11| Antes de la Tormenta
Categoría: T
Nota: *sleeping*
Dos personas de cabellera blanca salían de la casa de la mujer gótica. El hombre estaba un poco intrigado de como todo iba sucediendo a medida que pasaban los días. La chica tenía miedo de hacer contacto visual con el hombre, aunque no fue mucho desde que lo conoció, está en todo su derecho para reprender a Lupa.
El transcurso fue de lo más silencioso e incomodo, cada uno tenía sus cosas por decir pero, nadie quería tomar la iniciativa.
"¿Y... Quién era esa mujer?" El silencio desapareció en un instante. Lupa había preguntado algo que el hombre que iba con ella ya se lo esperaba.
"Una amiga de mi niñez. También fue la novia de Luan por algún tiempo." Aunque no lo pareciera, Lupa estaba asombrada por el dato.
"¡Espera! ¿Dices que mi tía/Mamá Luan, era lesbiana?" El comentario fue fugaz, al igual que la respuesta.
"Sí." Dijo él sin detenerse ni un momento.
Lupa quedó en silencio nuevamente mirando con la mirada un poco más abajo. Lincoln la miraba de reojo, sentía que la incomodidad del momento había desaparecido, pero en vez de eso, se transformo en duda.
"¿Y qué hay de mi Madre, también le gustan las mujeres?" Preguntó. "Claro, no es que te en contra de ese tipo de relaciones pero. . ." Lincoln sonrío.
"No, los únicos casos que se presentaron así; fueron con Luan y Luna. Cada una tenía sus gustos y por mi parte yo los respetaba."
"Entonces, eso significa que estuviste con ellas, aun cuando les gustaba otras personas." Lincoln se sorprendió. Lupa era muy observadora y muy buena escuchando.
"Bueno... No estas del todo mal, pero sí un poco." Lincoln se rascó el cuello.
Ambos pasaron por un parque cercano, personas ya estaban ahí, realizando ejercicios. Al ver una banca vacía, y sabiendo que todavía faltan varias horas para que las actividades diarias de los Loud comiencen; Lincoln decidió proponer una charla con Lupa. Ellos ya habían tenido una charla antes, pero Lincoln no la consideraba del todo como una, tal vez por la hora o la situación poco esperada, pero ahora, seguramente podía crear una conversación Lupa y saber más de ella. Ya sabía más sobre Loan. . . Lincoln detuvo sus pensamientos. ¿Solo había hablado con Loan? ¿Y el resto? Compartió tiempo con Lemy, Lacy y Liby, pero lo único que hizo fue jugar con ellos hasta el cansancio. No platicaron de nada y sobre nada, solamente consiguió un dato que soltó Lemy, y eso solo fue sobre la chica que le gusta, dice que es amiga de Leia, pero las amigas de Leia deberían ser de una edad menor que la de él. Pero eso fue un pensamiento por lógica, no hay, y no está, la necesidad de tener un amigo de tu misma edad. El nombre de la chica no lo recordaba bien, o Lemy de pronto no lo quiso mencionar. Hablando de Leia, esa niña le parece un misterio, siente que sus intenciones son totalmente diferentes a lo que demuestra ser.
Lincoln no se dio cuenta del momento en que se sentó en la banca y que Lupa lo había seguido; también sentándose junto a él. Lupa movía sus pies verticalmente. La banca era un poco alta para ella, así que decidió en recostarse en la banca para sentirse más cómoda.
"¿Siempre haces eso?" La Albina miró a su Padre quien observaba tranquilo la postura en la que ella estaba.
"Esto. . . digamos que me gusta." Dijo ella tomando otra postura.
"Sabes, es raro como todo va avanzando. ¿No lo crees?" Lincoln posó sus brazos detrás de la banca mientras varias personas pasaban trotando delante de ellos.
". . . ¿Qué... Qué quieres decir?" Lupa cruzó miradas con el albino. Este sonrío.
"Estoy seguro que más de uno, aún no confía en mí. Eso lo entiendo, no trate mucho con ustedes por casi toda su niñez, y, si no fuera por ustedes. . . creo que me seguiría escondiendo de todos ustedes." Lincoln miró hacia arriba. "Han pasado muchas cosas, de las cuales, siempre soy el culpable."
" . . . " Lupa sacó sus manos de los bolsillos y las apoyo en la banca. "¿Puedo preguntar algo?" Lincoln la mira por un segundo le respondió con una sonrisa.
"Por supuesto." Sabía que clase de preguntas le haría, debía escuchar para no hablar de más.
"Antes habías mencionada que Luan y Luna eran... Lesbianas. ¿Entonces cómo cambiaron sus gustos? Digo, si ahora están contigo y tienen hijos juntos, fue por que sus gustos tuvieron que haber cambiado, ¿no?" Comenzando débil, ¿eh? No del todo.
"Como ya sabes, estoy en una relación, no solo con ellas dos, sino también que tu Madre y el resto de tus tías. Puedes pensar en mi como un desconsiderado por quedarme con todas ellas solo para mí, pero si en verdad existe el destino. Y no la clase de destino que trae fortuna y bien, yo termine enamorándome de cada una de ellas." Lincoln suspiró con pesar, sabía que esta elección de palabras era inconveniente en la conversación.
"Dices, que fue un infortunio el haberte enamorado de ellas." Replicó Lupa.
Volvió a suspirar. "En parte sí, por otra, no. Veras. . . las amó, pero es un amor, como decirlo. . . muy difícil de llevar."
" . . . ¿como un amor imposible?" Mencionó con una ceja levantada.
"Parecido." Respondió él. "Cada una de ellas tenía sus propios gustos, Lori fue la primera en llegar a mi, y logró convencerme de llevar esto más lejos, aunque ella se había rendido una vez." Lincoln recordó el momento justo donde había sido golpeado por Lynn en el rostro, mientras Lori se encontraba arrepentida en el sofá de la sala.
Lupa se encontraba expectante.
"Pero yo ya estaba en el centro del huracán. No quise dejar a Loan sola. Su madre se había rendido con ella al principio."
"¿Y por qué no lo hicistes, si era algo imposible de llevar?" La sinceridad es algo que sobra en Lupa.
"No puedo. . . mi mente no me deja, y mi corazón me lo impide." Suspiró. "Pero. . . pero las cosas se arreglaron de un momento a otro, tal vez por que me deje ganar de la hipocresía, realmente no lo sé." Lincoln alzó sus hombros.
"¿Y como terminaste con Luan y Luna?" En verdad sentía curiosidad, Lupa no le gustaba tratar con sus tías, aveces se cansaba de la poca atención que recibía de su Madre Lucy. Pero, esta vez, quería escuchar el comienzo y fin de cada palabra que saliera de la boca del albino.
Ya eran las seis de la mañana, y la primera en recibir los rayos del sol en la casa Loud fue la ejecutiva Lori Loud.
"Muy bien." Lincoln se giró, quedando de frente con Lupa. "Como te lo había comentado anteriormente, ellas. . . bueno, ya sabes, tiraban para el otro lado, o tal vez lo siguen haciendo~." Lincoln quedó con una cara de confusión. Trataba de fijar su vista a lo que venía por detrás de Lupa. Una mujer de cabello rubio con un mechón azul se acercaba mientras escuchaba música por sus audífonos inalámbricos. Sus gafas oscuras, su bufanda color café y su chaqueta oscura, impedía el poder reconocer a la famosa guitarrista y cantante, Sam Sharp o como es llamada normalmente, con su nombre de artista; Thunder Blue. Aun con todo lo que llevaba puesto, en pocos segundos, un hombre de cabello blanco ya la había reconocido.
"¿Por qué está ella aquí?" Pensó. "Se suponía que se había ido a vivir a Chicago." Lincoln abrió los ojos, parecían que se fueran a salir de su lugar. Lupa tocó a su padre al verlo estoico en su narración.
"O-oye Lupa, t-tengo que ir a buscar u-un baño, con urgencia. Espérame aquí." Lupa notó el cambio repentino en el habla de su Padre. Antes de que Lupa fuera tras de él y detenerlo, una voz amigable habló por atrás de ella, llamando su atención.
"Hola~. ¿Puedo sentarme aquí un rato?" Preguntó. Lupa asintió sin pensar mucho, su padre se iba a tardar, ella lo sabía, su hablado se volvió muy extraño, seguramente, algún alimento le dio fuerte en el estomago, supuso ella.
Al momento en que su nuevo acompañante se sentó en la banca, observó algo inusual en él. . . bueno, en ella.
"¡Oh!" Exclamaron al unísono.
"Me gusta tu mechón azul." Señalo con su dedo el distintivo mechón que se hacía notar a simple vista.
"Jeje, a mi me gusta como tienes tu cabello así de blanco, es más claro que el mío." Dijo entre risitas.
Lupa sonrió un poco, no esta acostumbrada a hablar con personas que no sean de su familia o de la escuela. En cambio, la otra sonrío muy alegre. Era muy amigable, venia desde sus genes.
"¡Uh, perdón! Aún no me presento." Extendió su mano. "Me llamo Lina Sharp, ¿y tú?" Lupa dudó un poco en responder, aunque sea una chica, y que tal vez tengan la misma edad, no debía hablar con extraños. "Bah." Pensó ella al recordar las advertencias de su familia.
"Lupa." Le extendió la mano de igual manera. Lupa no quiso darle su nombre completo, sentía la rara necesidad de no hacerlo. Lina dejó pasar esa falta de información.
Lupa no sabía como comenzar una platica que al menos se escuche interesante. Tampoco sabia si Lina quería hablar de algo con ella.
Al buscar con la vista, la misma mujer que había visto Lincoln, fue captada por la mirada de Lupa.
"¿Tu Mamá?" Preguntó en seco. Lina quedó en silencio por un momento, literalmente la había tomado por sorpresa, ella también quería conversar, pero no sabía como iniciar.
"Sí, lo es." Dijo ella echando su cuerpo hacia atrás, acostando su espalda en la banca de madera oscura y vieja. Sam usaba su teléfono una y otra vez, intentaba contactarse con alguien pero este no respondía sus llamadas. Lupa alzó una ceja al ver la inquietud de la mujer totalmente tapada con prendas carísimas de marca.
La chica vio la curiosidad de Lupa a flote. "Oh. . . eso." Pauso Lina mientras giraba su mirada. "Se suponía que íbamos a salir a comer en un restaurante llamado: Hot-Food." Lupa se sorprendió un poco. "Jeje, ya esperaba esa reacción. Así como lo escuchas, es el restaurante más caro, y no de la ciudad, sino del Estado." Lina miro a su Madre, que por fin había logrado hacer contacto con su teléfono.
"Tu Mamá debe ser famosa como para poder pagar al menos un vaso con juego allá." Lina asintió con la cabeza. "¿En serio?"
"Bueno~. . . ella es como una estrella de Rock." Mencionó que Sam se vestía así; para no destacar, y tal vez, lograr tener un día tranquilo con su hija. Algo que cierto sujeto no lograba conseguir.
Lincoln estornudo desde donde sea que estuviera.
"Eso es genial. Yo tengo una tía que también es una famosa estrella de Rock, pero prefiere estar en casa y no hacer nada hasta su próxima gira." Explicó Lupa. A varios metros de la banca, Sam había terminado de hablar por teléfono, buscó con la mirada a su hija Lina, quien se encontraba platicando con una chica de su misma altura. Notó el extraño color de pelo de aquella chica de falda negra con líneas verticales de color amarillo. Sentía nostalgia al ver esa definición de cabello blanco. Sam esperó de pie mientras su hija seguía conversando con otra Albina.
"¿Es natural?"
"¿El qué. . . ?"
"Tu mechón. Aunque pudiera, creo que alguien me daría un fuerte castigo si me pintará el cabello." Lupa alzó un mechón pequeño de su cabello, dejando ver algunos cabellos de color castaño. Lina se sorprendió.
"Creo que nuestras familias tienen diferentes maneras de cuidarnos. . . " Lina subió los pies en la banca, colocando su mentón en las rodillas.
". . . Si es algo incomodo de decir no hay problema."
"No, no es eso. . . solamente que. . . " Pausa Lina mientras abrazaba más sus piernas. "En un principio, era mi mamá quien intentó convencerme de que me hiciera eso en el cabello. Lo único que sé, es que fue por algo relacionado con mi padre. Según lo que puedo recordar él también tiene el cabello blanco, incluso sabiendo que herede su color de cabello, sentía que lo estaba traicionando aún sin recordar mucho de él." Lupa interrumpió.
"Tu Padre también tiene el cabello blanco."
"¿También? ¿Acaso. . tu papá...?" Lupa asintió. "Wow. . . esto es más que una coincidencia." Lina perdió su vista en la nada.
El sonido de un coche hizo que ambas volvieran en sí.
"¡Cariño, ya nos vamos!" Llamó Sam a Lina. Lupa quedó sorprendida. No era ni un taxi o uber. . . ¡era una jodida limusina blanca!
Lupa suspiró. "Parece que ya tienes que irte." Llevaba poco tiempo hablando con ella, pero sentía como si fuera una platica normal entre hermanos.
Lina se despidió de Lupa con un choque de puños, Lupa la vio subirse a esa limusina blanca, que cuando el chofer le abrió la puerta trasera, desprendió un incesante aroma a vino dulce. Lupa sentía su cabeza dar vueltas por el mero olor que salia desde dentro de la limusina. Los vidrios estaban polarizados, haciendo imposible el ver su interior con claridad. Después de 2 minutos el motor se puso en marcha, dejando a Lupa en la banca, aún esperando a su Padre.
"¡Uf!" Lupa se asustó cayéndose desde la banca. "Oh, perdón." Se disculpó Lincoln al ver a su hija en el suelo.
"Increíble." Dijo ella. "Duraste más de diez minutos en el baño. ¿Seguro que no estabas haciendo otra cosa?" Lincoln río con nerviosismo.
( . . . )
La charla entre Padre e hija se había retomado nuevamente, desde la última pregunta que aún no había respondido el albino.
Realmente el ambiente había cambiado mucho desde el nacimiento de Liena, nada era como antes en la casa Loud. Los señores Loud se habían recuperado del accidente y le dieron de alta para poder volver a la casa Loud con su familia, una familia que se estaba desmoronando. ¿Loan? Se encontraba bien el departamento junto a Lincoln, pero eso no duro hasta el nacimiento del segundo pecado. En ese tiempo Lincoln estaba pasando por lo peor, conociendo a una mujer llamada Becky que lo sacó de su desesperación.
A medida que todo transcurría, Liena se hizo presente en el mundo al igual que Laika, la familia daba por hecho que Leni no podía ser tan tonta como para saber que las relaciones entre hermanos están mal. Ella sabia; pero no le importaba un pepino el pensamiento de los demás. Sabia que Loan era producto de Lincoln con su hermana Lori, ¿y por qué yo no? Pensó ella. Le parecía buena idea el tener también un hijo con su hermano.
Becky fue un soporte emocional para Lincoln, era algo que en verdad necesitaba después de todo. Incluso con la diferencia de edad, no detuvo el florecer de un amor entre dos personas. . . Laika nació un mes después de que Leni diera a luz, pero al ser menor, no pudo estar en el nacimiento de ninguna de las dos. Una por la decepción que tenía de si mismo, y la otra, por absoluta vergüenza de haberse involucrado con otra mujer, aunque ya tuvo relaciones con dos de sus hermanas, seguían siendo hermanas, parientes, familia, sangre propia, sentía asco de todo lo que estaba haciendo.
Hay circunstancias donde el hombre debe aceptar sus pecados, confrontarlo y acabar con ellos antes de que sean miles. Saber hasta que punto de demonios, Lincoln lleva consigo, es una total locura. Pero su resistencia es admirable.
[...] Luna y Luan al saber del embarazo de Leni, no pudieron pensar en otro culpable que no sea su hermano Lincoln. Ya había cometido lo mismo con Lori, no podían estar seguras que no lo volvería a hacer si no hacian algo con él primero. En eso, llego el pensamiento de que tal si ellas resultaban en las mismas, se asustaron al pensar en eso. Criticadas por la sociedad, pocas probabilidades de éxito social, demasiadas cosas veían a su cabeza, cosas que ni siquiera tenían algo que ver con el asunto. Luan trata de ser lo más positiva posible, sabiendo que su hermano no se encuentra en casa, debía estar más tranquila. Luna por su parte, pensaba fuera de órbita, trató mal a su hermana cuando supo quien era el padre de Loan, pero su actitud mostraba curiosidad. ¿Cómo se sintió el hacerlo con tu hermano? ¿Debe ser genial y con adrenalina? Luna río, parecían pensamientos que solo haría su hermana Lucy. ¿Sam. . . ? Qué sucedería si ella se llegase a enterar de que posiblemente tuve relaciones con mi hermano, el mismo pensamiento pasó por Luan años más adelante con Maggie. En sí, tenían una relación de amistad, no pasaba más de eso, pero. . .
Las cosas cambian drásticamente de un momento a otro. Un joven Lincoln planeaba irse del país, y vivir con Ronnie Ane algunos años mientras la situación familiar se arregla. Las hermanas sentían que le estaban quitando un pedazo de carne, realmente nadie quería que se fuera, ni siquiera por un año, Luna se había desesperado, estaba venia de un increíble concierto en el cual había conseguido un importante representante, todo le estaba saliendo bien, su futuro se veía más claro, hasta el instante que llego a la casa y vio unas cuantas maletas a las afueras de la habitación de Lincoln. Se quedó muda por minutos sin decir nada en absoluto, solo observaba a su hermano ir y venir por las maletas sin dirigirle ninguna palabra a él.
Su esfuerzo se sentía vacío, como si no sirviera para nada. Acaso su música no era para que el mundo la escuchara, o solamente quería que su hermano mencionará lo genial que se escuchaba. No quería creer en eso, mucho menos que su hermano se alejaba de ella, y tal vez, no volvería a verlo nunca más, sus pensamientos exageraba cada minúsculo detalle.
¿No existía alguna posibilidad para que Lincoln no se fuera? Sí, sí la hay. Renunciar a un futuro solitario, es mejor que renunciar a un futuro emocionante, donde no sabes que es lo que sucederá junto a la persona que quieres. . . eso hizo Luna Loud, añadiendo más demonios al hombro de Lincoln. Este intentó hacer algo bien en su vida, y tomó total derecho de Lyra, la educó, la cuidó, la castigó, la recompensó. Sus hombros estaban más livianos sin saber el porqué lo estaban.
( . . . )
Padre e hija caminaban juntos hacia la casa Loud. Lupa sacaba sus propias conclusiones a cerca de todo lo que le había contado su padre. Obviamente, Lincoln omitió palabras y hechos importantes que Lupa no debía saber. Para los descendientes Loud, Lincoln no es más que un hombre con muchas mujeres. Para él, no es más que monstruo que se aprovechó de que tenia 10 hermanas.
Lincoln se acercó a la puerta principal, golpeó tres veces como es costumbre. Lupa sujetaba la manga de la camisa de su Padre. Lori los recibió con angustia total al verlos.
"¿Se puede saber dónde te habías metido?" Dijo Lori con preocupación. "Baje a tomar algo de agua y ya no estabas en el sofá. Si te incomoda dormir ahí, puedes pedirme el favor, y con gusto te dejaría dormir en mi cama." Aunque estaba exagerando, ella sentía que en cualquier momento, Lincoln podía volver a escaparse de sus manos.
"¿Y porqué en la tuya?" Replicó Luna con su taza favorita donde siempre toma café exportado desde Colombia.
"Tú duermes con tus hijos, así que no hay el espacio necesario." Explicó Lori con pura Lógica de dimensiones.
"Oh, cierto. Pero eso no quita el hecho de que quieres que Lincoln duerma contigo." Volvió a replicar la mujer Rockera.
Lincoln había vuelto tipo siete de la mañana junto a su hija Lupa. Al menos para suerte de la chica, su madre era una de las que aún seguían durmiendo plácidamente en su cama. Las demás pasaron por alto a Lupa. Suponían que ella había madrugado más que el resto y decidió salir un rato, algo que en realidad hizo la otra persona que estaba a su lado.
Después de que las madres terminarán su discusión mañanera por ver quién, ahora en adelante, compartirá habitación con el adulto de la casa. Y si quieren saber, fue la más egoísta de la familia la que gano la discusión.
Lola se acercó coqueta. "Nos vemos en la noche mi Príncipe blanco~." El resto de las hermanas se fueron a cambiarse para realizar sus diferentes actividades del día. Lynn fue directo a la cocina con solo una camisa como era costumbre. Ya debía acostumbrarse a usar más ropa cuando estuviera dentro de la casa. Lincoln dejo pasar la escasa ropa de Lynn, pero Lemy no lograba dejar de pensar en el trasero de su Tía/Mamá Lynn. A Lincoln le provocó gracia la escena de Lemy intentando controlarse.
"Me recuerda a mí." Pensó Lincoln.
El desayuno ya estaba listo, el resto de los residentes de la casa bajaron como estampida. Todos tomaron su plato de huevos con tocino y comenzaron a comer. Loan fue la antepenúltima en tomar asiento. Los presentes, sin contar a Lincoln y a Lupa que aún no había parecido después de llegar a casa junto a su padre, vieron con asombro el cabello de Loan. Las palabras no salían, Lori era incapaz de hacerle un cumplido, ¿cuando fue la última vez que le hizo un cumplido a su hija? Solo podía decir en su mente. "Wow... " Nadie se esperaba que el día de ver a Loan bien arreglada llegaría tan rápido.
Ella tomó asiento saludando a su familia sin que su tartamudeo se notara tanto. Al encontrar miradas con Lincoln, esta sonrío y él le devolvió el gesto. Los días se volvían cada vez más extraños para la familia Loud.
Lupa por fin había aparecido, siendo esta, la última en tomar asiento. La mayoría ya había terminado de comer, solo quedaban algunos de los mayores y ella. Lupa llamo la atención de Lincoln con un tarareo muy inusual, parecía que estuviera diciendo el nombre de alguien. Lincoln suspiro derrotado.
[3:23 PM]
Lincoln estaba junto a Lupa bajó la sombra del único árbol que había en el patio trasero de la residencia Loud.
"Dime, ¿quién es Gloom?" Lincoln estaba en silencio. "¿Es una hermana nuestra de parte tuya?"
". . ." Su pecho dolía.
"Te llamo Papá, ¿lo sabias? Yo lo escuche. . ." Lupa parecía una experta en la tarea de la interrogación.
En esta situación, ¿que se podía hacer? Lincoln seguramente tenía planeado estar en silencio hasta que Lupa se cansara de preguntar.
"Lina. . . " Lincoln saltó. "Al parecer conoces ese nombre."
Rayos, las salvadas de Lincoln se acabaron. No quedo más opción que platicarle un poco, ya que Lupa seguía hablando sin parar; contándole que había hablado con ella por la mañana cuando él se fue en busca de un baño. Si Lincoln intentaba al menos ocultar algo más sobre todo lo que había vivido con Lupa hasta el momento, sabia que más adelante le iría peor. "Es mejor no arriesgarse." Pensó Lincoln.
¿Saben cuál sería la mejor manera, para explicarle a tu hijo, que no es el único? Decirle que hay más, otros hijos, otras mujeres, otras relaciones, y muchos problemas. No, no hay una manera fácil de decir eso. Lincoln no encontró otra manera, mas que la sequedad.
Para él fue difícil decirle que ella era otra hija suya, que también es hermana de ella, no solo Lina, también Gloom. Lincoln vea el rostro de sorpresa de Lupa, pero debía seguir hablando. Esa mujer gótica, parecida a Lucy, llamada Maggie, es la Madre Gloom. "Y también mi pareja durante un tiempo." Lupa preguntó sobre la mujer y la chica con la que se habían encontrado en el parque. "Digamos, que también fue otro error mio." Una mujer gótica y una estrella de Rock, ambas fueron dominadas por el mismo hombre. Incluyendo a las mujeres Loud, Lupa pensó que su Padre, en vez de ser un mujeriego, era alguien increíble. Ni ella pensó un plan tan satisfactorio como ese, él quería hacer su propio paraíso. Lo que Lincoln estaba haciendo, era moralmente malo, pero qué le puedes decir a una chica amante de las desgracias ajenas. A ella no le afecto tener más hermanos, si el vivir con los que ya tiene es demasiado estresante que ya esta acostumbrada a todo el jaleo y desorden de la casa. Lincoln estaba sorprendido, no esperaba que se lo tomara de una manera, algo tranquila. Pero el problema era:
"Ahora que sé esto, ¿no querrás que se vaya a divulgar, cierto?" Preguntó la albino limpiándose la falda y dándole la mano a su Padre.
"Quisiera que quedara entre los dos." Pidió él.
"Pero los demás también deberían saber." Lincoln posó su mano en la cabellera de la chica.
"Yo se los haré saber a su debido tiempo, ¿sí? No quiero sorprenderlos tan temprano." Sonrío con pesar. "Debo decirles la verdad a toda mi familia." Mencionó Lincoln mientras entraba de nuevo a la casa.
"Toda la verdad." Pensó para si mismo.
( . . . )
Un aeropuerto revisaba la visa de una chica de cabello naranja y desde otra cabina a una mujer muy joven de cabello rubio.
"Lily Loud, ¿cierto?"
Nota: ¿Alguien quiere saber de futuros proyectos/obras?
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