. No quería interrumpir tu arte.
Boom. Boom. Boom.
—No es la gran cosa, solo pintó por pintar.
—No digas eso, menospreciar hasta la cosa más pequeña, solo demuestra que no estás orgulloso de eso. —Logró tomar una de mis manos para entrelazarla con la suya—. Veo como al pintar tienes una sonrisa tan pura, que es irresistible apártese de ella. Por eso dime: ¿Acaso no estás feliz con tu arte?
Boom. Boom. Boom.
Sentía latir mi corazón tan fuerte que pensaba que saldría de mi boca en cualquier momento. Mordí el interior de mi mejilla para controlarme un poco, esto no es real, no es mi novio y solo lo dice porque Theodore Miller es una buena persona, eso lo descubrí con el tiempo. Aun así, apretó su mano y sonrió de oreja a oreja.
—Amo mi arte, es la única manera en que puedo expresarme sin la necesidad de palabras. No es en lo que me quiero dedicar, pero si es algo que puedo amar de verdad.
—Me alegra oír eso, porque me dolería mucho dejar de verte pintar, Michi. Eres increíblemente bueno y no quiero que nadie te haga pensar lo contrario.
Estaba completamente extasiado, no sabía que alguien me podría encariñar tanto con unas palabras tan simples. Quería llorar, quería abrazarlo, quería besarlo.
En vez de todo eso, solo me aparté de él y fui a buscar entre todos mis creaciones, una que me sentía algo tonto al hacerla, pero que le tengo un gran aprecio. Tengo que aguantarme unos segundos para agarrar algo de valor y mostrárselo a Miller.
—Tú me has regalado muchas cosas muy bonitas, creo que es momento de devolverte el favor.
Le entregó el lienzo donde predomina los colores rosas con dorados y donde su mayor llamativo es un anillo de papel con una parte de la canción de Taylor Swift.
—I love shiny things, but i'd marry you with paper rings —Lo dijo con un inglés bastante fluido, vamos, como todas las veces que canta—. Cada día me sorprendes para bien mi querido Michi.
—Es tu culpa, no puede quitarme de la cabeza esa canción... así que hice ese dibujo porque sí.
—Es hermoso, Michi.
Es bastante simple, son solo líneas sin un fin en particular, las letras de color negro y un anillo de papel rosa. No es de mis mejores creaciones, pero por algún motivo cada que veía ese dibujo sonreía, recordaba ese momento en que estuve persiguiendo para que dejara de cantar, me recuerda a todos los regalos que me ha dado y me hizo valorar esa frase.
Me gustan las cosas brillantes, pero me casaría contigo con anillos de papel.
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Eran las siete, escuchaba borroso, tenía los ojos pesados y lo único que puede ver con claridad son las manos de Miller acariciando mi rostro.
—Oye Michi, creo que es hora de irme.
Cumplimos la promesa de ver otra película los dos, solo que esta vez la película no fue tan buena como esperaba. Era sobre que un meteorito caería a la tierra y todos los medios lo están ocultando... no supe más por qué me quedé dormido. Eso sería algo normal, si no fuera que me quedé dormido sobre el pecho de Miller y sentía como me acariciaba la espalda. Fue tan agradable que por un momento solo tenía los ojos cerrados y al otro me está despertando con su voz tan grave.
No puse más resistencia y solo me levanté para que pudiera irse. Dejó su nuevo manuscrito en la mesa, tomó el cuadro con mucho cuidado y lo acompañó a la puerta. Supondré que será caminando a casa.
—La pase muy bien. Bueno, por lo menos puedo decir que descanse muy bien. —Reía de su propio comentario.
—Cuando quieras te rento mi cama para otra ocasión.
—Si puedo dormir contigo, con gusto vengo otro día.
He decidido ignorar ese comentario final.
Nos quedamos un buen rato viéndonos las caras, no sabía que decir o hacer, podría besarlo, sentir otra vez sus labios suaves. Me limito a solo darle un apretón de manos antes que se me ocurra otra cosa.
—Nos vemos en clases.
—Claro —contesta—, ahora tengo que llegar a colgar esta hermosura en casa.
—Eres lindo.
—¿Qué cosa?
Tenía la cara roja, no podía creer que dije eso en voz alta. Solo lo había pensado, era un pensamiento muy normal. Miller, que me consiente, me trata como si fuera un dios, dice cosas super bonitas y nunca, pero nunca ha dejado de ser él mismo estando conmigo. Es por eso que dije que es lindo. También es atractivo, pero no podía creer que dijera eso en voz alta. Trágame tierra.
—Que eres lindo por aceptar mi pintura. —Trate de sonar lo más normal posible, espero que mi rostro no sea un impedimento para esta hazaña.
—Oh, pensé que sería algo más interesante. —Se inclinó un poco para tener su rostro cerca del mío, estaba tan cerca que podía sentir su respiración—. Pensé que mi querido Michi quería declararse.
Trata de sonar normal, por dios.
—En tus sueños, tú eres un chico hetero, yo un chico gay que no saldría con populares. Recuerda que solo somos una relación falsa.
—Claro que lo sé, solo quería confirmarlo para que tú lo supieras.
—Obvio.
—Claro.
—Positivo.
—Correcto.
—Bueno, adiós.
—Sí, adiós.
—Nos vemos.
—Hasta mañana.
Terminamos con una risa algo tonta por comportarnos de forma tan infantil, supongo que es algo que tendremos que aguantar todo este año escolar. Nos despedimos, miré por un buen rato como Teddy se iba a su casa y cuanto estaba tan lejos que no me podía ver ni escuchar, solté un suspiro mientras tocaba mis mejillas para comprobar que seguían ardiendo.
Esto me está comiendo la vida.
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