El timbre sonando con insistencia fue lo que lo despertó. Se sentó en la cama y se quedó mirando sus pies por unos segundos, estaba demasiado dormido aún. Pero quien tocaba parecía no tener tiempo para esperar.

Se levantó, luego de despabilarse un poco y salió al pasillo que conectaba las habitaciones con la sala. No pensó ni en peinarse un poco, la noche anterior había dado un gran show y lo único que quería era echar a quién fuera que estuviera molestando en su puerta para volver a dormir.
Cuando pasó por la habitación de su hermano, lo observó durmiendo desparramado sobre la cama. Una montaña de ropa a un costado, claramente eran todas las prendas que se había probado buscando su outfit para el show de su hermano pero cuando volvieron de madrugada simplemente las tiró al piso. Siguió su camino a la entrada negando, su hermano menor era un desastre andando.

Abrió la puerta con ganas de insultar a quien estaba del otro lado. Pero al ver a un policía y una mujer de traje se contuvo. Su mente empezó a maquinar en todas las cosas que se podían considerar ilegales que alguna vez había hecho, pero lo único en lo que podía pensar era cuando se llevó unos chicles sin pagar sin darse cuenta pero no creía que la señora fuera la dueña del local.

—¿Podemos pasar señor Min?— preguntó la mujer.

—Ehhh, si claro— dijo dejándolos ingresar. —Tomen asiento— pidió señalando los sillones.

—Muchas gracias— respondió el policía tomando asiento junto a su acompañante. —Tenemos algunas preguntas para usted.

—De acuerdo— respondió dudoso.

—¿Conoce al señor Park Jimin?

—Si. Es mi ex novio.

—¿Hace cuánto tiempo que no lo ve?— preguntó ahora la mujer.

—Cuatro años aproximadamente.

—Concuerda con los datos que tenemos.

—Disculpen. Pero no entiendo que información buscan. Acabo de despertar, anoche di un show y dormí muy poco.

—Lo sé— dijo la mujer. —Mi hijo es su fan. Él estuvo en el show.

—Espero que lo haya disfrutado.

—Si, volvió muy feliz— el policía la miró con una mueca. —Si, lo siento— se inclinó hacia adelante y suspiró. —El señor Park falleció hace dos días.

Yoongi se dejó caer sobre el sillón. Un dolor lacerante lo atacó en el pecho, no era algo físico, era un fuerte sentimiento de tristeza. Un grito doloroso escapó de su garganta y comenzó a sollozar con fuerza. No importaban todos los años que habían pasado desde su separación, él lo seguía amando como el primer día.

—¿Yoongi Hyung? ¿Qué sucede?— preguntó Taehyung con voz rasposa por recién haber despertado. No le importó estar en pijama ni la gente que estaba con su hermano, simplemente se sentó a su lado abrazándolo tratando de contenerlo. —Hyung, ¿Qué sucedió?— volvió a preguntar.

—Ji-jimin— dijo en un hilo de voz.

—¿Qué pasa con Jimin?

—Él, él, es-está muerto— respondió entre lágrimas.

—Eso no es gracioso, hyung. No digas chistes de ese estilo.

—No es broma, cariño— intervino la mujer ya que Yoongi no podía seguir hablando y Taehyung había empezado a llorar abrazado a su hermano. —El señor Park tuvo un accidente automovilístico en Busan.

—¿Cómo sucedió?

—El taxi en el que viajaba fue embestido por un conductor ebrio. El taxista perdió el control y el auto cayó al mar. Los cuerpos no pudieron ser recuperados, el automóvil explotó segundos después de caer al agua— Taehyung lloró con más fuerza y Yoongi lo estrechó entre sus brazos acompañándolo en el llanto. —Lamento su pérdida muchachos, pero nosotros no estamos aquí para sólo informar eso.

—¿A qué se refiere?— preguntó el hermano mayor tratando de contener sus sollozos.

—Hace unos meses el señor Park hizo un pedido que lo incluye a usted, señor Min— la miró confundido. —Él lo anotó a usted como tutor de su hijo en caso de accidente o muerte.

—¿Qué?— ambos hermanos lo miraron con los ojos bien abiertos. ¿Jimin tenía un hijo?

—El pequeño tiene 3 años. Nació en Busan y el señor Park lo anotó a usted como su otro padre.

—¿De qué demonios está hablando?— se alteró Yoongi. Jimin no le ocultaría eso, ¿verdad?

—Él esta anotado como hijo de ambos, el niño tendría que quedar a su cargo— Una montaña de emociones invadió a Yoongi. Tristeza, enojo, dolor. —Él dejó una carta para usted por si algo así sucedía— dijo extendiendo un sobre con su nombre en él, Yoongi reconoció la letra de Jimin enseguida.

"Hyung:
Si estas leyendo esto, es porque algo malo me pasó. No es está la manera que quería que te enteraras de la existencia de tu hijo, pero no puedo hacer otra cosa.
Sé que no estoy en condiciones de pedirte nada, no lo merezco. Pero quiero pedirte que no lo odies a él, él no tiene la culpa de mis errores.
Todos los días quería salir corriendo de vuelta a ti para gritarte la verdad pero el miedo era más fuerte. La decisión que tomé nunca fue para lastimarte, lo único que busqué con esto es protegerlo a él, no quería que él crezca en ese mundo. No me refiero al de la música, me refiero al de los periodistas persiguiéndote, al de las fans locas que siempre quieren algo de ti. Sabes bien que durante años viví una relación en las sombras sin quejas, pero siempre vi como te trataban y no quería eso para mi hijo. No podría resistir que toda Corea o el mundo se pusiera a hablar de él. Estoy seguro que tu lo hubieses cuidado pero mi instinto me obligó a protegerlo a toda costa.
No puedo pedirte que me comprendas o que no me odies, pero repito: mi bebé no tiene la culpa. Te ruego que lo cuides, es el ser más puro que conocí en mi vida. Cuídalo, por favor.
No me aleje de ti porque no te amara, jamás deje de hacerlo. Pero el amor que sentí por la vida creciendo en mi vientre fue más fuerte. Sabía que si te lo decía no lo ibas a permitir y me ibas a convencer para quedarme contigo. No podía hacerle eso a mi niño, yo quería una vida normal para él.
Planeaba contarte cuando él tuviera la edad suficiente para comprender el mundo de periodistas amarillistas. Quería que primero tuviera una infancia normal, donde pueda salir a la calle sin ser acosado.
Por favor te lo pido, Yoongi. Dale esa vida tranquila que merece.
Dile a TaeTae que lo amo, y que me perdone por favor.
Te amo con locura.
Park Jimin"

No podía dejar de llorar. Estaba enojado, claro que si. Pero en cierto punto lo comprendía. Incluso él, algunos días quería ser una persona normal como cualquiera para poder salir a la calle tranquilo.

Taehyung también leyó la carta y cuando la terminó la apreso contra su pecho deseando que a quién abrazaba era su mejor amigo.

—¿Qué debo hacer para que el niño venga a vivir conmigo?- preguntó Yoongi tratando de regular sus emociones.

—Dado que no esta corroborado, lo primero será hacer un análisis de sangre para probar la paternidad. Si da positivo se procederá al paso de tutela a su nombre.

—¿Qué pasaría si da negativo?- se animó a preguntar Taehyung.

—El señor Min no tendría ninguna responsabilidad y como el niño no tiene otro familiar será llevado a un orfanato hasta que se le consiga una familia y...

—No— la interrumpió Yoongi. —No me importa el resultado, Jimin pidió que yo lo cuide y pienso respetar su pedido incluso si tengo que adoptarlo.

—Bien, eso es bueno. Sería un proceso un poco más largo porque se debería corroborar que usted es apto pero no es imposible.

—Yo... ¿Podría conocerlo?— pidió Yoongi.

—Si, claro. ¿Podrías bajar a buscarlo?— le preguntó al policía quién asintió y se retiró luego de que Taehyung lo acompañara hasta la puerta

—Pensé que el niño seguía en Busan— comentó Yoongi mientras esperaban.

—Vino con una trabajadora de allá para poder realizar la prueba de ADN.

—Correcto. ¿Yo podría pedirle discreción con respecto a esto? Si quiere puede contarle a su hijo pero a nadie más por favor.

—Tranquilo, mi trabajo es brindar seguridad a los niños en estos caso. Sé que si la prensa se enterara de esto, el pequeño no la tendría.

Minutos después el timbre volvió a sonar y las manos de Yoongi comenzaron a sudar, no entendía porque tan de golpe estaba así de nervioso. Taehyung dejó que sea su hermano quién lo reciba, eso era lo correcto.

El mayor caminó, casi corrió a la entrada. Ni bien abrió, vio a un pequeño abrazado a la pierna de una chica que usaba un traje muy parecido al de la otra trabajadora social.

—Hola— saludó despacio, como si no quisiera asustar al niño. Este giró su cabeza hacia él y ni bien vio su rostro, se dejó caer de rodillas al suelo. Nuevamente lágrimas recorrían sus mejillas. El pequeño lo miró sin comprender pero se acercó al mayor y con la delicadeza que sólo un niño podría tener, limpió sus lágrimas con sus manos.

—¿Por qué llora señor?— preguntó con la segunda voz más dulce que escuchó en su vida. Jimin tenía la primera.

—Porque eres hermoso— dijo observando su rostro. No tenía dudas de que era su hijo. Tenía muchos rasgos de su ex como los labios abultados y las lindas mejillas pero la blancura de su piel y sus ojos eran iguales a los suyos. Una perfecta combinación entre él y el amor de su vida.

—¿Puedo abrazarte cariño?

—No lo sé, papi siempre dice que no debo hablar con extraños pero no sé si puedo abrazar extraños.

Yoongi sonrió por el comentario. Extendió su mano y se presentó: —Min Yoongi, un gusto.

—Yeonjun— respondió estrechando su mano. Un fuerte sentimiento de calidez invadió el corazón de Yoongi al notar la diferencia de tamaños. —¿Usted es amigo de mi papi?

—Yo...Yo soy...Yo soy tu...tu otro papá.

—¿Papá?— Se lanzó sobre él y se aferró a su cuello con fuerza llorando. Siempre había deseado conocer a su papá y ahora lo estaba abrazando. Sólo necesitaba que su papi por fin vuelva de trabajar para poder ser feliz plenamente.