Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 2

Japón 20 años en el pasado....

En las calles de Nerima se podía observar a un joven de cabello negro y trenza acompañando a una chica de cabello azul y corto. Ambos volvían de la universidad después de un largo día de clases, aunque, en realidad, solo la chica había asistido a clases, ya que el joven no estudiaba; solo pasaba a recogerla. Desde lo que sucedió hace dos años, él se sentía más protector con ella.

—Oye, Ranma, sabes que no hace falta que me acompañes, puedo irme sola —dijo la joven.

—No digas tonterías, Akane. Tengo que vigilarte porque eres muy torpe —respondió Ranma.

—¡¿A quién llamas torpe, pervertido?! —exclamó Akane.

—A ti, marimacho de pecho plano. Aunque tengas la fuerza de un gorila, sigues siendo una mujer —respondió Ranma con una sonrisa burlona.

—Ranma, te juro que...

Algo llamó la atención de la peliazul: parecía que había alguien recostado cerca del río. Sin hacer caso a lo que decía su prometido, se dirigió hacia donde estaba esa persona. Cuando llegó, pudo ver que se trataba de una chica. Tenía el cabello negro, era delgada y muy bonita.

—Oye, Akane, ¿por qué me dejaste hablando solo? —preguntó Ranma.

—Ranma, mira, tenemos que ayudarla —respondió Akane.

El joven de cabello negro se acercó y observó más de cerca a la chica. Extrañamente, le parecía familiar, como si ya la conociera. Trató de despertarla dándole unos pequeños golpes en la mejilla y moviéndola un poco, pero la joven solo se acomodó, murmurando algo inaudible.

—Oye, niña, despierta —dijo Ranma.

—Papá, cinco minutos más, por favor, o le diré a mamá que botaste su comida cuando no estaba viendo —respondió la chica, medio dormida.

—¿Papá?. Oye, no soy tu padre, ¡despierta! —exclamó Ranma.

La chica de cabello negro frunció el ceño mientras se levantaba. Un terrible dolor de cabeza la azotó y trató de enfocar su vista para reclamarle a su padre por despertarla; seguro quería un favor, como siempre. Al despertar por completo, se dio cuenta de que no estaba en su habitación y que la persona cerca de ella no era su padre, aunque se parecía... solo que extrañamente, parecía mucho más joven.

—¿Papá? ¿Qué te hiciste? ¿Por qué luces tan joven? —preguntó, confundida.

—Ya te dije que no soy tu padre. Estás confundida. Mi nombre es Ranma Saotome, y soy experto en artes marciales —respondió Ranma.

—Ranma, ¿no ves que la pobre chica está mal? Probablemente se golpeó con algo y te está confundiendo. No le hagas caso. Mi nombre es Akane Tendo. ¿Cómo te llamas? —intervino Akane.

—Esto... Me llamo Aiko. Disculpen, les parecerá algo estúpido, pero... ¿qué año es este? ¿Cuántos años tienen? —preguntó Aiko, desconcertada.

—Bueno, Ranma y yo tenemos 18 años. ¿A qué te refieres con "qué año es este"? Supongo que te golpeaste fuerte en la cabeza —respondió Akane.

Aiko estaba en shock. Por alguna razón desconocida, había viajado 20 años al pasado, y las personas frente a ella no eran sus padres, o al menos no los reconocía como tales. Bueno, sí lo eran, pero era su versión joven, lo que significaba que aún no estaban casados y que ella aún no existía.

—Sí, creo que me golpeé muy fuerte —dijo Aiko, tratando de asimilar la situación.

—No te preocupes. Si quieres, puedes venir a mi casa mientras te recuperas. Tal vez así recuerdes algo —le ofreció Akane con amabilidad.

—Gracias, Akane, eres muy amable —respondió Aiko.

—Akane solo es amable cuando le conviene. La mayoría del tiempo es una marimacho violenta —añadió Ranma, burlándose.

—¡Imbécil! —gritó Akane.

La chica de cabello azul sacó su mazo y lo estampó en el rostro de Ranma, enviándolo a volar por todo Nerima. Aiko no podía creer lo que veía: su madre, quien siempre había sido dulce y cariñosa con su padre, ahora mismo lo estaba golpeando y enviando por los aires.

—Disculpa, Aiko-chan. ¿Nos vamos? —preguntó Akane con una sonrisa.

—¿Él estará bien? —preguntó Aiko, preocupada.

—Sí, no te preocupes. Ya regresará a casa —respondió Akane tranquilamente.

Al parecer, su madre, cuando era joven, tenía un carácter muy temperamental. Bueno, su padre tampoco ayudaba; era un bocón que solo la insultaba. De camino al dojo, Aiko pudo ver un deje de tristeza en la chica de cabello azul, como si estuviera dolida. Al llegar al dojo, lo primero que notó fue que seguía exactamente igual que en el futuro. Se quitó los zapatos tal y como su madre siempre le decía (y que a veces olvidaba).

—Ya llegué —dijo Akane.

—Akane-chan, bienvenida —saludó Kasumi.

—Kasumi, ¿dónde están Nabiki y papá? —preguntó Akane.

—Nabiki se fue con unas amigas, y papá está jugando shogi con el tío Genma y...

Kasumi se dio cuenta de que su hermana no venía sola; la acompañaba una chica que se parecía mucho a ella. Si su hermana no fuera tan joven, diría que... No, es imposible.

—¿Quién es tu amiga, Akane? —preguntó Kasumi.

—Oh, es Aiko. Ranma y yo la encontramos desmayada y la traje a casa para que pueda recuperarse —respondió Akane.

—Ya veo. Aiko-chan, pasa, estamos a punto de cenar —invitó Kasumi.

—Muchas gracias —respondió Aiko.

Kasumi era igual de amable en el futuro, y eso le agradaba. Al entrar a la sala, Aiko pudo darse cuenta de que, en realidad, todo seguía exactamente igual a como lo recordaba, a excepción de dos señores que conocía perfectamente, los cuales discutían por una partida de shogi. Parece que algunas cosas no cambian: el abuelo Soun y el abuelo Genma ya no jugaban tanto al shogi en el futuro, pero cuando lo hacían, siempre peleaban por las trampas del abuelo Genma.

—Señor Saotome, no haga trampa —dijo Soun.

—A mí no me culpe, Tendo, usted no sabe jugar —respondió Genma.

—¿Quéee? —exclamó Soun.

—Papá, tío Genma, dejen de pelear, que ya es hora de comer —intervino Akane.

Todos se sentaron alrededor de la mesa, cada uno en su respectivo sitio. Kasumi estaba sirviendo el arroz cuando, de repente, entró una chica de cabello castaño corto, seguida del joven de la trenza convertido en mujer.

—¿Hola familia, ya está la comida? —preguntó Nabiki.

—Cielos, Akane, esta vez sí te pasaste, marimacho —dijo Ranko.

—Nabiki, Ranma, siéntense, es hora de comer —les indicó Kasumi.

Nabiki se sentó al lado de Aiko mientras Ranma buscaba desesperadamente agua caliente. Aiko observaba atentamente a su padre. En su vida lo había visto convertido en mujer; parecía una broma. ¿Por qué nunca se lo habían dicho? ¿Su madre también se transformaría? Al único que vio convertido en panda fue a su abuelo, pero fue por un accidente que tuvieron mientras él intentaba enseñarle algunas katas, claro, a espaldas de su madre. Cuando Ranma volvió convertido en hombre, se sentó al lado de Akane para comer, aunque se sentía extrañamente observado por la joven de cabello negro.

—¿Qué? —preguntó Ranma.

—Lo siento, es solo que no sabía que te convertías en mujer. Parece una especie de magia —respondió Aiko.

—Sí, es culpa de mi padre. Fuimos a China a entrenar en un lugar llamado Jusenkyo, y caí por accidente en la poza de la chica ahogada. Ahora me convierto en una chica pelirroja —explicó Ranma.

—Ranma, ¿cómo puedes ser tan ingrato? Todo lo que hice fue para reforzar tu entrenamiento —protestó Genma.

—¿De qué hablas, viejo estúpido? ¡Por tu culpa me convierto en mujer! ¡Soy un hombre! —respondió Ranma.

—¿Cómo puedes llamarme así? ¡Ahora verás! —exclamó Genma.

El hombre del turbante agarró al joven de la trenza por la camisa y lo lanzó al estanque, de donde emergió una pelirroja furiosa que se lanzó sobre el hombre mayor, dándole una patada y arrojándolo también al estanque. La familia no le dio mayor importancia, ya que para ellos era típico ese comportamiento, aunque cierta chica castaña miraba atentamente a la joven de cabello negro; le parecía extrañamente familiar y se parecía mucho a su hermana menor y a...

—Oye, ¿tú cómo te llamas? —preguntó Nabiki.

—Soy Aiko —respondió.

—Te pareces mucho a mi cuñadito y a mi hermanita. ¿Acaso tuvieron una hija a escondidas? —bromeó Nabiki.

Todos escupieron la comida al mismo tiempo, impresionados. El señor Tendo se puso morado mientras su hija mayor lo ayudaba a recuperar el aire. La chica de cabello azul se sonrojó furiosamente, mientras que la pelirroja fulminaba a su cuñada; era experta en decir tonterías.

—¡Nabiki, ¿qué tonterías estás diciendo?! —exclamó Ranko.

—¡Ranma! ¡Irrespetaste a mi pequeña hija y sin casarse! —gritó Soun.

—Tío Soun, yo jamás haría eso. Además, Akane y yo tenemos 18 años, y ella es más o menos de nuestra edad —respondió Ranko.

—¿Qué edad tienes, pequeña? —preguntó Kasumi.

—Tengo 16 años recién cumplidos —respondió Aiko.

—Ya, ya, no es para tanto. Es obvio que es imposible. Ranma, vuelve a ser hombre, por favor, y colócate al lado de Aiko un momento —pidió Nabiki.

El joven de la trenza se colocó al lado de la chica de cabello negro ante la atenta mirada de los presentes. "Idénticos" era la palabra que les venía a la mente. Aiko era exactamente igual a Ranma, salvo por el color de ojos, pero en lo demás eran exactamente iguales, hasta en los gestos a la hora de comer. De pronto, el patriarca de la familia Tendo se giró hacia su amigo con una mirada acusadora.

—Señor Saotome, ¿no habrá dejado tirada por ahí a alguna hija suya, no? —preguntó Soun.

—¿Qué tonterías dice, Tendo? Mi único hijo es Ranma. No sé quién es esta niña —respondió Genma indignado.

—Cálmate, papá. Seguro es una coincidencia. Además, no creo que el tío Genma sea de dejar hijos regados por ahí —intervino Nabiki.

—Sí, papá. Además, es imposible que sea hija mía y de Ranma; no tiene sentido —agregó Akane.

—Todo es tu culpa, Nabiki. Akane y yo no... Esto... —dijo Ranma, poniéndose rojo.

De repente, el rostro del joven empezó a ponerse de todos los colores. Ni siquiera le había dado un beso a su prometida, mucho menos iban a hacer otro tipo de cosas. Por su parte, Akane pensaba lo mismo; ella aún no había dado ese paso, aunque, de alguna forma, le inquietaba el hecho de que Aiko se pareciera tanto a su prometido.

—No te enojes, cuñadito. Fue una simple broma inofensiva. Para que ustedes tengan hijos, primero me entierran —respondió Nabiki.

—Nabiki, hija, ¿cómo puedes decir eso? ¡Las escuelas tienen que unirse! —protestó Soun llorando.

Después de esa conversación, la cena transcurrió pacíficamente, y cada quien se dirigió a su habitación. Aiko se fue a dormir a una habitación de huéspedes que le acondicionó Kasumi.

—Buenas noches, Aiko. Espero que duermas bien —le deseó Akane.

—Sí, muchas gracias, Akane. Te lo agradezco —respondió Aiko.

La chica de cabello azul le sonrió y se fue. Tendida en su futón, Aiko pensaba en todo lo que había ocurrido. ¿Cómo es que viajó 20 años al pasado? ¿Estaría soñando? Se pellizcó, pero con sorpresa se dio cuenta de que sí le dolía, así que era verdad: estaba en el pasado. ¿Cómo podía volver? Pensar tanto la dejó agotada, así que simplemente prefirió dormir; ya mañana encontraría una respuesta. Por ahora, descansaría.

Fin del capítulo 2 amiguitosssss espero les guste el rumbo que va tomando la historia los quierooo

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro