62.
Un tenso silencio invadió el auto luego de llegar al hospital donde el hijo de Seokjin había nacido. Todos ellos se quedaron quietos, completamente concentrados en las puertas automáticas por donde salían los médicos y enfermeros cuando terminaban sus turnos.
El teléfono de Yoongi rompió el silencio anunciando una nueva llamada.
—Kihyun— respondió enseguida —De acuerdo, gracias.
—¿Qué dijo?— preguntó Namjoon ni bien el mayor cortó.
—Por lo que informó a la policía su turno termina en media hora.
—¿Cuál es el plan?— preguntó Hoseok asomándose desde los asientos traseros.
—Seguirlo— respondió Yoongi.
Esperaron los minutos que faltaban para que el hombre deje su trabajo sin dejar de mirar la salida del hospital en ningún momento.
Hasta que lo vieron salir.
Llevaba una mochila en su hombro y aún vestía su ambo de enfermero. Lo vieron caminar con calma hasta un auto bastante viejo y despintado.
Namjoon trató de abrir la puerta antes de que Jungkook lo sostuviera por los hombros.
—Hyung, tranquilo.
—No puedo estar tranquilo cuando ese hijo de puta sabe donde están el bebé y Jimin. Necesito reventar su cara a golpes— respondió apretando sus puños alrededor del volante.
—Jungkook tiene razón, Namjoon. Por más que me muera de ganas de molerlo a golpes, es la única persona que nos puede guiar al idiota del ex de Jin hyung en este momento— asintió a duras penas a las palabras del mayor.
Volviendo a concentrar sus miradas en el enfermero, lo vieron encender su auto y comenzar a conducir por el estacionamiento hacia la salida. Namjoon enseguida encendió su vehículo comenzando a seguirlo.
Conducía bastante cerca de él por miedo a perderlo, pero no lo suficientemente cerca para alertarlo.
Condujo durante casi veinte minutos sin perderle el rastro al hombre. Habían llegado a la otra punta de la ciudad cuando lo vieron subir a la autopista que los llevaba a la zona más exclusiva de Seúl.
—¿Qué hace?— preguntó confundido cuando estuvieron dentro de la autopista. El tipo había comenzado a conducir a gran velocidad esquivando los otros autos.
—Creo que sabe que lo seguimos.
—¡No lo pierdas, hyung!
Namjoon aumentó la velocidad tratando de seguirlo. Si no fuera por la adrenalina estaba seguro que no sería capaz de hacer ninguna de las maniobras peligrosas que estaba haciendo.
De un momento a otro, el enfermero se cruzó todos los carriles y tomó la siguiente salida de la autopista. Casi produjo un accidente con otros vehículos que detuvieron sus autos en medio de la calle. Esto hizo que se demoraran unos segundos en lograr tomar también la salida.
Cuando finalmente pudieron salir de la autopista, recorrieron las calles aledañas buscando el auto viejo. Siguió conduciendo el auto por otros quince minutos dando vueltas por la zona con la esperanza de verlo, pero no lo lograron.
—¡Demonios!— dijo Namjoon golpeando el volante con violencia.
—Tranquilo, Nam. Ya lo encontraremos— pidió consolador Hoseok.
—Si hubiese sido más rápido no lo hubiese perdido— se lamentó.
—Si hubieses ido más rápido, nos hubiésemos matado— respondió Jungkook. —Lo hiciste increíble, hyung.
El rapero menor suspiró frustrado. Yoongi no dijo nada pero estaba tan frustrado y enojado como los demás.
Despertó adolorido por la posición en la que se encontraba. Haciendo fuerza con su brazo y su hombro logró sentarse. Sus manos estaban esposados en su espalda, su boca estaba sellada con una gran cantidad de cinta y un frío grillete apresaba su tobillo derecho. Con una cadena bastante corta se encontraba encadenado a la pared.
No estaba en esa situación al principio, pero había sido demasiado impulsivo al intentar pedir ayuda cuando creyó estar solo en la casa. El feo golpe sobre su pómulo derecho era la evidencia de eso.
No sabe dónde está, pero está seguro de que debe estar en la zona más humilde de Seúl. La casa es vieja, las paredes están despintadas y los muebles parecían que se desarmarían en cualquier instante. El viejo colchón sobre el que se encontraba sentado olía tanto a humedad que las primeras horas sobre él había tenido incontables arcadas.
Agradecía que los síntomas del embarazo casi parecían haber desaparecido y que no tuviera que pedir que lo lleven al baño a cada rato. Además, siendo que su boca estaba tapada tener nauseas sería un problema.
Miró a su alrededor viendo a su secuestrador sentado en un viejo sillón comiendo algo de ramen instantáneo. Su estómago rugió de hambre.
Observó al tipo pensativo. No podía creer que ese hombre y el cliente simpático que siempre atendía en su trabajo eran la misma persona. Siempre lo atendía en la cafetería y le había parecido un hombre muy amable, pero claramente era todo un acting en el que él había caído como un tonto. Incluso había sentido pena por él cuando le contó que su pareja quería separarlo de su hijo, como un idiota había creído su historia.
Siempre charlaba con él y hasta le había dado información de Seokjin. Él no sabía el peligro que eso significaba pensando que simplemente hablaba con un cliente que no conocía a su amigo. Pero ahora sabía que se había acercado a él para sacarle información.
Un pequeño quejido a su izquierda lo hizo cambiar de dirección su vista. Inmediatamente cambió su mirada a una de ternura. El bebé estaba despierto.
Al haber nacido prematuro, el pequeño debía permanecer en una incubadora por ahora. Que el cómplice sea un enfermero era bastante conveniente en ese caso, siendo que podía conseguir todo lo necesario para los cuidados del bebé.
—Oh, ¿despertó mi pequeño?— preguntó el ex de Seokjin acercándose al niño. Lo tomó en brazos con cuidado y este, como si supiera que ese hombre no era alguien bueno, comenzó a llorar con fuerza. Era interesante como el pequeño sólo lloraba cuando su otro padre lo sostenía.
—No empieces a llorar— pidió borrando su sonrisa. Pero al contrario, comenzó a llorar con más intensidad. —Esto es culpa de Jin. Sino me hubiese dejado, sabrías que debes respetar a tu padre— se quejó sacudiéndolo.
Jimin miró con miedo como zarandeaba al bebé y con su pierna libre comenzó a señalar la mamadera que se encontraba sobre una vieja mesa cercana. El tipo refunfuño y dejó al bebé sobre sus muslos, automáticamente el niño comenzó a calmarse.
—Espero que comience a acostumbrase a mi o tendré que comenzar a disciplinarlo— dijo caminando hacia la cocina para preparar la leche del recién nacido. Jimin lo miró incrédulo.
No tardó mucho en regresar. Se acercó al doncel y antes de quitarle las esposas le dijo: —No me obligues a golpearte de nuevo. No intentes ninguna tontería— El peligris asintió despacio.
Cuando tuvo sus manos libres, se movió con dificultad para tomar al pequeño. Sus brazos estaban entumecidos por haber pasado tanto tiempo en la misma posición. Con cuidado comenzó a alimentar al niño quién se aferró con ganas a su biberón.
—Cuando se vuelva a dormir te daré algo de comer— Jimin sabía que le daría sus sobras pero tenía tanta hambre que no podría negarse.
No llevó mucho tiempo para que el niño cayera dormido otra vez y dado que la incubadora estaba lo suficientemente cerca del viejo colchón donde estaba sentado pudo el mismo volver a arroparlo. Según el enfermero que venía todos los días a verlo, sólo debería estar un día más en ella por lo que ya tenían una bonita cuna que contrastaba con todos los viejos muebles que habían en la deprimente casa.
Cuando volvía a sentarse su secuestrador camino hacia él con unas tijeras en sus manos y sin cuidado alguno le arrancó la cinta que cubría sus labios. Cada vez que lo hacía parecía ser más doloroso, estaba seguro que su piel debía estar muy maltratada.
—¿Necesitas ir al baño?— preguntó, Jimin asintió. Le quitó el grillete del tobillo y lo guió al cuarto que llamaba baño. Sólo había un inodoro muy sucio que se notaba tenía muchos años y un lavamanos que parecía se caería en cualquier momento. Le sorprendía que a pesar de todo, ambos tuvieran agua.
El hombre entró con él y se apoyó en la pared contraria sin despegarle los ojos de encima. Lo inhibía mucho que estuviera allí pero sentía que su vejiga estallaría en cualquier momento. Ignorando las náuseas que le daban el lugar, orinó y lavó sus manos y su rostro.
Cuando regresaron volvió a apresar su pie y Jimin se sentó en el suelo con cuidado, siempre cuidaba su vientre.
El tipo volvió con él llevando su ramen a medio comer para que “desayunara”.
Alguien llamó a la puerta de entrada cuando el peligris comió un primer bocado. El ex de Seokjin caminó a abrir sin prisa. Un hombre que le resultó conocido entró segundos después, no sabía quien era pero le resultaba familiar. En algún lado lo había visto.
—¿Ya tienes todo?
—Claro— respondió el tipo mirando alrededor. Sonrió cuando su vista cayó sobre Jimin. El peligris se sintió muy incómodo por la forma en que lo observaba.
—¿Cuándo puedes comenzar a publicar los artículos?— al mencionar eso Jimin pudo recordar donde había visto al recién llegado. Era el periodista que lo había molestado la noche del baile de beneficencia.
—Hoy mismo si quieres— respondió sentándose en uno de los viejos sillones sin dejar de mirar al doncel. No pudo seguir comiendo cuando notó que recorrió su cuerpo con la mirada de forma extraña.
—Perfecto, empecemos por una fuerte para llamar la atención a la página —Publica la nota de Kim Namjoon— Jimin observó inmediatamente al hombre, ¿de qué hablaba? ¿qué nota? —Quiero empezar por el idiota que me robó lo mío.
—De acuerdo, la subiré en la noche para que todos en la mañana amanezcan con la noticia— dijo sonriendo y poniéndose de pie empezó a caminar hacia Jimin. —Esa noche supe que debajo de esa máscara se escondía un bello rostro. Pero debo admitir que superaste mis expectativas— A medida que el hombre se acercaba el peligris se alejaba en sentido contrario. —¿Dónde quedó la fiera de esa noche? ¿Mmh?— preguntó burlón al ver lo nervioso que estaba. De un solo movimiento se dejó caer a su lado en el colchón, a pesar de que sus manos aún estaban libres su tobillo seguía siendo apresado por el grillete, por lo que no podía escapar más. —¿Te molesta si pasó un buen rato con el chico?— preguntó al ex de Seokjin colocando su mano sobre el muslo del peligris.
—No… pero no aquí. Mi hijo está en el cuarto.
—Pero si es un bebé, ni siquiera se va a enterar— dijo deslizando su mano por la pierna de Jimin. El peligris sintió terror cuando el agarre estaba peligrosamente cerca de su entrepierna, casi pudo sentir una arcada formándose en su garganta por el asco que le producía. El periodista se acercó aún más a él, tanto que Jimin pudo sentir el aliento del hombre sobre su cuello. —Hueles increíble muñeco— cuando sintió el ligero roce de los labios del hombre sobre su piel una lágrima rodó por su mejilla. No quería esto, se sentía tan aterrado que su cuerpo parecía ser de piedra, no podía moverse. En su mente sólo podía pedir por Yoongi, quería que lo saque de allí en ese instante.
—¡Te dije que no con mi hijo presente!—gritó furioso el ex de Seokjin y de un movimiento brusco lo separó del tembloroso cuerpo del doncel. De un momento a otro, lo tenía apresado de la garganta contra la pared. —Respeta a mi hijo.
—Bien, ya entendí— respondió con dificultad al no poder respirar correctamente. Cuando lo soltó comenzó a toser. Había usado tan fuerza que una marca roja se dibujó enseguida en su cuello.
La puerta de entrada se abrió con violencia segundos después. El enfermero entró agitado y con la misma rapidez con la que llegó, cerró la puerta con llave.
—¿Qué demonios te pasa a ti? Vas a despertar al niño.
—Saben que te estoy ayudando.
—¿Qué dijiste?— en pasos rápidos se acercó a él y lo sostuvo de su abrigo. —¿Qué diablos hiciste?
—Yo nada— respondió con miedo. —Cuando salí del hospital, un auto comenzó a seguirme. Iban varios en él, no sé quiénes eran todos, pero estoy seguro que el pálido y el alto de hoyuelos iban en él.
—¿Te siguieron?— preguntó en un tono mucho más grave que su voz normal provocando que los vellos del pobre enfermero se erizaran.
—No, los llevé hacia el otro lado de la ciudad y allí los perdí.
—Excelente. No eres tan inútil después de todo— le dijo con una sonrisa que lejos estaba de ser amistosa. —Pero ahora no podrás volver al hospital, porque te van a estar buscando— lo soltó y acomodó su chaqueta. —Más te vale que a mi hijo no le pasé nada y requiera la atención que me prometiste allí— amenazó. —Vamos a adelantar la publicación de la nota, publícala ahora mismo— le dijo al periodista. –Publica una cada quince minutos. Si quieren jugar, vamos a jugar— comentó sonriendo macabramente.
Como no habían tenido suerte con la búsqueda del auto, volvían hacia el departamento de Namjoon. Todos se encontraban bastante frustrados, habían perdido una gran oportunidad de saber algo. El teléfono de Yoongi comenzó a sonar.
—Tae, no es un buen momento— respondió sin saludar. —No, Taehyung, de verdad es un mal mo…— se detuvo abruptamente por lo que su hermano dijo al otro lado. —¿Cómo dices?—los demás prestaron atención a sus reacciones.
—¿Dónde estás?— Namjoon lo miró esperando que le dijera que estaba pasando. –Bien, envíame la dirección e iremos para allá.
—¿Qué sucede, hyung?— preguntó sin aguantar el silencio del mayor.
—Taehyung sabe donde están Jimin y el pequeño.
—¿Qué?
—Tae se escondió en el auto del enfermero antes de que se subiera.
—¿Está loco? Eso fue peligroso— dijo Jungkook.
—¿Dónde están?— preguntó Namjoon viendo que Yoongi observaba la ubicación del diseñador en el GPS.
—En la zona humilde al otro lado de la ciudad.
—¡Ese maldito nos guio en la dirección contraria!— se quejó Hoseok.
Namjoon cambió de dirección comenzando a conducir hacia donde el celular de Yoongi le indicaba. Una llamada entrante bloqueó la vista de la ruta. Atendió enseguida poniendo el altavoz
—Kihyun, ya sabemos dónde están.
—Perfecto. Yo ya tengo la orden de arresto. Envíame la dirección.
—Ya la envío. Nos vemos allá.
—Esperen a que nosotros lleguemos— pidió el policía. —Y Yoongi... No hagan ninguna tontería.
—No prometo nada— su amigo suspiró al otro lado de la línea.
—Tengan cuidado.
—Lo tendremos. Adiós.
Yoongi terminó la llamada y envío rápidamente la ubicación al policía.
—Ahora no podrán escapar, tenemos el factor sorpresa.
—Vamos a romperle las caras a esos hijos de puta— dijo Namjoon acelerando.
Se dirijieron al lugar indicado por Taehyung sin saber que esa tarde alguien moriría...
Aparezco después de mil años💔
Han pasado tantas cosas que de verdad siento que fueron mil años.
El álbum de Jimin... La campaña de Jungkook... Las actividades de Yoongi... Hobi yendo al servicio militar... El programa en México de Tae... La campaña de Namjoon... Son muchas cosas 😭
Se lo va a extrañar mucho a Hobi 😭😭😭 Espero que le vaya tan bien como a Jin.
¿Cómo andan ustedes? Cómo siempre les agradezco los votos, comentarios, las listas a las que agregan la historia y la paciencia🙌🏻
Finalmente entramos en la etapa final de la historia... No sé cómo voy a despedirme siendo que llevo tanto tiempo con ella 😭
Espero volver pronto 🕯️
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