A pesar de que Yoongi tenía bastante dinero y fama a nivel mundial, jamás se creyó más que los demás. Nunca alardeaba por eso, incluso le gustaba seguir comportándose como un chico normal, como lo estaba haciendo en ese momento.

Dado que no iría a la empresa, llevó a Yeonjun al colegio y volvió a su departamento para realizar la limpieza de la casa. Tenía una chica contratada que venía dos veces por semana a realizar el aseo  y se encargaba de la ropa de los tres, pero ese día quería sentirse útil y dado que ese día la chica no iría, aligeraría el trabajo de la muchacha. Sin bajar su paga, claro.

Limpió su cuarto, el de Yeonjun e incluso el de su hermano. Ordenó la sala, el cuarto que usaba como estudio en casa y el cuarto extra que nadie usaba. Tomó nota de todo lo que debían comprar en el supermercado. Cocinó el almuerzo e incluso puso a lavar toda la ropa sucia de los tres cuartos.

Hizo de todo tratando de no pensar en Jimin. Casi que lo logró, pero ordenando su closet se encontró con una sudadera vieja que le trajo mucho recuerdos.

Estaba escondido en su auto. No sólo porque quería ocultar su identidad, sino que también, por la fuerte lluvia que se desataba en ese momento. Esperaba a su novio y a su hermano que debían salir en unos minutos de la universidad.

Poco tiempo después, Taehyung corrió hacia él cubriéndose con un paraguas.

—Eres el mejor, hyung— exageró sentándose en el asiento trasero con rapidez para no mojarse.

—En realidad vine por mi novio, pero bueno, puedo hacer un acto de caridad— su hermano lo miró ofendido.

—Retiro lo dicho— dijo cruzándose de brazos. Iba a volver a quejarse pero un pequeño golpeteo en la ventanilla del acompañante los hizo girar.

Yoongi abrió rápidamente la puerta encontrándose con Jimin completamente empapado.

—Bebé! Entra rápido que te estas mojando— pidió.

—Ya lo estoy, no quiero mojar el asiento— no podía entrar al auto cuando el mayor a penas lo había comprado, no quería dañarlo.

—Entra de una vez, Mochi. Mojalo todo lo que puedas se lo merece por ser el peor hermano del mundo— Yoongi lo miró mal por unos segundos pero cambio a una mirada dulce para ver a su novio.

—Tranquilo, cariño. Me preocupa más que te enfermes. Vamos, entra— le pidió con una sonrisa cariñosa en el rostro.

El rubio subió despacio y se quedó quieto como si no quisiera mojar más de lo necesario. Yoongi lo miró con una ceja alzada.

—¿No piensas saludarme tampoco?

—Oh, lo siento hyung.—Se inclinó hacia él para besarlo, el mayor lo atrajo hacia su cuerpo aún más y lo abrazó luego de romper el beso. —HYUNG TE ESTOY MOJANDO.

—No me importa. Sácate ese abrigo— Tomó una sudadera extra que tenía siempre en el auto y lo vistió como si fuera un niño pequeño, por lo grande que le quedaba realmente parecía uno.

—Gracias— susurró con un tierno rubor en sus mejillas. Yoongi le sonrió y volvió a depositar un suave beso en sus labios.

—Aaaaw— la pareja se giró hacia el asiento trasero y se encontró con Taehyung mirándolos con una sonrisa mientras comía un paquete de dulces.

—¿Tenías que arruinar el momento así?— se quejó el hermano mayor.

—Claro, es mi trabajo.

Yoongi bufó, se acomodó en su asiento y comenzó a conducir. Jimin miró a su amigo sonriendo y este le guiñó un ojo.

El rapero tomó la sudadera, la abrazó y comenzó a llorar. Lo extrañaba tanto, extrañaba tanto tenerlo entre sus brazos.

*

Taehyung llevaba los diseños de la nueva merchandising de Agust D para presentarle al jefe de su hermano. Estaba muy contento con ellos, realmente eran muy buenos y no sólo porque "Vante" los había hecho.

Llegó al edificio y saludó a todos los trabajadores con los que se encontraba. Corrió al ascensor y se subió antes de que cerrara la puerta. Había sólo un chico dentro al que no conocía.

—Buen día— saludó simplemente.

—Buen día— respondió el muchacho. —Vante...— escuchó Taehyung en un susurró y se giró asustado.

—¿Perdón?

—Tu chaqueta, es un diseño de Vante. Es de la temporada otoño-invierno de  la colección Singularity— Taehyung lo miró sorprendido. El chico no dejaba de mirar su abrigo. —Lo siento. Soy su fan.

—¿Te gusta la moda?— preguntó sonriendole.

—No la moda en general. Me gustan los diseños de Vante. Mi sueño es tener uno de sus trajes en mi primera presentación.

Con ese comentario Taehyung se dio cuenta quien era. El chico nuevo que contrató la empresa. El prometido de su Mochi. 

—Si quieres puedo conseguirte uno, digamos que trabajo en el estudio de Vante.

—¿Qué?— lo miró sorprendido. —Si, claro. Muy gracioso— continuó cambiando su actitud. —Todos en Seúl se creen muy graciosos y se burlan de los que venimos de afuera— dijo enojado bajando rápidamente del ascensor que había llegado al piso al que iban.

El hermano de Yoongi lo miró sorprendido. Él también bajo del ascensor y como la oficina a la que iba quedaba en la misma dirección en la que iba, caminaba detrás del chico. 

—OH TAE!— gritó Hoseok cuando lo cruzó en el pasillo. —Dime que me trajiste el traje que te pedí.

—Hyung, lo olvidé.

—¿Qué? Tengo una entrevista importante hoy, quería un diseño de Vante conmigo— dijo fingiendo llorar mientras se abrazaba al chico.

—Ahora llamó al estudio y pido que te lo envíen— comentó.

—ERES EL MEJOR!— exclamó. —JK— gritó mirando a Jungkook. —¿Qué haces ahí parado?— el chico no supo que responder, miró a Taehyung con vergüenza, había escuchado la conversación.

—Taehyung— llamó el jefe de los cantantes saliendo de su oficina. —¿Me traes los diseños para el merchandising de Agust by Vante?— preguntó.

—Si, señor.

—Perfecto, ven a mi oficina.

Jungkook vio a Taehyung hasta que ingresó a la oficina. ¿Realmente acababa de perder su oportunidad de conseguir un Vante original? Seguro era un modelo del diseñador, era demasiado hermoso como para no serlo. Incluso había quedado como un grosero frente al chico que había tratado de ser amable con él. Suspiró. Debía disculparse.

*

Yeonjun estaba sentado bajo un árbol en el patio de juegos de su colegio. Veía a los niños divertirse con una expresión triste en el rostro.

Soobin llegó corriendo hacia él y se sentó a su lado sin decir nada por unos minutos.

—No me gusta que estés triste— dijo el niño con un puchero mirando a su amigo.

—Es que... estoy triste— respondió Yeonjun copiando la expresión de su amigo.

—¿Por qué?

—Mi papi volvió pero no quiere verme. Papá dice que se fue de viaje.

—¿Tu papi Timin?

—Jimin— corrigió. —Mi papi se llama Jimin. Creo que no me quiere más.

—¿Qué?— se paró del asiento y lo miró como si hubiese dicho un imposible. —Tu papi tiene que quererte, todos los papis quieren a sus hijos. Además, tú eres el mejor— dijo despacio con un ligero rubor en las mejillas al decirlo.

—¿Entonces por qué no quiere verme?

—Tal vez... esta ocupado con trabajo. Mi papi nos deja a mi mami y a mi aveces para ir a trabajar pero no es que no nos quiere— explicó.

—¿Tú crees que mi papi me quiere pero esta trabajando y no puede verme?

—Claro— dijo encogiéndose de hombros. —Vamos a jugar, no me gusta que estés aquí solito— estiró su mano así él esperando que la tome.

—Gracias, Soobinie— dijo abrazándolo. Su amigo se quedó quieto por unos segundos y encantado, respondió el abrazo rodeando la cintura de su amigo con sus bracitos.

Cuando se separaron Yeonjun le regaló una brillante sonrisa, que hizo que el niño se ruborice rápidamente. En lo único en lo que podía pensar Soobin era en que quería ver esa sonrisa por siempre. El hijo de Yoongi tomó la mano de su compañero y juntos fueron a jugar.