T|res
HoSeok camina por el pasillo del edificio, moviéndose feliz, saludando a todo a quién se encuentra a su paso. Está tan entusiasmado que podría gritar… De acuerdo, no lo está tanto, pero al menos está alegre. Muy alegre.
—Buen día —saluda a su compañero de trabajo.
—Buen día, señor Jung —responde amablemente.
—¿Cómo sigue tu madre? —pregunta curioso.
—Bastante bien, gracias por preguntar —contesta el hombre agradecido.
HoSeok sonríe, está tan de buen humor que podría ir preguntándoles a todos cómo están ellos o su familia. Sigue su camino hasta llegar a una oficina antes de la suya y toca levemente la puerta.
—Buen día, Lee —saluda entrando a la oficina.
—Buen día, Seok —responde una mujer de cabellos lacios color negro, vestida con su ropa de trabajo que la hace ver muy profesional.
—Vengo a decirte gracias —suelta de una vez—. Ya sabes, por ayudarme a encontrar una escuela para mis hijos.
La mujer sonríe, sus mejillas se colorean, y desvía su mirada de HoSeok. Ella le ha ayudado cuando se percató de que su compañero estaba al borde de perder la paciencia… además de haberlo escuchado hablando por teléfono con su madre.
—No hay problema —contesta en voz baja y tímida—. Sabes que siempre es un placer para mí el ayudarte.
—Realmente lo aprecio mucho —asegura HoSeok tratando de encontrar sus ojos—. Gracias, me has salvado —dice queriendo dejar en claro lo agradecido que está.
—Ya te dije que no es nada —recalca Lee con la vista en su ordenador fingiendo teclear algo.
—¡¿Ah?! —suelta asombrado—. No, no, no. —Mueve la cabeza en negación—. Claro que es algo, permíteme invitarte a comer hoy a la hora del almuerzo.
—¿A comer? —cuestiona sintiendo sus mejillas arder—. ¿En serio?
—¡Claro! —exclama—. ¡Es lo mínimo que puedo hacer! —sonríe.
Lee también sonríe ampliamente y lo mira directo a los ojos.
—¿Eso es un sí? —averigua HoSeok.
—Sí —afirma Lee asintiendo.
HoSeok se despide con una leve inclinación y una risilla para ponerse a trabajar. La tensión y el estrés que había tenido esa semana han desaparecido y todo gracias a su compañera de trabajo, aunque en realidad él ya la consideraba una amiga desde hace tiempo.
* * *
El restaurante en el que se encuentran es agradable a la vista, además de ser tranquilo y de una muy buena ambientación, tiene un menú excelente.
—Gracias, Seok —dice Lee cuando ambos están sentados en una mesa para dos.
—De nada, pero ya te dije —aclara—, el que está agradecido soy yo —sonríe.
Lee se encoge de hombros restándole importancia mientras habla—: Buscar una escuela no es tan difícil —asegura—. Cualquiera pudo haberlo hecho.
HoSeok niega y la mira—: Tú no eres cualquiera —dice sin pensar. De repente observa como Lee se ha puesto roja y él muerde su lengua discretamente. Sabe que las palabras que ha dicho se pueden malinterpretar, y eso es, precisamente lo que no quiere. Así que trata de corregirlo y dice—: No, no fue mi intención —habla demasiado rápido por los nervios—. Disculpa si te he molestado —sonríe apenado.
Lee parece a punto de hablar, pero entonces un mesero hace presencia en la mesa. Se ve joven y apuesto, con una sonrisa amable les enseña los menús para irse por donde vino.
—No me he molestado —aclara Lee retomando la charla de hace un momento—. En realidad… —se detiene mientras finge leer el menú.
—¿Sí? —dice HoSeok invitándola a proseguir.
—Bien, pensarás que es tonto pero yo… —inhala aire dramáticamente—, yo…
—¿Está listo para ordenar, señor? —pregunta el mesero. Los ha tomado por sorpresa, ellos ni siquiera han ojeado bien el menú. Observa a su amiga, ve que su cara sigue roja y la intriga crece un poco dentro de él.
HoSeok ordena mientras que el mesero anota todo en una pequeña libreta, sigue asintiendo a lo que éste le dice y hace ruiditos de confirmación.
—Y usted, linda señorita, ¿qué desea ordenar? —le pregunta el mesero a Lee.
Ella tiembla un poco, y sus dedos cosquillean cuando toma la carta entre sus manos. Ve tantos nombres de comida que le es imposible elegir uno por los nervios que está sintiendo.
—¿O desea que su novio ordene por usted? —pregunta de nuevo el mesero, un poco desesperado, pero sin que se note demasiado. Seguramente tiene muchas más mesas que atender.
HoSeok sabe que el mesero sólo está diciendo lo que él supone es cierto, pero no pudo evitar estremecerse al ser llamado “novio”. Él no es novio de Lee, sólo son buenos amigos y compañeros de trabajo. Sin embargo, sus manos se pusieron sudorosas como si fuese un adolescente precoz de quince años.
—¿Quieres que ordene por ti? —le pregunta suavemente a Lee. Nota que ella tiene la mirada en su mirada, y ese estúpido color rojo no se ha quitado de su cara desde que se sentaron.
—Por favor —concede tímidamente.
HoSeok hace la orden rápido, él ya ha comido varias veces en el restaurante con sus hijos así que es fácil para él decir que es lo mejor que tiene el establecimiento.
—Créeme, aquí tienen un excelente sazón —dice HoSeok cuando el mesero se ha ido a paso veloz.
Lee sonríe nerviosa, moja sus labios con su lengua y toma del vaso de agua que han puesto cuando llegaron.
—Seok, yo… —suspira—, ¿cómo están los niños? —pregunta como si quisiera forzosamente cambiar el tema de conversación.
—¿Eh? —suelta sorprendido y luego una sonrisa se forma en sus labios—. Ellos están muy bien, gracias. —La debilidad de HoSeok siempre ha sido que le pregunten por sus hijos, lo toma como un acto de amabilidad o consideración. En fin, siempre le ha gustado.
—Claro —asiente contenta—, con un padre como tú quién no lo estaría —asegura muy convencida.
HoSeok se ríe avergonzado, no está acostumbrado a recibir esa clase de halagos. Lee sigue roja de sus mejillas, pero ya no está tan nerviosa o ansiosa. Sus órdenes llegan diez minutos después y empiezan a comer. La conversación fluye, aunque al principio les costó mucho trabajo hacerlo, al final ambos estaban riendo de un anécdota del trabajo. HoSeok se hace cargo de la cuenta, y Lee nuevamente le agradece tan amable gesto. Ambos salen del restaurante, van demasiado juntos pero no consiguen ni rozarse los hombros.
HoSeok sigue contando chistes y mira discretamente el perfil de su amiga; ella es hermosa, es cierto. Pero no lo hace remover cada fibra de su cuerpo, no como lo hizo Iseul… Quizás nunca sentiría de nuevo algo como eso.
Las palabras de JungKook vinieron a su mente, ¿podría buscar de nuevo un amor? ¿Acaso eso sería posible? No podía imaginarlo, él no se sentía listo para hacer de nuevo cosas como citas para un romance de telenovela. No estaba para esos trotes; a su edad, lo único que quería era llegar a su casa y abrazar a sus hijos. Ciertamente, habían ocasiones en las que la nostalgia lo invadía y entre algunas lágrimas él se dormía recordando a su querida esposa. Entonces la otra opción de JungKook apareció, ¿él podría ser uno de esos amigos casuales con alguien? Bien, Lee no entraba en la lista puesto que dañaría su amistad, y lo que menos quería era algún problema de ese tipo. Su cabeza comenzó a divagar entre infinitas posibilidades que no se percató que Lee lo estaba hablando desde hace más de dos minutos.
—¿HoSeok? —pregunta pasando una mano por sus ojos—. Tierra llamando a Seok —dice mientras una risilla tonta sale de sus labios.
—¿Eh? —Sale de su trance y parpadea un par de veces. Mira a Lee avergonzado por no haberle puesto atención los últimos minutos—. Lo siento, ¿qué decías?
—Decía que podemos volver a salir —repite mientras mantiene su mirada al frente y sus pasos se vuelven más cortos—. Claro, si tú quieres… aunque puedes decir que no… —balbucea—, estás en tu derecho de rechazar la invitación…
—Pues gracias, seguramente podríamos volver al restaurante —contesta. De repente piensa en los niños y agrega—: Pero ésta semana no podré. Ha sido tan agitada para mí como para los niños, además el lunes empiezan en su nueva escuela. Seguramente el próximo fin de semana, aunque… —Se queda pensando.
—¿Aunque…? —repite Lee, quiere una respuesta clara.
—Aunque ya no puedo dejarlos a cargo de mi madre —dice dubitativo pensando en cómo su madre ha descuidado un poco su florería por él y sus hijos—. Bien, Lee, no te prometo nada —concluye.
—¿Por qué no llamas a una niñera? —pregunta la mujer. En su tono se percibe un deje de molestia, sin embargo pasa desapercibido ante los oídos de HoSeok.
—No tengo confianza en las niñeras, lo siento —dice mirándola con cara de disculpa—. Pero prometo hacer todo lo posible para volver contigo —sonríe para aligerar la tensión que se está formando.
—Yo conozco un buen servicio de niñeras —insiste—. En serio, están certificados y correctamente capacitados para todo tipo de casos. Puedes buscarlo en internet.
HoSeok le mira indeciso, realmente esos servicios no son de su total agrado, sin embargo, la cara de su amiga tiene un brillo de emoción. No quiere decepcionarla así que le dice que lo pensará, aunque ella no parece satisfecha con la respuesta es suficiente para que deje de insistir por esa noche.
Cuándo HoSeok llega a casa luego de terminar la jornada de trabajo, dos pares de brazos lo reciben. Está encantando con tanta muestra de cariño y trata de envolver a sus dos hijos con sus brazos que en ese momento son demasiado cortos para estrujar sus cuerpos contra el suyo.
—¡Hey, campeones! —saluda eufórico—. ¿Cómo están? ¿Ya comieron? ¿No le hicieron nada a su abuela, verdad?
—¡No! —grita Taehyung riendo entre el hombro de su padre, pues éste se ha puesto de rodillas para poder abrazar y ser abrazado—. Ayudamos a la abuela con la cena —dice contento—. ¿Verdad, Chimchim?
—¡Sí! —exclama contento también—. Cena con la abuela.
—Oh, entonces habrá que probarla. —Se deja llevar por sus hijos hasta la mesa de la cocina y saluda a su madre dándole un beso en la mejilla.
Su madre le pregunta sobre su día y HoSeok le plática brevemente lo que ha ocurrido. Cuando la cena es finalmente servida, le cuenta a su madre la buena nueva sobre la escuela que su amiga Lee le ha ayudado a encontrar. Le agradece el tiempo que ella ha estado ayudándolo, pues al faltar por las mañanas al trabajo él debía hacer horas extras durante la noche, por eso motivo había estado llegando tarde.
Sus hijos dejan de comer, ambos se miran con gestos fruncidos. JiMin es el primero en hablar—: ¿Quién es Lee, papá? —pregunta curioso.
HoSeok mira a su madre en busca de ayuda, se le ha pasado por completo que la mención de cualquier nombre femenino no pasa desapercibido por sus hijos, pues ellos suelen pensar que su madre será sustituida… aunque él también lo piensa, ese es el problema.
Sin embargo, ve a su madre bajar la mirada a su comida y de inmediato una gran porción es absorbida por su boca. Se siente dejado a la deriva por su madre, así que se limita a decirles la verdad.
—Es una amiga —contesta para después beber un poco de jugo.
—¿Miga? —pregunta TaeHyung con los cachetes inflados—. Miga no.
—¡Papá puede tener amigas! —le contradice JiMin y HoSeok queda asombrado ante su respuesta. Él había creído firmemente que estaría de acuerdo con su hermano menor—. ¿Veldad que sí, abuela? —pregunta emocionado lo que provoca que no pronuncie bien algunas palabras—. ¡Puede temer migas!
—Claro que sí, cariño —responde su abuela consternada; ella también ha pensado en que JiMin estaría haciendo rabietas—. Él puede tener amigas.
—No migas, no migas —repite TaeHyung con los ojos cerrados—. No migas, pá. ¡No migas! —Sus mejillas están infladas y de un tono rojizo.
—Amigas, TaeTae —corrige HoSeok—. La palabra es "amigas".
Después la cena se vuelve un caos; TaeHyung empieza a llorar sin razón aparente y sale corriendo hasta su habitación a esconderse debajo de la cama. Los adultos deciden dejarlo unos minutos a solas para que se tranquilice, pasado ese tiempo, HoSeok decide ir pero su madre lo detiene. Así que ella se dirige a la habitación en busca de su nieto más pequeño, dispuesta a tener una charla.
—TaeTae —canturrea su abuela—, ¿dónde estará TaeTae?
TaeHyung empieza a reír desde su escondite, coloca una mano en su boca pero ya es demasiado tarde porque ya fue escuchado. Su abuela sabe dónde está escondido, pero decide hacerse tonta por unos segundos antes de mirar debajo de la cama.
—¡Aquí está TaeTae! —exclama con falso asombro.
—¡No chelto! —grita sonriendo—. ¡Yo no soy TaeTae! —Niega con su cabeza y los ojos entreabiertos.
—¡Oh! ¿Entonces quién eres? —pregunta su abuela sonriendo.
—¡Un monstuo! —Hace un gruñido y enseña sus pequeños dientes que apenas se están formando.
—¡Un monstuo quiere comerme! —exclama su abuela llevando una mano a su corazón.
TaeHyung se arrastra para salir de donde está, dispuesto a comerse a su abuela como todo “monstuo” debe de hacer. Sin embargo, su abuela logra atraparlo antes de que él haga algo y lo sostiene entre sus brazos. En sus ojitos hay destellos de que ha llorado y tiene algunos mocos aún en su nariz.
—¿Así que papá no puede tener amigas? —le pregunta delicadamente mientras le limpia su nariz con un pequeño pañuelo que ha traído de la cocina.
Tae niega rápidamente y dice—: Mamá enojarse con appa.
—¿Ella te lo dijo? —averigua preocupada, pues hubo un tiempo en el que los niños decían ver a su madre rondar dentro de la casa, en varias ocasiones TaeHyung había amanecido en la cocina porque afirmaba que su madre le había preparado la cena. Afortunadamente esos episodios habían terminado con algo de terapia para ambos niños.
Tae niega y eso hace que el corazón de su abuela palpite de nuevo.
—¿Entonces?
—Niños en da escuela —explica—. Ellos dicen mamá enojarse si appa tiene migas —lo repite tan seguro de sí mismo que se pregunta cuánto tiempo tiene escuchando esas oraciones.
La señora Jung suspira, de seguro esos niños se lo dijeron para que ocasionaran algo como esto. Pero no era culpa de ellos, ella sabe que los padres de éstos veían a su hijo con mala cara porque es viudo, como si él fuera el asesino. ¿Qué le pasaba a esa gente? Era seguro que llenaron de pensamientos tontos a su pequeño nieto y ellos ni siquiera se habían dado cuenta.
Entonces, ella trata de explicarle a su nieto con toda la paciencia del mundo, le dice que su madre jamás será reemplazada, pero así como él, su padre puede tener amigos y amigas para divertirse porque él también tiene derecho. TaeHyung asiente, quizás no ha entendido al cien por ciento el punto pero algo le ha quedado en su sistema.
—¿Te molestaban en la escuela, Tae? —cuestiona su abuela preocupada.
—Niños pegaban a veces —dice y parece querer llorar al recordarlo—. Niños dicen que mamá no quería a mí.
Su abuela lo abraza fuertemente, susurrándole a su oído que su madre lo ama infinitamente aun si ella no está aquí.
Van nuevamente hacia la cocina, ella ya no quiere seguir preguntando, se lo dejará a su hijo, sabe que TaeHyung ya no le dirá nada. Pues el pequeño se ha quedado prensado a ella, sujetando su cuello con sus pequeña manos dispuesto a no soltarse y ser llevado así hasta su padre.
•
En la cocina, otra conversación se lleva a cabo al mismo tiempo. HoSeok empieza averiguar cómo su hijo ha llegado a esa conclusión, no es que crea que JiMin es tonto, pero sabe que no pensaba eso acerca de tener amigas. ¿Cómo había cambiado de opinión así como así?
—Tío Kookie dijo que te haría feliz tener amigas —explica su hijo y toda la mente de HoSeok une puntos—. Yo quiero que papá sea feliz.
—¿Eso te dijo el Tío Kookie? —pregunta haciendo énfasis en las últimas palabras.
Tío Kookie, así es como JungKook se había bautizado ante sus hijos. Ellos en verdad creían que era su tío, y no es que le molestase, para nada. Solamente que el tío Kookie a veces utiliza a sus hijos para sus planes malévolos. Se pregunta cuando hablaron ellos dos sin que él se hubiese enterado, pero decide no darle más importancia en ese momento, lo haría después.
—Sí —dice JiMin—, ¿estás feliz, pá? —pregunta y casi puede jurar que a su hijo le brillan los ojos.
HoSeok le da una mirada de ternura y le revuelve el cabello mientras dice—: Por supuesto que lo estoy, ChimChim. Pero no por tener amigas, es porque los tengo a ustedes.
Segundos después entró su madre con TaeHyung en brazos y todos deciden terminar de cenar, porque hacer rabietas y tratar de apagarlas da más hambre que quien sabe qué.
HoSeok mataría a JungKook después.
«¿Dónde debería esconder el cuerpo?», piensa mientras está terminando de degustar su cena.
- - -
N/A: Pues esto, no sé qué está pasando aquí. Déjame tus comentarios bonitos y veremos qué pasará en el siguiente capítulo. :D 💜
Gracias por leer.
Editado. [1/12/18]
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