Corrían por las calles silenciosas de Seúl entre risas. Su mano aferrada a la de su compañero. Era de madrugada por lo que las calles estaban casi vacías, más siendo que estaban a las afueras de la ciudad.

Llegaron a un viejo edificio de oficinas abandonado. Se detuvieron frente a la entrada y miraron hacia arriba, luces se veían en el cuarto piso. El pelinegro miró a su novio y este le sonrío antes de besar su mejilla y salir corriendo con dirección a las escaleras.

—El que llega último paga el taxi de vuelta— gritó antes de desaparecer de su vista. Le tomó unos segundos reaccionar antes de seguirlo.

—¡Pequeño tramposo!— dijo comenzando a subir las escaleras con rapidez. Sonrió cuando escuchó la risa de su novio.

El menor se detuvo en el tercer piso cuando dejo de escuchar las pisadas detrás de él.

—¿Hyung?— preguntó confundido. Bajó algunos escalones tratando de ver algo pero las pocas luces de neón que habían colocado para iluminar los escalones no ayudaban mucho a su vista. Cuando estaba llegando al segundo piso, alguien lo sostuvo de la cintura y antes de que pudiera reaccionar estaba siendo cargado como un saco de papas. Un gritó de sorpresa escapó de él por el rápido movimiento.

—Te tengo, pequeño bribón.

—¡Hyung¡— se quejó divertido.—Bájame— pidió pero no fue escuchado, su pareja siguió subiendo los escalones como si nada.

—No puedes escapar de mi.

—¿Así?— dijo antes de comenzar a hacerle cosquillas. El mayor empezó a reír pero sin dejar de subir las escaleras.

—¡Deja eso o te suelto!— amenazó inclinándolo hacia el espacio en la escalera. El menor observó el vacío hacia la planta baja.

—¿Serías capaz de soltarme?— preguntó. Su novio lo bajó dejándolo frente a él y lo miró fijo.

—Jamás— respondió sosteniendo su cintura.

El menor sonrió y rodeó el cuello de su novio con sus brazos antes de besarlo con dulzura. Así estuvieron durante un rato hasta que un sonido de asco los hizo separarse.

—¿Pueden dejar de traspasarse saliva antes de que me haga viejo? Llevó horas esperando— se quejó el tercer muchacho.

—Que exagerado eres— respondió el mayor sin soltar a su novio, al contrario, lo acercó más a su cuerpo y escondió el rostro en el cuello del menor.

—Bueno, tal vez no fueron horas. Pero no me hago joven esperándolos.

—Ya estamos aquí, TaeTae— se soltó de su novio y se acercó a saludar a su amigo.

—Oh Mochi, estás precioso— lo miró de pies a cabeza asintiendo a su outfit. Llevaba puesto un short de cuero negro, una musculosa blanca de cuello alto con bolados y encima de ella una blusa completamente transparente de color negro. Usaba medias negras y zapatillas con plataforma del mismo color. Sus accesorios eran un collar de cadena ancha y aretes largos con cruces. Aunque lo que más llamaba la atención era su cabello. Lo había peinado hacia atrás y las mechas de su flequillo las había teñido con los colores del arcoíris en tonos claros resultando bastante sutiles.

—Tú te ves muy bien también— Taehyung dio un giro coqueto para lucir su atuendo. Llevaba una camiseta blanca lisa, un jean claro, botas blancas, cinturón negro de hebilla ancha y un abrigo de piel sintético de guepardo que levantaba todo el outfit. Llevaba algo de maquillaje sencillo pero dos lindos arcoíris decoraban sus mejillas.

—¿A qué abuela le robaste el abrigo?— preguntó su hermano.

—Oh, cállate. Estás celoso, porque yo estoy mejor vestido que tú. Ni siquiera te esforzaste en tu atuendo.

Yoongi usaba una polera de cuello alto, pantalón de vestir, zapatillas y chaqueta, todas sus prendas en color negro. El único color diferente que tenía eran adornos bordados blancos en el pecho y mangas de su abrigo.

—Yo creo que te ves muy sexy— susurró Jimin en su oído haciéndolo sonreir.

—Tú te ves muy bien con esa ropa pero creo que mejor te ves sin ella— respondió sosteniéndolo de la cintura posesivamente. Taehyung revoleó los ojos.

—Ya basta par de calenturientos— tomó la mano de su mejor amigo y lo arrastró lejos de su hermano. Se acercaron a una gran puerta donde un hombre enorme custodiaba la entrada. —Pie de limón— dijo el Min menor. El tipo asintió y abrió la puerta para ellos.

Siguieron por un pasillo muy mal iluminado hasta llegar a otra puerta donde un chico de sonrisa alegre esperaba. Vestía un traje de colegiala que lo hacía ver muy sexy.

—¡Bienvenidos! — saludó. —Pónganse estos— dijo entregándoles unos auriculares de vincha bastante grandes que se unían a una pequeña radio. —Usen la frecuencia dos— Jimin y Taehyung fueron los primeros en recibir el aparato, rápidamente se lo colocaron alrededor del cuello. Yoongi recibió uno también, pero el muchacho fue quien se lo puso. —Listo guapo.
El mayor le regaló una sonrisa, gesto que se borró de su rostro cuando giró y vio la mirada fulminante de su novio sobre el muchacho. Su hermano detrás de él lo miraba divertido.

—¿Vamos guapo? — preguntó Jimin imitando al chico de forma burlona.

—Uh, eres papa casada— dijo levantando los brazos en gesto inocente. Jimin tomó la mano del mayor e ingresó enojado haciendo que su novio caminara rápido detrás de él.

—No te enojes conmigo— pidió.

—Me enoja que seas tan guapo— respondió parándose frente a él. Miró su rostro unos segundos antes de revolver su cabello para despeinarlo. —Agh, ni así te ves feo— se quejó cruzándose de brazos.

—¿Quieres que use una bolsa en la cabeza? — preguntó el mayor divertido.

—Con lo hermoso que eres van a seguir mirándote.

—Pero yo sólo voy a estar mirándote a ti— respondió Yoongi tomándolo de la cadera. Jimin no descruzó sus brazos sino que seguía mirándolo con enfado. El mayor comenzó a dejar besos sobre su rostro tratando de quitar su enojo. El rubio no pudo mantener mucho tiempo su gesto cuando era besado tan dulcemente.

—Te odio— respondió abrazándolo por el cuello.

—Y yo te amo— le dijo haciéndolo sonreír.

Lo besó con cariño antes de girarse y observar el lugar donde estaban por primera vez.

Se sorprendieron al ver a mucha gente bailando alrededor. Todo estaba decorado con los colores de la bandera del orgullo, hasta las personas vestían esos colores. Algunos más extravagantes que otros pero todos divirtiéndose sin prejuicios.

Lo que más llamaba la atención era que todos se movían y cantaban pero ninguna canción sonaba en el lugar. Ambos se colocaron los auriculares comenzando a escuchar la música que todos danzaban.

Esa era la forma que habían encontrado en la ciudad de Seúl para poder disfrutar de su sexualidad sin tapujos ni malas miradas.

La sociedad coreana estaba lejos de aceptar a la comunidad LGBT por lo que los organizadores habían organizado una fiesta clandestina al estilo “silent party” para no llamar la atención de las autoridades con la música alta.

Claramente estaba siendo un éxito.

—¡Nuestra canción!— gritó Taehyung volviendo así ellos. Tomó la mano de su mejor amigo y corrió al medio de la masa de gente que rodeaba la pista de baile.

Yoongi se hizo camino entre la gente tratando de llegar a la barra que se encontraba al otro lado de la pista improvisada. Pidió un trago y giró para mirar a su hermano y a su novio, sonrió al verlos bailar divertidos.

Estuvo varios minutos disfrutando de su trago antes de que Jimin se acercara a él.

—¿Bailamos?— preguntó el menor corriendo su auricular para que lo escuchara.

—Me alagas, pero tengo novio— respondió fingiendo no conocerlo.

—Yo no soy celoso— dijo el menor siguiendo su juego.

—Mi novio si lo es— justo en ese instante una canción bastante erótica comenzó a sonar. Jimin sonrió coqueto y comenzó a mover su cuerpo con sensualidad al ritmo de la melodía.

—Qué lástima, deberé buscar a alguien más que quiera bailar esta canción conmigo— respondió y comenzó a alejarse del mayor contoneando las caderas. No se había alejado más de tres metros de él antes de que su espalda quedara pegada al pecho de su novio. Sus cuerpos comenzaron a moverse con sincronía siguiendo el ritmo. —Creí que tendrías problemas con tu novio.

—No tiene porque enterarse— susurró en su oreja con voz ronca.

Jimin no pudo seguir el juego cuando sintió la entrepierna de Yoongi en su trasero. Podía perfectamente sentir como comenzaba a crecer dentro de los pantalones de su chico. Colocó sus manos sobre su nuca y lo pegó más a su cuerpo, ni un milímetro separaba su espalda del cuerpo de su novio.

Yoongi lo sostuvo de las caderas para marcar el ritmo de sus movimientos arrancando un jadeo de ambos.

Siguieron moviendo sus cuerpos con sensualidad hasta el final de la canción.

El cambio de ritmo los hizo detenerse.
Jimin se giró para mirarlo de frente. Ambos se vieron agitados y acalorados.

Yoongi no pudo contenerse y lo besó con pasión al ver sus mejillas sonrojadas.

Cuando se separaron se sonrieron como si terminaran de hacer una travesura.

—Consíganse un hotel— Taehyung estaba parado a metros de ellos mirándolos con asco, sostenía una bebida de color llamativo. —Deja de corromper a mi Mochi— le dio un golpe a su hermano y compartió su trago con su amigo. Jimin agradeció porque tenía la garganta seca.

—Tú Mochi está lejos de ser uno. De tierno y dulce no tiene nada— respondió antes de besar el cuello del chico.

Taehyung no pudo llegar a reclamar porque la música se detuvo.

Toda la gente comenzó a mirar alrededor cuando comenzaron a escuchar a alguien hablarles a través de los auriculares.

—¡Buenas noches! ¿Cómo la están pasando? — preguntó la voz en sus oídos. —Está noche es una noche especial. No es para caras largas es para disfrutar. Para celebrar…¿Qué celebramos se preguntaran? Ser libres— se respondió a si mismo. —Tal vez muchos creen que no somos libres y puede que tengan razón pero aún cuando vivimos en una sociedad opresora como es la coreana hoy estamos aquí celebrando nuestra sexualidad, celebrando nuestro género, celebrando nuestras elecciones. Y mientras ellos duermen tranquilos nosotros estamos aquí haciendo ruido— la gente río creyendo que bromeaba siendo que la fiesta apenas se escuchaba dentro del edificio. —No es broma. Hagamos esto… dejen libre una de sus orejas— toda la gente hizo lo que le pidió algo dudosos corriendo sus auriculares. —Ahora voy a golpear mis dedos índices como si estuviera aplaudiendo…¿Lo escuchan? — Jimin sonrió cuando escuchó a Taehyung gritar un no. —Ahora quiero que lo hagan conmigo, vamos todos, aplaudan conmigo— a medida que la gente lo imitaba el sonido se iba haciendo más perceptible al oído llegando a escucharse con fuerza. —Eso es exactamente lo que estamos haciendo, porque ellos creen que estamos en silencio, que estamos callados bajo su opresión pero no es así, porque aquí estamos amando lo que somos y mientras tengamos ese amor jamás podrán callarnos— La gente volvió a aplaudir con sus dedos con fuerza. —Para ti, ¿qué es el amor?

—Son los colores del arcoiris— respondió alguien.

—¿Y para ti? — Yoongi tardó unos segundos en reaccionar que se lo preguntaban a él cuando notó un micrófono frente a su rostro. Una drag queen lo miraba expectante. Miró a su alrededor dándose cuenta que todos lo observaban. Cuando su vista cayó sobre su novio supo la respuesta.

—El amor es Jimin— respondió. La gente lo miró confundida. —Son sus pequeños ojos que desaparecen cuando sonríe… son sus labios gruesos, sus lunares, su cuerpo…— Jimin lo miraba con ojos brillosos. —Es su generosidad y su locura… Es su talento… Es el sonido de su risa…El amor es esa persona especial que hace latir tu corazón como si quisiera salirse de tu pecho— concluyó cuando se dio cuenta que se estaba extendiendo demasiado.

—Creo que tú ya encontraste a esa persona especial.

—Lo hice.

—Creo que yo no lo hubiese podido resumir mejor. El amor es esa persona especial que puede ser un chico o una chica, o incluso, puede ser uno mismo. Y hoy estamos aquí para luchar por ese amor, para que nadie nos diga a quien amar y a quien no. Para que nadie nos impida amar— dijo la drag queen. Sonriendo colocó un pequeño prendedor de arcoiris en su chaqueta. Yoongi le devolvió la sonrisa al ver lo bonito que era. Lentamente desde una de las esquinas se empezó a estirar una bandera del orgullo. Los participantes de la fiesta fueron tomando una pequeña parte de la bandera haciendo que el centro quedara vacío. Jimin y Taehyung quedaron al otro lado mientras que Yoongi quedó enfrentado a ellos. Lentamente comenzaron a ondear la bandera sobre sus cabezas. —Por eso esta noche vamos a gritar dentro de nuestro silencio por nuestros amores, por los que se fueron y por los que vendrán. Por los amores efímeros y por los de larga duración. Vamos a gritar por lo que somos, para que nadie nos diga quienes debemos ser.

La música volvió a sonar y poco a poco la gente comenzó a ingresar debajo de la bandera que ondeaba sobre ellos.

Yoongi empezó a hacerse paso entre las personas, Jimin al verlo comenzó a caminar hacia él. Cuando el menor llegó a su lado comenzó a saltar y bailar a su alrededor haciendo que la bandera se sacudiera sobre ellos, Yoongi reía por su actitud.

Lo tomó de su brazo y lo atrajo hacia él. Jimin lo abrazó por el cuello y el mayor rodeó su cintura.

—¿Yo soy el amor?

—Lo eres… para mi lo eres todo— dijo en su oreja. El menor le sonrió antes de besarlo.

Así pasaron el resto de la noche, disfrutando y bailando juntos.

Con la esperanza de que todos y cada uno sean tan afortunados como ellos y que encuentren a su persona especial.

Con la esperanza de que algún día todas y cada una de las personas puedan amar libremente sin importar su sexo, edad, ni religión.

Volví con el especial que prometí!

En el mes del orgullo no podía no hacer nada.
Dije bastante de lo que creo en este especial pero remarco la idea de que todos deberíamos ser libres de ser lo que queramos ser, de amar a quien queramos. Y ojalá un día todos podamos ser libres y no vivir en la opresión de una sociedad del siglo pasado.

Outfits de los chicos:

Para la escena de la bandera me inspiré en una de mis series BL favoritas... ¿Alguien la conoce? 👀 ¿Ven bls? Recomienden sus favoritos👀