V|eintinueve
La película favorita de TaeHyung hasta el momento es La Extraña Vida de Timothy Green desde que la vio durante una noche de tormenta, por que le trajo consuelo y pudo dormir bien. A veces TaeHyung se pregunta si puede escribir en unas hojas todo lo que su padre ha sido y enterrarlo para que todo volviese a la normalidad, aquellos momentos donde hacían bromas y comían palomitas en el sofá. Recuerda cuando su padre estaba con el señor Kim. Cielos, él amaba verlos juntos. Su padre sonreía de tal manera que inmediatamente lo hacía sentir feliz a él también, sin embargo aquellos momentos ahora se miran tan lejanos que lo hacen entristecer. Ha llegado a pensar que la situación jamás se resolverá haciendo que se vuelva un tormento en su cabeza y le comience a doler.
Sin duda, no se ha perdido la miradas de su hermano mayor puesto que él ha cambiado un poco su actitud; lo sabe. Ya no anda sonriendo y realizando travesuras como antes, come muy poco, después se encierra en la habitación que comparte con JiMin y que su tío Kook les ha proporcionado. Aunque a veces le ahogue no tener su propio espacio, hay un pequeño lugar en el fondo de su corazón que lo agradece inmensamente. Algunas veces JiMin se levanta a media noche o madrugada y se acuesta junto a él, abrazándolo. TaeHyung sabe que su hermano lo ha escuchado llorar, así que por eso hace tal gesto, pero se hace el dormido, y prefiere ser consolado en aquella oscuridad silenciosa.
TaeHyung solía dibujar casi todos los días, buscaba videos en internet para seguir aprendiendo de forma autónoma, pero de eso hoy en día no ha quedado nada. Sus cuadernos, sus colores, y todo aquello que ha traído de su casa están guardados en una casa debajo de su cama. Todos en casa están preocupados, miran al pequeño que va de un lado a otro con una expresión triste. Sus ojeras se notan más cada día, su cabello sin brillo…, en general todo su aspecto parece descuidado.
JungKook habla con YoonGi cada noche sin saber qué hacer, su novio no sabe cómo lidiar con aquello. Entiende que para él esos mocositos son tan importantes y los ama tanto, pero no sabe cuál es la mejor solución. Por lo que sabe, NamJoon ha estado en la casa de HoSeok, aunque no han obtenido noticias todavía. No le cuesta trabajo imaginarse en alguna situación como la de Kim, recuerda cuando habló con él en aquel viaje y habló de helados. El sujeto parecía estarse ahogando en un vaso con agua, aunque supo que todo aquello había sido arreglado, él sigue creyendo que una persona que ama a otra es capaz de hacer tantas cosas que a veces simplemente parecen imposibles cuando estás sobrio de amor. Sin embargo, YoonGi reflexiona, él haría todo por su Kookie. Quizás no es la mejor persona en demostrar con muchas palabras lo que siente, pero trata de devolverlo con gestos y acciones. Cuando JungKook está tan cansado que no quiere levantarse, YoonGi suele arroparlo más contra las delgadas sábanas y se va directo a la cocina para prepararle el desayuno para posteriormente llevárselo a la cama. La primera vez que TaeHyung se percató de ello sintió como sus ojos se extendían y un brillito se asomó en ellos. YoonGi ríe cada vez que lo recuerda, porque en aquel momento no se había adaptado mucho a la presencia de los niños y que lo vieran hacer ese tipos de actos lo dejaban con un sonrojo que le duraba algunos minutos, cosa que JungKook aprovechaba para burlarse a diestra y siniestra.
YoonGi también ha percibido el cambio de actitud del niño, y algo dentro de él no se siente bien cuando lo atrapa viendo la televisión sin verla realmente. Incluso le duele cuando JiMin va junto a él para hacerlo reír, pero no lo logra. Ha atrapado al cachetón más de una vez llorando en el patio trasero con su cabeza escondida entre las piernas y su cuerpo temblando por los espasmos originarios de sus sollozos. Es injusto que un par de niños adorables estén pasando por eso, y eso hace que su corazón se estruja más. Pero no quiere estar de un solo lado, porque, ¿acaso es culpa de HoSeok totalmente? Entiende lo complicado que es el asunto; estar pasando por un periodo de depresión es realmente difícil y complicado para la persona y sus allegados. Ahí está el meollo del asunto, la persona quien lo está pasando mal se siente peor cuando sabe que está afectando a sus familiares, haciéndole más difícil salir de ahí. Te sientes atrapado, algo succionándote desde la planta de tus pies. Una masa viscosa que se pega a tu piel, siendo que al principio es ligera y por ello piensas que es fácil seguir caminando, pero cuando te percatas la masa está ganando más terreno y volviéndose más pesada. Entonces, lo sientes en tu pecho; un dolor profundo que no te deja en paz, un dolor en la espalda y hombros que te dificulta el caminar, y cuando menos te lo esperas está sobre tu garganta; dejándote sin aire. Es cuando comienzas a llorar más y cuestionarte: «¿Me lo merezco? Seguramente sí o no me estuviese pasando. ¿Soy yo el culpable? Probablemente… no, no probablemente. Lo soy. Ellos no deberían estar sufriendo por mí, así que estoy haciendo las cosas mal otra vez.» A veces aquella viscosidad juega contigo en medio de la oscuridad, te suelta un poco, te hace sentir que estás mejorando para después cuando hayas dado un paso, o dos, o tres, te haga sentir que fue tu culpa el que hayas fallado. Se ríe en tus oídos descaradamente, te atormenta en la noche justo antes de que intentas dormir. Das vuelta en la cama, miras el techo, respiras rápidamente, y los recuerdos vuelven a ti para hacerte sufrir. Te sientes inconsolable.
«Debí haber hecho esto mejor, no debí hacer esto. Eso ha sido mi culpa. Quizás sería mejor acabar con esto. No quiero estar aquí, no merezco estar aquí.»
Las lágrimas comienzan a salir sin control, pesadas y amargas, sientes como tu pecho sube y baja lleno de dolor. No sabes cómo controlarlo, te sientes perdido, enfadado con la vida. ¿Por qué estoy aquí hoy? Despiertas sorprendido de que hayas podido dormir y al verte en el espejo lo único que logras observar es la decadencia de tu persona.
Mal, mal, mal.
Te sigues atormentando, golpeas la pared con tu puño, cierras fuertemente tu mandíbula chocando los dientes contra sí. No puedes, estás cansado. Te sientas sobre las baldosas frías del baño y jalas tus cabellos con fuerza mientras las lágrimas salen una vez más mientras niegas desesperadamente. Terminas aún más exhausto, con tus ojos cerrados, tu cabeza contra la pared, tu cuerpo sigue con pequeños espasmos y lo único que quieres es acabar con eso de una buena maldita vez, pero justo cuando estás a punto de tomar aquel montón de pastillas la puerta es tocada fuertemente; alguien está llamándote, gritando tu nombre de forma desesperada.
—¡YoonGi, abre la maldita puerta ahora!
Y cuando lo haces, alguien va directamente hasta ti para darte uno de esos abrazos que te reconstruyen. No lo sabes aún, pero eso es lo que a veces necesitas, así que lloras sobre el hombro ajeno mientras te aferras al cuerpo contrario. Sin embargo, la situación sigue, y cuando menos te lo esperas estás nuevamente en el baño; llorando. Pero alguien llama a la puerta otra vez, ahora de forma delicada. Se sienta junto a ti, pasa un brazo sobre tus hombros, jalando de ti para que llores sobre su pecho. Lo escuchas cantar una canción de cuna, y te sientes pésimo porque él no debería estar sufriendo ese tipo de cosas, parece que ha leído tus pensamientos porque te susurra al oído: «no me apartaré de tu lado.» Y una vez más, en medio de la inconfundible oscuridad que te somete y te desgarra, que tira hacia atrás tus vanos intentos de dar un paso al frente, en medio de la tormenta que aconjona tu corazón, aquellos brazos y aquella voz logran que tu alma se llene de serenidad.
Las noches dolerán más que los días, pero para entonces habrás visitado no uno sino cinco psicólogos. Parece ser que el último es el bueno porque te sientes seguro cuando tienes que hablar con él cada lunes y viernes por la tarde, y comienzas a ver mejoras con el tiempo, aunque son cosas pequeñas eso no evita que una delicada sonrisa aparezca en tu rostro. Está bien, estará bien.
De repente te das cuenta que las citas son una vez por semana, y después pasaron a una por mes. Comienzas a salir más, animarte más, comes tus postres favoritos y tomas de la mano a aquel que te sostuvo firmemente cuando más lo necesitabas. Tendrás recaídas, por supuesto, pero aprendiste cómo afrontarlas. Hay ejercicios de respiración, hay rutinas en tu día a día, hay apoyo por parte de tu familia, hay amor… Amor por parte de esa persona especial. Y no tienes palabras de agradecimiento que sean lo suficientemente buenas para decirle, así que te dedicas a darle besos en su cuello, mejillas, y mentón. Le preparas el desayuno, le dices lo lindo que se ve, lo ayudas con todo lo que puedas, y al final del día lo abrazas diciéndole que tú también estás ahí para él. Así que al final del día tendrás a alguien llorando en tu hombro, y te sientes agradecido porque está confiando en ti aun si no tienes algún consejo razonable, pero lo sujetas fuertemente como lo hicieron alguna vez contigo, y le dices que todo estará bien.
—Recuerda que te amo.
YoonGi sabe lo difícil que es, en su caso él fue el hijo, no se imagina cómo lo llevaría si es su padre o madre. No se imagina estar de ese lado, pero se muestra empático. Indiscutiblemente hay dolor, y eso sí que puede imaginarlo. Arde, raspa y araña tu corazón.
Suspira antes de que tenga un ataque de algo, eso pasa cuando se queda solo por un largo tiempo. Los pensamientos lo envuelven, a veces lo llevan a buenos momentos y grandes ideas… otras no tanto, pero qué puede hacer. JungKook y JiMin han salido a comprar, por más que le rogaron a TaeHyung que los acompañase, el niño siguió dando tantas negativas que YoonGi se ofreció a quedarse en casa a cuidarlo, puesto que la idea era que todos irían.
YoonGi piensa que hace demasiado silencio incluso si TaeHyung está en casa, así que sube las escaleras y toca levemente a su puerta. Al no ver respuesta, entra sin aviso para encontrarse a un Tae dormido, abrazando una foto de su papá. Un sentimiento extraño llega a YoonGi, ¿cómo podría ayudar? Se ha quedado demasiado tiempo divagando que TaeHyung despierta y lo ve con ojos adormilados.
—Hola —dice Yoon tratando de estar como si nada—. ¿Cómo estás?
TaeHyung parpadea varias veces para ver bien a su tío. —Bien —susurra y vuelve a cerrar sus ojos fuertemente.
YoonGi nota que la luz que entra de afuera parece lastimar al niño.
—¿Seguro? —pregunta.
Quiere darse una bofetada él mismo, pero no se le ha ocurrido qué más preguntar.
TaeHyung asiente.
—Podemos ver una película —anima YoonGi—, si quieres.
Eso parece llamar la atención de Tae, su tío YoonGi no es de hacer ese tipo de invitaciones. Un destello fugaz aparece en los ojos del pequeño antes de desperezarse por completo y dejar la fotografía debajo de su almohada.
—¿La puedo elegir? —pregunta con timidez.
—Por supuesto. —Sonríe Yoon.
•
La Extraña Vida de Timothy Green es puesta y TaeHyung está concentrado en ella, YoonGi parece satisfecho con ello, al menos ha logrado sacarlo de su habitación. A medida que la película avanza, nota que TaeHyung se va abrazando más a sí mismo. A pesar que Yoon no es bueno mostrando afecto a otras personas que no fuesen JungKook o su familia, tira de el pequeño hacia su costado y lo rodea con su brazo. Nota la tensión de TaeHyung que emana su cuerpo, pero no le importa.
YoonGi está por decir algo cuando TaeHyung habla:
—Desearía que papá estuviera aquí —susurra escondiendo su cara en el hombro ajeno.
Es cuestión de segundos para que TaeHyung comience a llorar en verdad, así que YoonGi procura abrazarlo tan fuerte como cree conveniente para demostrarle que no está solo.
—Verás que pronto.
Muerde su labio inferior después de decir aquello, él no quiere ser un mentiroso mas no pierde la esperanza que HoSeok encuentre alguna forma de volver.
TaeTae se aparta despacio, limpia sus ojos con la parte interna de sus muñecas manteniendo un pequeño puchero en sus labios.
La película sigue avanzando, TaeHyung sube y dobla sus rodillas en el sillón, YoonGi piensa que el niño ha entendido que él estará ahí para darle apoyo.
—Gracias —dice Tae viendo la televisión—, creí que eras más del tipo gruñón.
YoonGi suelta una ligera risa, no es la primera vez que alguien le dice algo similar. Ya está más que acostumbrado como para molestarse por ese tipo de comentarios.
—Es un secreto —responde Yoon.
TaeHyung lo mira con asombro, y luego sonríe.
—Soy bueno guardando secretos —asegura.
YoonGi puede ver la magia en los ojos del niño de diez años otra vez, aunque es un leve destello.
—¿Quieres guardar uno más? —pregunta Yoon tratando de parecer misterioso.
TaeHyung asiente sumamente interesado, la película es segundo plano ahora.
—Soy un espía —susurra.
La sonrisa que tiene hace que sus encías se muestren, eso le encanta a JungKook. Su fuente es el propio JungKook, obviamente.
—Los espías no existen, tío —dice Tae arrugando su ceño.
Yoon siente un bonito sentimiento cuando escucha a TaeHyung llamarlo «tío», es una de las pocas veces que lo ha hecho. A decir verdad, YoonGi ni siquiera se ha acostumbrado a que los niños se refieran a él de esa forma, pero está yendo por buen camino por lo que supone.
—Oh, claro que sí.
—Nunca he visto uno —dice para mostrar su punto.
—¡Es porque somos espías! —responde Yoon con obviedad—. No podemos ir por ahí diciendo que somos espías o nos podrían asesinar.
—Entonces, ¿mi tío Kook no lo sabe? —pregunta tapando su boca con sus manos.
YoonGi niega.
—Es para mantenerlo seguro.
—¿Por qué me lo dijiste entonces?
—Para que me ayudes a protegerlo —contesta Yoon viéndolo a los ojos—. Tienes que prometerlo.
TaeHyung asiente rápidamente. —¡Lo prometo, tío!
—Buen chico —dice Yoon—. Sé que tu tío está en buenas manos.
TaeHyung vuelve a asentir. —¿Le puedo contar a JiMin?
YoonGi hace amago de pensar. —Puedes… —concede—, pero… debes tener cuidado.
—Sí, sí.
—Nadie más puede saberlo, ni siquiera tu padre, mucho menos tu tío Kook.
—Sí, sí.
—¿Estamos?
—¡Sí, tío! —chilla Tae—. ¿Cuál es tu próxima misión? —pregunta lleno de curiosidad.
YoonGi se queda boquiabierto, no sabiendo qué responder. Segundos después de tener la mirada contempladora de Tae sobre él se encoge de hombros y dice:
—Estoy de vacaciones.
—¿Los espías tienen vacaciones?
—Cla-claro. Todo mundo necesita vacaciones. Así como tú no tienes tarea en vacaciones, yo no tengo misiones por hacer.
TaeHyung asiente comprendiendo el asunto, se queda viendo un punto fijo en el suelo unos segundos y después se levanta rápidamente. Yoon está estupefacto, ¿ha dicho algo malo?
Pronto ve a Tae regresar con una pequeña caja de madera, unas hojas y unos lápices.
—Tío —dice dejando todo sobre la mesa ratonera frente a ellos—. Ayúdame.
—¿De qué estás hablando?
—Si los espías existen, lo que hizo la familia Green puede funcionar. —TaeHyung rueda sus ojos cuando nota que su tío no lo entiende—. La película. La familia Green hizo esto porque no podía tener un hijo, si yo no tengo a papá ahora esto puede ayudarnos a traerlo de regreso, ¿verdad?
YoonGi sabe que ha cometido un error. ¿Cómo le explicaría después si eso no llega a resultar? Está seguro que el 100 % del resultado es negativo. Jala del cuello de su camisa mientras siente como una gota de sudor se resbala por su el costado de su cara.
—¿Me ayudarás? —pregunta TaeHyung.
Está a punto de decirle que no, pero es la primera vez que nota que TaeHyung sostiene sus lápices y hojas con una sonrisa que hace que sus pómulos se vean adorables. Se mira como un niño nuevamente.
YoonGi accede, y pronto ambos están sobre la mesita escribiendo buenos deseos.
"Deseo que papá regrese."
"Deseo volver a comer chocolate con él y JiMin."
"Deseo que papá me abrace de nuevo."
"Deseo que papá sea feliz."
Mientras tanto, YoonGi se encuentra dibujando lo que se supone es la cara de HoSeok. Nunca ha sido buen dibujante, pero supone que su intento no es fallido porque si giras la cabeza en cierto ángulo y lo pones contra el reflejo de la luz puedes ver la cara de Jung.
—¿Qué tal? —YoonGi pregunta alzando su dibujo para que lo viese el niño.
Su expresión lo dice todo, no obstante TaeHyung ríe arrugando sus ojos y dando un aplauso.
—¡Listo! —grita.
Guarda todos los papeles en la caja y ambos se dirigen al patio trasero. Está atardeciendo, así que YoonGi se apresura a ir por la pala y comenzar a cavar debajo del pequeño árbol que hay ahí.
Cuando la última capa de tierra es tirada sobre la caja, YoonGi no se pierde cómo TaeHyung ha juntado sus manos y ha cerrado sus ojos.
—Por favor.
Aquello parece una súplica, decide guardar silencio por respeto, y solo cuando TaeHyung abre sus ojos le regala una sonrisa indicando con un gesto de cabeza que deben entrar.
—Gracias —dice TaeHyung tomando su mano, y YoonGi solo la aprieta más fuerte.
—A ti —susurra Yoon tan bajo que el pequeño no es capaz de oírlo.
* * *
Los días pasan, TaeHyung se la pasa en el patio cuando tiene oportunidad. Se queda sentado debajo del árbol hasta que se duerme y YoonGi tiene que ir a levantarlo.
—¿Por qué sigue haciendo eso? —pregunta como por décima vez JungKook.
YoonGi no le ha dicho nada sobre aquella noche, pero en ese momento la culpa puede más y suelta todo, incluso sobre el secreto del espía. La cara de JungKook no es nada amigable, y sabe que está en problemas. Probablemente duerma en el sofá esta noche.
—¡Yoon! —exclama JungKook con sus manos sobre sus caderas—. ¿Cómo pudiste hacer semejante cosa? ¿Sabes lo destrozado que estará cuando los meses sigan pasando y vea que nada ha sucedido?
—Lo siento —murmura.
Claramente lo pensó, pero no lo suficiente. ¿Cómo le explicaría a TaeHyung que realmente no sucederá nada? Su corazón se oprime ante la culpa.
—Resuélvelo —dice JungKook sin más.
Sin tan solo supiese cómo.
—Hoy —añade JungKook viéndolo de reojo al salir de la cocina.
Cuando la noche llega, el sentimiento de culpabilidad que carga YoonGi se está haciendo más grande. Debe decirle, pero no ha encontrado el momento. Durante la cena nota la mirada analítica de JungKook y siente sus manos sudorosas.
Presiente que su novio está por decirle algo, pero el timbre se escucha y sale rápidamente a averiguar de quién se trata. Una expresión de asombro cubre su cara, y se queda sin habla.
Jung HoSeok está ahí, de pie frente a él. Es como si estuviese viendo a un fantasma, y detrás de este, Kim NamJoon.
—Hola —susurra HoSeok ante la mudez del otro—. ¿Po-podemos pasar?
—Yoon, ¿quién es…? —pregunta JungKook acercándose detrás de él.
La cara de JungKook se llena rápidamente de lágrimas que aún no son derramadas, y lleva sus manos a su boca para ocultar su asombro.
YoonGi se hace a un lado para dejarles entrar, y así lo hacen.
HoSeok camina lentamente hasta JungKook, ambos se miran a los ojos, NamJoon y YoonGi se quedan pasos atrás para darles espacio.
—Lo siento —es lo primero que dice HoSeok—. Lo siento mucho.
JungKook niega con la cabeza tanto como puede.
—No, no, no, no. Ven aquí —dice atrayéndolo para un abrazo—. Te extrañé muchísimo —susurra dejando salir al fin sus lágrimas—. Extrañé a mi mejor amigo, mi hermano…
—También te extrañé —dice Ho dejándose llevar.
—Ya habrá tiempo para nosotros —dice JungKook separándose—. Ellos te necesitan más. Vamos.
HoSeok asiente. Su nariz se ha puesto roja, pero espera que sea capaz de hacerlo. Su corazón late demasiado rápido, se encuentra nervioso, y algo inquieto. No sabe cómo resultará.
Después de ir al cementerio, hablar con NamJoon y encontrar un poco de consuelo y rumbo a su vida pudo ser capaz de estar ahí. Su terapia comenzaría dentro de unos días, pero no podía esperar para ver a sus hijos. Los extraña. Los necesita. Quiere decirles cuánto los ama.
A pasos temerosos HoSeok se dirige al comedor, notando que sus hijos están hablando de algo. Se permite verlos durante unos segundos más ya que no se han dado cuenta de su presencia, siguen tan lindos como siempre aunque nota que hay algo raros en ellos. Los ojitos de TaeTae están caídos, y ChimChim tiene sus labios resecos.
—Chicos… —La palabra sale de su boca sin siquiera proponérselo.
Ambos niños giran sus cabezas ante el llamado, antes que se de cuenta tiene a TaeHyung corriendo en su dirección con una sonrisa enorme. HoSeok no puede detener sus lágrimas durante más tiempo, así que simplemente las deja salir.
—¡Papá! —exclama TaeTae—. ¡Papá, estás aquí!
TaeHyung lo envuelve a como puede entre sus brazos, y HoSeok hace un poco de esfuerzo para levantarlo unos segundos del suelo, pues su hijo ha crecido, y él aún está recuperando su peso.
—Hijo mío —dice sintiendo una paz al tocarlo—. Hijo mío —repite cerrando sus ojos y acariciando sus cabellos—. Te amo, te amo. Lo siento tanto, perdóname. Nunca más, TaeTae.
TaeHyung llora manteniendo la sonrisa en su cara, sus pensamientos se dirigen a aquella noche cuando deseó que su padre volviese. Estaría agradecido, eternamente agradecido.
Cuando TaeHyung está de nuevo en el piso, este no deja de abrazarlo por un costado y mira a su hermano quien está parado a una distancia considerable frente a ellos. Tiene el entrecejo fruncido y su boca ligeramente abierta.
—¡Chim, es papá! ¡Ha vuelto! —exclama Tae lleno de emoción—. ¿Chim? —pregunta al no ver respuesta de parte de su hermano.
—Tú —dice JiMin con hostilidad.
—JiMin, yo…
JiMin niega.
—Te odio —dice con lágrimas derramándose por la esquinas de sus ojos.
—JiMin —dice HoSeok acercándose lentamente hacia él—. Yo… Lo siento.
—No, no lo haces.
—Perdóname.
—¿Sabes cuánto sufrí? He pasado meses, papá, meses pensando qué habíamos hecho mal mi hermano y yo. He estado cuidando de él y sintiéndome mal por estar molestando al tío Kook, esperando que vinieras… ¿Y sabes qué? ¡Han sido años, papá! Desde que estábamos pequeños, te adueñaste del recuerdo de mamá. Fuiste un egoísta y un ser horrible. ¿Cómo pudiste? ¡Incluso aunque no tuviese nada de ella, me quedabas tú, pero tú tampoco estabas! Todos estos años… —Se detiene, su respiración está agitada, pero encuentra el modo de seguir—. ¡Todos estos años de tormento! Engañados, diciéndonos que estabas haciendo lo posible, pero en realidad querías seguir ahí, querías seguir adueñándote de su recuerdo. ¡Era mi madre también! ¡No solo era tu esposa, era mi madre, ¿si entiendes?! Decidiste ocultarla, dejarla para ti. ¡También la extraño, carajo! ¡Fuiste un egoísta! ¡Te odio, te odio, te odio!
HoSeok se queda callado, se mantuvo frente a JiMin mirándolo a la cara. Todo lo que escucha golpea su alma enteramente, hay algo de razón en las palabras de su hijo.
Se adueñó del recuerdo de Iseul.
Y es cierto, no solamente era su esposa, era madre de sus hijos.
HoSeok se lamenta no haberlo visto antes de esa forma, pero está intentando recuperar su vida. Lo único que quiere es tener a sus hijos a su lado, pero entiende que recuperar a JiMin sería un poco más complicado. Él es mayor, así que comprende que la situación pudo afectarlo un poco más al estar más consciente.
HoSeok se deja caer de rodillas y JiMin abre sus ojos sorprendido, aunque su respiración sigue agitada ha dejado de llorar.
—¿Qué estás haciendo? —pregunta escéptico.
Su padre lo mira.
—Perdo…
—¡No! —grita JiMin.
Las ganas de llorar se incrementan de nuevo en el chico.
—No lo hagas —dice JiMin arrodillándose también frente a su padre—. No hagas esto.
—He venido a pedirles…
JiMin niega con su cabeza tantas veces que HoSeok no puede terminar su oración. Entonces, lo sujeta de los hombros, ambos se miran a los ojos, y HoSeok abraza a su hijo tan fuerte como puede mientras este sigue negando con su cabeza tratando de apartarse de él.
—Te odio. No, no. Te odio —dice JiMin con su voz gangosa por el llanto.
—Puedes odiarme, pero permíteme darte este abrazo —dice HoSeok—. Por favor.
Entonces, HoSeok lo sujeta más fuerte entre sus brazos y JiMin aun con el dolor y enojo en su corazón, lo envuelve entre los suyos y llora escondido entre su pecho.
—Lo siento tanto, hijo. De verdad, lo siento mucho —dice HoSeok con el dolor infinito en su corazón. Su voz sale quebrada, pero aún así continúa—: Te amo tanto, tanto, tanto. Nunca lo olvides, por favor.
Los brazos de TaeHyung llegan para envolverlos a ambos, al notar esto, su padre hace un movimiento para que ambos estén sobre sus brazos largos. JiMin continúa llorando sobre su pecho fuertemente, y TaeHyung se limita a acariciar sus cabellos con una mano mientras que con su otro brazo está abrazando a su padre.
—Los amo tanto —dice HoSeok apretando fuertemente aquellos cuerpos que ahora parecen desamparados y desconsolados.
Los demás se han quedado en la entrada del comedor viendo aquella escena, JungKook está llorando sobre el hombro de YoonGi, y NamJoon parece aliviado.
Este ha sido uno de sus primeros pasos.
* * *
Cuando todo se ha calmado, HoSeok se queda a solas con JiMin. Las cosas necesitan tiempo, pero él quiere al menos intentar charlar.
—Lo siento —dice HoSeok viéndolo.
—Eso ya lo dijiste.
Silencio.
—¿En verdad te sentías de esa forma?
—¿Cómo? —pregunta burlón—. ¿Como un hijo sin padre? Sí.
HoSeok hace una mueca.
—Sé que estuve haciendo muchas cosas mal, pero estoy en busca de mejorar. Comenzaré la terapia en unos días, pero no pude aguantar y vine a verlos. Los necesito conmigo, ChimChim. Los necesito en mi vida.
JiMin baja su mirada, su nivel de hostilidad se está disipando poco a poco también.
—¿La amabas? —pregunta.
HoSeok no tiene que preguntar de quién habla.
—Más que a mi vida.
—Y al señor Kim, ¿lo amas?
—Lo amo.
—¿Y si lo amas por qué lo dejaste ir hace años?
—Por lo que tú mismo dijiste, me adueñé del recuerdo de tu mamá… Yo no quería soltarla. Era demasiado doloroso. Me hacía entrar en pánico, ella se fue y ustedes eran tan pequeños… Estaba aterrado. No sabía cómo funcionar sin ella, y cuando llegó Nam, bueno… Una parte de mí seguía aferrado a ella, y… Acabé lastimado, y de paso lo herí a él también.
—¿Lo intentarán de nuevo?
HoSeok duda, realmente no ha pensado en eso aún.
—No lo sé, aún no hemos platicado sobre ello.
—¿Tú quieres?
—Yo quiero, sí.
—¿Tienes miedo?
JiMin está haciendo demasiadas preguntas, pero HoSeok evita comentarlo.
—Demasiado.
—Papá, yo… En verdad estoy molesto contigo. No. Estoy enojado, furioso… Pero… Yo… Realmente te extrañé.
—También yo, ChimChim.
—No quiero que algo así vuelva a suceder, no quiero que nos excluyas de nuevo. Somos tu familia, papá. Incluso si mamá no está más o te casas con alguien, seguiremos contigo.
—Lamento haberles hecho esto. Tienes razón, actué injustamente con respecto a los recuerdos de su madre.
—Aquella última vez cuando le quitaste el dije a TaeHyung estaba tan enojado, ya no aguantaba más todo eso. Me dolió verlo tan triste. Ni siquiera teníamos alguna fotografía suya, ¿no crees que tenemos derecho?
—Estoy consciente de eso, hijo. Ahora lo estoy. Haré mi mayor esfuerzo por salir, pero necesito su apoyo.
—Y lo tendrás, papá —asegura JiMin viéndolo por primera vez a la cara.
—Te amo, Chim —dice HoSeok despeinando sus cabellos.
—También lo hago —responde JiMin.
HoSeok no puede suponer una mejor respuesta que esa.
•
JiMin sale primero de la habitación para ir directamente a la sala donde se encuentran los demás, saluda a NamJoon debidamente y se deja estrechar entre sus brazos en un afectuoso abrazo. Después se dirige a sentarse a lado de su hermano quien está comiendo un pedazo de pastel que le han dado para calmarlo un poco, JungKook está sentado junto a YoonGi en el sillón de dos plazas y NamJoon se dirige hasta HoSeok que se ha quedado parado.
—¿Cómo estás? —pregunta preocupado.
HoSeok asiente. —Ahora, mucho mejor.
Toma la mano de NamJoon sin inmutarse y acaricia levemente su torso.
—Muchas gracias, NamJoon.
Lo siente verdaderamente en el fondo de su corazón, no tiene idea de cómo agradecer tanto apoyo por parte de él.
—Lo digo en serio —dice cuando NamJoon solo sonríe—. Es en serio —repite.
NamJoon sigue sonriendo. En su defensa, HoSeok no ha dejado de acariciar su mano. Él prácticamente no puede pensar en una respuesta clara.
Pero claramente no quiere que se detenga, y HoSeok solo frunce su ceño porque no sabe qué es lo que sucede exactamente con NamJoon.
Hasta que NamJoon no puede soportarlo más y planta un beso en sus mejillas cerca de la comisura de sus labios. Un roce suave y delicado.
—Sí —dice Nam fantaseando con una pregunta en su mente.
HoSeok ahora está sonrojado.
Sus ojos van de NamJoon a los demás y viceversa, todos los están observando. Entonces, él sonríe mostrando sus hoyuelos por primera vez en muchísimo tiempo.
Y todos saben que estará bien.
Él sabe que estará bien.
Incluso, el pequeño TaeHyung sabe que todo estará bien, pensando en los deseos que faltaban por hacerse realidad aquel día en que los enterró debajo del árbol.
- - -
•Notas que a nadie le interesa:
1.- Re feliz porque creo que es el capítulo más largo, yesyesyes.
2.- Planeaba colocar alguna canción, pero mejor no. Las canciones que me inspiraron no van con el asunto. Además, me dio feeling, y lloré cuando JiMin le dijo todo eso a su papá.
3.- Dibujo de HoSeok. Autor: YoonGi.
4.- Los deseos de TaeHyung. Autor: TaeHyung.
5.- Estaba pensando, si quieren hacerme alguna pregunta aquí estoy para contestarla. Así como un juego entre ustedes y yo, para conectar más. Ya saben, uwu.
6 .- Falta un capítulo.
¡Gracias por tomarte el tiempo de leer! 💜 Déjame saber si te ha gustado.
[XDDDD NamJoon vaquero]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro