04. Seremos novios falsos
No estaba en mis planes toparme con Theodore Miller. Había salido a comprar unas cosas para mis pinturas, cuando veo un mensaje de Mark en donde me felicita por mi salida del closet y espera con entusiasmo conocer a mi novio. Me escribe tantas veces a la semana que es algo triste que sea la persona con quien más mensajes tengo en mi teléfono.
—Esto es una mierda.
Lo dije en voz alta y no pensé que el chico más popular estuviera a mi lado con una cara de idiota. Era como si el destino quisiera que me tomara con Miller todos los días. Primero el lunes, y ahora el martes. Lo curioso es que ya no tiene esa cara de perro preocupado de ayer, ahora tiene una cara de perro abandonado. Solo le faltan las orejas caídas y el rabo entre las patas.
—Sí que lo es —Me sorprendí al escuchar su voz, ayer era una voz algo suave y penosa. Ahora tiene una voz grave y profunda. ¿Acaso tiene un modulador de voz?—. Lo siento, no quería asustarte.
—Eso será muy difícil, eres literalmente como un oso.
Bueno, es una combinación rara. Su rostro parece al de un Golden retriever, solo que con pelaje castaño en vez del clásico dorado... no, ahora que lo pienso, se parece más a un pastor alemán. Pero su cuerpo es robusto, alto y con una espalda y unas manos tan grandes que parece como un oso a punto de atacar. Sin contar, su rostro bañado en pecas.
—¿Me lo tengo que tomar como un cumplido o como un insulto? —Sus labios dibujan una sonrisa divertida.
—Como lo quieras tomar, debes estar acostumbrado a tanto cumplido. —De tantos hombres como mujeres, solo falta que le laman el pene enfrente de todos para que sus cumplidos alcancen un nuevo nivel.
Apenas el semáforo se puso en rojo, caminé sin siquiera mirarlo. Quería irme lo más pronto a mi casa y evitar que alguien me viera con Miller. No quisiera que se me pegara el bichito de la fama solo con estar a su lado.
—Eso se acabó.
No voltee al escuchar su voz.
—¿Acaso no te llevo flores para considerar un mal día?
Siempre los populares se sienten como menos cuando un día no tienen los cumplidos necesarios. Como esa odiosa de Teresa Parker. No solo deshora el apellido de un superhéroe que fue mi infancia, sino que cada vez que alguien está a su lado quieren que le laman los pies como si fuera una reina. Supongo que es la pareja perfecta para Miller.
—¿No sabes lo que pasó hoy?
Me detengo y lo miro. Pude ver angustia en sus ojos y se rascó el brazo con algo de pena.
—¿Algo de lo que debo preocuparme?
—Creo que no.
—Entonces no vale mi tiempo.
Camino tranquilo, aunque me desespera que él de dos pasos se detenga para seguir mi ritmo. No es mi culpa que no soy muy alto como para caminar a su nivel, pero esto solo demuestra que quiere que le pregunte qué paso. Así que suspiró y le doy un vistazo.
—¿Vas a contarme lo que pasó o tu idea es ser mi nueva sombra?
Se soltó.
En todos los sentidos.
Comenzó a contarme toda su historia: la de su ex Teresa, sobre su engaño, lo doble cara del instituto, la pérdida de su beca y su estúpido plan de conseguir un novio para limpiar su nombre. Creo que se dejó llevar demasiado al hablar, solo falta tener galletas en una mano y en la otra un pañuelo para limpiarse las lágrimas. Sé que si me graduaré como psicólogo, tendré que vivir esto casi a diario, pero no era mi idea pasar la tarde escuchando la vida de este perro oso y menos al saber que también busca un novio.
—¿En serio ese es tu plan?
—Claro, si tengo un novio, podría ayudarme en todos los sentidos.
Mi cara lo demuestra todo.
—A ver si lo entiendo. Tú, el chico más famoso del instituto, el adonis que todas las chicas quisieran ser tu novia. Ahora se besará con un chico y fingirá ser novios para recuperar una beca... ¿Y luego qué? ¿Al pobre chico lo mandarán a volar luego que recuperes la beca o seguirás con él hasta el final? ¿Qué pasa si nadie quiere ser tu novio falso, no es como que ahora tengas muchas opciones? Además, que nadie quiere ser el juguete de alguien.
Creo que me proyecté un poco. Era como si todas esas cosas que le dije, una parte, fueran para mí también. Si tenía un novio falso y también lo estuviera utilizando como un juguete, también lo mandaría a volar. Intuyo que ambos estuvimos una cara de lástima al analizar toda la situación.
—No lo habías pensado de ese modo —Lo dije más para mí que para él—. En fin, tengo que irme por la derecha. No fue un gusto hablar contigo, Teddy.
Puede quedarme y decirle que podíamos ser novios falsos. Ambos nos necesitamos por unos minutos, ambos necesitamos un novio en estos momentos y ambos conocemos algo del otro. Yo sé más cosas de él. Sin embargo, no quiero asociarme con populares. Ya tuve una etapa en donde me junté con chicos populares y terminé tan afectado que me costó mucho hacer amigos. No quiero pasar por eso de nuevo.
Llegué a mi casa y, para mi sorpresa —claramente sarcasmo— mis padres salieron. Casi nunca están en casa, las pocas veces que están es por visitas o por día libre. Voy a la cocina y veo que en la nevera hay una nota rosa con la clara letra de Mark. Tiene una letra legible, pero algo bastante desordenada.
Antes de regresar, te hice mis famosas hamburguesas veganas. Espero que tu novio sepa que eres vegano. Muero por conocerlo. Abrazos, Mark.
Al final hizo una carita feliz que le quedó tan rara que parece que la cara le está dando un derrame facial. Sonrió mientras calentaba sus hamburguesas. Son verduras molidas con condimentos, pero tienen algo tan delicioso que solo Mark puede hacer. Mis padres son los más tradicionales en este ámbito, ellos solo me dan arroz con verduras y se sirven pedazos gigantes de carne. No me molesta, total, solo compran carne procesada que es más química que carne de animal.
Después de comer subo a mi habitación para tomar mi libreta y poner la nota adhesiva en una de las páginas. Siempre pongo notas que me deja Mark o Verónica. También usó la librera para dibujar cosas que se me ocurren en los minutos. Una vez dibuje una calle cubierta de rosas, ese camino se me vino a la cabeza después de escuchar la canción Paris, Texas de Lana del Rey. Ahora quiero hacer un atardecer con colores azules. No es lo más cotidiano, pero me gusta jugar con colores, es la forma que tengo para sentirme valiente de hacer algo diferente.
Me puse ropa más cómoda, mis audífonos negros y tomo uno de mis lienzos blancos para comenzar a plasmar el atardecer con lápiz. Siempre escucho música tranquila al pintar, va desde música clásica, hasta la banda sonora del Studio Ghibli. Comencé a pintar cuando tenía diez años. No me considero un experto, solo es un hobbit. La pintura es la manera en que puedo representar pensamientos sin usar palabras. También me gusta tomar fotos de paisajes o momentos que quiero recordar. Algunas las subo a Instagram y otras las guardo en mi celular.
Comienzo a dar los primeros brochazos de color azul marino y amo la sensación de la pintura en el lienzo, es tan relajante y satisfactorio. Mis trazos son suaves y detallados, no me gusta apresurarme en mis pinturas, son mis momentos de calma, solo somos mi arte y yo.
Eso hasta que el sonido de mi celular me interrumpe mi trazo y mancho un poco la esquina. Aprieto los dientes y me limpio las manos con un trago para tomar mi celular. Era un ¿mensaje circular?... ¿Audio video?... esa función nueva de WhatsApp donde hay un video circular que funciona como audio. Lo toco para escuchar lo que dice.
—Michael, adivina. Te presento un candidato perfecto para tu novio falso —Muestra a un chico atractivo con algunos piercings en la cara y un cabello azul eléctrico—. Es gay y, si quieres, te lo puedo presentar —termina sacando la lengua y haciendo un corazón con sus dos dedos.
Cómo conocí a Verónica, ella querrá que le responda de la misma manera y suspiro mientras hago ese mensaje circular para responder su petición.
—No lo hagas, ya tengo mi novio falso.
Es obvio una mentira sucia para que no haya por ahí buscando pretendientes como si fuera cenicienta o algo así. Ella me bombardeó con mensajes pidiendo más detalles sobre mi novio falso. Solo le escribo que es secreto y que necesitaba silencio para pintar.
—Por esta vez te salvas, Michael López. Pero mañana no te salvas de mis preguntas.
Solo dejo mi teléfono en la cama mientras trato de terminar mi pintura sin pensar más en novios falsos.
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Fue una pésima idea decirle a Verónica que ya conseguí novio falso —cosa que es falsa—. Apenas me recogió de mi casa y toda la primera hora estuvo intentando que le dijera algo, lo que sea, incluso una inicial. Claro que tuve que tener la boca cerrada e intentar cambiar el tema cada segundo. Tuve suerte de que ella es como una gaviota, le dices una cosa interesante y se olvida lo anterior.
Apenas la campana del receso sonó, me escapé de las garras de Verónica, no quería seguir jugando este juego de tira y aflora que no lleva a nada. Caminé viendo por detrás para comprobar si Verónica me seguía. Me terminó golpeando con una pared de concreto o bueno con el pecho de Theodore Miller, que es casi lo mismo. Por unos segundos pensé que había chocado con Verónica y tendría que soportar, pero al ver que era Miller, me tranquilizó. Su cara estaba alterada, su frente sudaba, sus pupilas dilatadas y con un pequeño tartamudeo acompañado con su mano para ayudarme a levantar.
—Perdón, tengo prisa... adiós.
Aceleré el paso y pude ver cómo entró al salón de música. A mí nadie me importa, nada me llama la atención, no me preocupo de los demás... no tengo que preguntarle qué le pasa, solo es un extraño que no conoces su nombre y solo es el chico más popular. Bueno, ya no es el más popular, Verónica me enseñó algunos TikTok donde dicen que es un pésimo compañero y las fotos de Teresa tienen muchos corazones y comentarios de apoyos con comentarios de odio contra Miller... No me importa, no tengo que preocuparme por alguien... yo, yo.
—Carajo.
Solo le preguntaré cómo está, también es buena excusa para no encontrarme con Verónica. Caminé hacia la sala de música y al ver por el vidrio de la puerta, me sorprende ver cómo Miller está rodeado de tres chicas. Teresa y dos chicas que había visto algunas veces con Miller. Por un momento pensé que harían una especie de orgía rara y todo ese truco de conseguir novio solo era para experimentar y en verdad le importaba una mierda su beca. No me sorprendería, la mayoría de los populares son falsos e hipócritas.
—Quiero que te pongas de rodillas, me pidas perdón como el perro que eres —la voz de la chica morena se escuchaba fría y diabólica. La puerta era gruesa, pero no impedía que sonara su voz. Aunque también nadie suele venir por estos lugares.
Vi cómo Miller se ponía en cuatro patas y hacía el juego de ser un perro. Me dio mucho de qué pensar. Se lo es que es ser humillado, y se lo es que nadie hago algo por ti... tienes mucha suerte, Miller. Saqué mi celular y comencé a grabar... no para burlarme o subir a las redes, sino para demostrar que esas chicas son unas perras, Teresa incluso se había quitado el maquillaje de los ojos, eso solo comprueba que Miller decía la verdad.
Las tres chicas se reían y le decían mierda a Miller. Me encargué de enfocar sus rostros y que vieran que esas chicas lindas no eran lo que aparentaban. Al ver cómo Miller actuaba como perro e incluso lo mojaron con agua solo para que borraran las fotos, sentía lástima por ese chico. Lo bueno es que Teresa dijo claramente que esas fotos son falsas y solo las están utilizando. Victoria.
—Yo solo quería tener una novia que me quisiera, no quería una novia para presumir o ganar popularidad y si hablan del sexo. Yo no soy un maldito bastardo que tiene sexo con la primera chica que pasa.
La voz de Miller estaba apagada, como si estuviera muerto en vida... me hizo dar un pequeño mal recuerdo que decidí evadir al mover mi cabeza. En cambio, las tres se reían como si fueran unas brujas.
—Perdiste, Theo. Nunca debiste terminar con nosotras y menos pensar que te iba a ayudar. Yo hago lo que quiero cuando quiero y para mi beneficio. Estas chicas querían verte de rodillas y lo consiguieron. Podemos jugar contigo todo lo que queramos. Porque eres nuestro sucio y estúpido perro.
Apreté los dientes.
Tense los puños.
Y a la mierda, a la mierda con todo eso. La única que perderá serán esas malditas perras engreídas.
—¡Cariño! —Guardé el video y abrí la puerta mientras me mordía el interior del cachete para tranquilizarme, entre sin un plan tan claro y solo con toda la rabia del mundo.
Miller estaba impactado, las dos chicas confundidas y a Teresa casi se le sale el ojo del tic que estaba teniendo. Tomé las manos de Miller para que se levantara y este estaba con una expresión de sorpresa. Ya somos dos.
—Al fin te encuentro. Pensé que nos veríamos después de clases. Quería mucho verte.
Con todo el valor que no sé de dónde saqué, bese la mano de Miller y quise que todas vieran que no era un beso forzado, era un beso que era lindo, creíble y que lo hacía del fondo de mi corazón. Espero que se haya visto creíble. En eso saqué mi celular, le tomé una foto a Teresa y rápido la compartí en mis redes sociales. Suelo publicar fotos superrápido, supongo que es la práctica de subir paisajes a mis redes.
—Vaya, Teresa, ese golpe en el ojo se curó muy rápido. Esto es estupendo, toda la escuela debería enterarse de ese milagro.
—Ni te atreves. —Me amenazó mientras seguía confundida.
—Oh lo siento. Ya lo subí a mis redes —Toda esta peleíta me dio tiempo de agregar un mensaje en donde decía que era patética y mentirosa. Casi como siempre, el primer corazón me lo dio Verónica—. Es que quería mostrar al mundo la verdad —miró a las dos chicas que parecían estar perdidas—. Por cierto, chicas, si no quieren que este audio que tengo se filtre —reproduzco el video y las voces de las tres se escuchan a la perfección—. Será mejor que se larguen y dejen a mi novio en paz. —Eso último lo dije muy natural, que me dio miedo.
Casi se largan del lugar sin antes detenerlas y obligar a que borren el video de Miller siendo humillado. Vi cómo lo grababan y, si no querían que contraataque, debían hacerme caso. Para su suerte lo hicieron y luego se fueron como si nada.
—Esto es una broma —exclamó Teresa y señala a Miller—. Tú no eres gay.
—Tranquila, Tesa —tomó la mano de Miller—. Teddy es bisexual y solo salía contigo por pena de ti y ahora que lo tratas de malo. Creo que sería bueno que ahora tengas una dosis de tu propia medicina. Ahora lárgate de aquí.
Teresa duda entre clavar sus uñas en mi piel o irse en buenos términos. Hizo una combinación donde nos gruñe con rabia y se larga mientras el sonido de sus zapatos se va alejando. Fue el momento en que suspiré y me limpié los labios. La mano de Miller sabía a sudor con agua.
—No vuelvo a ayudar a nadie.
—Tú... me ayudaste —Parecía atónito, casi como si yo fuera una ilusión, y me desaparecía en unos segundos.
—Sí, pero no creas que...
Miller me abrazó y comenzó a dar vueltas mientras me agradecía muchas veces. Yo me quejaba y le decía que me bajara en este preciso segundo. No soy tan fanático de los abrazos y mucho menos que me traten como un muñeco de trapo.
—Dios, en serio puedo recuperar mi beca. Si me das esa evidencia, puedo dejar en claro las intenciones de Tesara. —Su sonrisa era tan pura que ahora no me puedo quitar de la mente a un pastor alemán sonriendo.
Bien, yo hice mi buena acción del día. Ayude al chico más popular a limpiar su nombre. Si le daba el video, no tendría que jamás en la vida tener que volver a verlo. Era así de simple. Solo dale el video y listo.
—Ese es el plan. Solo que necesito un favor tuyo...
—El que sea.
—Quiero que seas mi novio.
—¿Qué?
Listo eso demuestra que las noches que lloré como un niño pequeño no sirvieron en nada. No puedo confiar en nadie, esa es mi regla de oro que solo dejé pasar con Verónica porque es una chica que no mataría ni a una mosca. Miller es un sujeto que solo conozco por encima, solo vi algunas imágenes de sus redes, algunos eventos en los que hemos asistido y no sé por qué pensé en ese estúpido apodo cariño. Lo tenía muy presente desde que escuché la canción Teddy Bear de Melania Martínez.
—Sabes qué mejor olvídalo. Eso es una estupidez.
Me rasqué el brazo derecho, mis uñas casi traspasaban el suéter negro que tengo y mordía el interior de mi mejilla con más fuerza mientras salía del lugar.
—Espera.
Miller sujetó mi brazo evitando que siguiera. Me trajo como si estuviéramos bailando y, cuando estábamos a pocos centímetros, pude ver sus ojos verdes tan bonitos y las pecas que recorren su nariz. Era un rostro atractivo, eso no lo podía negar.
—¿Por qué necesitas, novio? —Me preguntó mientras se quita la sudadera mojada y por un par de segundos puede ver su pecho marcado... lástima que no soy un calenturiento que se derrite cada vez que ve un pecho firme. Solo diré que tiene un buen cuerpo.
—Mi hermano, le mentí que tenía un novio espectacular y que llevó con él casi un año. Ahora tengo que presentar mi falso novio el sábado... pero como dije antes, tener un novio falso es una pésima idea, ya que solo juegas con los sentimientos de otros y es una mierda para los dos.
—Pero, podemos beneficiarnos entre los dos.
Estuve intrigado y lo dejé continuar con su idea:
—Bueno, ambos sabemos que necesitamos un novio falso. ¿Verdad?
—Verdad —Crucé mis brazos mientras me alejaba un poco de su lado.
—Ambos sabemos que si jugamos con los sentimientos de un chico es cruel y despiadado.
—Cierto.
—Pues podemos ser novios falsos nosotros dos, ambos sabemos que no queremos nada serio con nadie y solo duraremos hasta terminar este año escolar.
Lo dijo como si no fuera nada. Son casi medio año de estar juntos. Claro, si esta estúpida idea se lleva a cabo.
—Y ¿por qué necesitas seguir con novio falso? Tengo la prueba definitiva para que todos te vean como el héroe y vuelvas a la fama que tenías.
—Puede que el video ayude mucho, pero Teresa tiene el factor que te vio besarme la mano y decir que eras mi novio. Puede que utilice eso a su beneficio y quiera hundirme otra vez si no nos ve juntos.
Diría algo al respecto, pero ver cómo fue tan perra como para aprovechar una ruptura para fingir un maltrato y culpar de todo a Miller. Supongo que no sería muy descabellado que utilice esa información para intentar hundir, porque ahora estoy involucrado en esto, quiera o no.
—Con todo eso planteado —Miller me da una sonrisa dulce y extiende su mano—. ¿Serías mi novio falso? Solo hasta el final del curso.
Mi respuesta es un rotundo no. No quiero involucrarme con populares y menos tener toda la atención del instituto si supieran que tengo de novio al famosito de Theodore Miller... pero, ya estoy metido en el lodo de la polémica al intentar ayudarlo, al decir que no, Teresa buscaría la manera de volver a hundir a Miller y también a mí por subir esa foto a mis redes. Además, ya solo tengo tres días para conseguir un novio y Miller queda perfecto para impresionar a mis padres y hermano.
Di un suspiro cansado
—Está bien, seremos novios falsos hasta el final del curso.
—Michael.
Verónica se acercaba al salón y apenas estaba en la puerta. Miller me tomó de la cintura y me besó la mejilla, casi como si su vida dependiera de eso. No me esperaba para nada de eso, sé casi como si estuviera recibiendo una descarga eléctrica, aunque fuera un beso en la mejilla, hizo despertar todos mis nervios. Para completar este momento de vergüenza, mis mejillas estaban rojas y algo calientes. Quería darle un golpe por hacer algo tan repentino, pero ni siquiera podía verlo a la cara sin pensar en sus labios tocando mi mejilla y cómo su olor era tan parecido a la canela.
—Somos novios y él es mi novio de verdad —se apresuró a decir a Verónica. Ella dio un pequeño grito y corrió para abrazarme mientras habla tan rápido y de tantas cosas que solo puede rescatar las felicidades que me daba por conseguir novio.
Tuve que centrar mi atención en un Miller apenado y con las manos juntas mientras jugaba con sus pulgares y necesitábamos tener reglas si queremos que esto funcione y no muera antes de ser ahogado en besos con olor a canela del pastor alemán.
Sin nada más que decir, los dejo en su linda noche, tarde o día.
Los quiero, bye <3
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