Namjoon dormía cuando Jungkook lo despertó. El niño se había bajado de la cama, con su cabello alborotado y vistiendo una pijama de conejo, mientras movía sus manitos desesperadamente para despertarlo.

—Jin no ta. —dijo lloroso. 

Namjoon se levantó rápido moviéndose mecánicamente hacia el cuarto que compartían ambos, dándose cuenta que la mochila escolar que por lo regular Seokjin colgaba detrás de la puerta había desaparecido.

También sus bufandas que colgaban en la pared.

Abrió el armario que compartían; no había rastro de la ropa de Seokjin ni sus zapatos, tampoco estaban sus libros ni la laptod. 

Se dejó caer sentado en la cama con la mirada perdida.

Seokjin se había ido, los había dejado.

Pasó las manos por su cabello, sintiéndose devastado, mirando a Jungkook que se había puesto a buscar debajo de la cama y en el baño. 

—Appa, ¿ontas? —decía en voz alta— ¿Jin, ontas? 

Las lágrimas se acumularon en sus ojos. ¿Cómo le decía? ¿Cómo le decía a su Kookie que Seokjin también lo había abandonado?