capítulo 3: Hilo Rojo
Lancelot se considera muy afortunado, reconoce que antes solo conocía su deber como caballero leal del rey, su vida le pertenecía solo al soberano de Camelot, así lo habían educado.
La primera vez que se enamoró fue de una doncella humana, humilde de bajo estatus pero muy trabajadora.
Cierto día la siguió, observándola cargar canastas de frutas, actuó a tiempo en ayudarla en cuando por el peso que llevaba perdió el equilibrio.
No supo explicar la extraña sensación que sintió, aquellos hermosos ojos azules más brillantes que un zafiro lo dejaron atontado.
No la escuchó del todo debido a lo aturdido que se sentía, ella le agradecía y se disculpaba por hacerle perder el tiempo, ante lo escuchado reaccionó diciéndole que no era problema para el, es más, se ofreció en ayudarla en sus tiempos libre.
La vió insegura pero aceptó la ayuda, así fue que luego de su guardia y en sus tiempos libres iba directo al puesto de frutas donde trabaja ella.
El tiempo pasó y lo que antes era impensable que un noble esté con una plebeya, para Lancelot que así lo había aprendido, ese pensamiento se hizo añicos, aquella joven era encantadora, muy dedicada a su familia, a sus amigos, a los más necesitados.
Se sintió orgulloso de ella, aprendió cosas que estaban prohibidas para él como el simple hecho de hornear, limpiar o simplemente vender.
Le encantaba escuchar todas las historias que ella le leía solo para él, los cuentos, ensayos y novelas... Era tan arrulladora su voz que sentía tanta paz terminando dormido apoyado en ella.
El corazón le comenzaba a latir a mil solo con su presencia, también se ponía celoso por los "pretendientes" que tenía, jóvenes se acercaban hipnotizados por su belleza y gentileza.
Aquella vez se armó de valor, habían vivido tantas cosas juntos y él no es tonto, comenzó a notar los pequeños sonrojos en aquel dulce rostro con cada detalle que le ofrecía.
Ese día la había invitado a un picnic a las afueras del reino, en un prado llenos de diversas flores, ella quedó encantada con el paisaje, disfrutaron de la compañía del otro y en determinado momento, cuando ambas miradas se conectaron, hubo un susurro sincronizado...
Me gustas
El asombro estaba plasmado en ambos rostros, se habían sincerado entre ellos, querían lo mismo, se quería.
Fué el primero en reaccionar tomando delicadamente aquel rostros y uniendo lo al suyo con un suave beso, ambos sintieron mariposas en sus estómagos, se sentía bien la compañía del otro.
Terminado aquel beso juntaron ambas frentes aún sin poder decir algo coherente, pero no tenían nada que explicar... Todo estaba dicho con sus gestos.
Fueron los mejores momentos que el caballero estaba viviendo, estaba enamorado y era correspondido, la vida le pareció maravillosa y tenía un motivo más por seguir luchando.
Pero la desgracia cayó sobre él, el rey Arturo actuaba raro, de un día para otro empezó con un reinado cruel, iba con sus caballeros y arrasaban reinos entero, el no podía negarse a nada, todo lo hacía por el rey y por Camelot... Por ella.
Tuvieron sus primeras peleas, ella estaba en contra de lo que hacía, no debían ser así de crueles con los demás reinos, Lancelot le decía que era por el futuro de Camelot pero eso no la convencía, prefería seguir siendo humilde a tener los bienes de los reinos destruidos.
Comenzó a tener dudas, su amada tenía toda la razón pero no podía desobedecer al soberano, volviendo a ser aquel caballero duro como el acero sin sentimientos, la dejó y siguió a su rey, cuando ella entienda que lo hace por un futuro prometedor volverían a estar juntos.
Y pensar que lo hacía por ambos, qué equivocado estaba... La perdió por sus estúpidos pensamientos, por un "futuro" prometedor... ¡Era pura mierda lo que creía, por lo que luchaba!.
Ese fatídico día había salido con los demás caballero junto al rey, iban a destruir otro reino y poner a todos bajo las órdenes de Arturo, la victoria la obtuvieron rápidamente, nadie podía contra ellos, Lancelot tenía pensado en ir a verla, hablar con ella y no seguir distanciados, le dolía la indiferencia que le mostraba.
Todos quedaron impactados al entrar a Camelot, el lugar más humilde del reino estaba prendido en llamas, los demás corrían despavoridos y solo los valientes ayudaban a los herido como también ayudaban a extinguir el fuego.
Mientras ellos habían ido a conquistar un reino, otros vinieron por venganza.
El rey Arturo sin importarle la situación caminó sobre el fuego dirigiéndose a su castillos, eso era problema de los aldeanos, no suyo... ¡Que los caballeros se encarguen de eso!.
Los demás caballeros ayudaban a los pobladores, varias vidas de perdieron esa tarde.
Su mayor temor se le hizo realidad, sin importarle estar muy cerca del fuego Lancelot buscó a su amada, los minutos se le hacían tortuosos y no habían rastros de ella.
Escuchó un pequeño llanto, era de la Madre de María, corrió a toda prisa, su alma salió de su cuerpo al verla abrazar un cuerpo mientras lloraba desconsolada mente, algunos vecinos y amigos estaban allí también llorando la muerte de la dulce María.
Al intentar acercarse notó el odio en sus ojos, le gritaron de todo... '¡maldito!' '¡desgraciado!' '¡deberías haberte muerto tú, no ella!' '¡fuera mounstro!' 'ojalá te mueras así como la mataste' 'vete' '¡no vuelvas aquí o yo misma te mataré con mis propias manos!' eso último le gritó la madre de su amada, lo corrieron lejos de ellos y le prohibieron asistir al funeral.
Por primera vez vió todo a su alrededor, era muy parecido a como dejaban los reinos que atacaban... ¿A cuántas personas habrá matado? ¿Cuántas familia separó? ¿Cuántos amores mató? ¿Cuántos corazones rompió? ¿Cuánta destrucción ocasionó?.
Miserable y asqueado... sintió caer sobre su piel gotas frías, miró el cielo y vió como la lluvia caía y apagaba todo a su alrededor.
Hasta estando lejos te preocupas por el pueblo
Sus lágrimas caían sin cesar siendo camufladas con la lluvia, a paso lento se fue de allí y se encerró en su hogar.
El día del funeral no pudo despedirse de ella, oculto desde lejos veía cómo la enterraban, el llanto de su familia y el resto del pueblo dejando flores sobre su tumba.
Pasaron los días e intentaba ayudar a su familia pero lo rechazaban, intentó darles bienes para que volvieran a levantarse pero se lo devolvían a la cara, le cerraban la puerta también, en silencio hacía lo imposible por ayudar aún si no lo querían cerca.
El tiempo fué pasando y llegó un nuevo soberano que derrotó al malvado rey Arturo, Jules reinó Camelot llevándolo a la gloria y poco después nació el príncipe Sonic, los años siguieron pasando y con la muerte del rey, Sonic ocupó el trono.
El nuevo rey era muy amable como lo era Jules, todos estaban contentos con el nuevo soberano aunque era aún muy joven, tenía una gran responsabilidad pero hacia todo lo posible por su reino.
Volvió a su vida solitaria, agradecía al nuevo monarca pues todos al ver cómo perdonaba a los demás, la familia de María siguieron su ejemplo, no querían seguir teniendo rencor contra el caballero.
Ahora Lancelot vivía y moriría por el nuevo rey, no quería amar denuevo, no quería sacarla aún de su corazón, no quería volver a estar solo otra vez.
El destino es aveces muy caprichoso, llegaron al reino un zorro doble colas junto a una dama de su misma especie, por lo que veía y sabía era el amigo del rey y la dama la novia del zorro.
También supo de la enfermedad que llevaba y su embarazo, fue trágico su muerte, le recordó mucho cuando perdió a María, blacksmith tenía el mismo semblante que el tuvo en el pasado.
Lo más extraño fue la orden que le dió el rey, cuidar de blacksmith y su hija.
Al final órdenes eran órdenes, había oído del romance que el rey mantenía con blacksmith, en lo personal no le importaba lo que él hiciera, no era quien para juzgar.
Lo que sí veía era cómo el supuesto amor que sentían se iba marchitando poco a poco, no por parte de blacksmith, sino por parte de Sonic.
Algunas veces veía al zorro deprimido y solo junto a su hija, zule, si bien recuerda que así se llamaba.
No supo bien que le pasaba pero no quería verlo triste, su expresión en verdad dolía, de un momento a otro comenzó una pequeña plática con el menor, eran cosas simples y sin sentido pero al menos así se distraían.
Así pasaban largas tardes, en la cocina con tazas de café y panes recién horneados hablando de cosas triviales, llegó a ganarse su confianza, tanta que solo a él le pedía cuidar de zule.
La niña era un encanto, muy tranquila pero también muy curiosa, amorosa y hermosa, nunca tuvo problemas con ella, jamás cuido a un menor pero prometió hacer su mejor esfuerzo con ella.
Lo que si le preocupaba era el extraño actuar del rey, no paraba en el reino, salía sin sus guardias, dejaba de lado a blacksmith y no quería ni ver a la niña.
No entendía, ¿para qué traerlos al reino si los iba a dejar de lado como un mueble viejo?
Sabía los rumores que corrían por el pueblo, las suposiciones sobre la hija de blacksmith y demás cosas crueles que decían sobre el rey y su relación sin futuro... Sin futuro para el reino... ¡Que egoístas! Pensaba...
Ver la cruda realidad le dejó un sabor amargo, aquella noche que vió a Sonic salir sin avisar decidió seguirlo y vaya sorpresa la que se llevó, el soberano andaba en brazos con una dama, ocultos como bandidos, revolcándose en aquel cuarto del reino, engañaba a blacksmith en su cara, en el castillo en donde lo trajo a vivir... No habían reuniones ni tratados de paz ni nada... Solo mentiras y más mentiras, engaño e hipocresía.
No sabía aún si decirle la verdad al zorro y evitar que se sigan burlando de él o callar para no dejar mal al rey... Por el momento no diría nada, la mentira caería sola y veía que blacksmith sospechaba algo, también se estaba hartando de la situación en la que se encontraba.
Ese día no pudo cuidar de zule, tenía guardia, se lo informo a blacksmith disculpándose y que ni bien terminara iría con la pequeña.
Al regresa no vio a nadie, le contaron lo sucedido pues los gritos habían sido escuchado en todo el castillo, los buscó a toda prisa pero no los encontró, busco a Nery y ella en lágrimas le decía que se irían por qué no podían seguir viviendo aquí, escuchar eso fué suficiente para ir con él.
Los encontró a ambos dispuestos a salir por el portón trasero, fué ahí que le propuso esa locura a Blacksmith, irse juntos y comenzar una vida lejos de Camelot, no podía dejarlo solo y menos con una niña.
Al inicio el zorro se negó pero al oir que lo seguiría para mantenerlos seguros pues así se lo había prometido, decidió ceder.
Fue así que ambos montados en el caballo de Lancelot salieron en busca de un futuro nuevo.
No fue fácil llegar a un reino nuevo, felizmente blacksmith tenía un familiar ahí que era herrero, el les ofreció hospedaje mientras conocía al nuevo miembro, zule se convirtió en su consentida.
Lamentablemente meses después falleció por la edad dejándole la herrería y casa a su familiar, blacksmith seguiría el oficio de su fallecido tío.
Lancelot tenía pensado buscar su propio hogar pero blacksmith se negó, alegando que zule le extrañaría mucho y que en verdad quería su compañía.
Él no se quedaría de brazos cruzados, el rey de ese reino buscaba caballeros para que le sirvieran, se presentó y al ser reconocido de inmediato lo reclutaron, el aceptó con la condición de nunca revelar su identidad y nunca ser llamado como Lancelot, simplemente podían decirle sombra.
Ambos compartían los gastos del hogar, a blacksmith le iba muy bien con la herrería, aparte crear armas era su pasión y para Lancelot volver a la batalla lo llenaba de energía pero lo hacía para el bien del reino, no lo haría por destruir reinos ajenos, no lo volvería hacer.
Le alegraba saber que zule crecía rodeada de amor y un hogar acogedor, blacksmith era admirable, no solo se encargaba de la herrería y la casa, sino también se daba el tiempo para pasarla con su hija sin descuidarla.
Aunque hubo un pequeño problema que no sabía cómo llevar y es que la pequeña al cumplir los 5 años comenzó a llamarlo 'papá', la primera vez que la escuchó escupió todo el café que estaba bebiendo mirándola incrédulo, él se consideraba como un tío lejano.
Aún era muy pequeña así que no le dijo nada pero se sentía incómodo cada vez que le decía así, se disculpó con el zorro pensando que su presencia confundida a la nena pero él le decía que aún era muy pequeña y mejor no desilusionarla, cuando sea más grande le explicarían mejor.
Los curioso veían a ese par un poco raro, pero el rey le dejo en claro a su pueblo no molestarlos, Lancelot resultó ser un caballero leal y lo mínimo que puede hacer es que se sienta cómodo en el reino.
El zorro era tan amable que el pueblo lo adoraba, todos pedían de su ayuda y a cambio le daban cosas o cuidaban a zule si ambos no podían y Lancelot era muy respetado, su nombre lo conocían y el pueblo solo lo llamaba así en el reino, fuera era conocido solo como sombra.
Zule al cumplir los 8 años conoció a las hijas del rey, isabella y Mía dos mellizas zorritas como ella pero de pelaje marrón, siempre paraba juntas y el rey no le importaba, si eran felices podían jugar juntas e incluso ordenó que zule pudiera quedarse en el castillo si sus hijas así lo querían.
Por eso no era raro ver a Lancelot dirigirse a su guardia de la mano de zule, la dejaba con las princesas y se iba a su puesto.
Ya era costumbre quedarse a solas con blacksmith mientras zule se quedaba a dormir con las princesas, de seguro ni dormían pues las oía hablar horas y horas cuando el la dejaba.
Él lo notaba, blacksmith aún seguía dolido y triste, no sabe bien si seguiría enamorado del cobalto, ambos se enteraron poco después de haber llegado a este reino que Sonic tenía un romance con la princesa Ames rose y luego del embarazo de ella.
Blacksmith entonces supo que de eso era lo que le intentaba decir Lancelot, el engaño de Sonic, también lo sospechaba pero no dijo nada creyendo que lo juzgaba injustamente...
Ver que tenía razón, que su corazón se lo decía dolía mucho... Por qué en verdad se había enamorado de Sonic, ahora sabía que no era correspondido, nunca debió aceptarle.
Ahora sólo quedaba tristeza en su interior, no quería sentirse así pero se sentía solo, sentía que era una carga para Lancelot y por su culpa aquel dulce caballero no podía hacer su vida.
Varias noches lloraba en silencio, a pesar de no querer molestarlo el siempre estaba cerca, lo abrazaba y consolaba, secaba sus lágrimas y juraba no dejarlo solo... siempre protegerlo a él y a zule.
Dos corazones rotos se cuidaban mutuamente, dos corazones dolidos intentaban repararse juntos... La tristeza iba desapareciendo poco a poco y comenzaron las confusiones, las mariposas en el estómago, las miradas sonrojadas, pequeño gestos que te apenaban, cálidos consuelos, cálidas caricias.
Lancelot llenaba de detalles a blacksmith, le llevaba girasoles, supo que eran sus flores favoritas cuando un día libre fueron con zule de picnic y descubrieron una colina llena de esas flores, el zorro quedó fascinado, nunca olvidará esa hermosa sonrisa en su rostro.
Y blacksmith descubrió que a Lancelot le gustaban las moras, un día quiso preparar un postre y uso moras en lugar de manzanas, la cara de satisfacción del erizo oscuro era única, quedó embobado con esa dulce expresión.
El convivir juntos y cuidar ambos de un niña los convertía en una familia, así sonara extraño, así lo sentían... Ese sentimiento lo compartían.
El cariño ser convirtió en amor y floreció una noche cuándo ambos solos disfrutaban de su cena y a la hora de dormir Lancelot se iba a acostar en el sillón de la sala como siempre lo hacía, pero esta vez blacksmith le pidió dormir con él alegando que el sillón era muy incómodo y que ya no lo dejaría dormir ahí así se oponga.
Tímidamente se tomaron de la mano y subieron a la habitación, sus miradas estaban conectadas.
¿Sería malo volver a amar? ¿Podrían amar nuevamente? Ambos se preguntaban lo mismo.
El primero en actuar fue blacksmith, con temor acercó su rostro hacia el erizo oscuro rozando sus labios con los de el.
Lancelot actuó enseguida, acarició aquellas suaves mejillas y cambió la dirección de su beso hacia la frente del menor... No lo rechazaba, solamente no estaba seguro sí era eso lo que el menor quería o si estaba confundido, tal vez lo confundía con Sonic...
-lo siento si te incomode, yo no quise molestarte-
-no lo haces, es solo que te veo con dudas y no quiero que te arrepientas luego-
-no lo hago, hace tiempo quería decirte algo muy importante Lancelot, yo no pienso en el pasado, no pienso en el... Yo ahora solo pienso en tí, te quiero... perdón si es todo tan repentino pero siento que muero si no lo digo... Perdóname-.
-siento lo mismo, solo pienso en tí blacksmith, no lo dije antes por miedo a incomodarte, te quiero a ti y a zule, los quiero a ambos-.
Esta vez sí unieron sus labios con un poco de desespero, ambos se necesitaban y se querían, se abrazaron fuertemente temiendo que solo sea un sueño.
Durmieron juntos esa noche, abrazado y soñando una nueva vida, los tres como la familia que estaban formando.
A la mañana siguiente tenían una pequeña saltando sobre ellos, ambos mayores reían pues el rey la había traído hasta su casa después de la piyamada que habían tenido sus hijas y zule, la pequeña siempre llevaba la copia de la llave colgado como collar... Era muy lista como su padre.
Al cumplir los 10 años zule se enteró de la verdad sobre Lancelot, se sintió decepcionada y pidió disculpas por haberlo llamado por tanto tiempo padre sin ser de su misma sangre, lloró por qué en verdad amaba a Lancelot como a su padre, lo admiraba, quería ser igual a él, quería aprender todo de él.
Su llanto cesó cuando fue cargada por el erizo, Lancelot la acunaba en sus brazos mientras besaba su frente y limpiaba sus lágrimas.
'no tienes que disculparte, eres mi hija aún si no llevas mi sangre, agradezco que me veas así, los amo mucho a tí y a blacksmith, me sentiría orgulloso que me sigas llamando papá'
Con una sonrisa abrazo a su padre y supo que siempre lo sería, no cambiaría a Lancelot por nada del mundo.
Ambos mayores le contaron sobre su verdadera madre y blacksmith le mostraba a zule unos dibujos que el hizo de Zooey, era hermosa, se quedó con el dibujo y siempre lo guardaba en una pequeña cajita junto a otros objetos de valor para la pequeña.
Todo iba de maravillas hasta que una noticia los uniría más, en el cumpleaños número 11 de zule, blacksmith actuaba muy raro, estaba ojeroso, vomitaba a cada rato y siempre tenía sueño, su humor era raro... Aveces lloraba y otras están molesto hasta con la mosca que pasaba.
Esa actitud se le veía dos meses antes solo que nadie lo notaba más que el mismo blacksmith.
Luego del cumpleaños de zule y ambos solos en la habitación decidieron ir a ver un médico a la mañana siguiente, Lancelot esperaba que no estubiera enfermo.
Ambos estaban impactado, ¿era cierto lo que le había dicho el doctor?
¡Felicidades! ¡Tiene 2 meses de embarazo!... no se preocupen se han visto casos similares últimamente
Lancelot no lo podía creer, hace dos meses luego que zule se quedó con las princesas el fin de semana, ambos se dejaron llevar con las caricias y terminaron haciendolo hasta el amanecer, recordarlo lo avergonzaba mucho.
Al ver a blacksmith su corazón se estrujó, estaba llorando y se le veía el terror en sus ojos.
-lo lamento, soy un fenómeno-
Todo desprecio hacia sí mismo fué callado con un dulce beso, Lancelot lo besaba mientras posaba su mano sobre el abdomen aún plano de blacksmith.
-eres un milagro... Nunca vuelvas a llamarte así, no sabes lo feliz que me haces-
Abrazados regresaron a casa, le dieron la noticia a la pequeña zule quien no paraba de saltar y gritar contenta por qué tendría un hermanito o hermanita.
La vida les estaba dando una hermosa oportunidad y no pensaban dejarla, ambos abrazado se sentían completo, no había más dolor ni remordimientos, dejaban el pasado atrás para vivir y crear su futuro, siempre juntos.
No lo podían ver pero llevaban un hilo rojo atado en sus dedos que los unían y nada ni nadie podría romperlo.
El destino quiso unirlos y no pensaban dejar que los separen...
Continuará...
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Y aquí tienen el siguiente capítulo bien larguito jajaja sobre todo con una dosis de shadails 🖤💛 ... ¡Espero les esté gustando esta pequeña historia!
Usagi2233 se despide... ¡,Hasta la próxima!
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