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09| La Vida No Es Tan Dulce

Categoría: M

Nota: ¿Nadie me extrañó?

Mujeres elegantes, con uniformes iguales de par en par, además de tener una delicada y amable apariencia. Pasaban por intervalos programados por las cabinas de los pasajeros de un avión. Estas mujeres que trabajan ahí, se conocen mejor con el nombre de azafata.

Una chica de aspecto muy malhumorada veía a esas mujeres como una decepción para las mujeres dominantes. Usando faldas extremadamente cortas y escotes muy visibles, podían saciar con facilidad a cualquier hombre, claro, si este no tuviera gustos por el mismo sexo.

Ella no veía de buena manera al sexo masculino, siempre opaca a la mujer como un objeto más de su colección de trofeos.

La chica tenía un hermoso cabello naranjo que llega hasta su cintura. Usaba una sudadera de estilo militar de un verde claro, sujeto con un cinturón amarillo que en ocasiones era tapado por su camisa de manga larga de color vinotinto. Tenia una chaqueta que usaba encima de la camisa de color vinotinto, esta tenia un gris muy oscuro y en las mangas tenía un gria más claro que hacía juego con su... ¿Gorra?

Además de portar una vestimenta algo inapropiada para una chica como ella. A Laika no le importaba en absoluto la opinión de los demás. Lo que ella hacía era por su propia decisión y gustos. Pero no iba a tolerar a cualquiera que lograra faltarle el respeto, siendo este, un hombre.

Tenia una gorra color gris, esta era de una tela muy suave. Protegía del frío las partes laterales de la cabeza de la chica. A pesar de tener un aspecto rudo, el gorro que calienta su cabeza y la protege del extremado frío, estaba bordado por un adorable oso de color café.

Un accesorio que había sido dado por su madre.

[ Años atrás ]

Un hombre de aspecto más joven que la mujer con la que estaba hablando, se abstenia a la decisión de la mujer de ir a vivir a un país más frío, pero prospero para ella.

El hombre comenzó a desornenar su cabello blanco por ver que no estaban llegando a ningún lugar. La niña que se encontraba con ellos tenía el cabello corto, llegando hasta sus hombros. Se llamaba Laika, la niña que sujetaba la mano de su padre.

"¿Porqué no quieres entender?" Replicó el hombre mientras veía a su nueva pareja.

"Es mi país natal. Solo quiero volver a vivir ahí, ¿es demasiado pedir?" La mujer poso mano en el pecho con nostalgia.

" . . . " El albino simplemente no quería que ella se fuera lejos de él. "Pero... ¿Pero por qué ahora?"

"Lincoln mira, mi madre... " Las palabras comenzaban a serle muy pesadas. "Acaba de morir por una extraña enfermedad hereditaria." La mujer se veía cada vez más impotente.

"Mami, ¿qué pazha?" Preguntó la niña separándose de su padre y jalando el pantalón de su madre.

Su madre la vio con ojos llorosos pero dóciles, tomo a su hija entre brazos y le dio un dulce beso en la frente.

"¡Ay Laika! Tu mami solo esta un poco triste pero tú me devolvistes la alegría." Laika comenzó a reír.

La vida te da a elegir el camino, esta familia a pasado todo obstáculo que se le ha presentado sin ningún problema. La pequeña Laika siempre le a gustado mamtener su pelo corto, esto por ver el cabello blanco de su padre. ¡A ella le encanta! Aunque su madre también mantenia un estilo de cabello igual de corto. Laika a sido el fruto de Lincoln con otra mujer que no tiene relación sanguínea. En primer lugar, qué hace Lincoln aquí, y formando otra familia, esas preguntas son imposibles de evadir.

Despues de que el chico llegara a la casa Loud y poder visitar a sus padres en el hospital. Fue recibido con la mejor bienvenida que un hombre solo pudiera desear en sueños. Un golpe en la cara fue suficiente para dejarlo tumbado en el suelo de la sala. Las hermanas del albino no parecían muy feliz de ver el rostro del chico, en cambio, su mirada mostraba desprecio. ¿Acaso, hizo algo mal? Según la moral social, sí.

Embarazar a tu hermana no es un logro, para nada lo es. Quién en su sano juicio pensaría, almenos, realizar el acto. Aunque a Lisa le parecía algo interesante, y a Leni solo le daba curiosidad si en verdad ella también lo puede hacer; el resto de las hermanas no lo aceptaba. Desde hay comenzó la hipocresía. Fuera mejor abortar, dijo Luna, ya habían iniciado su propio juicio tomando decisiones de una vida que en verdad, no les pertenece ni un poco. Es cierto que Lincoln estuvo en negación por un tiempo, pero, su corazón no le permitía dejar a la pequeña Loan en manos de médicos que tengan la intención de evitar que ella salga con vida del útero de su madre.... ¡Es imposible! Grito con fuerzas tomando su postura. No iba a permitir que decidieran el futuro de su hija. Loan sentía miedo de las mujeres que habían golpeado a su padre; tal vez, solo tal vez, esa escena que vio Loan causo todo el desorden mental con el que ahora vive.

Aún era muy joven, además... Era imposible vivir así; hermanos como padres. Hay países donde esta permitido esta clase de relaciones, pero en el estado de Michigan, no es del todo aceptada.

El chico nunca habia alzado la voz hacia su familia antes. No pensaba que un día llegaría el momento donde le tocaría pelear contra su familia. Lincoln pregunto si sus padres ya sabían sobre esto, las hermanas dudaron las responder, ya no tenían la misma confianza hacia su hermano.

"No... Aún no."

"Bien... Creo que por el momento... Esta bien. Ven Loan, hay que irnos." La niña tomo la mano de Lincoln y salieron de la casa. Inmediatamente, Lola y Lana bloquearon la puerta con su presencia. Lincoln se mantuvo en silencio, no iba a volver a gritar, no quería hacerlo.

"¿¡Crees que puedes irte así nada más!?"

". . ." Lincoln tomo del torso a Loan y la cargó en sus brazos, a Loan le encantaba. "¿Sabes donde esta mi habitación?" Preguntó. Loan asintió afirmativamente. Ella había venido con anterioridad para visitar a sus abuelos en compañía de Lori.

Lincoln dejo a Loan en el suelo. Le pidió que se dirigiera hacía ahí, y que no saliera hasta que él fuera a buscarla. Loan camino entre las miradas punzantes que rodeaban a su padre de melena blanca. Cuando Loan subió el primer escalón, se escuchó otro golpe atras de ella. Lincoln yacía otra vez en el suelo, esta vez con la marca del golpe más visible en su rostro. Loan se asustó, no podía moverse, estaba congelada. El chico tocó su rostro con dolor, al ver que Loan se había detenido, este le sonrío disimulando el dolor. Aunque Loan no quería, su cuerpo comenzaba a moverse por si solo, ella quería abrazar a su Papá pero sus pies seguían subiendo por los escalones de la escalera. Al llegar hasta la habitación de Lincoln, Loan giro el picaporte contra su voluntad.

"Has caso." Alguien aparte de Loan, parecía estar en la habitación, pero no había nadie más que la pequeña niña rubia. "Él hace esto por tú bien."

"¿Q-quién eres?"

"No necesitas saberlo, por ahora. Solo debes saber, que Papá esta sufriendo por nosotras... Así que... Mantente aquí." Pidió una voz muy similar a la de la pequeña Loan.

Lincoln se mantenía en silencio, hacía caso omiso de lo que sus hermanas le gritaban. El albino vea a la impotente Lori que seguía llorando el sofá mientras repetía "Lo siento" con voz quebrada. La parte derecha del rostro de Lincoln estaba como un tomate, y él no hacía nada para no recibir más daño. Así parasaron más de dos horas con Lincoln tumbado en el suelo por décima vez y algunas hermanas cansadas de seguir insistiendo. Lincoln volvió a ponerse de pie por décima vez. El dolor le provocó dejar salir varias lagrimas.

"¿Lori, cuándo tiempo piensas permanecer ahí sentada?" Pregunto Luan. La comediante se acercó donde ella estaba semtada. Su maquillaje estaba arruinado al igual que su ropa. "¿Cómo piensas solucionar esto?"

Lori no tenia la fuerza suficiente como para poder responder con sinceridad. Era la primera vez que Lincoln veía a una de sus hermanas tan incapaces, y no iba a ser la última vez que vería a una mujer en la misma situación.

"Mañana iremos de visita al hospital. Obviamente, le contaremos todo a Mamá y Papá." Luna parecía decidida.

"¿Y qué vamos a hacer con el fenómeno?" Preguntó Lola de muy mala manera.

Lincoln saltó de rabia. "¡No!" Gritó él, asustando hasta a la chica gótica.

"¡¡Pueden seguir insultandome, despreciarme, o golpearme más fuerte... Pero no  dejaré que hablen así de Loan!!" Lincoln camino a paso veloz, apartando a sus hermanas del medio. Lynn trató de derribar a su hermano, pero para extrañeza de ella, al abrir los ojos, era ella quien estaba tumbada en el suelo esta vez. Lynn había perdido el conocimiento por un rato. Al recuperarlo preguntó a sus hermanas lo que había pasado.

Lynn al agacharse y tratar de derribar a Lincoln con un movimiento de tacleo, esta recibió un rodillazo en todo el rostro, perdiendo el conocimiento en el momento. Las chicas se mantuvieron atras; si fue capaz de hacerle eso a Lynn, qué no le haría a ellas. Lincoln logro plantar una pequeña semilla de miedo a sus hermanas para que no intervinieran en su camino.

Lincoln tocó la puerta de su habitación pronunciando el nombre de su hija. Loan al reconocer la voz de su padre corrió con alegría hacia la puerta pensando que todo por fin había acabado. Cuando la abrió, lo primero en lo que se poso la mirada de la niña fue en la cara de su padre. Loan al ver el rostro lastimado de su padre, le causó terror. El albino notó el estado de Loan, él dijo con una tranquila voz que ya todo está bien; no quería preocupar a Loan más.

"Ven... Volvamos a casa. Mañana iremos a ver a tus abuelos, ¿sí?" Lincoln volvió a tomar a Loan entre sus brazos, esta vez Loan se sujetó con más fuerza de la camisa de Lincoln.

Claramente, en este momento, para Lincoln, estaba pasando por el nivel más difícil y complicado de este juego llamado "vida" donde una mala acción puede arruinar todo el progreso... Tampoco existe el botón de volverlo a intentar, mucho menos, vidas extras.

Lincoln aún es joven, no tenia merecido esta clase de desesperación; que todo lo que intentas ocultar por el bien de tu familia, ahora se convierta en un arma de doble filo.

Ese día dejo un mal sabor de boca para todos los presentes en la casa Loud, hasta para Loan, que aún siendo una niña y, sin entender los sentimientos nuevos que acaba de experimentar en esa tarde: miedo y confusión, sentia en su boca un sabor amargo, como si estuviera comiendo la cáscara de un limón. El padre de Loan ya estaba decidido a llevarse todo la carga en los hombros.

"Es lo que un hombre hace. . . " Pensaba Lincoln sentado en el sofá del departamento, increiblemente había uno ahí. Los fuertes de Lori para insistir, y el gran potencial de negociadora hizo que el departamento, en pocas palabras, fuera como su verdadera casa. Podíamos traer a cuantas personas queramos, introducir animales, aunque la ultima vez que lo hicimos tuvimos que comprar juguetes nuevos para Loan, y una persona con un trabaja de medio tiempo, no da muchos ingresos. Pero Lincoln conocía las aptitudes de Lori, él sabía que la paciencia trae sus frutos. Y haci fue, un puesto más alto, más estabilidad, pero menos tiempo con Loan.

La niña mantenía presionada una bolsa de cubitos de hielo que había saco del mini-refrigerador, contra el rostro adolorido de su padre. "¡Argh!" Lincoln gemia de dolor. "Duele más sanar la herida que cuando te la provocan." Afirmo él. Las manos de Loan se sentían frías por estar sujetando la bolsa de cubitos de hielo por tanto tiempo, incluso despues de que Lincoln le dijera que ya era suficiente, ella insistió aún más, no dejaría de insistir hasta traer de nuevo el color de piel de su padre, que para ella era bonito en vez de verle la cara toda maltratada.

Habían pasado las pocas horas para que el sol se alzará por las colinas que se ven a los lejos de la ciudad. Lori todavía no había vuelto al departamento, así que Lincoln tuvo que encargarse de sus deberes esa noche. Lincoln bañaba a Loan, ella jugaba con un juguete con forma de bebé pato de color amarillo y cuando se sumerge en agua cambia de color. El albino tomó un poco shampoo que parecía ser moco, pero a Loan le gustaban este tipo de cosas, para que desistir, se preguntaba Lincoln. Aunque Lori aún no llegara al departamento y viendo la hora en su reloj, Lincoln se apuro a cambiarse sin antes aplicar un poco de polvo en su rostro. Lincoln rebusco por todo el closet de Lori en busca de algún polvo para piel que ella tuviera y que se pueda asemejar a la suya. Cuando por fin la encontró, aplicó pocas cantidades en las zonas rojas de su rostro, que por el momento eran pocas. Gracias a la insistencia de Loan, ahora Lincoln puede salir con más tranquilidad al hospital para visitar a sus padres junto a Loan, sin que los médicos piensen que él también es un paciente herido.

Eran las 10 de la mañana, y Lori aún no se iba de la casa Loud. Parece que pasó la noche en ese lugar junto a sus hermanas.

Loan iba tomada de la mano de su padre. Para ella, todo lo que a estado pasando, no solo han sido sucesos desafortunados, eran más bien, catalizadores de futuros problemas mentales, pero la situación con toda la familia en términos diferentes, impidió que hasta la persona más atenta de la familia no lo notara.

El hospital, un lugar con aroma a yeso y medicamentos. El lugar donde se encuentran las personas con excelentes clases de escritura. Médicos y enfermeras, son los encargados de prevenir enfermedades y muertes, todo aquel que entre aquí, esta destinado a ser salvado... Solo la mayoria.

Los dos caminaban por un pasillo largo, habían puertas a ambos lados del pasillo. Cada una con un paciente peor que el anterior.

"¿Habitación A-112? Parece que es aquí." Al entrar, Lincoln observó con preocupación el estado en el que se encontraban sus padre.

Parecían momias enyesadas. "Qué tan grave tuvo que ser el accidente como para que terminaran así." Pensó Lincoln mientras apretaba la mano de Loan.

Aun así, Rita podía mover algunas partes de su cuerpo con facilidad y el señor Lynn podía mover solo su cabeza. Las únicas partes que fueron dejadas al aire; fueron sus rostros, hombros, rodillas y torso.

La cuirosidad de Loan no se hizo esperar, aún siendo un asunto grave, Loan no entendía la "gravedad" del asunto. "¿Qué es eso?" Preguntó Loan al golpear el yeso y notar que era un material duro, y no las típicas curitas adhesivas que ella usaba.

"Eso se llama yeso, y son para usos quirúrgicos en forma de férula para inmovilizar un hueso y facilitar la regeneración ósea en una fractura."

El cerebro le Loan había echado humo con lo que había explicado su padre. El Lincoln al ver la definición avanzada que le había dado se disculpó y la alzó entre sus brazos para que pudiera ver mejor a sus abuelos.

"Loan, si quieres puedes llamarme como siempre lo haces." Dijo Lincoln.

"Pero tú y Mamá me han dicho que no te llame Papá cuando estemos cerca de los abuelos o mis tías." Loan se extrañó por la repentino que había sido su padre. Lincoln solo sonrío en respuesta. Estaba preparado, tenia la determinación suficiente para sufrir todo el desprecio del mundo por la que había hecho.

"¡Oh, son... ustedes... !" Lincoln junto a Loan se habían acercado un poco más las camillas donde reposaba sus padres con tranquilidad. En su tono era muy bajo, y su habla algo lento.

"¿Cómo... han estado... ?" Preguntó la abuela de Loan. "¿Hijo, puedes... acercarme... a mi... nieta?"

Su hijo hizo lo que su madre le pido, sin nada que esperar, Lincoln acerco a Loan hacia sus abuelos que aún se mantenían en un estado deplorable. La nieta de los señores Loud sonrío al verlos sonreír, comenzaron a repartir sucesos que pasaron en la casa Loud antes de que ocurriera el accidente. Mucho después de que las autoridades le contaran indirectamente por medio de la televisión en el pequeño cuarto que compartían Lori y Lincoln, con lujo de detalle los policías habían descrito todo lo sucedido, es como si ellos hubieran estado ahí, viendo... Sin hacer nada.

Los patriarcas de la casa Loud habían salido a comprar los respectivos suministros para el próximo mes. En ese mismo intervalo, un tipo llamado Jhoan salia de su casa furioso. Al parecer por una disputa entre sus colegas de vicio, siendo así que salio de la casa derribando la puerta principal en su camino. Tomo las llaves de una camioneta 4x4 que había robado uno de sus amigos la semana pasada. Estaba furioso de repetir la misma rutina todos los días sin poder conseguir algún avance. Sus deudas aumentaban, sus registros policiales también. Se encontraba en el ojo del huracán de varias pandillas, él solo consiguió la mala fama que ahora tiene. Jhoan en el fondo nunca quiso terminar así, queria dinero facil, pero se junto con los tipos equivocados, aceptando trabajos deshonrosos. El camino fácil sienpre es difícil y es de sentido común nunca estar al volante aun cuando tienes restos de droga aún circulando por tú cuerpo.

Al poder hacer que vanzilla avanzara más allá del garaje, los señores Loud emprendieron su recorrido al centro comercial. Esta vez, queriendo acortar algo de camino. Vanzilla iba a menos de 30km/h pero, otro iba a más de 60km/h, aproximadamente.

La imaginación de Lincoln recreó toda la escena, gracias a que los oficiales contaron lo sucedido como si se tratase de un relato lírico. Tanto fue así que solo faltaba tener una mente abierta para saber como fue que se dieron los hechos. El señor Lynn giraba por una curva poco conveniente, un árbol de exagerado grosor impedía, la vista del otro carril de su derecha. No obstante, el alcalde sabia de los peligros que esa curva traía consigo, y gracias a un viejo enojon que no quería que talaran su única sombra, no tuvieron más opción que dejar el árbol y de paso dejar varias señalizaciones donde pedían bajar su velocidad a un mínimo de 10km/h algo que un tipo llamado Jhoan pasó por alto.

Parecía una escena de película, una donde la física y la realidad son más exactas. La pobre vanzilla parecía papel de azúcar ante la gran carrocería de su victimario. La parte delantera de ambas camionetas se habían hundido totalmente en la carrocería, las puertas salieron disparadas al igual que el maletero de vanzilla. Desgraciadamente, Jhoan salio con heridas menores pero encontraron restos de sustancias alucinógenas en su sistema... Por otro lado, los señores Loud parecía haber muertocpor un instante, sus corazones se habían detenido al mismo tiempo. Milagrosamente, volvieron a latir un segundo después. Sus miembros apuntaban en direcciones casi imposibles de realizar. La noticia llego como la luz a los oídos de los hermanos Loud, siendo Lori y Lincoln los últimos en saber del suceso. Las hermanas se sentían devastadas, infelices, deprimidas. . . pero no basto, el esfuerzo que daban por esperar buenas noticias de sus padres aún no llegaban. Extrañamente llamaron al numero personal de Lori para notificar que sus padres seguían con pulso y aire en sus pulmones. Ella debía dar la noticia, no se lo había contado a Lincoln todavía.

Al entrar a la residencia Loud, las vibras que podía sentir Lori eran como si todas sus hermanas se fueran convertido en una Lucy, o al menos en aptitud. Esto ocasionó que Lori soltara todo, cometiendo el peor error de su vida. . . un error que no se compara con el dolor que Lincoln ahora lleva por haber abierto su boca en el lugar equivocado.

"Después mami me llevo a comer un helado de fresas." Dijo Loan con felicidad.

"Eso es. . . bueno." Hablo débilmente el señor Lynn. "¿Y. . . cómo. . . te has. . . comportado. . . ?" sus corazones latian en sincronía.

"Muy bien, ¡Papá siempre me cuida!" Su tono de voz sonó muy chillón. "¡Así que nunca me porto mal!" Loan se alejo de los señores para correr y abrazar a un Lincoln pensante.

"¿Eh. . . ?" Volvió en si. Sus padres rieron con las pocas fuerzas que tenían para mover sus mandíbulas.

"Que bueno. . . que pienses. . . en Lincoln. . . como. . . tu Papá." Dijo Rita al saber la imagen que su hijo mostraba para su nieta. El señor Lynn también pensaba. . . pero para el único varón de una familia numerosa, era totalmente diferente.

Tenia algo que lo estaba asfixiando, algo que le impedía respirar con normalidad. Su aliento se volvió cada vez más forzoso y pesado por la entrada de oxigeno y la expulsión de dióxido de carbono.

Lincoln se levanto de golpe asustando a Loan, y llamó la atención de sus padres.

"Quiero hablar de algo con ustedes. . . " Lincoln suspiró con miedo. "Odienme si así lo quieren, pero escuchenme. . . " Lincoln tomó aire y se preparó para hablar.

( . . . )

Laika había partido junto con su madre al país natal de esta última. Lincoln solo veía como su pareja e hija abordaron el avión que las sacaría del país. Este era de los momentos más tristes de la vida de Lincoln. Había dejado embarazada a Leni, y sin aguantar la culpa por haberse aprovechado ella. . . huyó. No tenia que comer, mucho menos donde dormir. Lincoln había tomado el peor día para huir. Ese día se pronosticó una nevada algo fuerte por los alrededores del poblado de Michigan.

Lincoln no esperaba nada de nadie, nisiquiera que alguien se apiedara de él. Ya se consideraba un monstruo en ambos sentidos. Una fuerte ventisca pasó, cubriendo a Lincoln de nieve provocándole hipotermia. El joven se había desmayado en la calle sin que nadie notara su presencia en la acera de las avenidas. Una mujer pudo reconocer esa familiar melena blanca que se movía entre la nieve. Ahora conocida como la difunta madre de Laika.

Lincoln abrió los ojos con tremendo pesar. Pensaba que ya había muerto, y al ver el cielo blanco, solo pensaba en sus pecados siendo perdonados, pero la verdad era que la realidad estaba muy alejada de eso. Se encontraba dentro de la habitación de una mujer; no es que se haya dado cuenta por alguna prenda, o por el color de los accesorios que lo rodeaban. Sino porque delante de él había una mujer desnuda de cabellera rojiza, buscando que conjunto de ropa ponerse el día de hoy. Lincoln llamó su atención, le parecía algo familiar, como si ya la fuera visto antes. Intento identificar su rostro, pero esta al darse vuelta, hizo que los ojos de Lincoln se medearan de arriba para abajo durante varios segundos.

"¡Uh, ya despertaste!" La mujer se acerco más, acortando la visión del joven.

"Esto. . . " Su mirada no veía un punto fijo por el momento. No dejaba de observa esos extraños pendulos de carne.

La mujer no tuvo más opción que comer la primera blusa que encontrase, para así, devolver la concentración de Lincoln. Pero del torso para abajo seguía desnuda. La platica no se hizo esperar, Lincoln fue el primero en presentarse. La mujer le contesto que eso ya lo sabia. Al ver el rostro de confusión que tenia el albino, esta decidió por sentarse a su lado provocando unos extraños movimientos en la entrepierna de nuestro peliblanco. Ella se presentó.

"Parece que no me recuerdas, pero no hay problema. Fueron muchos años en los que no nos volvimos a ver, copito de nieve." Dijo coqueta. "Escucha y que no se te olvide." Oprimio la nariz de Lincoln.

"Me llamo- . . . -"

( . . . )

Cuando Lincoln termino de hablarle a sus padres estos. . . sentían un dolor enorme en su pecho, sus corazones comenzaron a latir a un ritmo alarmante.

Nota: Queda esta historia en Hiatus.


















Nota: No se la crean. Es broma. Ahora debo actualizar otras obras, nos vemos.

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