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06| Lupa Loud

Categoría: M

Nota: ¡Esto no es un aviso!

El hombre de cabellera blanca abrió los ojos de golpe. Mirando a su alrededor, se encontró que estaba durmiendo en el sofá de la sala añadiendo que una de sus hijas yacía dormido en su pecho. Lizy optaba una posición de bola, increíblemente cabía a la perfección en el pecho del albino.

"Qué demonios hice... " Repentinamente escucha una voz en su cabeza. "No te cansas de molestarme."

"Yo diría, que me encanta 'atormentarme' a mi mismo." Era la consciencia de Lincoln quien hablaba en su cabeza.

"¿Ahora qué?" Fue directo al grano, aún parecía ser de noche así que no quería tener una lucha mental y amanecer como si fuera bebido toda la noche.

"Uh, veamos... Sabes muy bien que sé todo acerca tuyo." Lincoln no respondió. "Y aun así, no te parece raro este escenario." Un eco sonó por toda su cabeza, Lincoln se había mareado.

Tomando a Lizy con cuidado, el hombre se sentó el sofá colocando a Lizy a su lado sin despertarla.

"No te entiendo... " Lincoln pensaba ya que era con el mismo quien estaba hablando.

"¿No entiendes o no quieres entender?" La voz sonaba calmada. Lincoln siguió en silencio, algo que aprendió de sus luchas internas es que es mejor que tu subconsciente llegue al grano sin extender más la conversación. "Eres aburrido... " Se quejo haciendo eco en la cabeza de Lincoln una vez más. Gimió por el dolor.

"Je... Siempre lo he sido."

"Lo sé... Y eso me molesta. Pero deberías saber que esto no esta bien. ¿Piensas quedarte aquí? Sabes muy bien que no puedes, no al menos siempre y cuando puedas mentirle...."

"Pero no quiero seguir con esto... Me sentí muy feliz cuando los vi a todos... Grandes, activos... Maduros."

"¿Y los otros?" Comenzó a reírse. "¿No les vas a decir que tienes otros hijos... ? Todo estaría bien si el problema no fuera... ¡Que ellos no saben que son tus hermanas! Piensa esto... Tus hijos no saben que son un error-" Lincoln se sobresaltó abriendo los ojos en par.

"¡Ellos no son ningún error!" Gritó Lincoln. "Ni ellos, ni los otros... Solo mi relación con ellos." El albino colocó sus manos en su rostro.

"Papi... ¿Qué sucede?" Lizy aún tenia sueño pero el grito de su padre la hizo que se despertara del susto.

El hombre vio a la pequeña sin decir ni una sola palabra. Posó su mano sobre la cabeza de Lizy, comenzó a revolver su cabello hasta que quedó dormida nuevamente.

"¡Oh vamos! No te pongas así. Después de todo, la sociedad los considera una abominación que nunca debió darse." Hubo silencio. La voz comenzó a ser más calmada. "Mm... Llevas años sin ver a Loan, Laika, Lupa, Liena, Lina, Gloom, Lemy, Lizy, Leia, Liby, Lacy, Lyra y a la más reciente, Lulu... Wow, son demasiados, ¿no lo crees? Qué podrán pensar las otras si te quedas aquí." Lincoln alzó la mirada.

"¿Un padre horrible?"

"Tampoco había necesidad que lo mencionaras, tu mismo sabes por lo que están pasando. Sr Lynn siempre estuvo ahí para ti. ¿Cuándo vistes a Loan y a Laika... No te habías prometido ser como tu padre?" Los sollozos de un hombre se escuchaban en la sala. La única que estaba cerca de él para escucharlo era Lizy, pero parecía haber conseguido el sueño perfecto.

"¡Solo quiero lo mejor para ellos!" Estaba pensando en voz alta.

"Mientras que nadie sabe por el infierno en el que caminas... ¿Eso quieres decir?"

"Eso no me importa... No interesa por lo que deba pasar. Cuando me dijeron papá, ¡estaba realmente feliz! Pero... Sentía que no me lo merecía." Lincoln seguía sin prestarle atención a su alrededor.

"¿Por qué? ¿Acaso sentías que actuabas como un mal padre?" El silencio de el hombre era respuesta suficiente. "Esto lo provocaste tú y nadie más. Quién desapareció de su infancia, quién no los vio crecer en su vida."

"... Yo." Un sentimiento terrible caminaba por todo su ser.

"Nunca quisiste hacer una llamada. ¿Una visita tal vez? ¡Nada! En vez de eso, te volviste un fumador y bebedor... Trabajas por que quieres, la mayoría de tus hermanas tienen buen dinero como para cuidar a todos."

"No, no lo hago por querer, tampoco por que sea un deber... ¡Lo hago por ellos! Me he sentido vacío estos últimos años, ¡no creo soportar una ausencia más!"

"¿Llenaras ese vacío... Con esto? Lizy te perdonó porque sigue siendo una niña... ¿Pero y los demás? Ellos no te perdonarán así de simple. Si convivir con ellos es la solución, amigo mío, estas mal... Quién quita que en estos momentos te odien. Solo soy tus pensamientos, pero nunca dije que abrieras la boca; habían mentiras que eran mejor que se quedarán así, en mentiras."

"Lo acepto, acepto su odio. Yo no fui nadie en sus vidas para juzgarlos... No... Soy nadie... " Lincoln apretó los puños con fuerza, Tratando de no llorar. "Nunca espere terminar con mis hermanas como madres de mis hijos."

"Pero tú, engendraste más hijos con mujeres diferentes sin que fueran familiares... Y no se lo quisiste decir a tus hijos. Qué crees que pensaran cuando se enteren."

"Lo más seguro es que piensen que engañaba a sus madres... "

"Me gusta que sigas el hilo. ¿Entonces, cómo piensas solucionar esto? Dentro de unos meses Laika volverá de terminar sus estudios para visitar la tumba de su madre." Un golpe en el pecho fue lo que Lincoln sentía ahora. "Ella va a ir por ti, si o sí, se encontraran con los demás y tú no puedes evitar eso." Tenía razón, lo quiera o no, debe dejar sus problemas de último y a sus hijos de primero, siempre a sido así.

Sus trabajos nunca eran fijos, no por que no diera con ellos, más bien, era un perfeccionista con todo lo que tocaba. Ingeniería, mecánica, vendedor, comerciante... El único que le agrado fue una de dibujante, pero sus pagas tardan mucho, ahora se encuentra apunto de ser consejero estudiantil en la preparatoria de Royal Woods.

(. . .)

Tres de la madrugada, Lupa había espantado su propio sueño con su imaginación... ¿Oscura? En una cama cerca de ella se encontraba su madre Lucy, parecía un vampiro al dormir tan recta.

"Tengo sed." Lupa bajó de la cama, quería bajar por algo de agua en la cocina. "Que frío" Se quejó ella solo llevando unas bragas amarillas. Buscó algo que ponerse. "Esto servirá." Colocándose una camisa polo naranja abrió la puerta con cuidado para no despertar a su madre.

Cuando iba por las escaleras pudo escuchar la voz de un hombre, parecía como si hablara con alguien más. Al momento de ver, se encontró con su padre hablando solo. Lupa sabia que estaba mal escuchar a escondidas pero no pudo resistir. Se escondió detrás del sofá metiendo sus rodillas dentro de la camisa, por un instante se le había olvidado que solo salió con una camisa y nada para cubrir sus bragas pero ella no sea había percatado. Mientras escuchaba a su padre tener una especie de pelea con él mismo no pudo evitar sentir algo de desprecio. Todo lo que decía Lincoln le parecía algo sin razón para Lupa, ella nunca esperaba nada de nadie, siempre fue una niña que se enfermaba fácilmente, sin poner convivir con niños del vecindario... Por suerte aún tiene a Lacy y a Liby, son las únicas amigas con la que Lupa puede ser ella. Sus gustos oscuros y cabello blanco son provocativos de burlas en ocasiones. Pero... Había encontrado a alguien igual a ella, nadie la entendía, tal vez su padre si lo haga.

Lincoln terminó su lucha, percatándose que la había perdido. "Mi pensar no va con mis acciones" Dijo él como si fuera algo tedioso.

"Padre... " No sabía si debía llamarlo como tal con todo lo sucedido.

Sus madre le habían confirmado a sus hijos que comparten el mismo hombre, eso sorprendió a varios hijos. Estaban compartiendo el mismo padre, lo que significaba que ya no eran primos, ahora eran algo así como medios hermanos. Lupa sentía más cercanía con Liby y Lacy, Pero no le gustaba el tener que compartir el mismo padre, los descendientes Loud habían acordado pasar tiempo con él para tratar de conocerlo y sacarle todo lo que tiene, metafóricamente hablando. Aún necesitan saber del porqué su ausencia, por qué tiene tantas mujeres, los porqués de todos los hijos debían ser respondidos. ¿Después qué? Con quién pasara los días, llevara a alguno de nosotros al trabajo en un día especial. "¿Al menos sabe como actuar como un padre?" Lupa no se había dado cuenta que su padre llevaba rato observándola pensar. Ella se sobresaltó del susto golpeándose la cabeza con la parte dura del sofá.

"¿Te encuentras bien?" Su tono era muy normal como si fueran completos desconocidos. Lincoln la toma de la mano y la alzó. Su mano era cinco veces más grande que la mano de Lupa. "Ven, siéntate un momento." Fue a la cocina, volvió con dos vasos de agua. "¿Venias por esto, verdad?"

"¿Como es qué... ?

"¿Sé esto? Si estas aquí es porqué deben ser las tres de la madrugada o más. A estas horas tu madre siempre iba buscando un vaso de agua levantándome en el proceso." Lincoln miro a ambos lado y después le susurró a Lupa. "Lo le digas a tu mamá que yo te dije esto, pero, tu mamá no le agradaba la oscuridad cuando esta sola." El hombre hablaba con serenidad. Aún sabiendo el dialogo que tuvo, actuaba como si nunca hubiera sucedido. No seria capaz de mostrar esa faceta a sus hijos y menos que descubrieran que antes hablaba con gente que no podía ver pero que estaban ahí viendo todo lo que él hacía.

"¿¡Mi madre le tiene miedo a la oscuridad!?" Lupa se había sorprendido y más cuando se vio a ella sin algo que le cubriera las piernas. Se puso rojo como un tomate. Volteando a ver a su padre lo encontró con la mirada perdida en la pared, es imposible que él se sorprenda por ver a su hija semi desnuda.

La mirada de Lincoln era tan directa que podría hacerle un agujero a la pared, su mente estaba en blanco, tenía a su hija de pelo blanco como él al lado suyo. No sabia que decir, no sabia que le gustaba, qué hacía, qué odiaba. "¡A ti!" Lincoln gimió. "Pensé que ya habías dejado esto claro." Otra vez Lincoln comenzaba a escuchar la misma voz en su cabeza olvidándose por completo de Lupa y Lizy que estaban el sofá. Lupa le parecía que su padre se había perdido en sus pensamientos. La chica se sentía incomoda al intentar plantar una conversación, sentía náuseas, la cabeza le estaba donde vueltas. "¿Esto es lo que debe sentir Loan?" Pensaba Lupa mientras intentaba calmarse. Recuerdos desagradables pasaron por su cabeza, unos que daría todo por olvidarlo.

Tuvo que soportar a que niños mayores que ella le cortaran el pelo con tijeras por envidia. Era considerada una niña rara por las demás compañeras de escuela, algo totalmente diferente a como Lincoln vivía su infancia. El albino era halagado por su cabello, su hija es envidiada por su color de pelo. Lincoln se hacía amigo de cualquiera, Lupa no lograba hacer un solo amigo. Tanto así que prefirió que una enfermedad acabara con ella.

La albina comenzó a derramar lagrimas sin percatarse. Lincoln dejó su mundo de pensamientos al sentir gotas que caían en su mano. Era Lupa que apoyada su cabeza en el brazo de su padre. "¿¡Qué sucede, hija!?" Preguntó Lincoln moviéndose al frente de ella colocándose de rodillas para poderle ver el rostro.

"¿Es gra-grave ser di-diferente?" Abrazó el pecho del hombre con fuerza. Era la primera vez que sentía la necesidad de dejarlo salir todo, sus dudas, sus miedos. No tenía la confianza suficiente para hablar con sus ahora hermanas o madres pero si con un hombre que solo lleva horas de haberlo conocido. Era injusto para sus hermanas, pero pensaba que tal vez él lo entendería.

El albino correspondió el abrazo rodeando los brazos alrededor de ella. Sus hijos tienen problemas, no solo el los tenía. "¿Cómo vas a responder?" Lincoln suspiró.

"Es grave forzarse a ser igual." Dijo él. "No hay que ser igual a las demás personas, cada una es diferente a su manera, es su vida y tú decides como vivir la tuya." El abrazo se hizo más fuerte.

"Pero no lo-logro encajar... ¿Por qué la vida me hace esto? ¡Yo no pedí ser odiada por todos!" Los sollozos se hacían más audibles. Lincoln la dejó seguir, sabía que era mejor llorar hasta sentirse mejor... Él es un experto en eso.

"Hay una cosa que he sabido desde pequeño: que la vida nos hace daño a todos sin que podamos evitarlo. Pero aprendí algo con todo eso; que podemos sanarnos. Sanarnos los unos a los otros... Así que no te preocupes. Yo... Yo... Estoy ahora con ustedes." Lincoln tomó el rostro de Lupa. "Mírame, Lupa. Tú eres hermosa. Que importa lo que digan o hagan los otros, siempre serás mejor que ellos. Si te molestan, se ignorante. Si te desprecian, quiere los. Lamento no estar en tu vida mucho antes, pero esto es lo único que puedo hacer." Lincoln besó la frente Lupa mientras limpiaba las lágrimas de su hija.

Lupa no quería soltarlo. Lizy seguía con el sueño pesado... Igual que su madre. Lupa le contó que cuando mostró mejorías y que ya no se enfermería con facilidad, intentó salir de la casa sola y hacer amigos como sus primas. Sin saber que existe gente desagradable en el mundo, llegó al parque donde esperaba hacer amigos por desgracia no fue así. Se encontró con unos bravucones que comenzaron a tirarle tinta de bolígrafos en su pelo blanco, trató de pedirle ayuda a unas niñas que estaban ahí, pero el resultado fue peor. Al parecer las chicas no les agradó que ella tuviera un pelo tan hermoso, tomaron unas tijeras y... y... A causa de ello su pelo se volvió más opaco.

Desgraciado, cuantas veces Lincoln se sentía así. Ahora se sentía el doble. En verdad quería protegerla, cuidarla, pero sus acciones no lo dejaron, no es más que un fracaso como padre. "Vamos hombre, no te vallas a lamentar ahora. Por primera vez estas cumpliendo con tu papel... Solo mírala." Lincoln le hizo caso a la voz. "Que afortunado soy por tenerlos a todos ustedes." Dijo el albino con la mirada entre cerrada. Lupa se había dormido aún abrazada con su padre. Ella estaba sonriendo.

(. . .)

El sol estaba saliendo y lo miembros de la casa Loud iban despertando poco a poco. Los primeros en salir fueron las hijas mayores a excepción de Loan que siempre es la última en ir al lavabo. Lemy estaba preparado para pedir tiempo con su padre. "Debo desmenuzar a ese viejo." Habló el chico mientras apretaba su banda en la frente.

"¡Lemy, ten algo de respeto!" Lo reprendió su hermana Lyra. "No puedes llamarlo así."

"¿Por qué no? Todavía no creo poder llamarlo papá... Aunque te escuche decirle papi cuando estabas hablando con Liena." Lyra estalló de un color rojo intenso. "Je, lo sabía."

"¡Solo practicaba la mejor forma para dirigirme hacia él!" Gritó con vergüenza.

"Lo que tú digas, jeje."

"Podrían dejar de pelear tan temprano." Dijo su madre Luna.

"¿Ya están haciendo ruido otra vez?" Preguntó Lori ya lista para ir al trabajo. Comparada con Luna que estaba con la camisa al revés.

Lupa se levantaba poco a poco por los rayos de luz que le daban en la cara. Y sin querer apoya su mano en el estomago de Lizy levantándola por fin a esa dormilona. "¡Oh! ¡No te había visto, perdón!"

Lizy frota sus ojos para poder ver mejor. "Um... ¡Papi!" Dijo alegre.

"¿Ya se despertó la bella durmiente?" La pequeña se río. "Ahora que te veo bien Lupa. ¿Esa no es una de mis camisas?" El hombre señalo la camisa polo naranja que traía su hija puesta.

"¿¡Esta es su camisa que usaba de pequeño!?" Pensó ella mientras estiraba un poco la camisa percatándose que estaba mostrando sus bragas.
"E-es-esto... Y-yoo..." Lupa corrió a su habitación con la cara rojo. Lincoln y Lizy se miraron y comenzaron a reír juntos.

"¿Te gustan los panqueques, Lizy?" Preguntó el hombre que sostenía una jarra con chocolate adentro.

"¿Qué son panqueques?" Lincoln parpadeó rápido.

"¿No han comido panqueques? Tus tías no les han hecho panqueques entonces... ¡Muy bien, hoy comerás los panqueques de Lincoln!" Alzó su tono de voz a propósito. Sus hermanas salieron como un rayo, unas ni siquiera se habían levantado del todo.

"¿Es verdad lo que escuche?" Salía baba de la boca de Lola Loud considerada la mujer más fina por muchos hombres.

"Así es. ¡Preparen sus papilas gustativas, para mis panqueques de chocolate!" Dijo con orgullo.

"¡¡Si!!" Gritaron al unísono. "Chicos, bajen rápido o no habrá desayuno." Dijo Luan.

Lincoln se fue a la cocina para terminar de preparar los tan deseados panqueques de chocolate. El albino tenia una rostro de felicidad. "A noche pude saber más de uno de mis hijos." Sonrió. "Tiene los mismos gustos que su madre. Le encanta el color amarillo y negro. No puede hablar mucho con desconocidos. De pequeña era propensa a enfermar, bueno, eso ya lo sabía, Lucy siempre me escribía el estado de nuestra hija cuando la atacaba un resfriado o dolor de cabeza... Me sorprendió el saber que usaba el traje de abeja que le había regalado de pequeña. Lupa me contó como se sentía mejor cada vez que se ponía el traje de abeja. Ya no es de su talla, pero al parecer lo tiene asegurado en su armario... Estoy muy contento de haber podido conocer más de ella." Lincoln sentía una extraña sensación de querer protegerlos a todos. "Pero no puede dejar a las demás." Lincoln pensó en sus otras hijas que no eran producto del incesto masivo que tuvo. "Debo recoger a Laika en el aeropuerto dentro de unos días." Dijo él mientras terminaba de preparar el último panqueque. "¿Cómo se lo tomaran los chicos?"

Había una mesa más grande donde podían comer los mayores y otra donde comían los menores. "Hay algunas cosas que nunca cambian." Colocó los panqueques en cada mesa vertiendo un poco de chocolate en ellos. Los más pequeños no sabían que eran, los mayores si sabían pero nunca habían probado uno. La madres ya tenían la boca llena.

"¡Están deliciosos!" Dijeron Lacy y Liby.

"¡Riquísimo! Oye viejo, ¿acaso eres un chef?" El chico seguía llenando su boca con panqueques.

Lincoln se veía feliz al ser apreciado por su comidas pero notó que un plato no había sido tocado. "Loan... " Pensó Lincoln un poco decaído.

Lincoln se levantó de la mesa dejando sus panqueques a medio comer. Miró a sus hermanas diciéndoles: Ni siquiera lo piensen. Se asomó por la sala, pudiendo ver a Loan agarrada en la escalera con su típico toque de descuidada.

Loan escuchaba como conversaban entre todos pero se vio incapaz de unirse a la conversación. Decidió volver a su habitación esperando que no se comieran todo y que hubiera algo para ella ya que parecía ser delicioso.

"Loan, ¿podemos hablar?" Lincoln sostenía el plato de Loan con una sonrisa. Loan comenzó a temblar de los nervios pero asintió con la cabeza.

"Es-Está b-bien... Pero s-solo en mi ha-habitación. ¿Ok?" Dijo ella mientras se abrazaba a sí misma.

"Es hora de cumplir con tu deber." Dijo la voz molesta.

"Lo sé, lo sé. Todo sea por ver a todos feliz."

"¿Aunque arriesgues tu felicidad?"

"..." Suspiró. "Verlos a ellos alegres, es suficiente para mí."

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