Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

V|eintidós

La casa desprende un leve olor a pastel y rápidamente se les hizo agua la boca de los pequeños que se encuentran sentados en la sala con sus pequeñas maletas a un lado y sus pies subidos encima del sillón.

—Entonces —JungKook dice con una mirada evaluadora—. ¿Vinieron hasta acá, cómo?

—Tomamos un taxi y le dimos tu dirección —repite JiMin pues ya le había contestado eso a su tío, quien parece no entender nada.

—De acuerdo —murmura—. Tomaron un taxi, vinieron a mi casa… ¿Y su padre?

—Está en casa —dice TaeHyung sin comprender mucho—. ¿Dónde más estaría?

JungKook lo mira—: De acuerdo —repite pensativo—. Eso es un buen punto, en realidad. Sin embargo, HoSeok debe de saber donde están ustedes, ¿por qué no le avisaron?

—Tío, ¿que no es obvio? —habla JiMin—. Nos hemos escapado.

—Eso lo sé. No pasaría por alto sus maletas a menos que esté ciego —responde Kook poniendo sus ojos en blanco.

—Pues parece que lo estás —murmura JiMin tan bajo que JungKook no lo escucha; aunque TaeHyung ríe, ya que lo ha captado a la perfección.

—Como sea, supongo, ¿deben tener hambre? —pregunta mirándolos—. ¿Qué se supone que comen los niños de su edad? —murmura yéndose hacia la cocina después de hacerle una seña con el dedo a los pequeños para que lo siguiesen.

* * *

—Tengo sopa, ¿quieren sopa? —pregunta JungKook viendo el interior de su nevera—. Aunque podemos pasar directamente al postre, ¿quieren pastel? Lo he terminado antes que llegaran.

Antes que los niños respondan un grito atraviesa hasta la cocina—: ¡Amor, ya llegué!

De inmediato los ojos del tío Kook se tornaron brillosos y mejillas rojizas se hicieron presentes. JiMin y TaeHyung se miraron extrañados, ¿el tío Kook tiene una pareja?

—¡En la cocina!

Los niños casi dejan caer baba al reconocer a la persona que está en la puerta de la cocina. ¡Ese sujeto pálido! JiMin recuerda que iban a una heladería donde ese sujeto les regalaba de vez en cuando alguna que otra paleta o helado y el tío Kook platicaba mucho, mucho, en verdad mucho tiempo con él.

—¿Hola? —dice YoonGi viendo a los pequeños y después a JungKook con un gran gesto de interrogación en su cara—. ¿Qué estamos por comer, eh? —pregunta para aligerar el ambiente. Hay algo en el aire que lo hace no preguntar demasiado, además que tener a los niños de HoSeok en su casa a esa hora y a punto de comer, bueno… no era algo normal, incluso cuando ya sabía toda la historia sobre la discusión entre HoSeok y su JungKook. Los niños suelen llegar por la mañana hasta media tarde, aunque generalmente sólo era TaeHyung. Y por sus caras de asombro, pudo determinar que ellos no sabían sobre la relación entre ambos. No los culpaba, él nunca está en casa cuando ellos se mantienen jugando con JungKook. Además, ha pasado una semana en la que formalmente YoonGi se mudó a vivir con JungKook, pues hasta ese entonces a veces iba a su departamento.

JungKook ríe, dando una zancada para darle un beso en la mejilla a YoonGi.

—Estamos en el postre, de hecho —aclara JungKook acariciando su mejilla—. Bienvenido a casa.

JiMin tose en busca de llamar la atención de su tío, pues aunque le gusta que por fin tenga a alguien a su lado y se muestre tan feliz como lo está, las muestras afectivas de una pareja son demasiado para sus doce años donde todavía le sigue teniendo algo de miedo a las niñas y se pone sudoroso cuando alguna de ellas está a su lado.

—Lo siento, bebés —dice JungKook—. Bien, ¿se acuerdan de Min YoonGi?

Ambos asienten. —¿Sigues trabajando en la heladería? —pregunta TaeHyung con un brillo en sus ojos—. ¿No quieres llevarnos ahí?

YoonGi ríe, su piel siendo como un tomate ahora. —Desafortunadamente no sigo en la heladería, pero puedo comprar algunas después, ¿qué les parece?

TaeHyung asiente tan rápido que siente un ligero mareo. —¡Sí, por favor!

JiMin está viendo a su hermano, verlo sonreír es todo lo que necesita justo ahora para seguir haciendo lo que está haciendo. Le duele ver a su TaeHyung sufrir de manera desconsolada porque su padre ha cambiado tan drásticamente que parece —o no lo hace— importarle el bienestar de sus hijos. «¿Dónde quedó, papá?» Fue lo que una vez pensó, pero no encontró respuesta alguna, hasta el día de hoy se lo sigue preguntando… El otoño está casi terminando, y tiene miedo de lo que pueda llegar a suceder cuando aquel día llegué. Incluso a su corta edad, está consciente que son los vivos los que causan más dolor que los propios muertos. Siente en su alma un ligero golpeteo que lo hace tragar saliva y disculparse para ir al baño.

Los minutos pasan; JiMin no puede salir. No cuando ha empezado a llorar porque en verdad extraña a su papá y no sabe cómo traerlo de vuelta. Porque no quiere ver a su hermano sufrir nuevamente; no de esa manera en la que lloraba porque su padre lo había defraudado una vez más. Llora porque extraña al señor Kim aunque nunca se lo había confesado ni siquiera a él mismo; y ahora, sentando sobre el frío azulejo con su cabeza escondida entre sus rodillas, le ruega a quien quiera escucharlo que traigan a su papá amoroso de nuevo, porque él que está en esa casa fría y fea no es él. No puede serlo.

Su mente lo lleva a uno de sus recuerdos favoritos de hace algunos años. Había terminando de llover, así que junto a su hermano casi le rogaron a su padre y al señor Kim que los llevasen al parque para jugar con los charcos de agua que se habían formado. Había sido una idea descabellada, pero JiMin había visto una película donde algunos niños estaban haciendo eso, así que quiso intentarlo. Cuando llegaron al lugar, ambos tenían impermeables y botas a prueba de agua. El traje de Chimchim era amarillo con negro  y el de TaeTae azul con rojo, se veían realmente adorables según las palabras del señor Kim. «Guapos», había dicho su padre.

TaeTae se la pasó junto a él, ambos entrelazaron sus manos varias veces para brincar sobre un charco al mismo tiempo mientras que el señor Kim hablaba con su padre. JiMin podía estar jugando, pero nunca se perdía de vista aquellos dos y sus expresiones.

«¿Pol qué sigues mirando», le preguntó TaeTae asustándolo. «¿No te han dicho que mirar mucho es de mala calidad?» JiMin rió, TaeHyung era chistoso cuando creía saberlo todo, pero se equivocaba en alguna palabra. «Educación», le había corregido, «y no estaba mirando, sólo estaba… Como sea, vamos a jugar». JiMin no sólo había estado mirando, él en verdad resultó buen observador. Pudo notar los ojos brillosos del señor Kim y las mejillas sonrojadas de su padre. Se dio cuenta de cómo su papá le sujetaba la mano al señor Kim y le acariciaba el rostro. ¡El señor Kim le había regalado una flor silvestre que había encontrado por ahí! ¡Su padre se había reído de los chistes sin sentido del señor Kim! El señor Kim le había besado su mejilla, su padre le había acariciado los labios. ¡Su papá tenía una sonrisa muy bonita cuando estaba con el señor Kim! Su papá parecía brillar inmensamente cuando estaba junto al señor Kim. ¿Eso no era amor?

«Te amo», le había dicho el señor Kim viéndolo a los ojos y sujetando su cintura mientras comenzaba a darle vueltas como si estuvieran en un baile.

Su padre no contestó, quizás JiMin debió suponerlo, pero en su ingenuidad de niño, él sólo pudo notar como su papá se abalanzaba hacia el señor Kim y lo besaba tan profundamente que pudo sentir su amor hasta donde él se encontraba; también vio como una pequeña lágrima se le resbalaba por la mejilla. ¿Eso no era amor?

Aunque quizás no lo haya dicho, estaba seguro que su padre sentía mucho amor hacia el señor Kim. Cuando ese día terminó, todos volvieron a casa envueltos en un aura de cariño que JiMin se sintió como en las nubes. HoSeok hizo galletas y NamJoon preparó las películas, TaeHyung sacó las almohadas y JiMin ayudó con las palomitas. ¿Eso no era amor?

¿Qué se supone que era el amor? Que alguien le diga entonces porque todo lo que ha creído tontamente que es el amor no está teniendo ningún sentido ahora. ¿Acaso no es amor la manera en cómo su tío Kook mira a YoonGi cuándo regresa a casa sano y salvo? ¿Acaso no es amor la forma en que su tío Kook se preocupa por ellos? ¿Acaso no es amor cuando su abuela llama a la casa y pregunta qué están haciendo y si quieren galletas? Entonces, ¡¿qué es el amor?! ¿Qué detiene a su padre de aceptar que ama al señor Kim? ¿Por qué, tan de repente, se siente sin el amor de su padre? ¿En qué momento dejó de amarlos? ¿Es eso posible, dejar de amar a tus hijos?

JiMin no lo entiende, su corazón no hace más que encogerse. Está tiritando de frío tanto por dentro como por fuera y sabe que debe de parar, pero al mismo tiempo no quiere, no tiene fuerzas para eso. Tiene doce años, por todos los cielos. ¿No debería estar preocupado por su tarea de matemáticas?

—Chimchim, cariño. —JungKook llama a la puerta tocándola levemente—. ¿Te encuentras bien?

JiMin mira a la puerta cerrada desde su lado, y quiere contestar, pero lo único que hace es volverse una bolita con su cuerpo y sollozar aún más.

JungKook lo escucha y abre la puerta preocupado, viendo la peor imagen de un niño destrozado.

—Cariño, ¿qué sucede? —pregunta arrodillándose ante JiMin para inspeccionarlo—. ¿Qué sucedió en casa? ¿Quieres que llamé a un médico?

—Tío —solloza JiMin colocando sus manitas sobre su rostro—. Lo extraño.

—¿A tu mamá, bebé? —pregunta JungKook aún más preocupado.

JiMin niega, su cuerpo temblando, colapsando con fuertes espamos que no le permiten hablar bien.

—A papá —chilla con rabia—. ¡Al papá de antes!

JungKook siente su corazón quebrarse en miles de pedacitos, ¿cómo un niño puede estar pensando eso? Toma a JiMin entre sus brazos y lo estruja contra su cuerpo.

—Yo también, JiMin. Encontraremos una solución, ¿sí? Todo estará bien —dice JungKook tratando de darle consuelo—. Estará bien… Calma… Shhh… ¿Quieres que te cante como cuando eras pequeño?

»El cielo se abre ante nuestros ojos —canta levemente—. No estés triste si ha sido un día malo, pronto mejorará… Mira arriba en el cielo, el Sol sale de nuevo…

Con el amor de mamá y papá… —susurra JiMin antes de caer profundamente dormido.

Esa no es la canción correcta, esa no es la letra correcta… Esa no es la vida que deberían llevar aquellas criaturas, y JungKook siente un profundo dolor dentro de sí mismo, ¿cómo permitió que esto sucediese? ¿En qué momento HoSeok cambió tanto? Levantó a JiMin quien parecía más liviano que antes, ¿ha bajado de peso? Lo llevó hasta la habitación que siempre tiene disponible para cuando ellos vienen a visitarlos, lo recuesta y cubre con las sábanas suaves, y se detiene a mirar su carita de angel que está siendo afectada por muchos pensamientos turbios.

—TaeTae quiso dormir en nuestra habitación, ¿no te molesta? —pregunta YoonGi ingresando a la habitación—. ¿Él se encuentra bien?

—Ninguno lo está, ¿sabes? Me siento muy preocupado por ambos. Si tan sólo yo… —Se lamenta JungKook.

—Hey —dice YoonGi levantando la quijada ajena—. Nada de esto es tu culpa. No hagas esto, no te culpes, ¿de acuerdo? Encontraremos una forma de ayudarlos, pero esto no es tu culpa —aclara besando suavemente sus labios.

—Creo que me quedaré a dormir con él, ¿no te molesta, verdad?

—Supongo que tendré que abrazar al revoltoso —dice YoonGi sonriendo—. Descansa, amor. —Se despide dándole un sonoro beso en sus labios.

—Tú también, mi vida.

JungKook se recuesta a un lado delicadamente para tratar de no despertar a Chimchim, sin embargo, cuando lo hace, el niño se acurruca y lo abraza de lado. JungKook sonríe para sus adentros, algunos hábitos simplemente no se van. JiMin siempre ha sido un abrazador.

El sueño tarda en llegar para JungKook, ya que se ha puesto a pensar la manera en la que YoonGi y él se conocieron, lo que sucedió después en el viaje, lo que le dijo la última vez que hablaron.  Es uno de sus recuerdos más preciados, siempre lo pone de buen humor.

Había pensado que YoonGi y él nunca más se volverían a ver, pero el destino puede ser caprichoso a veces… ¿O lo son las personas? De cualquier forma, cuando YoonGi regresó a su vida, un viernes de tormenta, JungKook había llegado a la conclusión de que Kim SeokJin fue una persona que lo lastimó muchísimo y no merecía la pena seguir estando atada a algo así. Ese día había ido a disculparse con NamJoon por tantas cosas, pero la más fundamental fue por no haber agradecido antes su ayuda cuando SeokJin casi lo estrangula. Si no hubiese sido por él, JungKook no sabría en dónde estaría. Cuando salió de su departamento con el corazón renovado y limpio, se embarcó en su auto comenzando una tormenta con truenos y relámpagos. No era una persona que tuviese miedo de las tormentas, pero quería llegar pronto a casa hasta que doblando en una calle observó a un chico pálido con su mochila sobre su cabeza procurando no mojarse y tiritando por el frío.

—¡Creo que te conozco! —había dicho JungKook descaradamente—, ¿quieres un aventón?

—¡Mi casa queda por la otra dirección! —gritó YoonGi por encima de la lluvia.

—No seas obstinado y sube —dijo JungKook abriendo la puerta del copiloto. YoonGi caminó rápidamente y estornudó tan pronto como estuvo dentro del auto.

—Por cierto, mi nombre es Jeon JungKook —dijo extendiendo su mano—. ¿Cuál es el tuyo?

—¿Debemos hacer esto, en serio? —bufó YoonGi.

—Es parte de la diversión. —Alzó sus hombros.

YoonGi rió. —Nunca cambias, ¿no? Muy bien. Mi nombre es Min YoonGi.

JungKook tiene una sonrisa en su rostro por recordar aquel día, ahora amaba las tormentas más que antes. Pero en definitiva, la que está sucediendo ahora con sus sobrinos no es una que le agrade demasiado. Aún así, su recuerdo feliz lo hizo dormir mejor.

—El placer es todo tuyo —murmuró YoonGi riendo aquella vez cuando JungKook arrancaba el auto.

Y lo es.

- - -

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro