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14.

Yoongi le explicó la situación de Yeonjun a su maestra y esta se mostró solidaria con él, incluso dijo que hablaría con los compañeritos del niño para evitar malos comentarios.

El rapero decidió que por ese día no dejaría a su pequeño en la escuela. Por todo lo que había pasado no se sentía cómodo dejándolo solo. Yeonjun obviamente estaba feliz de poder acompañar a su papá a el trabajo.

Habían pasado todo el día juntos. En la tarde, Yoongi estaba trabajando en su computadora mientras el pequeño coloreaba un libro de kumamon sobre la mesa ratona que el mayor tenía en su estudio. Una llamada en la puerta hace que ambos dejen lo que estaban haciendo. Yeonjun corre a abrir la puerta.

—¿Hola?— preguntó Jungkook confundido por encontrarse con un pequeño niño.

—Hola— saludó el infante moviendo su manito.

—Jungkook, pasa— pidió Yoongi luego de escuchar la voz del chico.

—Buenas tardes, hyung— dijo entrando al estudio.

—Buenas tardes. Este es mi hijo Yeonjun—presentó el mayor.

—Mucho gusto, Yeonjun. Yo me llamó Jungkook— le sonrió.

—¿Trabajas aquí? ¿Eres rapero? ¿Te sabes las tablas de multiplicar?— preguntó el niño atropelladamente. Jungkook miró a Yoongi curioso por la última pregunta.

—Si trabajo aquí, soy cantante y si me sé las tablas.

—WOOOOOW, eres genial— dijo el niño emocionado, el chico sonrió.

—¿Necesitabas algo?— preguntó Yoongi guardando su trabajo en la computadora.

—Oh, si. Tengo el single que voy a lanzar, quería saber si podría escucharlo para que me de su opinión.

—Claro— dijo tomando el USB que el chico traía consigo.

—Papá...—llamó el niño.

—¿Qué pasa pollito?

—¿Puedo ir con el tío Hobi?— preguntó Yeonjun ya parado al lado de la puerta.

—Bien, pero dile que me mande un mensaje cuando llegues.

—SIIIIIIIIIIII— dijo alargando la respuesta que se siguió escuchando cada vez más bajo dado que el niño salió corriendo por el pasillo del lugar.

—¿No prefiere acompañarlo?— preguntó Jungkook.

—No, es en el mismo piso y todos los conocen. Además, se que nadie ajeno llega a este piso— el menor asintió viéndolo abrir el archivo de audio de su single. De repente se sintió muy nervioso, no todos los días tu ídolo puede escuchar tu trabajo. Una suave melodía comenzó a sonar y luego de unos segundos la voz del chico acompañaba la música. Yoongi que hasta ese momento no lo había escuchado cantar se sorprendió gratamente. El menor tenía una hermosa voz. Cerró los ojos para disfrutar de la canción. Cuando terminó, lo miró con una sonrisa. —Es hermosa Jungkook.

—¿De verdad?

—Enserio es muy buena. Tienes una voz muy linda. Definitivamente espero trabajar contigo en el futuro— el chico se puso absolutamente colorado.

—Me haría mucha ilusión eso.

—Cuando necesite un voz melódica te llamaré— el chico asintió cohibido por la sonrisa sincera del rapero. —¿Te estas acostumbrando a Seul?

—Si, aunque creo que es porque vine con mi novio, si hubiese venido sólo seguro no me sentiría tan cómodo.

—Es increíble que haya decidido mudarse contigo tan lejos para que tu puedas cumplir tu sueño. Se nota que te ama— Jungkook sonrió pensando en su chico.

—Me gusta pensar eso de mi hyung.

—¿Es mayor que tú?

—Si. A pesar de la diferencia de edad nos llevamos muy bien. Él es increíble— Jungkook suspiró enamorado.

—Espero conocerlo mañana.— le dijo sonriendo. 

—Esta en la empresa, vino a contarme que consiguió trabajo esta mañana. Podría buscarlo para que se conozcan ahora.

—Oh, eso estaría bien.

—Iré a buscarlo— avisó levantándose para salir del lugar

En ese momento recordó que Hoseok ya debería haber mandado un mensaje avisando que su hijo estaba con él. Su ceño se frunció y rápidamente sacó su celular para llamarlo.

—Hola, ¿Yeonjun ya llegó?— preguntó ni bien respondieron. —¿Cómo que no lo viste? Demonios— dijo preocupado. —Salió para tu estudio hace unos minutos— contó caminando hacia la puerta. —¿Puedes salir a buscarlo? Si, yo estoy saliendo.

Comenzó a recorrer el pasillo preguntando a cada uno que veía si lo habían visto y revisando cada rincón de  cada habitación por la que pasaba. Afortunadamente, vio a Hoseok trayéndolo en brazos caminando hacia él.

—Yeonjun!— exclamó corriendo hacia ellos. Lo tomó de los brazos de su amigo y lo apretó contra su cuerpo. —¿Dónde estabas? Me asustaste.

—En la sala de baile— respondió encogiéndose de hombros.

—Debes avisar donde estas a mi o a los tíos— lo miró con el ceño fruncido.

—Perdón— dijo con un puchero que suavizó el rostro de Yoongi enseguida.

Caminaron juntos al estudio del rapero menor. Ni bien lo dejó en el piso, Yeonjun corrió adentrándose primero, pero cuando Yoongi iba a entrar Hoseok lo detuvo.

—¿Qué sucede?

—Yo... Lo vi hablando solo— el mayor lo miró preocupado. —Estaba bailando frente al espejo, como si siguiera a alguien y charlara con él. Miré hacia adentro pero no había nadie.

—Tengo miedo. Tengo miedo de que esto se vuelva cada vez peor.

—Tranquilo, aún deben hacerle estudios. Tal vez con tratamiento sencillos mejoré, no te adelantes.

—¿Y si no?— preguntó en un hilo de voz.

—Y si no, todos los apoyaremos y cuidaremos de él. Hyung, no temas. Debes ser fuerte para él.

—Lo sé.

Ambos entraron y comenzaron a jugar con el niño. No importa lo que pasará con el pequeño, Yoongi sabía que tendría a muchas personas que lo querían acompañándolo y eso lo tranquilizaba en gran medida.

*

Ya en la noche, Yoongi regresó a su departamento con Yeonjun durmiendo en sus brazos. Lo cambió y lo arropó en su cama ni bien llegaron.

El rapero entró a su habitación cansado. Se quitó la ropa que tenía y comenzó a buscar otra más cómoda para ponerse luego de ducharse pero al fondo de uno de los cajones encontró una cajita aterciopelada que desató sus recuerdos.



Yoongi estaba nervioso, esa noche le propondría matrimonio a Jimin después de tres años de noviazgo. No había preparado nada espectacular porque sabía que no era el estilo del rubio pero si había preparado una hermosa cena en el departamento. Había decorado la mesa del comedor con velas y pétalos. Estaba todo listo, sólo esperaba la llegada de su novio a casa.

Diez minutos después, Jimin ingresó al lugar. Dejo su bolso en la sala y Yoongi salió en su encuentro, le dio un pequeño beso en los labios de saludo.

—Preparé algo— comentó el mayor tratando de encaminarlo al comedor.

—Hyung— lo detuvo. —Yo necesito decirte algo. ¿Podemos sentarnos?— pidió señalando los sillones. Ambos tomaron asiento girando sus cuerpos para mirarse de frente.

—¿Qué sucede?

—Hyung, yo.... yo...— dijo dudoso.

—Cariño, ¿qué sucede?preguntó tomando su mano. Jimin se soltó del agarre lentamente. Yoongi lo miró extrañado.

—Hyung yo quiero terminar nuestra relación— soltó sin mirarlo.

—¿Qué? ¿Es una broma? Esto no es gracioso, Jimin.

—No es una broma. Yo de verdad quiero terminar esto.

—¿Esto?— preguntó tratando de encontrar su mirada. —¿Hice algo mal? ¿Te lastime de alguna manera?— cuestionó desesperado.

—No, hyung. Mi decisión no tiene que ver contigo.

—¿Ya no me amas?— el rubio no respondió. —¿Hay alguien más?— preguntó al borde de las lágrimas.

—No, hyung. No hay nadie. Lo siento. Yo quiero irme del departamento— dijo poniéndose de pie para volver a buscar su bolso. —Juntare mis cosas de la habitación.

Yoongi lo vio alejarse por el pasillo estático en el sillón, las lágrimas caían una de tras otra por su rostro, un dolor en el pecho le quitaba el aire y tenía su mente en blanco, completamente perdido.

Minutos después, Jimin volvió a la sala con su bolso lleno y una mochila también llena.

—Vendré otro día por lo que falta— dijo mirándolo de reojo. —Hasta luego, hyung— comenzó a caminar hacia la salida pero unos brazos lo rodearon con fuerza.

—No me dejes, por favor— pidió entre sollozos.

—Necesito irme.

—Te amo.

—Lo siento, hyung— dijo sacando los brazos del mayor de alrededor de su cuerpo.

Se fue de allí, sin mirar atrás. El mayor comenzó a sollozar con fuerza repitiendo el nombre del chico una y otra vez.

Jimin fue directo a la habitación de motel que había pagado por unos días en los que decidiría que haría ahora. Ni bien cerró la puerta del lugar se permitió llorar. Cayó al suelo, llorando desgarradoramente mientras abrazaba su vientre.

Esa noche dos corazones terminaron rotos.



Yoongi se sentó en el borde de la cama y comenzó a llorar con fuerza. Se sentía superado, por lo que sucedía con Yeonjun, por la prensa inventando noticias, incluso por la muerte de Jimin. Habían pasado años pero dolía igual que el primer día. Quería ser fuerte por su hijo pero cada vez se le hacía más difícil. Deseaba tanto ser Yeonjun y poder verlo, incluso si sólo era producto de su imaginación. Deseaba verlo sonreír por lo menos una vez más


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