57.
Seokjin recorría los pasillos del supermercado buscando los productos que necesitaba. Estaba increíblemente nervioso, prepararía una cena para los padres de Namjoon en el departamento del menor.
Su novio le había asegurado que ellos lo amarían, que no tenía porque preocuparse y que la cena sería una comida tranquila. Pero él, no estaba tan seguro de eso. Era mayor que Namjoon y estaba esperando un hijo de otra persona, ¿qué clase de padres querrían un prospecto como ese como pareja de su hijo?
Quería lucirse con la cena y que todo salga bien, por lo que pensaba preparar sus mejores recetas y estaba siendo bastante exigente con los productos que elegía por lo que llevaba casi una hora buscando todos los ingredientes que necesitaba.
Namjoon se había quejado y negado varias veces a que él saliera solo a hacer las compras siendo que por su avanzado embarazo ya no debería hacer tanto esfuerzo, pero no había podido convencerlo de que compraran la comida hecha o cenar en un restaurante. Al final, Seokjin lo había ganado. Poniendo ojos de borrego y con algunos besos había logrado que lo dejara salir del departamento. Hubiese deseado que lo acompañara como una pareja normal pero sabía que si alguien los veía juntos la prensa se volvería loca en minutos.
Ya se sentía conforme con lo que había cargado en el carrito pero tenía una increíble necesidad de conseguir chocolates. Casi se sentía como si su pequeño estuviera tirando del cordón umbilical exigiendo dulces.
Caminó entre algunos pasillos vacíos buscando los dulces que quería, pero no lograba encontrarlos. Hasta que comenzó a tener la sensación de que alguien lo seguía. Giró su cabeza a todos lados comenzando a ponerse nervioso por no ver a nadie. Comenzó a apurar el paso buscando algún pasillo con gente para no sentirse desprotegido pero con toda la mala suerte, parecía que todos se habían ido.
Entonces escuchó pasos de alguien que lo seguía. Aterrado llegó hasta el final del pasillo para girar con rapidez para provocar que su carro golpeara a quien lo seguía y además usarlo como una especie de escudo frente a él. El ruido atrajo a algunas personas curiosas que lo hicieron sentir más seguro.
—¿Por qué diablos me siguen?— cuestionó enojado.
—So-somos sus fans y queríamos pedirle un autógrafo— Seokjin se relajó un poco al notar que sólo eran dos adolescentes muy nerviosos.
—¿Ustedes me siguieron por todos esos pasillos? ¿Quieren matarme de un susto?— se quejó.
—Lo sentimos, señor. No queríamos asustarlo— ambos bajaron la mirada.
—Lo sentimos, señor— repitió su amigo.
—No me llamen señor que me hacen sentir viejo— volvió a quejarse.
—Lo sentimos— dijeron en unísono.
—Y dejen de disculparse.
—Lo senti...— el modelo los miró con una ceja alzada y ambos guardaron silencio.
—Hyung, sólo queríamos decirle que lo admiramos. Ambos somos donceles y verlo desfilar nos ha inspirado a luchar por nuestros sueños— Seokjin no esperaba eso, se sintió muy conmovido.
—¿Quieren ser modelos?— ambos sonrieron.
—No realmente. Yo quiero ser policía— respondió el más alto de los amigos.
—Y yo quiero ser idol— contestó el más tímido.
—A pesar de que la sociedad ya no ve como fenómenos a los donceles, aún hay gente que nos ve de menos. Y verte tan seguro desfilando y posando con tu embarazo nos inspira a no ocultar lo que somos— el modelo los miró con ojos llorosos.
—Oh no, hyung. No llore— pidió el más bajo.
—Es que lo que me dijeron fue muy dulce— respondió tratando de contenerse.
—¿Podría darnos su autógrafo?— pidió el más alto tratando de cambiar de tema y que el mayor no llorara.
—Cla-claro— contestó secando sus lágrimas. Rápidamente los chicos le dieron unas revista donde él era la portada. Luego de la campaña con Taehyung había pasado para varias revistas de modas y ellos tenían todas, eso lo hizo sonreír.
—Hyung, ¿ya son novios con Agust D?— preguntó el más bajo tímidamente.
—No. En realidad, yo estoy saliendo con alguien más— los muchachos lo miraron sorprendidos.
—¿Con el papá del bebé?— Seokjin los miró durante unos segundos. Jamás volvería con ese hombre. Pero entonces, Namjoon llegó a su mente y una sonrisa se dibujó en sus labios. Aunque no era el padre biológico, realmente le gustaría que su hijo lo llamará papá.
—Si— respondió seguro. No podría pensar en alguien mejor para ser el padre de su bebé.
Los chicos asintieron contentos. El modelo les sonrió a ambos cuando recibieron sus autografos, ambos salieron corriendo euforicos por los pasillos. Seokjin rió por su alegría.
Regresó al departamento de su novio con la esperanza de que los padres de Namjoon también lo acepten a él y su hijo como ya lo hizo el rapero.
Sentado en uno de los sofás, acariciaba su vientre en un gesto que buscaba calmar sus nervios. La cena estaba lista, Namjoon tomaba una ducha y sólo restaba esperar a los señores Kim.
—Bien, ya estoy listo— dijo el menor apareciendo en la sala. La mandíbula de Seokjin cayó al verlo. Vestía una camiseta simple, un pantalón de vestir que se ajustaba a sus muslos y unos zapatos sencillos. Todo en color negro.
—¡Namjoon! ¿Eso vas a usar?— se quejó.
—¿Qué? ¿Está muy mal?— preguntó observando su ropa. Seokjin trató de ponerse de pie y el rapero lo ayudo cuando su vientre le dificultó la tarea.
—No puedes vestirte así de sexy cuando tienes a un doncel embarazado con hormonas alborotadas en casa. Al menos cubre estos— dijo apretando uno de sus fuertes brazos. Namjoon rió tomándolo por la cadera, Seokjin subió sus manos a su cuello rodeando con ellas su nuca.
—Bueno... tal vez deba cancelar con mis padres y que tú seas la cena. ¿Qué dices?— preguntó sobre sus labios. Antes de que pudiera besarlo, el mayor se alejó comenzando a caminar por la sala.
—¿Estás loco? ¿Qué van a decir de mi? Creerán que soy una mala influencia para ti.
—Oye, oye. Bebé, tranquilo— lo abrazó por la espalda colocando su mentón sobre uno de sus hombros. —Ya perdí la cuenta de las veces que te dije que ellos te amaran. No tienes que estar nervioso— bajó su mano a su vientre donde comenzó a dejar caricias. Seokjin recostó su espalda contra su pecho dejándose mimar. —He visto algunos videos en internet y hay algo que me gustaría probar. ¿Me dejas?
—¿Qué es?— preguntó girando su cabeza para ver su perfil.
—¿Confias en mi?
—Siempre— Namjoon besó su mejilla antes de ubicar sus manos en la parte inferior de su vientre. Seokjin siguió curioso sus movimientos. Lentamente, el rapero sujetó su barriga sosteniendo el peso de está con sus palmas abiertas. —Oh, esto es maravilloso— dijo dejando caer sus hombros, relajándose por no sentir el peso de su ya avanzado embarazo. —¿Dónde aprendiste esto?
—Estuve investigando sobre los embarazos para poder ayudarte y me aparecieron varios videos de esta técnica. Tenía ganas de intentarla contigo. ¿Se siente bien?— Seokjin se tomó unos segundos para responder, se sentía muy conmovido por saber que el menor había estado estudiando para ayudarlo con su embarazo.
—Se siente genial— respondió controlando sus emociones y se permitió disfrutar por unos minutos más de la ayuda de Namjoon.
Con lentitud, fue soltando el vientre del mayor para no soltar el peso del bebé de golpe. Seokjin se giró y lo abrazó por el cuello nuevamente. El menor juntó sus cuerpos todo lo que el abdomen del modelo les permitía y lo besó con dulzura por algunos minutos.
Cuando el timbre del departamento sonó, los nervios volvieron a atacar al mayor. Namjoon le sonrió de forma tranquilizadora antes de dirigirse a abrirle la puerta a sus padres.
El doncel trató de controlar su respiración mientras escuchaba a su novio saludar a la pareja. Se acomodó un poco su cabello y alisó su camisa viendo su enorme vientre. Se había colocado un pantalón de vestir sencillo color negro, llevaba unos tenis blancos y una camisa holgada que pretendía esconder un poco su vientre, cosa que era imposible con un embarazo de ocho meses.
—Mamá, papá, este es mi novio. Seokjin— dijo Namjoon entrando a la sala junto a los señores Kim y se ubicó junto a su novio.
—Buenas noches— saludó sintiéndose aún más nervioso al estar frente a los mayores.
—Buenas no...— comenzó con entusiasmo la mujer antes de observarlo mejor. —Estas embarazado— afirmó sorprendida. Se acercó a su hijo y seriamente preguntó: —¿Es tuyo?
—No— Seokjin vio la mirada enojada que le dio a Namjoon y bajó la cabeza sintiéndose triste, sabía que algo así pasaría. Pero rápidamente la levantó cuando escuchó el ruido de un golpe. —¡Mamá!
—¡Eres un tonto!— lo acusó tirando de unas de sus orejas. —¿Cómo es que no me dijiste que está embarazado?
—¡Ya basta, mamá! Eso duele— se quejó el rapero logrando liberarse de ella. La mujer le dio una última mirada enojada a su hijo antes de cambiarla por una llena de ternura para dirigirse a Jin.
—Lo siento mucho, cariño— le dijo tomando las manos del modelo. Seokjin parpadeó confundido. —Yo no sabía que estabas embarazado. Tendría que golpearte de nuevo— amenazó mirando nuevamente a su hijo enojada.
—Sólo lo olvide, no te pongas así.
—¿Cómo te olvidas de algo así? ¡Le traje un vino de regalo! ¡Un vino!— gritó volviendo a acercarse a su hijo. Namjoon se escudó tras su padre. —Parezco una insensible. Si lo hubiese sabido le hubiese comprado cremas para su piel o alguna ropa para su bebé— se quejó. —¿Crees que el centro comercial aún este abierto?— le preguntó a su esposo. El hombre sólo se encogió de hombros.
—No, por favor. No se preocupe— habló Seokjin por fin entendiendo que la mujer no estaba enojada por el embarazo, sino porque su hijo no se lo había dicho.
—Lo siento tanto, cariño. El bruto de mi hijo no me lo dijo— dijo volviendo a tomar sus manos.
—No se preocupe. En realidad, no tenían que traer nada. Con sólo su presencia, está perfecto— respondió sonriéndole.
—Oh, que precioso y dulce eres. Espero que el tonto aquel, esté cuidando bien de ti.
—Mamá te estoy escuchando. Ya deja de insultarme.
—Ya lo sé. Mira que me estoy controlando con los insultos porque Seokjin está presente.
—¡Mamá!— se quejó. Jin sonrió nunca lo había visto actuar así, refunfuñando como un niño pequeño.
—Ya, ya. Dejen de pelear los dos— habló por primera vez el señor Kim. —Es un placer conocerte, Seokjin— saludó estirando su mano.
—Es un placer, señor— respondió aceptando el saludo. —La cena está lista. ¿Les gustaría pasar al comedor?
—Claro. Estoy ansiosa por probar tu comida. Namjoon me dijo que cocinas delicioso— respondió enredando su brazo con el del modelo comenzando a caminar hacia la mesa. El señor Kim abrazó a su hijo por los hombros antes de seguirlos.
Entré Namjoon y su madre no tardaron nada en servir la cena y rápidamente comenzaron a comer. Charlaban tranquilos mientras disfrutaban de la velada. La señora Kim no podía dejar de alabar la comida haciendo que el modelo se sonrojara.
Cuando ya habían terminado, Seokjin se quedó en silencio viendo a su novio charlar con sus padres. Con sólo verlos interactuar, se podía ver el amor que se tenían. Y durante toda la noche él también se sintió querido. Habían pasado demasiado desde la última vez que se había sentido así, en familia.
Desde muy pequeño él y sus padres supieron de su condición de doncel. Ellos no reaccionaron realmente mal cuando lo descubrieron pero todo cambio cuando Seokjin llegó a la adolescencia. Siempre le habían dicho que debía ocultar su "problema" y así lo había hecho porque verdaderamente había creído que ser un doncel era algo malo. Su niñez la pasó sin muchos problemas pero cuando a los quince años había descubierto que era gay, la actitud de sus padres hacia él había cambiado drásticamente.
Lo llevaron a psicólogos y psiquiatras buscando curar, lo que ellos creían era una enfermedad, durante dos largos años. Pero cuando Seokjin se cansó de ello y los enfrentó, fue echado a la calle como un perro. Ellos eran católicos ortodoxos y no podían concebir que su único hijo fuera un pecador.
Así fue, como a los diecisiete años tuvo que empezar a valerse por si mismo. Tuvo que dejar la escuela y comenzar a trabajar en varios lugares para poder tener un lugar donde quedarse. Con bastante suerte, logró conseguir su primer trabajo de modelo con rapidez gracias a su belleza, esto lo ayudó a salir de hogares de tránsito para chicos en situación de calle, y a los dieciocho logró alquilar su propio lugar.
A pesar de que no entendía la actitud de sus padres, no llegó a odiarlos. Por lo que algunos años después de haberse ido, regresó a verlos con la esperanza de que hubiesen cambiado de parecer, pero no fue así.
Había decidido ir el día del cumpleaños de su madre, había comprado flores y un regalo costoso para ella, pero ni siquiera había logrado pasar de la puerta. Se dio cuenta que había una celebración por la cantidad de autos fuera de la casa y cuando tocó el timbre fue recibido por su madre. Esperaba recibir una sonrisa o un abrazo pero lo único que recibió fueron insultos y que le cerraran la puerta en la cara.
Había sido echado una vez más.
Su madre le dijo que le habían dicho a toda su familia que él había muerto y que se fuera con rapidez antes de que alguien lo viera y descubriera el engaño. Y sin decir nada más, cerró la puerta en su cara.
Seokjin se sintió un idiota. Realmente pensó que sus padres podrían haber cambiado pero no era así. Preferían fingir que su hijo había muerto antes que aceptar su orientación sexual. Dejó las cosas que había comprado para ella sobre la alfombrilla de entrada y huyó de allí.
Ese mismo día se fue de Gwacheon. Tenía una oferta para estudiar modelaje en Busan desde hace tiempo pero no la había aceptado porque esperaba arreglar su relación con sus progenitores. Pero ya no había nada que lo atara a su ciudad natal.
Los padres de Namjoon eran completamente diferentes a los suyos, con sólo ver la forma en que lo miraban podía darse cuenta del amor que le tenían. Ni siquiera podía recordar una vez en la que su madre o padre lo hubiesen mirado así.
La señora Kim apretó su mano sacándolo de sus pensamientos y la vio sonreírle.
La vio sonreír como sólo una madre podría sonreír. Y se sintió en casa, por primera vez podía sentir ese amor maternal del que tanto se hablaba.
—Cariño, sé que no me incumbe y no es necesario que me lo digas si no quieres, pero me gustaría saber sobre el padre— no hacía falta que le explicara sabía de que hablaba.
—Mamá...
—No. Está bien— le dijo calmando a su novio.Suspiró antes de comenzar a hablar. —Yo realmente no tengo a nadie desde hace varios años y cuando lo conocí estaba realmente vulnerable. No tenía una relación sana con él...— contó. Namjoon tomó su mano en señal de apoyo. —Nuestra relación era muy tóxica. Era violento conmigo, me golpeaba. Yo casi pierdo al bebé por su culpa, me golpeó en el estómago sabiendo de mi estado y desde ese día no volví a verlo.
—¡Oh por dios!— se horrorizó la mujer. —Eso es terrible.
—¿Lo denunciaste? Eso tiene que saberlo la policía— preguntó el señor Kim con seriedad.
—Lo hice y la policía lo está buscando aunque saben que se fue del país.
—Y espero que nunca vuelva— dijo la mujer. —Siento mucho que hayas tenido que pasar por eso— habló comprensiva. —Pero ahora nos tienes a nosotros, no dudes de que vamos a cuidarte. Y si este tonto...— señaló a su hijo. —no lo hace, llámame y le daré algunos golpes por ti.
—¡Hey!
—Mira, no me hagas empezar ahora que todavía estoy enojada contigo por no decirme lo del embarazo— lo amenazó con el dedo.
—¡Ya te pedí perdón!
Seokjin los observó pelear por unos minutos mientras reía junto al señor Kim. Y así, terminó la cena, entre risas y bromas. Había salido mucho mejor de lo que esperaba.
Durmió entre los brazos de Namjoon con tranquilidad. Sabiendo que había ganado una familia.
Jimin observó con pesar el lugar donde se quedaría. Luego de que se había quedado solo en el hospital, se hizo la ecografía entre lágrimas y se fue de allí sintiéndose desolado. Se sentía en una montaña de emociones y no sabía como iba a enfrentar la situación.
No sabía a donde ir, por lo que el único lugar en el que pudo pensar fue en su trabajo. Sus compañeros se preocuparon al ver las condiciones en las que llegó y se encargaron de consolarlo. Jimin contó entre lágrimas lo que le sucedía, aunque omitiendo muchos detalles por la fama de los protagonistas.
Todos ellos se habían ofrecido a darle alojo pero eran mucho más jóvenes que él, por lo que algunos aún vivían con sus padres y otros vivían en pequeñas habitaciones estudiantiles con muy poco espacio. No podía molestarlos de esa manera, por lo que, por intermedio de ellos había conseguido que le dieran lugar en una de las habitaciones de estudiantes.
Era bastante deprimente. Sólo tenía una pequeña cama, una cocina eléctrica chica y un mini refrigerador como los de los hoteles. El clóset era tan pequeño que ni siquiera entraba él dentro. Todo se veía bastante viejo y además tenía muy pocos metros cuadros. Tanto era así que literalmente podría cocinar desde la cama si quisiese y ni siquiera tenía baño, si lo necesitara debía usar los sanitarios comunitarios que compartían todos los estudiantes del edificio.
Se sentó en la cama cansado. Sacó su celular esperando encontrar alguna notificación de Jungkook o de Yoongi pero no fue así. Suspiró dejándose caer en el duro colchón.
Se volvió a sentir como años atrás, cuando dejó a Yoongi. Pero ahora era diferente, porque realmente estaba solo. En el pasado sabía que sólo hubiese necesitado hacer una llamada a Yoongi o a Taehyung y los hubiese tenido junto a él. Pero ahora todo era diferente.
No quería cometer el mismo error que en el pasado, por lo que había intentado hablar con Jungkook, durante toda la tarde. Él tenía que saberlo, pero no había respondido ninguna de sus llamadas. Había llamado a los padres del menor también tratando de pedir ayuda para poder hablar con el cantante pero no había recibido una contestación amable. La señora Jeon sabía lo que había pasado, al parecer Jungkook habló con ella. Sólo recibió insultos y quejas de la mujer, antes de que el señor Jeon le quitara el teléfono. El hombre se disculpó por los malos tratos pero le pidió que no llamara por el momento, aunque el peligris le rogó y le hizo prometer que trataría de convencer a Jungkook para que hablara con él.
Había perdido a Jungkook y a Taehyung durante la mañana, a Yoongi durante el mediodía y a los padres de Jungkook durante la tarde.
Todo en un mismo día.
Y se sentía solo.
Aunque...
Su mirada bajó a su vientre y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro. A pesar de todo lo que estaba pasando saber que nuevamente sería padre, era una pequeña luz entre tanta soledad. Comenzó a acariciar el pequeño bulto que empezaba a notarse en su barriga hasta que escuchó algunos golpes en la puerta. Completamente confundido se puso de pie y abrió la puerta.
—¿Yoongi?
—Hola...¿Puedo pasar?— preguntó.
—S-si— respondió haciéndose a un lado.
—Woow, si que es un lugar chiquito— dijo sentándose en la cama. Hizo una mueca al sentir lo duro que era el colchón.
—¿Cómo me encontraste?
—Hablé con tus compañeros del café— el peligris asintió.
—¿Qué haces aquí?— preguntó aún confundido. Cerró la puerta y se apoyó contra la mesada donde estaba la pequeña cocina quedando frente al mayor.
—Yo... quería pedirte disculpas.
—¿Qué?
—Si, eso. Quiero disculparme contigo, no reaccioné de la mejor manera.
—No creo que debas pedir disculpas.
—Tengo que hacerlo. Necesito hacerlo— dijo mirándolo a los ojos.
—¿Por qué es tan importante?— preguntó en un tono de voz bastante bajo, cohibido por la intensa mirada que le daba.
—No quiero que pasemos por lo mismo otra vez— respondió tomando sus manos. —No quiero volver a perderte.
—Yoongi, yo...
—Déjame terminar, por favor— pidió. —Te amo, Jimin. Y no quiero perderte otra vez. No cuando por fin vuelvo a tenerte en mi vida— el menor lo miró con ojos brillosos. —No quiero cometer el mismo error y volver a dejarte solo en este momento. Sé que ese pequeño no es mío pero si tú me lo permites quiero estar para ti y para él— bajó su mirada a su vientre. Por el poco espacio sólo tuvo que inclinarse un poco hacia adelante para que su rostro quedara sobre su barriga. —Hola, conejito o conejita. No soy tu papá pero te prometo que te cuidaré, mimaré y amaré como si lo fuera. Sólo espero que tu también puedas quererme— susurró sobre el pequeño bulto en la barriga del peligris.
—Hyung...— estaba llorando de la emoción. Yoongi se puso de pie para abrazarlo con fuerza.
—No quiero irme de tu lado.
—¿Me prometes que no lo harás?
—Lo prometo, cariño.
—¿Incluso si estoy esperando un bebé de otra persona?— Yoongi se separó un poco para mirar su rostro.
—Me quedaré junto a ti y a tu conejito, no importa que— prometió besando su cálidamente su frente.
—¿Conejito?— cuestionó casi en un susurro.
—Bueno... Yeonjunnie es nuestro pollito y creo que él tendría que ser un conejito si es hijo de Jungkook— Jimin sonrió.
—Te amo, hyung.
—Y yo te amo a ti— respondió antes de besar sus labios con cariño.
Al final del día, parecía que no estaba tan solo.
Un poco de Namjin después del drama del capítulo anterior 🥺
Y no todo está perdido con el yoonmin 👀👀
No me tardé tanto en actualizar, make a wish ahre
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