Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

N|ueve

La ventana ha estado abierta desde que NamJoon entró a su departamento, Kook lo había dejado estar porque se percató del mal humor de su amigo así que no quiso seguir insistiendo por una respuesta que sabía no llegaría, al menos no en ese momento.

NamJoon mira por la ventana y nota como el cielo nocturno está cubierto de nubes grisáceas, y como la luz de la luna apenas es perceptible. Se recuesta en su cama mirando hacia el techo mientras respira muy pesadamente y se pregunta: ¿De verdad hizo bien en mudarse?
Las dudas lo invaden terriblemente, tanto que casi quiere llorar. Se siente un completo tonto por creer que si se mudaba podría tener una oportunidad con JungKook. Maldita sea. Está tan furioso consigo mismo por creer en sueños tan infantiles como ese, en donde la persona que te gusta te corresponde sólo porque ha convivido contigo prácticamente toda la vida. Una parte de sí sabía que eso iba a suceder, JungKook jamás le dio indicios sobre tener un gusto hacia él. No más que tener una relación de hermanos, por supuesto.

Aún no ha desempacado totalmente, así que de su maleta saca una cajetilla de cigarros. Lo necesita. Siente la necesidad de colocarlo entre sus dedos y aspirar el humo tan fuertemente como le es posible. Durante su estancia en la universidad había caído en un ciclo vicioso respecto al cigarro, prácticamente fumaba tres por día, a veces más. Y hasta hace tiempo creyó haber superado esa etapa, pero no. Es un fumador, esa es la verdad. Cansado de rememorar su pasado saca un cigarro encendiéndolo al instante, camina hacia la ventana que ha permanecido abierta y expulsa el humo por ella.

—No puedo —susurra a la noche, a su soledad—. No debí venir. No debí permitirme estos sentimientos —finaliza en un hilo de voz casi inaudible.

Su mente batalla, hay una guerra en la que una parte le dice que está bien; enamorarse no ha sido su culpa, no del todo; por otro lado, su parte racional le indica que ha sido un completo tonto. Da otra calada a su cigarro y se queda contemplando la vista frente a él, que no es más que otro edificio con inquilinos que han dejado sus luces apagadas porque de seguro ya deben estar durmiendo, y alzando más su vista ve un pequeño parque con algunos árboles a su alrededor.

Desea tanto poder dormir, pero sabe bien que no podrá hacerlo. No le queda más que quedarse observando la oscuridad del cielo y como poco a poco gotas de lluvia empiezan a caer mojando sin piedad todo a su paso.

Al otro lado de la ciudad prácticamente, se encuentra Jeon JungKook. Mejor conocido como “tío Kook” por la única familia cercana que le queda. Se ha quedado pensando en la situación de NamJoon y un malestar surge en su interior. ¿Por qué no sabía de la existencia de ese chico con el que Nam había salido? Bien, no es que fuese completamente de su incumbencia, pero eran básicamente como hermanos. ¡Hermanos! ¿Qué eso no significa contarse todo así sean chismes de relaciones? Pero ojo, eso no es ser “chismoso”. Sacude su cabeza mientras hace un puchero con sus labios, ya habría tiempo para eso. Esperará a que el mal humor de Nam mejore… Ojalá sea pronto.

Un zumbido proveniente de su celular lo saca de su ensoñación y al instante lo revisa. Una media sonrisa sale de sus labios mientras que un leve dolor se instala en su pecho. Era un recordatorio de Facebook diciendo que Kim SeokJin y él han cumplido siete años de amistad. Qué gran broma le han hecho, ¿no? JungKook quiere reírse de lo lindo así como quiere tirar su teléfono y que se haga añicos contra la pared. Siente su corazón agitarse de manera descontrolada, trata de respirar pausadamente y no lo consigue. Su celular tiembla entre sus manos; él no puede quitarle la vista de encima.

Kim SeokJin.

Kim SeokJin.

Kim SeokJin.

Santo Cielos.

Tanto tiempo sin saber de él, tanto tiempo huyendo de leer su nombre, pero sin conseguirlo realmente. Quisiera arrancar esos recuerdos de su mente y tirarlos a la basura. Ojalá eso fuese posible, pagaría lo necesario por hacer que suceda. Le es imposible no recordar su rostro, sus expresiones, sus chistes sin gracia… claro, todo antes de que se diese cuenta que solamente había sido un sucio juego para él. Se sigue sintiendo devastado, hay algo que le impide no superarlo. Hay algo dentro que sigue roto y no sabe cómo repararlo. Quiere maldecir en voz alta, sin embargo se queda quieto, esperando a que los latidos de su corazón vuelvan a su ritmo normal.

Una nueva notificación lo asusta. Se asombra al ver de quien se trata; YoonGi. Justo en el momento perfecto, ¿no? Piensa que quizá lo ha perdonado por haberle hecho esperar la otra vez, pero no contaba con que NamJoon sería golpeado por una niñera; más específicamente por Rose. Decide abrir el mensaje de una vez, no quiere hacerlo esperar.

YoonGi
No estoy para jueguitos, JungKook. Si crees que vas a venir y jugar conmigo como un peluche, estás completamente equivocado. Eres muy pendejo si en verdad crees poder venir conmigo y hacer lo que se te dé en gana.

Gracias, pero no gracias. Linda noche.

Su mandíbula quiere caerse por lo asombrado que está. Increíble. Probablemente debió omitir algunas cosas cuando mandó el mensaje de disculpa, quizás no debió escribir que estaba saliendo de algo y citando “no prometo nada, pero quiero intentarlo contigo. Honestamente sigo sintiendo algo por él, pero estoy tratando de dejarlo en el pasado.”
Vaya, sí que era un idiota. ¿Desde cuándo se volvió tan insensible? YoonGi tiene razón en mandarlo por el camino de la mierda y tacharlo de idiota; lo es. ¿Qué clase de cosas estaba pensando cuando mandó ese mensaje?

Su cerebro procesa toda la situación del momento y concluye que no está para esos trotes tampoco; YoonGi no merece que lo traten así, él ni siquiera debió aparentar intentarlo si sabía que no tenía la mínima de intención de aceptar las responsabilidades que esto conllevaba. Se siente un imbécil, estaba por hacer justo lo que hicieron: jugar con sentimientos ajenos.

¿Se ha vuelto un insensible? ¿Por qué de repente está actuando de esa manera? Deja salir todo el aire que ha estado conteniendo y prefiere ir a tomarse un baño. Cuando sale, se viste su pijama y salta a su cama en un intento por dormir. Rueda varias veces por toda la superficie siendo incapaz de siquiera cerrar sus ojos, la culpa lo está matando. Un quejido sale de sus labios en señal de frustración y talla sus ojos furiosamente porque a pesar de que se siente casando sigue sin querer cerrarse. Un nudo en su garganta se va formando poco a poco, haciéndolo sentir más incómodo, más culpable… ¿Cómo hacer para quitar esa sensación? Toma su celular nuevamente, la luz de la pantalla es lo único que se logra observar, abre el chat de YoonGi y se queda mirando su mensaje. No lo ha contestado desde que lo leyó, no sabía qué hacer, pero ahora sí; quizás era lo mejor para sentirse un poco más liviano. Liberado.

JK
Perdón, he sido un completo idiota.

Lo envía tan rápido como sus dedos se lo permiten y bloqueando su celular, vuelve a recostarse para poder dormir. El sueño tarda en llegar, pero sólo tiene que esperar unos cuantos minutos para sentir como su cuerpo se va sintiendo más relajado y se deja llevar perdiéndose en el mundo de los sueños.

* * *

HoSeok estaciona su auto en el garaje y entra a su casa por el acceso que hay dentro encontrándose con una hermosa escena. Sus hijos están sentados frente al televisor viendo una película; El Rey León. Ellos están sobre el suelo con un tazón de palomitas a medio comer, Rose está sentada en el sillón atrás de ellos pero duerme, su cabeza está inclinada hacia un lado sobre el respaldo y tiene la boca abierta. HoSeok sonríe por la ternura que le provoca aquello y empieza a caminar sigilosamente.

—¡Berrinchudos! —exclama cuando está detrás de ellos logrando asustarlos.

El tazón con palomitas se alzó en el aire por un par de segundos para después caer al suelo y vaciar todo su contenido. Los pequeños tenían unas expresiones de susto invaluables antes de que se dieran cuenta que había sido su padre el culpable de tal catástrofe.

—¡¿Quién?! —grita Rose asustada viendo para todos lados hasta que se encuentra con la mirada de HoSeok—. Sr. Jung, ¡me asustó! —dice señalándolo acusadoramente aunque segundos después le sonríe con alivio.

—Lo siento, Rose. —Se disculpa HoSeok levantando las manos en son de paz.

—¡Appa, appa! —chilló ChimChim alzando sus bracitos para ser cargado. Ha extrañado a su padre en todo el tiempo que estuvo afuera, aunque solamente pasaron horas.

—¡A mí tambén! —exclama el pequeño Tae.

HoSeok trata de ocultar una mueca y mira de reojo a Rose a quien se la ha escapado una pequeña risa, la razón es simple, su espalda dolerá. A pesar de que le es fácil imaginarse lo tanto que le costará cargarlos a ambos, consigue sonreír e inclinarse un poco.

—¡Arriba y arriba será! —canturrea mientras los levanta tan alto.

—¡Hasta el cielo llegará! —canturrea TaeTae siguiendo la aquella canción.

—¡Y las estrellas blillarán! —le sigue ChimChim con una gran sonrisa abrazando del cuello a su papá.

HoSeok mantiene a sus hijos en alto, uno en cada brazo. —El cielo iluminarán con el amor de mamá y papá… —susurra su canto.

—¡Awww, Sr. Jung! —exclama Rose conmovida dando leves aplausos.

Sólo se escuchan risas durante largos minutos.

Para cuando Rose se despide, HoSeok sube rápidamente a verificar que sus hijos sigan durmiendo; no sería la primera vez que fingen dormir para después seguir jugando. Abre lentamente la puerta de la habitación y se encuentran con ambos niños durmiendo dulcemente. Entra en silencio, cuidando de sus pasos hasta colocarse en medio de ambas camas.

Un beso por parte de él es depositado en la frente de sus pequeños; dulce, cálido, lleno de todo el amor que le es posible transmitir en ese momento. Porque aún, con todo el lío de sentimientos que tiene encima, siempre estará seguro del amor a sus hijos. Siempre. Ese sentimiento puro, amable y real. Los ama con cada fibra de su ser, los ama tanto que teme echar a perder todo lo que lleva construido pero no encuentra otra opción.

Todo mundo en el trabajo le repite que está bien que busque una pareja, volver a comenzar, sanar heridas. Dicen que le hará bien a sus hijos, él quiere creerlo. Su madre no opina al respecto, se ha reservado sus comentarios así que no está seguro que ella está de acuerdo o no. Quizás debe hablar con ella, quizás un poco de consuelo en aquella mujer que le dio la vida sea el alivio que está buscando. Porque ya no quiere seguir teniendo ese temor que lo mata cada día, cada hora, cada instante.

Una lágrima se resbala por su mejilla y quiere maldecir cuando se percata porque siempre ha sido un padre sensible, demasiado expresivo. Sale de la habitación y se adentra a la suya para situarse enfrente de una de las ventanas. El viento azota con levedad y la luna brilla de manera majestuosa.

—¿Sabes algo? Te extraño cada día de mi vida —le habla a la nada—, cada día me levanto con la esperanza de no pensarte demasiado y siempre termino fallando, Iseul. Mi amor, te extraño tanto, tanto, tanto. ¿Por qué te tuviste que ir? Necesito fuerzas. Te necesito —susurra esto último.

Mira el cielo, la lluvia que ha caído lo limpió completamente. No hay más nubes grises, pero HoSeok siente que mañana volverá a llover, quizás más fuerte, nunca se sabe. Quizás mañana esté peor que hoy, así que sólo le queda esperar. Quizás mañana se arrepienta, pero quiere creer que no.

El cielo iluminarán con el amor de mamá y papá… —canta con un hilo de voz.

«Te amaré siempre», susurran a su espalda.

- - -

N/A: Un poco corto, pero espero que sea de su agrado.
¡Muchas gracias por leer!

Advertencia: Habrán saltos en el tiempo para que la historia avance, siento que es necesario. No quiero explayarme más de lo necesario. (^^)

Editado 8/12/18.
Aquí Lalito les dice que posiblemente los saltos en el tiempo se le olvide ponerlos porque nunca promete lo que dice. Por favor, no me maten.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro