3.
Realmente no tardaron mucho en dejar sus muestras dado que en el laboratorio esperaban su llegada. Un suspiro escapó de los labios de Yoongi cuando le informaron que sólo tomaría una muestra de saliva. Si él mismo odia las agujas, ¿cómo haría con un niño de tres años? Además, que el enfermero le dijo que era su fan, no podía pasar vergüenza al salir corriendo por un pequeño pinchazo cuando arriba del escenario se muestra como todo un bad boy.
—Bien. En la tarde llevaré, personalmente, los resultado a su departamento— habló la asistente social. —Salvo que tenga otros compromisos, señor Min.
—No, hoy es mi día libre.
—Perfecto. Yeonjun se quedará con usted mientras tanto.
—No iba dejar que se lo lleven tampoco— dijo mirando al pequeño quien reía por las caras que hacía su hermano. La mujer asintió con una sonrisa y se fue seguida por sus compañeros. —Bueno...— habló Yoongi caminando hacia los menores. —¿Quién quiere ir a almorzar?
—¡YO!— gritaron ambos y el rapero negó riendo al ver a su hermano actuar igual que el niño.
Dado que no podía salir libremente por su fama fueron al restaurante de un amigo. Siempre tenía la seguridad de comer tranquilo allí porque el dueño se encargaba de prepararle un cuarto privado sólo para él y sus acompañantes. Por esta razón era el que más visitaba con su hermano. Además, la comida era deliciosa.
Yoongi se sorprendió al ver lo educado e inteligente que era Yeonjun, no necesitaron ayudarlo casi porque el niño se alimentaba solo perfectamente. El mayor estaba seguro que aquello era obra de su ex novio.
Luego de comer fueron a pasear por un pequeño parque que había cerca del restaurante. Obviamente, Yoongi se había colocado un gorro y una mascarilla enormes para ocultar su identidad. El pequeño corrió a jugar con otros niños ni bien piso el patio de juegos. Los hermanos Min tomaron asiento en una bancos muy cerca de allí.
—Todavía no puedo creerlo— habló Taehyung observando a los niños jugar. —No puedo creer que mi Mochi este muerto.
—Lo sé, cuando me lo dijeron sentí un dolor en el pecho tan fuerte que me quitó el aire. Si en este momento no estoy encerrado en mi habitación llorando es por Yeonjun.
—Tampoco puedo creer eso. ¿Cómo te sientes con el hecho de que te ocultó la existencia de tu hijo? ¿Estás enojado?
—Cuando me lo contaron me enojé, claro que si. Pero cuando me dijeron que había reporteros en la entrada mi instinto me pidió que lo protegiera. Sé como se comportan algunos con tal de tener una nota desagradable o una foto que se vea mal. No podría imaginar exponerlo a eso. En ese momento, entendí porque lo hizo. Estoy dolido, si. Pero agradezco que lo haya hecho y que mi hijo haya tenido una infancia normal.
—¿Qué pasará si el resultado del estudio es negativo?
—No me importa el resultado. Ese niño es mi hijo. Si Jimin dijo que yo era su padre y que debía cuidarlo, lo haré. No importa que.
—Me agrada verte en modo padre. Nunca pensé que lo vería— dijo Taehyung con una sonrisa.
—¡PAPÁ!— gritó Yeonjun corriendo hacia ellos.
—Tranquilo, peque. No corras que te puedes lastimar— respondió el mayor. Su hermano lo miró con una ceja alzada, sus fans se morirían si vieran al terrible Agust D siendo lindo con un niño.
—Papá, el señor de allá— dijo señalando con su dedito. —Vende mochis, ¿podemos comprar uno? No, dos. NO, TRES— preguntó recordando que su papi siempre le decía que debía compartir con los demás, no podía comer él sólo sin convidarle a su papá y a su tío.
—Creo que la adicción a los mochis es hereditaria— dijo el Min menor al escuchar la emoción del niño.
Un recuerdo invadió la mente de Yoongi en ese preciso momento.
Estaba nervioso. Luego de semanas observando al lindo chico que atendía la cafetería frente a la empresa donde era trainee, por fin se había animado a pedirle una cita. Grata fue su sorpresa cuando el chico aceptó sin dudar mucho, incluso le había sacado su celular para llamarse a si mismo y así obtener el número del mayor.
Unas horas después recibió un mensaje que decía: "hola hyung, soy Jimin, el chico de la cafetería. ¿Le parece vernos allí? Mañana a las cinco". Casi arroja el celular de la emoción. No podía creer que iba a tener una cita con ese hermoso chico.
Tomaron un café y charlaron un buen rato conociéndose el uno al otro, hasta que decidieron caminar un poco por las calles de Seúl. Caminaron un par de calles en un silencio tranquilo. La mano de Yoongi picaba por tomar la de su acompañante. Cuando el menor tomó la iniciativa de agarrarla, una fuerte sensación de calidez inundó el cuerpo de Yoongi. No quería soltarla nunca más. Mientras el mayor pensaba en eso fue jalado por Jimin cerca de una vidriera. Al mirar que era lo que el chico veía fascinado, sonrió. Se podían ver una gran cantidad de mochis, de diferentes colores y tamaños.
—¿Te gustan los mochis?— preguntó Yoongi sonriendo.
—¡SI!— casi gritó. Se aclaró la garganta nervioso. —Me encantan.
—Vamos a comprar unos entonces.
Compraron uno para cada uno pero Jimin comió tan rápido el suyo que Yoongi le terminó dando el suyo también.
—Lo siento— dijo culpable Jimin. —Me comí tu mochi— mencionó haciendo un puchero.
—No importa, con ver tu sonrisa de felicidad por comerlos me basta.
—Pero igual no es justo— respondió sonrojado. —Deberíamos volver al local por otro.
—Hay otra forma de que los pruebe.
—¿Cuál?— preguntó confundido.
—Así— dijo acercándose a él. Colocó una de sus manos en la cintura del menor y la otra en su rostro. Se acercó lentamente y lo besó. —Deliciosos— susurró sobre la boca del otro. —Los mochis creo que también— tomó su mano y siguieron caminando. Jimin se dejó llevar como si flotara sobre una nube con su rostro completamente rojo y el corazón latiendo a mil.
—Hyung, hyung— llamaba Taehyung.
—Si, lo siento— respondió volviendo en sí.
—Compremos los mochis y vamos a casa— ofreció el menor a lo que Yoongi asintió.
Yeonjun se durmió volviendo al departamento, por lo que al llegar Yoongi lo cargó y lo cubrió con su campera. Sabía que nadie de su edificio comentaría algo pero no quería arriesgarse que alguien lo viera. Lo recostó en su cama y lo rodeó con almohadones, como si fuera un bebé.
—Tenemos que convertir uno de los cuartos de invitados en la habitación de Yeonjun. El que esta frente al mío esta vacío.
—Pensé lo mismo. ¿Qué te parece si mañana lo llevo a elegir sus cosas?— en ese momento sonó el timbre.
—Perfecto. Cuando vuelva del trabajo los ayudaré a ordenar el cuarto— respondió caminando hacia la puerta. Abrió y se encontró con la trabajadora social, en esta ocasión estaba sola.
—Buenas tardes, señor Min. Ya tengo los resultados.
—Buenas tardes. Pase por favor— la dirigió a la sala donde tomaron asiento. Taehyung se sentó al lado de su hermano y tomó su mano. Yoongi la apretó levemente agradeciendo el gesto de apoyo.
—Bien— sacó el sobre y comenzó a leer el informe. —Cien por ciento de compatibilidad. Usted es el padre del niño— dijo levantando la mirada hacia el rapero. Una enorme sonrisa se dibujó en el rostro de los hermanos. —Tengo listos todos los papeles que debe firmar para que la tutela de Park Yeonjun pase a su nombre. Si lo desea puede ponerle su apellido.
—No, me gustaría que conserve el apellido de su papá.
—Correcto. El dueño del departamento que el señor Park alquilaba se comunicó conmigo hoy e informó que tienen un mes para ir a retirar las pertenencias de ambos. Están todas las cosas que el pequeño puede necesitar.
—Oh, podríamos ir el fin de semana— se dirigió a su hermano. —Tal vez no necesitemos los muebles pero deben haber cosas que él quiera, hyung.
—Si, pediré el fin de semana en la empresa.
—Bien, este es el número del dueño— dijo entregándole una tarjeta. —Sólo necesito que firme los papeles y eso sería todo por ahora.
—¿Por ahora?— preguntó Yoongi.
—Si en unas semanas alguien vendrá a visitarlos. Vigilará que el niño se esté adaptando bien a ustedes, que este inscripto en un colegio adecuado y que la casa este adaptada a las necesidades del infante— al ver la cara asustada de ambos, sonrió. —Tranquilos, no se lo quitarán pero si serán muy exigentes respecto a las buenas condiciones en la vida del niño.
—Haremos lo mejor para él, no importa que.
La mujer asintió hacia él y le extendió unos papeles para firmar junto con un bolígrafo. Yoongi sin dudar los firmó. Taehyung sonrió oficialmente el pequeño viviría con ellos.
—Eso es todo señores. Mucha suerte— dijo poniéndose de pie.
—No es que no confíe en usted— empezó Yoongi levantándose también del sofá. —Pero quiero volver a pedirle que este tema no se divulgue.
—Tranquilo, eso no pasará— ambos caminaron hacia la salida.
—Esperé un segundo aquí— pidió el artista volviendo hacia la sala. Segundo después volvió con un disco y un marcador en la mano. —¿Cómo se llama su hijo? Quisiera mandarle un disco autografiado.
—Oh, eso lo volvería loco. Es un gran fanático. Sus amigos lo llaman An— Yoongi asintió y rápidamente lo firmó con una dedicatoria personal para el chico. —Muchas gracias, señor Min. Esto lo pondrá muy feliz. Mucha suerte con todo esto.
Yoongi asintió y la despidió en la puerta. Una vez que cerró, se apoyó en la madera y suspiró. ¿Cómo demonios se es padre? Pensó asustado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro