capítulo 5: baile real... ¿compromiso?
Desde su aventura en el bosque hasta su enfrentamiento contra zule, Jules andaba muy distraído, perdido en las nubes.
Esperaba volver a verla y también al pequeño Amadeus, ambos eran sus únicos amigos.
Estaba tan ido que no prestó atención a su hermana quien venía corriendo con un sobre.
-Jules... Jules... ¡JULES!-
Aquel gritó le hizo tirar su manzana que lo tenía en la boca... Aún sin masticar.
-¡no hagas eso! Pudiste matarme...-
-¡ja! Es muy grosero no prestar atención a una dama-
-¿Cuál dama? Solo veo a mi molesta hermanita-
-grrr te juro que un día te haré pagar por todo-
-si claro... ¿Para que me llamabas?-
-oh sí... Mira, nos llegó una invitación del reino vecino... ¡Isabella y Mía, las mellizas, cumplirán 15 años y harán una gran fiesta!-
-¡genial!... Una fiesta, no me gusta bailar- reclamó de mal humor, nunca le gustaba las fiestas de los nobles, todo es tan aburrido... Lo único que haces es comer, charlar y bailar horas y horas.
-no seas aburrido, tiempo que no veo a las mellizas-
-en eso tienes razón, son las únicas que no se les sube su estatus hasta la Cabeza... No como una que yo conosco-
-yo tomo bien en claro mi papel como princesa, en cambio tú... no creo que llegues a ser rey-
-no me importa, prefiero trabajar a estar horas y horas sentado firmando aburridos papeles y asistir a tontas fiestas-
-tu te lo pierdes, pero igual tenemos que asistir, estamos todos invitados-
-vayan ustedes, yo me quedaré a leer un rato-
-iras por qué eres el primogénito- hizo presencia la reina.
-Madre... No quiero ir-
-las mellizas se sentirán triste si no vamos, ellas siempre venían a tus cumpleaños- esta vez era su padre quién trataba de convencerlo-
-¡esta bien!... Iré-
-dejare encargado nuestros trajes, vamos a desayunar-
No pudo escaparse de eso pero no pensaba bailar con ninguna "dama" le incomodaba como siempre invadían su espacio personal...
-¡No me pondré ningún vestido, usaré mi armadura!-
-hermana... Es un baile no una batalla jijiji-
-me niego, no quiero zapatos ni vestido, es muy incómodo y mi deber es proteger a las mellizas-
-pero es una fiesta y estás invitada zule, el rey me dió la invitación e iremos- decía Lancelot divertido mirando la reacción de su hija-
-padre... No me obligues a usar eso-
-lo siento pero el rey quiere que estemos de gala, yo también debo ir sin mi armadura, no estamos de turno-
-entonces que papá y Amadeus vengan con nosotros-
-me encantaría ir pero tengo trabajo que hacer, estoy terminando unas espadas que me pidió el rey y aunque me dea el día libre hoy, no me gusta dejar trabajos a medio terminar- decía blacksmith riéndose por lo bajo, era mentira, simplemente no quería ir a esos bailes-
-y Amadeus es muy pequeño aún, blacksmith se quedará con él-
-ahora que recuerdo no uso vestidos así que usaré mi armadura-
-bien... Ven conmigo zule-
Obedeció y siguió a blacksmith hasta su dormitorio, de entre los cajones sacó un vestido azul marino de seda muy hermoso.
-¿Cómo...?-
-era de tu madre, lo usó cuando fuimos a una fiesta juntos y lo guardó hasta el día que tenga una niña, ese día el vestido sería suyo-
Con delicadeza tocó aquel magnífico vestido, era suave y muy hermoso, no era muy llamativo pero brillaba como una noche estrellada.
-me gustaría que lo uses, yo sé que amas tu trabajo pero nunca olvides que eres una chica muy hermosa... Mi chica guerrera... Fuerte y hermosa-
-gracias papá- abrazó conmovida a su progenitor.
-bien, vamos a desayunar y en la tarde arreglaremos tu cabello... tu madre usaba una hermosa peineta también-
Ambos se fueron al comedor para comer todos juntos.
Al atardecer los reyes y los príncipes estaban listos, subieron al carruje y partieron para la fiesta.
Al llegar el salón apenas estaba lleno, llegaron muy temprano, la familia fueron al encuentro del rey quién estaba acompañado de sus hijas.
-oh, bienvenido sus majestades- saludaba el rey Mino a sus invitados.
-hola rey Mino, felicidades Isabella y Mía- saludó el erizo acompañado de su esposa y sus hijos-
-muchas felicidades, han crecido tan hermosas- alagaba la reina-
-¡felicidades Isabella, mía!- felicitó la princesa Rose.
-¡Muchas felicidades mis bellas chicas!- saludó juguetón Jules, las mellizas eran como sus primitas.
-¡Juleeees!- gritaron ambas lanzándose sobre él, el príncipe reía junto a ellas.
-estos niño... Pasen, en poco se iniciará el baile- Mino los hizo pasar a todos y ponerlos cómodos.
-¿bailaras con nosotras Jules?-
-ehhh no soy bueno bailando pero lo haré solo por ustedes- reía nervioso.
-¡eres el mejor!-
Poco a poco el salón fue llenándose de varios nobles, familiares y amigos de las princesas.
Entre la multitud, una hermosa eriza albina acompañada de un erizo marrón llegaban junto a su hija, una eriza lila de no más de 16 años.
La familia se acercó a los reyes de Camelot.
-ah pasado mucho tiempo reina Ames-
La reina reconoció esa voz, al darse la vuelta se encontró con su vieja amiga.
-reina Milena, rey Alphonse, princesa azura... tanto tiempo sin vernos-
El rey Sonic también los había reconocido, hace tiempo hizo un tratado de paz con el Reino de Alphonse ya que andaban en muchos conflictos, ahora que recordaba ambos reinos tenían pensado comprometer a sus hijos cuando azura cumpliera los 16... Jules no sabía de ese acuerdo, lo hizo sin pensarlo, lo hizo para unir ambos reinos.
-qué bueno que estemos reunidos, es momento que los muchachos se conozcan más y hablemos de la futura boda de ambos- comentó contenta la reina Milena.
-claro, ya es tiempo que se comprometan y luego anunciar su matrimonio- reía contenta Ames.
Mientras ellos planeaban el futuro de Jules, Sonic miraba a su hijo quién bailaba torpemente con una de las mellizas... ¿Que había hecho?.
Lancelot miraba el atardecer, las primeras estrellas comenzaron a aparecer en el cielo oscuro, un poco impaciente miraba la entrada de su casa, su hija sí que se estaba tomando su tiempo, ya iban tarde.
Ya vestida y arreglada, se miraba al espejo mientras blacksmith terminaba de trenzar su melena y finalmente colocaba la peineta de flores azules en su cabellera, ella no se reconocía...
-listo, estás preciosa-
-wow... ¡Eres hermosa zule! ¡Pareces una princesa!-
-pues esta "princesa" no quiere ir... Pero iré... ¡Debo dejar en alto nuestra familia cómo caballero de las princesas e hija de sir Lancelot y el herrero real sir Blacksmith!-
-¿y yo?- miraba molesto con un puchero a su hermana por olvidarse de él.
-jejejeje... Todos saben que mi único príncipe es sir Amadeus, el único que siempre protege a esta torpe princesa-
-no eres torpe, ¡eres genial!-
-gracias mi príncipe-
Amadeus bajó de la cama y corrió a abrirle la puerta para que ella saliera, se estaba tomando bien en serio su papel de príncipe.
Ella contenta agradeció y salió seguido de su hermano y blacksmith.
Ya era hora de irse, con amor se despidió de ambos dándole un beso a cada uno en la mejilla y saliendo con Lancelot hacia la fiesta.
Al llegar se puso nerviosa... Ella no le gustaba mostrar su identidad a los nobles.
-padre... ¿Qué haremos si te reconocen? Han venido de todos lados incluído de Camelot-.
-no temas, ten, usa esto-
¡Perfecto! Con eso nadie la descubriría y era común usarlo, el antifaz oscuro que ambos tenían era suficiente para no llamar la atención demasiado.
Ambos quedaron maravillados con el lugar, era todo elegante y había muchos invitados, varios veían el hermoso vestido que ella llevaba, no les dió importancia y junto a su padre fueron a saludar al rey y a las mellizas.
-¡Llegaron! Sean bienvenidos-
-gracias mi señor- ambos saludaron al mismo tiempo.
-lancelot... ¿puedes dar apertura al baile junto a zule?- susurró bajo sus nombres.
-como ordene su majestad-
El sonido de una varilla llamó la atención de los presentes, la suave melodía de violines sonaron dejando maravillados a todos, una pareja bajaban las escaleras hasta centrarse en el salón y al compás de la música bailaron elegantemente.
Bailaban sincronizadamente, zule estaba sudando de miedo, temía dar un mal paso y caer dejando en ridículo a su padre, estaba muy tensa.
La mirada rojiza a través del antifaz la relajo, debía dejar de preocuparse y disfrutar de compartir con su padre... Lancelot con picardía le daba elegantes vueltas haciéndola ver espectacular.
Al terminar la melodía, el oscuro terminó arrodillandose frente a ella y besando el dorso de su mano... Haciéndola sonrojar de la vergüenza que le hacía pasar con esos gesto, pero estaba alegre, su padre se había divertido al igual que ella.
Todos quedaron fascinados con tal espectáculo y varias damas quedaron enamoradas del caballero... Ni qué decir de los jóvenes quienes miraban interesados a la chica con antifaz.
Sonic vió a su primogénito algo extrañado, todos veían el espectáculo que esa pareja habían hecho en el salón pero su hijo había soltado su bocadillo a medio comer mirando con ojos abiertos a la misteriosa dama de antifaz, una vez terminado lo vió salir corriendo tras de ella ¿Acaso la conocía?.
Buscando entre la multitud, Jules intentaba encontrarla, ¡era ella!, Esa hermosa cabellera y ese hermoso pelaje dorado, ¡era sin duda ella!.
Al fin la encontró, no se hallaba acompañado del caballero con quién danzó pero estaba charlando con las mellizas.
Le daba la espalda así que llamó su atención suavemente.
-discupe señorita, ¿me concedería está pieza?-
Al darse la vuelta lo reconoció... ¿Qué hacia el aquí?
-¡Tú!-
-¡hola! ¿Bailamos?-
-no sé bailar-
-ya... Claro... ¿Y que fué eso de hace rato?-
-no fue nada-
-¿acaso te da miedo bailar?-
-¡yo no le temo a nada!-
-¡demuéstralo!- reía victorioso, ella era muy competitiva, lo notaba.
-te haré tragar tus palabras-
A mala gana aceptó su invitación, el la llevo hasta el centro del salón y comenzaron a bailar al inicio torpemente pero poco a poco se iban sincronizando.
En la lejanía Lancelot veía serio al acompañante de su hija, lo reconoció, era el hijo de Sonic, eso quería decir que él y compañía estaban en esta fiesta, aunque tenía ganas de irse de ahí junto a su hija no hizo nada, no quería llamar la atención, buscaría la manera de que ambos pudieran irse lo antes posible, era peligroso si los reconocían.
Ambos jóvenes bailaron por un buen rato hasta que se cansaron, Jules le ofreció una copa pero ella se negó, no le gustaba el alcohol, así que Jules se fue y regresó con dos copas de agua... A él tampoco le gustaba el alcohol.
Las horas pasaban y Sonic no veía a su hijo por ningún lado, un poco preocupado comenzó a buscarlo...
Caminó por un rato hasta encontrarlo sentado en una mesa junto a aquella jovencita, Jules hablaba y hablaba y la dama solo asentía o le respondía cortante.
Decidió acercarse y saludarlos, aparte tenía que avisarle sobre su "compromiso" y de su futura "esposa".
-me alegra encontrarte aquí, fue divertido bailar contigo- reía divertido Jules.
-no estuvo mal, al menos no me pisaste- sonreía burlonamente zule.
-casi lo hice un par de veces pero lo evité jejjejej y dime, ¿eres familia de Isabella y Mía?-
-no... Trabajo en el castillo-
-ya veo, y dime, ¿Quién es tu acompañante?-
-nadie... Y dime tú... ¿Eres familiar de las mellizas?-
-las conosco desde niño, somos amigos desde la infancia-
-entonces eres un noble, esa ropa que usas no es de un simple arquero- lo miraba con sospecha.
-bueno yo...-
-¿Quién eres tú?-
No sabía si decirle la verdad o no, le había mentido pero lo hizo por miedo a su rechazo, le gustaba su compañía, le gustaba ella, por lo poco que la conoció le hacía feliz, así actúe arisca con él, le gustaba como era.
-entiendo... Me tengo que ir- algo que no toleraba eran las mentiras, si él no le quería decir la verdad nada bueno debe tener.
-¡espera!- no podía dejar las cosas así, le diría toda la verdad.
Ella no esperó y se levantó de donde estaba dispuesta a irse pero tropezó con alguien teniendo la mala suerte de que su antifaz terminó en el suelo.
-¿te encuentras bien?-
-sí, la culpa fue mía por no ver por dónde iba, lamento lo suc...-
La copa que llevaba en sus manos el rey de Camelot se estrelló contra el suelo, la había soltado.
Ambos se miraban incrédulos, ojos azules y verdes no podían despegarse aunque quisieran, estaban en shock.
Jules no entendía lo que pasaba, tanto su padre como zule se habían quedado paralizados mirándose asombrados y asustados.
Vagos recuerdo vinieron rápido por su mente tan rápido que le comenzó a doler la cabeza, ya no eran borrosos, lo había recordado, recordó al fin.
Por instinto retrocedió dos pasos, se sintió enferma, se sintió mal estar frente a él.
No reaccionaban ni siquiera cuando la reina Ames y la reina Milena alegres anunciaban el compromiso de sus hijos.
Robamos por un momento su atención solo para anunciar del próximo compromiso oficial que se realizará en 3 días en el reino de camelot, la princesa azura y el príncipe Jules se comprometerán y ambos reinos se volverán uno solo...
Los esperamos en tres días, ¡todos son bienvenidos!
-¿¡QUÉ!?- ahora quién estaba en shock era el pobre erizo.
-¿E-eres su hijo?-
Esto estaba mal, tenía que salir de ahí, no quería estar ahí.
-¿eres tú... Zule?- Sonic preguntaba aún incrédulo, no había prestado atención a nada, si ella estaba aquí eso quiere decir que lo encontró... Los había encontrado.
Intentó acercarse y abrazarla... Tanto tiempo... ¡Había crecido mucho!, pero una mano le impedía tocarla.
Delante de él un erizo oscuro se interponía entre ellos, sabía de quién se trataba.
Con molestia vió como zule abrazaba con fuerza al oscuro, este la envolvió en sus brazos mientras acariciaba sus dorados cabellos.
Dándole la espalda a ambos, Lancelot salió de ahí junto a su hija, la veía muy mal y lo mejor era volver a casa, tenía que hablar con blacksmith de lo sucedido.
El primero en reaccionar fué Jules, furioso miró a su padre.
-¿Cómo conoces a zule? Y ¿por qué rayos no dices nada con lo que mi madre anunció? ¡Cómo que estoy comprometido!... ¡NO SOY UN MALDITO OBJETO!- sin esperar una respuesta salió corriendo de ahí, le importaba un comino que los demas lo vea.
El erizo escuchaba a los demás murmurar pero su mente estaba hecho un lío... Miró por dónde su hijo había huido... ¿Que había hecho?...
Continuará...
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Maldita realeza... malditos matrimonios arreglados... Pobre Jules >:v... Jajjaja espero les guste este nuevo capítulo, las cosas están que arden y ¡eso se verá próximamente!
Usagi2233 se despide... ¡Hasta la próxima!
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