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46.

Jimin agradecía que ese día era sábado y Yeonjun no tenía que ir al colegio porque hubiese sido una misión imposible despertarlo luego de que pasara toda la noche viendo películas con Jungkook.

Taehyung se había ido luego de la primer película con la excusa de que había olvidado terminar un diseño. Jimin sabía que mentía pero no quiso insistir al verlo tan nervioso, sabía que cuando se sintiera más cómodo le contaría que sucedía.

El peligris sonrió al ver a su prometido y a su hijo desparramados en el piso de la sala. Habían armado una cama improvisada con los almohadones de los sillones y allí dormían. Jungkook estaba estirado con sus manos debajo de su cabeza y con uno de los pies del niño sobre su rostro. Yeonjun dormía con su cabeza hacia los pies del mayor, por lo que descansaba abrazado a una de las piernas del cantante. Jimin tomó una fotografía de ellos reprimiendo una carcajada antes de entrar a la cocina a preparar el desayuno.

Sabía que su hijo le pediría pancakes de banana y avena con una leche chocolatada mientras que a Jungkook le gustaba desayunar algo más del estilo coreano, por lo que comenzó a preparar las verduras para hacer un caldo. Una vez listo, preparó arroz y sacó algo de kimchi. Mientras cocinaba los pancakes preparó la mesa. 

Ya tenía casi todo listo, sólo faltaba que el caldo terminara de cocinarse. Mientras revolvía las verduras, sintió unas manos rodear su cintura desde su espalda y que se entrelazaban sobre su vientre. Jimin sonrió y se recostó sobre el fuerte pecho de su prometido. 

—Buenos días, hyung— dijo Jungkook con voz adormilada antes de dejar un beso sobre el cuello del peligris.

—Buenos días, Kookie. ¿A qué hora se durmieron?— preguntó apagando la hornalla. Se giró y se abrazó a su cuello. Jungkook colocó sus manos sobre la cintura del mayor.

—A las tres. Creo— dijo dudoso. —Es que el niño no quería dejar de verlas.

—¿El niño o el adulto?— preguntó sonriendo mientras acariciaba el cabello de la nuca del menor.

—¡Es que pidió ver las películas de Ironman! No podía dejarlo sólo— se excusó. Jimin rió a carcajadas. Conocía perfectamente la obsesión de su novio por ese superhéroe en particular.

—Claro...— dijo separándose de él. —Vamos, ayúdame a terminar de preparar la mesa.

Una vez que todo estaba listo, se sentaron a desayunar. Dejarían dormir al pequeño un poco más ya que se veía muy cansado. Charlaban tranquilos de diferentes temas mientras comían sus alimentos.

—Oh, hyung. Casi lo olvido— dijo Jungkook terminando su arroz. —Ayer me llamaron del salón donde queremos celebrar la boda. Confirmaron que no tienen fecha disponible hasta dentro de un mes y medio. Sé que dijimos que nos casaríamos el próximo mes pero tal vez podríamos esperar un poco más o si tú quieres buscamos otro lugar.

—Creo que podríamos esperar un poco más. Aún no tenemos nada organizado en concreto. Creo que cuando hace dos semanas te pedí casarnos el mes que viene, no lo estaba pensando bien. Siento, que estoy apurando todo. Aún no organizamos nada— respondió bajando la mirada.

—Hey, tranquilo— pidió Jungkook tomando su mano. —Yo sólo quiero casarme contigo. No importa dónde sea o cómo sea, me casaría contigo incluso si lo hiciéramos en el monoambiente que compartíamos en Busan— Jimin sonrió recordando el pequeño departamento en el que vivían antes.

—Creo que apenas podríamos invitar a tus padres si lo hacemos allí— mencionó el mayor divertido. —Yo también me casaría contigo como sea. Pero de verdad me gustaría hacer algo lindo ese día. Algo sencillo pero lindo.

—Y yo sólo quiero complacerte con la bonita boda que deseas. No me importa esperar un poco, yo sólo quiero ser tu esposo, hyung— el pelirrojo se acercó para darle un dulce beso.

—¿Se van a casar?— preguntó una tercera voz.

Yeonjun estaba en la entrada de la cocina. Su cabello estaba completamente despeinado y miraba a su padre con una expresión dolida.

—Si. Nos casaremos en un mes y medio— afirmó Jungkook contento, sin ser consciente de la mirada sufriente del niño. Ni bien escuchó la respuesta, sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Yeonjunnie...— Jimin intentó acercarse a él pero el niño retrocedió.

—¡TE ODIO, TE ODIO, TE ODIO!— repitió varias veces entre lágrimas. El corazón del peligris dolió al escucharlo y sólo pudo comenzar a llorar también.

—Yeonjun, no le digas eso a tu padre— regañó Jungkook.

—Te odio— repitió ignorando al cantante. —Te odio porque hiciste llorar a papá. Te odio porque hiciste llorar al tío Tae. Te odio porque hiciste llorar a mis abuelos. Te odio porque me hiciste doler aquí— dijo señalando su pecho. —Papá lloró mucho por ti. Pero tú estabas con él, y ahora te casaras con él y tendrás otro hijo y te olvidarás de mí... Y TE VAS A VOLVER A IR— volvió a gritar. En ningún momento dejo de llorar, gruesas lágrimas recorrían su tersa piel.

—No es así, cariño— dijo llorando también. Quiso tocar su brazo pero Yeonjun se movió brusco antes de irse de allí. No quería escucharlo. —Por favor, escucharme...— suplicó tratando de alcanzarlo. El niño fue a su habitación donde se encerró cerrando con fuerza la puerta en la cara de su padre.

El peligris golpeó varias veces la madera, pidiendo desesperado que lo dejara entrar mientras escuchaba el llanto dolido de su pequeño.

Jungkook llamó a Taehyung mientras veía a su novio llorar arrodillado frente a la habitación del niño. Sólo tuvo que explicar lo que había sucedido para que el chico dejara todo lo que hacía para ir por su sobrino.

El diseñador no tardó mucho en llegar. Yeonjun sólo abrió la puerta cuando escuchó a su tío y ni bien estuvo entre sus brazos, le rogó que lo llevara a casa. Y así lo hizo.

Taehyung pidió a Jimin que dejara que el niño se tranquilizara antes de volver a intentar a hablar con él.  Le dolía ver a ambos llorando de la manera que lo hacían pero sabía que lo mejor sería dejar que se calmaran antes de hablar.

El peligris sólo pudo aferrarse desconsolado al pecho de su prometido una vez que su amigo se llevó al pequeño llorando.









Yoongi no estaba en la ciudad cuando recibió el llamado de su hermano. Se encontraba en China por una gira promocional de su mixtape, pero no le importó dejar todo y buscar el primer vuelo para volver a Seúl cuando escuchó que su hijo lo necesitaba.

Terminó llegando a la ciudad casi al anochecer. Sólo pudo conseguir un vuelo para la tarde, no importó cuanto discutió y peleó con la aerolínea. Por lo que llegó completamente frustrado, desesperado por ver a su hijo.

Recogió su valija y corrió a tomar un taxi ni bien pudo abandonar el sector de migraciones del aeropuerto. Una vez en su edificio, subió en el ascensor hasta su piso moviendo su pierna ansioso.

Dejó todas sus cosas en la entrada del departamento y corrió a la habitación de su hijo. Al abrir la puerta se encontró con el niño acostado en posición fetal en el centro de su cama. 

—Pollito...—lo llamó acariciando su espalda. El niño se levantó rápidamente y se abrazó al cuello de su padre. Comenzó a sollozar en su hombro. 

El corazón de Yoongi se estrujó al escuchar a su hijo llorar tan desgarradoramente. Le permitió desahogarse en su pecho y se sentó en la cama acomodándolo sobre su regazo. Lo estrechó contra su cuerpo mientras acariciaba su espalda hasta que su llanto sólo fueron suaves gimoteos. 

—¿Qué sucedió cariño?— preguntó en un tono suave. Yeonjun se acurrucó sobre él y Yoongi lo abrazó como si fuera un pequeño bebé.

—Pa-papi no nos qui-quiere— dijo entre hipidos. —Él se va a casar con Jungkook y se volverá a ir. Nos va a abandonar de nuevo— se quejó. El rapero lo abrazó fuerte tratando de consolarlo.

—Eso no es verdad, pollito. Papi nos quiere mucho.

—Entonces, ¿por qué se va a casar con él?— preguntó levantando su rostro para mirarlo. —Él debería casarse contigo para que seamos una familia.

—No podemos hacer eso, peque.

—¿Por qué no? Yo quiero a mis papás juntos, como Soobin que vive con su papi y su mami.

—Es complicado, cariño. Nosotros dejamos de ser novios incluso desde antes que tu nacieras y, además, cuando tu papi tuvo el accidente se olvidó que nosotros fuimos novios. Sigue sin recordarlo. Durante este tiempo que él no estuvo con nosotros se enamoró de Jungkook. Y no podemos enojarnos o culparlo por eso ¿Tú quieres que papi sea feliz?

—Si— respondió suavecito.

—Hoy su felicidad está con Jungkook, cariño. Ellos están enamorados y por eso quieren casarse. Nosotros tenemos que estar contentos por ello, pollito. Tenemos que apoyarlo para que sea feliz.

—Pero tú te quedarás solito— dijo haciendo un puchero. Yoongi sonrió.

—¿Puedo contarte algo?— el niño asintió. —Con Jin hyung estamos teniendo citas.

—¿El príncipe?— preguntó sorprendido. —¿Son novios?

—No, pero tal vez lo seamos. ¿Te molestaría eso?— pareció pensarlo por unos segundos.

—No...— se quedó unos segundos en silencio, analizando lo que su padre le dijo. —¿Entonces el bebé del príncipe sería mi hermanito?— preguntó sentándose derecho de golpe.

—No lo sé, pollito. Eso es algo que tu corazón decidirá cuando vayan creciendo. Si tú y él así lo sienten, entonces lo serán.

—Pero yo quiero un hermanito menor ahora— dijo en un pequeño berrinche. Yoongi rió abrazándolo más fuerte. Lo meció suavemente durante unos minutos como si estuviera tratando de dormir a un bebé.

—Sé que le dijiste cosas feas a tu papi— mencionó el mayor apoyando su mentón sobre la cabeza del niño. —Tienes que disculparte con él.

— No puedo. Papi debe estar muy enojado conmigo— mencionó triste.

—No creo que esté enojado. Sólo debe estar dolido— comentó acariciando su cabello. —Ahora ya es muy tarde. Pero, ¿qué te parece si mañana vamos a desayunar con ellos?

—De acuerdo.

—Bien. Vamos a tomar un baño, pediremos comida y cenaremos viendo una película. ¿Quieres?

—¡Siii!— festejó. Depósito un beso en la mejilla de su papá y corrió hacia el baño. Yoongi negó divertido.









No iban por la mitad de la película, cuando Yeonjun ya había caído dormido. Comenzar a verla acurrucados sobre la cama del niño no había ayudado mucho en mantenerlo despierto. El desgaste emocional de ese día había sido demasiado para su pequeño.

Yoongi continúo viéndola mientras acariciaba la cabeza de su pequeño recostado sobre su pecho. No quería dejarlo solo.

Casi a media noche, el sonido del timbre lo hizo fruncir el ceño. ¿Quién podía ser a esa hora? Seokjin había salido con un amigo pero él tenía llave y su hermano había ido a cenar con sus padres luego de que él y Yeonjun salieron de la ducha, el diseñador no volvería hasta el otro día.

Se levantó de la cama tratando de hacer el menor movimiento posible para no despertar a su pequeño. Caminó hacia la entrada y abrió la puerta confundido.

—¿Jimin?

El peligris estaba parado en su puerta. Sus ojos y nariz estaban rojas, signo de que llevaba largas horas llorando. Vestía un suéter que le quedaba enorme haciéndole lucir aún más pequeño.

No dijo absolutamente nada, sus labios se abultaron y sus ojos se llenaron de lágrimas. Se lanzó a los brazos del rubio y se aferró a su pecho. Yoongi no dudó en devolver el abrazo tratando de consolarlo.

—Tranquilo, cariño— le susurró en el oído mientras lo estrechaba entre sus brazos. Fue caminando hacia atrás para que ingresara con él a su departamento.  Una vez dentro, cerró la puerta con cuidado y lo guió hasta la sala.

—Me odia— susurró Jimin antes de volver a llorar con fuerza, ahora sentado en el sillón de tres cuerpos de la sala.

—No, él te ama— contradijo Yoongi sentándose a su lado comenzando a sobar su espalda.

—Me odia. Él me lo dijo.

—No es así. Lo dijo porque estaba dolido, pero no es lo que siente. Yo hablé con él está muy arrepentido. Hasta tiene miedo de que tú estés enojado con él.

—¿De verdad?— lo miró con sus ojos brillosos.

—Pensábamos ir mañana a desayunar con ustedes para que él hable contigo. Tranquilo deja de llorar— pidió con una sonrisa. Limpió dulcemente las últimas lágrimas que caían por sus mejillas.

—Perdón por venir a esta hora— susurró cohibido.

—No te preocupes. Yeonjun duerme pero yo aún estaba despierto. Y ni mi hermano ni Jin están aquí.

Un silencio incómodo los invadió unos minutos. Como si no supieran que más decir.

—Jimin, quería pedirte disculpas— el menor lo miró sin comprender. —Lamento no haberle explicado a Yeonjun tu relación con Jungkook. Desde el primer día que llegó aquí yo he sido sincero con él. Pero está vez simplemente lo evité. Estaba tan dolido y confundido, que preferí fingir que nada sucedía para evitarme el dolor pero terminé lastimándolo a él. Lo siento.

—No, hyung. No es tu culpa. Yo debería haber hablado con él, era algo que a mi me correspondía. Pero no lo hice. Nunca pensé en como él podía sentirse. Soy el peor padre del mundo— dijo antes de que sus ojos se aguaran de nuevo.

—Eso no es verdad. Yo creo que eres un padre maravilloso.

—¿Papi?— Yeonjun apareció en la sala luciendo adorable mientras usaba un pijama enterizo de dinosaurio.

Ni bien Jimin y el niño hicieron contacto visual, corrieron a los brazos del otro. El peligris se arrodilló frente a él y lo estrechó en un fuerte abrazo. Se repetían una y otra vez entre lágrimas varios "lo siento". Yoongi sonrió al verlos hacer las pases.

—Jimin, ya es bastante tarde. ¿Por qué no te quedas a dormir aquí? Pueden dormir juntos en la habitación de Yeonjunnie— dijo Yoongi cuando por fin habían dejado de llorar.

—Si papi, por favor— rogó el niño.

—Yo le avisaré a Jungkook que estás aquí, ve con él. Pollito, dale uno de los pijamas de mí habitación para que pueda dormir cómodo.

—Gracias, hyung— respondió Jimin antes de ser arrastrado por su hijo a su habitación.

Yoongi sonrió por el entusiasmo del pequeño. Tomó su celular y llamó a Jungkook. No tardó mucho en responder la llamada, como si estuviera esperándola. Le explicó lo que habían decidido y lo escuchó suspirar aliviado. Se despidió del chico y colgó.

Aseguró la puerta, limpió la vajilla que habían usado para cenar, apagó las luces y cuando todo estuvo acomodado, caminó hacia las habitaciones.

Se asomó al cuarto de su hijo y se encontró con que ambos ya dormían. Jimin rodeaba el cuerpo del infante con sus brazos mientras que el niño estaba acurrucado contra su pecho. Sonrió enternecido por la imagen.

Tomó la cámara instantánea que su hermano le había regalado a Yeonjun y capturó el momento en una bonita imagen que sabía que su hijo amaría tener en su álbum de fotos.

Salió de la habitación cerrando con delicadeza la puerta. Fue al baño para lavar sus dientes y al regresar se recostó en su cama. Tomó la fotografía que había sacado y sonrió nostálgico al verla.

Una sensación amarga lo invadió de repente. ¿Cuántas noches había deseado tener a Jimin con ellos? ¿Cuántas noches su hijo había pedido por su papi? ¿Cuántas noches con su hijo durmiendo entre sus brazos había deseado que Jimin estuviera allí con ellos?

Lo invadieron unas ganas increíbles de volver a la habitación de su hijo para acostarse con ellos y dormir con sus cuerpos entré sus brazos, para saber cómo se sentía lo que tantas veces había soñado.

Era tan fuerte el deseo, que si no fuera porque escuchó a Seokjin llegando al departamento, se hubiese cambiado de habitación.








Aparezco con un capítulo largo porque si. Creo que este es el más largo de todos... 

Estaba vez no tardé tanto en actualizar y encima con un capítulo largo, denme amor... ahre

No puedo creer que este ya sea el capítulo nro 46. ¿Sienten que la estoy haciendo muy larga? ¿Debería apurarme un poco más? Quiero saber que piensan.

Como siempre, gracias por los votos, lecturas y votos♥

Nos vemos!

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