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Q|uince

N/A: No odien a JungKook, odienme a mí. :C

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El día más esperado por los pequeños Jung llega. ¡Ellos irán a la playa! ¡Ya no pueden esperar más!

Sus maletas están en la sala esperando a ser recogidas y llevadas al auto de su padre. Si bien la idea ha sido de JungKook, HoSeok como buen padre preocupón lo ha ayudado en todo. También lo ha ayudado a que su madre no vaya con ellos al viaje, él sabe que serían muchos problemas. Aunque no le costó mucho trabajo disuadir a su madre a pesar de que ella había aceptado ir.

Si vas a ir sólo para molestarlo, entonces será mejor no hacerlo —dijo HoSeok a su madre.

Su madre lo miró.

Sólo si prometes pasarla conmigo al menos un fin de semana. Me estoy haciendo vieja, y extraño a mi hijo y nietos.

HoSeok le sonrió cariñosamente.

Te amo, mamá, pero…

No, Hoseokkie. No voy a tratar mejor a JungKook. Él y yo somos como el agua y aceite.

Ustedes no tienen remedio. —Un suspiro salió de sus labios, y luego besó la sien de la mujer que le dio la vida.

Los pequeños Jung están impacientes por ir, pero incluso así se han mantenido en el sillón sentándose uno al lado del otro como les ha dicho su tío Kook. Y ellos siempre obedecen porque son niños buenos. Eso y la advertencia sobre no comprarles helado había hecho efecto.

El sonido de la puerta se escucha y JungKook sale precipitadamente de la cocina para atender.

—¡Estás aquí! —exclama JungKook con una sonrisa coqueta.

—Hola —saluda un tipo de tez clara con una sonrisa tímida.

—Ven, vamos, vamos —apresura JungKook tomando su mano y haciéndolo entrar—. ¡Ho! —grita contento.

HoSeok aparece en la sala con su teléfono en la oreja; está contestando una llamada.

—Este es Min YoonGi —dice JungKook señalando al chico.

HoSeok sonríe y asiente, extendiendo su mano libre para ser estrechada.

—Él es Jung HoSeok —explica Kook—. Te he hablado de él.

YoonGi le sonríe apretando la mano contraria.

—Él parece muy ocupado —murmura YoonGi cuando HoSeok se ha disculpado con la mirada y yéndose de nuevo por donde vino.

—Ha tenido un problema en el trabajo y está tratando de arreglar todo antes de irnos. —Kook se encoge de hombros—. Esas cosas le pasan seguido. Espero no demorar tanto esta vez. Por cierto, ¿dónde está tu maleta?

—Querrás decir mochila —corrige YoonGi dándole la espalda a Kook para que la viese. Una mochila café colgando de su espalda.

—¿Tienes una semana ahí metida? —pregunta estupefacto.

—Soy un chico sencillo.

JungKook sólo puede reírse.

—¡Tío Kook! —grita JiMin desde el sillón. Al parecer a todos se les ha olvidado que ellos siguen ahí—. ¡TaeTae quiere ir al baño!

Una especie de relámpago pasa por la mente de JungKook para apresurarse a ir por TaeHyung.

—Ponte cómodo —le dice a YoonGi mientras que toma a Tae de su manito—. Espero no tardar demasiado.

YoonGi asiente nervioso. Siente una mirada que le atraviesa el cuerpo y observa como un pequeño niño casi rubio lo mira con el entrecejo arrugado.

—Hola —le murmura al tiempo que se sienta en el sillón de enfrente.

JiMin no le responde.

—¿Cómo te llamas? —pregunta YoonGi haciendo un segundo intento por entablar conversación. Sabe que aquellos niños son muy especiales para JungKook y él no quiere caerle mal a nadie. Al menos tuvo suerte con HoSeok y no tuvo una entrevista al principio como pensó que sucedería.

Cielos, todo esto está siendo raro y difícil para él. Pero…, pero es JungKook de quien estamos hablando.

—¿Qué te sucede? —lanza la pregunta cuando ve que JiMin está tallándose sus ojitos—. ¿Estás bien?

El sonido del timbre se escucha. YoonGi se congela. Espera pacientemente a que alguien atienda, pero nadie sale por ningún sitio. Decide ir él mismo abrir cuando suena por tercera vez y no ve a nadie con intenciones de hacerlo.

—Hola —dice y hace un gesto amistoso con su cabeza para saludar.

—Sí. ¿Hola? —suelta NamJoon confundido.

—¿Qué se te ofrece?

—¿Quién eres tú? —pregunta Nam casi al mismo tiempo.

—Min YoonGi. ¿Y tú?

Un balde de agua fría parece haber caído encima de NamJoon. Oh no, esto no puede estar pasando. ¿En serio? ¿De todas las personas se tenía que encontrar con el enamorado de JungKook? ¡Cielos! ¡Infiernos! ¡Lo que sea que fuese! ¡Maldita sea! Un leve tic aparece en su ojo izquierdo, y su garganta parece estar cerrándose, así que se obliga a hablar.

—Soy Kim NamJoon, pero yo… Ya me iba.

Los ojos de YoonGi se expanden a lo grande. Maldición.

—Espera, no puedes…

—¡Señor Kim! —Escucha que JiMin grita detrás de YoonGi.

NamJoon mira por encima del hombro de YoonGi, pero no ve nada, así que decide moverse un poco y agacharse sólo para que el pequeño ChimChim lo atrapase entre sus brazos.

—¡Sí vino! ¡Sí vino! —chilla de alegría.

YoonGi observa la escena fascinado. Era cierto lo que JungKook le había contado sobre el cariño que estos niños le tenían a NamJoon.

Kim se dedica a abrazar a JiMin controlándose un poco para no lastimarlo.

Claro que ha llegado, sólo que no pensó que fuese a encontrarse con el famosísimo Min YoonGi. Muy en el fondo quiere irse de ahí antes de que HoSeok o JungKook aparezcan y lo detengan, por no decir que le parece raro que no hayan aparecido ya.

—No, ChimChim —le susurra—. De hecho, yo ya me…

—¿Nam? —La voz de Hobie se escucha cerca.

Levantando la mirada NamJoon se encuentra con la de HoSeok. Una sonrisa se extiende por ambas partes.

—Así que después de todo…

—No, Hobie. Yo de hecho…

—¡El señor Kim vendrá, papá! ¡Mira su maleta!

—Yo… Iré por allá —dice YoonGi al aire y desaparece lentamente hacia dentro de la casa.

—Yo creo que el señor Kim tiene que entrar de una vez, ¿no te parece, ChimChim? —pregunta Ho divertido.

NamJoon lo mira con sus ojos entrecerrados.

—El señor Kim se divertirá mucho, ¿no es así? —pregunta Ho viéndolo con una sonrisa divertida en sus labios—. Porque el señor Kim no querrá decepcionar a unos pobre niños que lo quieren demasiado, ¿verdad?

«Te odio», articula NamJoon sin emitir sonido alguno.

HoSeok suelta una carcajada.

—Claro —dice NamJoon poniéndose de pie—. Pero el señor Jung no se da cuenta de que el señor Kim no sabía de la presencia de cierta persona en el viaje. ¿No se da cuenta el señor Jung que es como un golpe en el estómago para el señor Kim?

Una oleada de algo fuerte y salvaje entra en HoSeok haciéndolo responder—: Pues el señor Kim debería pasar más tiempo con nosotros que con ellos si tanto daño le hacen. Además, estará yendo por los niños ahora, no por cierta persona. Y si quiere agregarle más peso, entonces también, vendrá por mí.

Luego de terminar su frase, HoSeok en verdad quiere golpearse. ¿Qué carajos fue eso?

—Si tanto desea el señor Jung que vaya, iré. Pero que quede claro que estará pendiente de mí todo el maldito viaje.

—Bien —contesta HoSeok con sus mejillas infladas y rojizas.

—Bien —responde NamJoon con sus manos hechas puños.

—¡Sí! —exclama ChimChim alegre, entendiendo lo único que le importaba: NamJoon iría con ellos.

—¡¿Qué cara…?! —indaga Kook, apareciendo de repente y notando toda la tensión entre ambos.

—Nada —responden al mismo tiempo.

HoSeok fue el primero en entrar a la casa.

* * *

El auto de HoSeok se siente pequeño, pero no incómodo. De alguna manera todos han mantenerse ahí dentro, y las maletas han logrado entrar en la cajuela. YoonGi y los niños están en la parte trasera, ya que HoSeok está viendo que todo esté en orden en su casa antes de irse y activando las alarmas de seguridad, mientras que JungKook le está pidiendo una clase de disculpas a NamJoon por la situación en que lo había metido.

—En mi defensa tú dijiste que no vendrías —murmura JungKook cabizbajo.

Pero, oh vaya, que lo perdonen porque todo salió justo como él planeó desde un principio.

—¿Ya están listos? —interrumpe HoSeok colocándose en medio de ambos.

JungKook murmura que sí y se encamina para tomar la puerta del copiloto.

—No-oh —dice HoSeok dándole golpecitos en el hombro—. Tú invitado, tú lo entretienes.

—Pero…

—Pero nada, Kook.

NamJoon se ríe por los balbuceos que acabó haciendo JungKook antes de abrir la puerta y sentarse a lado de YoonGi.

—Y tú, ¿qué esperas? —Lo señala HoSeok—. Sube al auto, ahora.

—¿Dónde quedó el tierno Hobie? —le pregunta socarrón y con una sonrisa que dejaba ver sus hoyuelos.

—Ten cuidado, Nam —advierte.

Sólo logra escuchar la carcajada de NamJoon antes de subirse al auto y ponerlo en marcha.

* * *

Durante el viaje las canciones no se hicieron esperar. HoSeok en realidad estaba pasándolo muy bien, aunque sus oídos parecían querer quebrarse o no existir. Había sido gracioso debido a que cantaban canciones infantiles por sus hijos, lo fue aún más porque todos se la sabían, y al momentos de cantarlas desafinaban peor que él mismo.

Hicieron unas cuantas paradas al baño, debido a que el viaje fue de aproximadamente cuatro horas. Y no podía arriesgarse a que sus hijos se hicieran pipí sobre los asiento e incluso NamJoon se ofreció a ayudarlo a llevarlos al baño.

Una vez que llegaron al hotel donde estarían dispuestos a quedarse por una semana, el botones estaba esperándolos para llevar sus maletas hasta las habitaciones reservadas.
Lo “difícil” sería decidir cómo quedarían repartidos en las habitaciones.

—Tú vendrás con nosotros —le dice HoSeok a NamJoon en un murmullo—. A menos que quieras una habitación para ti solo, puedo hablar en recepción para ver qué pueden hacer.

—No, así está bien. No te molestes. Gracias.

NamJoon no quiere verse más involucrado con HoSeok de lo que ya está, presintiendo que este se ha tomado muy en serio lo que le dijo en un arrebato de enojo, sobre cuidar de él.

Yendo a sus respectivos lugares, YoonGi y JungKook se adentran al cuarto de a lado.

—Mierda —casi grita NamJoon.

HoSeok le golpea el hombro.

—Los niños.

—Lo siento.

Pero los pequeños están muy fuera de su conversación viendo hacia afuera de la gran ventana y mirando el agua de mar como si fuese helado. Pronto, pronto estarán allí.

—Hobie, yo… —Nam se detiene en seco.

—¿Sí? —Lo anima a seguir.

—No sé si podré hacer esto. —Su voz sale algo quebrada.

—Ni yo, pero generalmente cuando no sé si podré, lo intento y veo qué tal resulta todo.

—Pero… No quiero tratar mal a ese sujeto, parece un buen chico…

—Entonces no lo hagas —dice HoSeok con obviedad.

—¡Pero me golpea en las pelotas que esté con JungKook! —exclama sentándose luego en la orilla de la cama más próxima con sus manos cubriendo su cara.

—¡NamJoon! —advierte Ho—. Cuida tu vocabulario.

—¡De acuerdo, lo siento! —chilla desconsolado—. Es sólo que… ¿Sabes qué? No debí haber venido, y no debí hacerte caso —acusa.

—No, creo que no. Si tanto quieres irte, entonces vete —suelta HoSeok malhumorado, un poco harto—. ¡Y sí, creo que tienes razón! Esto ha sido una terrible idea, así que lo siento por arruinarte tu día, ¡maldición!

—Hobie… —murmura sorprendido de la palabra que se le ha salido al contrario.

—Vete ya, NamJoon. ¿No es eso lo quieres? —suelta HoSeok con rudeza.

NamJoon se queda perplejo, no sólo por las palabras que ha dicho HoSeok sino porque lo ha descubierto llorando. ¿Por qué está llorando? ¿Ahora también haría llorar a adultos? Genial. Alguien denle un premio.

—Hey… ¿P-por qué estás llorando? —dice en voz bajita, parándose hasta estar enfrente de él—. Oye, lo siento.

—¡No estoy llorando por ti, tonto! —aclara Ho sintiéndose como un niño pequeño—. Déjame solo.

—Pero Hobie…

—Vete, por favor —suplica.

La voz de HoSeok se escucha tan quebrada que lo único que pudo hacer NamJoon en ese momento fue salir a como él le ha pedido, sintiéndose desorientado, y verdaderamente estúpido

«Estupendo», piensa NamJoon estando en el pasillo. «Eres increíble, NamJoon».

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