56.
Sólo chasquidos y respiraciones aceleradas se podían escuchar en la sala del departamento de Jimin.
Se suponía que Yoongi sólo iría a hablar con el menor luego de lo que había pasado la noche anterior entre ellos. Pero ni bien el peligris abrió la puerta, se lanzó a besarlo, lo empujó hacia adentro y sin soltar su rostro, logró cerrar la puerta con su pie.
Lo acorraló contra la madera y siguieron besándose con desesperación. Como si fueran dos adictos que habían pasado mucho tiempo sin probar su droga favorita y que por fin habían roto su abstinencia. No podían obtener suficiente de los labios del otro.
En un movimiento rápido, Yoongi rodeó la cintura del menor con uno de sus brazos levantándolo del suelo y sin romper el contacto lo llevó hacia el sofá. Jimin se recostó y el mayor se subió sobre él con rapidez, como queriendo pasar el menor tiempo posible sin seguir probando sus labios.
Jimin se aferraba a su cabello con ambas manos, mientras que él lo sostenía por la cintura con uno de sus brazos y el otro lo usaba para no dejar caer su peso sobre el menor.
Besó suavemente todo su rostro. Las palabras sobraban cuando expresaban con besos lo mucho que se habían extrañado.
Bajó a su cuello donde dejó suaves chupetones que sabía no dejarían marca, aunque Jimin se moría de ganas de que marcara su piel.
La mano de Yoongi que sostenía la cintura del menor, comenzó a dejar caricias sobre la tela antes de adentrarse debajo de la camiseta para acariciar su piel sin impedimentos.
Y entonces Jimin lo sintió, esa sensación que parece quemar tu piel cuando la persona que amas deja la más mínima caricia. La bruma que parecía cubrir su mente se disipó en segundos llevándolo a detener la mano juguetona del mayor.
Con respiración acelerada, Yoongi se separó de su cuello para observarlo. Jimin negó con su cabeza en pequeños movimientos.
—No podemos hacer esto— dijo en un hilo de voz.
El rapero se tomó unos segundos para admirarlo. Sus labios hinchados, el cabello alborotado y su ropa desarreglada. Suspirando se sentó en el sofá, Jimin lo imitó segundos después.
—Lo sé. No podemos hacerle esto a Jungkook— se quitó el pelo del rostro en un gesto frustrado. —Lo siento. Se supone que sólo vendría a charlar contigo.
—Tranquilo, creo que si tu no me besabas lo hubiese hecho yo— respondió acomodando su ropa. Un suspiro escapó de los labios del mayor.
—Te extrañé tanto— afirmó Yoongi viéndolo fijamente.
—Yo también, hyung— apoyó su frente sobre la del mayor, tomando una posición absolutamente íntima. —Yo prometo que hablaré con Jungkook ni bien pueda, no aguanto más estar separado de ti.
—¿Y cuando será eso?— preguntó alguien más. —¿Cuando no pase por la puerta por los cuernos?
—Jungkook...— apenas pudo decir Jimin antes de ponerse de pie. Yoongi se colocó junto a él, impresionado de ver al menor allí. —Esto... esto no...— trató de explicar el menor pero que diría ¿esto no es lo que parece?. Sabía perfectamente que obviamente era lo que parecía.
—¿Desde cuándo...?— cerró sus ojos como tratando de calmarse. —¿Desde cuándo se acuestan juntos?
—No, no, no— negó rápidamente Jimin. —Nunca lo hicimos, sólo... sólo nos besamos— aceptó bajando la mirada, no podía verlo a los ojos. Una risa irónica escapó de los labios del cantante.
—Seguro.
—Es verdad, Jungkook. Nosotros no lo hicimos.
—Tú cierra la maldita boca— lo señaló con el dedo. Yoongi se sorprendió al verlo a los ojos. No quedaba ni rastro de los dulces ojos brillantes que siempre llevaba el menor, sólo podía ver oscuridad y enojo. —No estoy hablando contigo.
—Jungkook, por favor...— dijo Jimin tratando de acercarse. Su rostro ya estaba bañado en lágrimas.
—No te acerques a mi— lo detuvo. Suspiró mirando hacia el techo tratando de controlarse. —Creo que al menos merezco que seas sincero conmigo— volvió a hablar. —¿Desde cuándo se ven a mis espaldas?
—Te juro que está es la primera vez— respondió hablando rápido, como si estuviera desesperado por explicar las cosas. —Ayer nos besamos y hoy... hoy íbamos a hablar.
—Claro, hablar... No fue lo que vi que hacían cuando entré al departamento— los había visto. Claro que los había visto.
Ingreso a la sala cuando aún estaban besándose. Estaban tan perdidos en el otro que ni siquiera escucharon que la puerta principal se abría ni lo pasos que se acercaban a ellos.
—Jungkook, yo...
—¿Sabes?— lo cortó. —Cuando mi vuelo se atrasó y recibí un mensaje diciendo que debería volver a casa para ver cómo le abre las piernas a otro mi prometido, me reí. Me reí con ganas y volví a casa sólo para poder enviarle un mensaje riéndome en la cara del idiota porque no era así... Quién diría que el anónimo tenía razón— sonrió irónico. —Ahora entiendo porque ya no querías casarte conmigo. Ya tenías a otro en tu cama.
—No es así, Jungkook. Por favor, siéntate y hablemos tranquilos, por favor— dijo tratando de acercarse nuevamente.
—¡Que no te acerques te dije!— gritó haciendo que el peligris se detuviera asustado. —Cuando conocimos a Yoongi, te lo pregunté. Me dijiste que no sentías nada por él y que me amabas a mí, me mentiste.
—No te mentí. Yo te amaba o eso creía— trató de explicarse sin darse cuenta de lo que dijo. La mirada dolida del menor lo hizo caer en cuenta de lo que había dicho.
—¿Eso creías?— preguntó con voz quebrada. —¿En algún momento estuviste realmente enamorado de mí?— Jimin no pudo responder a eso, decirle la verdad sería doloroso y no quería mentirle. —De acuerdo. Genial— dijo cuando no obtuvo respuesta. Commenzó a caminar hacia la salida completamente enojado.
—Jungkook, por favor. No te vayas— el menor ya había salido del departamento, caminaba rápido hacia el ascensor. Jimin, que lo seguía de cerca, lo sostuvo del brazo antes de que tocara el botón del ascensor. —Por favor no te vayas así, hablemos.
—Te dije que no te acerques a mí— dijo Jungkook tomando con fuerza la muñeca de Jimin, un quejido escapó de los labios del más bajo por la fuerza ejercida. Yoongi que se había mantenido un poco lejos de ellos, se acercó cuando lo escuchó.
—Suéltalo— pidió en tono grave el rapero, tomando el brazo del menor.
Jungkook soltó a Jimin pero en un rápido movimiento le dio un golpe en el rostro al mayor que lo hizo caer sentado al piso.
—¡Yoongi!— el peligris corrió a su lado.
—No te atrevas a volver a tocarme— dijo Jungkook señalándolo. —Te creía mi amigo y eras mi ídolo. Pero no eres más que una farsa— escupió con rabia.
Ya no trataron de detenerlo y aunque Jungkook se sintió algo arrepentido al ver el labio partido del mayor, su enojo era mucho más grande, se fue de allí, con el corazón destrozado.
Taehyung se colocó una bata sobre su cuerpo mojado luego de salir de la ducha apurado. No sabía quién golpeaba con tanta insistencia la puerta de entrada del departamento. Se secó un poco el pelo para que no entrara en sus ojos el shampoo que aún tenía en su cuero cabelludo.
—¡Ya voy!— gritó caminando hacia la puerta. —Diablos, ni tomar un baño tranquilo puedo— acomodó mejor la bata tapando bien su pecho antes de abrir. —¿Qué demonios....? ¿Jungkook?— preguntó confundido.
—¿Lo sabías?
—¿De qué ha...?
—¿Lo sabías?— repitió cortándolo.
—No entiendo de que hablas.
—Por favor, Taehyung— dijo comenzando a perder la paciencia, el diseñador se sorprendió de que le hablara sin honoríficos. —Lo de tu hermano y Jimin.
—¿Qué sucede con ellos? No te entiendo— el mayor estaba cada vez más confundido.
—¿Te crees que soy idiota? ¿Me vas a decir que no sabías nada de que tu hermano y tu mejor amigo se estaba viendo a mis espaldas?
—¿Qué?— Jungkook observó su rostro sorprendido por unos largos segundos como tratando de determinar si realmente no sabía nada. Una sonrisa torcida se dibujó en su rostro.
—Vamos, Taehyung— dijo cruzándose de brazos.
—Jungkook, te juro que yo no sabía nada sobre ellos. Te lo juro— repitió. No soportaba la mirada enojada y dolida del chico sobre él.
—Todos querían que ellos volvieran. Yeonjun, tus padres e incluso tú. Deben estar muy felices.
—Jungkook...— trató de acercarse pero el menor lo detuvo.
—Esperaba que al menos tú fueras sincero— la mirada dolida que le dio, rompió el corazón de Taehyung.
Sin decir nada más se fue de allí ignorando los llamados desesperados del diseñador.
Ahora eran dos los corazones destrozados.
Yoongi guiaba a Jimin desde el ascensor de su edificio hasta su departamento. Había tomado un poco de ropa del menor y colocó todo en un bolso que encontró en su armario. No se sentía cómodo quedándose en el hogar de Jeon después de lo que había pasado y dejar solo a Jimin, definitivamente, no era una opción. A pesar de que ninguno de ellos se había dado cuenta, él si había reparado en el hecho que quien envió el mensaje para que Jungkook los descubriera, sabía perfectamente que estaban juntos en ese momento. Alguien los estaba vigilando. Pero, ¿por qué?
El peligris no había dejado de llorar en ningún momento desde que el cantante se había ido, se sentía horrible y aunque Yoongi también se sentía terriblemente culpable lo que más le preocupaba en ese momento era el estado de Jimin.
Ingresaron al departamento y Yoongi dejó el bolso en uno de los sillones, antes de ayudar al menor que se había quedado parado junto a la puerta sin decir nada. Lo guió hasta la sala y lo sentó en el sofá más cercano.
—Es temprano aún. No sé si desayunaste, ¿quieres que te preparé algo?— lo vio negar lentamente. Yoongi lo observó por unos segundos, llevaba una sudadera unas tallas más grandes por lo que se veía pequeño dentro de ella. Su nariz y ojos estaban rojos producto del llanto. Su mirada estaba perdida en el reflejo de la televisión. El mayor suspiró, le dolía verlo así. —Te prepararé algo de té de manzanilla para tus nervios, ¿ de acuerdo?— lo vio asentir. Se dirigía a la cocina cuando escuchó fuertes pisadas llegando a la sala.
—¿QUÉ DEMONIOS LES PASA?— gritó Taehyung parándose en el medio de los sofás.
—Oye, ¿qué demonios te pasa, a ti?— respondió Yoongi.
—¿Cómo pudieron hacerle eso a Jungkook?— volvió a preguntar enojado. —Él planeando una boda y ustedes revolcándose.
—¿De verdad crees que seríamos capaces de hacer algo así?— preguntó su hermano ofendido.
—No lo sé. No los reconozco.
—Igualmente, ¿en qué diablos te afecta esto a ti?
—Jungkook es mi amigo.
—Y yo soy tu hermano y él es tu mejor amigo.
—Ese que está sentado allí, no es mi mejor amigo. No sé quien es—dijo señalándolo. Jimin se mantenía cabizbajo. —No saben lo destruido que vino aquí. Ni siquiera me escuchó, ni me creyó cuando le dije que yo no sabía nada— contó dejándose caer en el sofá.
—¿Eso es lo qué te molesta, verdad?— preguntó Jimin hablando por primera vez.
—¿De qué hablas?— habló Yoongi.
—¿Te molesta que no haya venido corriendo a tus brazos, no?— continuó ignorando al mayor.
—No sé de que hablas— respondió poniéndose de pie nervioso.
—¿Crees que no vi como lo miras? Te mueres por él— le dijo mirándolo fijo. —Nos acusas a mi y a Yoongi hyung cómo si fuéramos las peores personas del mundo. Pero, ¿y tú?— preguntó acercándose a él. —¿Crees que no noté como te vestías cada vez que lo verías? Te vestías para él y te esforzabas por llamar su atención. ¿Eso es lo que hace una buena persona con el prometido de su mejor amigo?
—Al menos, yo no me revolqué como una prostituta cualquiera con mi ex— respondió haciéndole frente. Con sólo ver la mirada dolida de su amigo, sabía que lo había lastimado, pero estaba tan enojado que ni siquiera estaba arrepentido.
—¿Qué demonios te pasa?— gritó Yoongi empujando a su hermano lejos del peligris. —Tú no sabes absolutamente nada de lo que pasó entre nosotros. Y me duele que nos creas capaz de hacer algo así. Simplemente nos besamos, es todo lo que pasó.
Los hermanos seguían discutiendo pero Jimin no podía escucharlos. Lo único que logró oír fue la voz de Yoongi llamándolo antes de que todo se volviera negro para él.
Despertó confundido y miró a su alrededor tratando de comprender donde estaba. Tardó unos segundos en comprender que estaba en una habitación de hospital.
—Nos asustaste— dijeron a su lado. Yoongi estaba sentado junto a la cama sosteniendo su mano mientras dejaba suaves caricias en el dorso de esta.
—¿Qué sucedió?— preguntó confundido.
—Te desmayaste.
—Lo siento— respondió sentándose sobre la cama.
—¿Te disculpas por desmayarte?
—Eso creo.
—No seas tonto. No es como si lo hicieras a propósito— el mayor le sonrió de esa forma tan bonita que tenía de hacerlo, donde podía ver sus encías, y con ese solo gesto ya se sentía mucho mejor.
—¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?
—Un par de horas— Jimin lo miró sorprendido. —El tiempo suficiente para que te hicieran varios estudios. Se supone que pronto tendría que venir el doctor.
—Yo tendría que haber ido a buscar a Yeonjun a lo de tu madre— recordó asustado el peligris, tratando de levantarse. El mayor lo detuvo por los hombros.
—Tranquilo. Está con Tae— le dijo volviendo a recostarlo sobre la cama, acomodó las sábanas sobre el cuerpo del menor y tomó asiento a su lado para rodearlo con uno de sus brazos de forma cariñosa.
Jimin se dejó mimar disfrutando tranquilamente de las caricias en su cabello. Con su mirada recorrió la habitación de hospital, dándose cuenta que era la misma que la de la vez anterior. Podía notarlo por la vista que tenía desde allí, podía ver los árboles de un bonito parque.
—Buenas tardes— saludó el doctor entrando en la habitación. El rapero se puso de pie y se colocó junto a la cama—Ya se le está haciendo costumbre— trató de bromear. Pero a ningún de los dos le causó gracia. —Tengo los resultados, señor Park— dijo luego de carraspear algo nervioso.
—¿Todo bien, doctor?— preguntó Yoongi, la cara asustada del médico no le gustaba para nada.
—Si. Pero primero me gustaría pedir disculpas— ambos se miraron confundidos.
—¿A qué se refiere?— cuestionó Jimin. El hombre suspiró antes de volver a hablar, haciendo que se pusieran nerviosos.
—El diagnóstico que le di anteriormente es erróneo— aceptó por fin.
—¿Qué?
—¿Qué tengo, doctor?— preguntó Jimin asustado.
—Tranquilo, no es nada malo— respondió con una sonrisa, confundiendo aún más al mayor. —Usted está embarazado— el peligris lo miró asombrado sin creer lo que había escuchado.
—Si me hicieron tantos estudios la vez pasada, ¿por qué no lo supo en ese momento?— preguntó tratando de comprender la situación.
—A pesar de que los donceles son cada vez más comunes, no es parte del protocolo hacer pruebas de embarazos en hombres con síntomas como mareos o náuseas como lo es con las mujeres. A menos que se sepa que es un doncel, no se realizan con los exámenes de rutina. Admito mi error por no haber preguntado— el médico bajó la cabeza, se sentía con bastante vergüenza por haber cometido un error tonto que ni un médico practicante cometería. —Mientras lo revisaba hoy pude notar su vientre y con los estudios confirme mi sospecha.
Jimin bajó la mirada a su vientre dándose cuenta que realmente tenía una pequeña protuberancia que comenzaba a notarse en su plano vientre. Una felicidad enorme recorrió su cuerpo. Sus ojos se llenaron de lágrimas y bajo sus manos a esa zona para dejar caricias. Yeonjun tendría un hermanito.
Pero su alegría se vio opacada cuando levantó la mirada y observó a Yoongi, dándose cuenta de la verdad. Ese bebé no era de él. Rápidamente comenzó a pensar cuando fue la última vez que había dormido con Jungkook y eso había sido en el viaje que hicieron a Japón hace tiempo.
—Por el tamaño de su vientre— siguió explicando el doctor. —tendrá unos...
—Tres meses— completó Jimin en un susurro.
—Correcto. Igualmente, para estar seguro pedí que trajeran el ecografo para chequear que todo este bien con el bebé— el hombre comenzó a caminar hacia la salida. —Volveré en un momento para realizar la ecografía— dijo antes de salir consciente del ambiente tenso que los rodeaba.
El silencio los invadió por unos largos minutos. Yoongi tenía su mirada perdida en algún lugar de la habitación, completamente hundido en sus pensamientos. Y Jimin no sabía que decir realmente.
—Hyung...— comenzó a hablar tomando valor.
—No puedo hacer esto.
—Yoongi— tomó su mano y lo miro suplicante. El mayor miró la unión y sus ojos pero se sentía realmente abrumado.
—No puedo— repitió.
Jimin observó como su mano se fue deslizando de su agarre tan lentamente que sintió que estaba viendo una mala y cliché película de desamor. Sólo pudo llorar sin dejar de repetir su nombre luego de que Yoongi lo abandonara en esa habitación de hospital.
Ahora eran 4 los corazones rotos.
Actualizar pero a que costo...
Perdón por desaparecer parte mil💔
Perdón por la espera
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro