Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

E|xtra

Antes de leer. Va en sentido con la historia, sólo  que estos extras contarán lo que pasó. Quise ponerlo como extras porque me pareció kúl, y quería hacerme notar. 😎

¡Gracias por leer!

━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━

Semanas atrás…

A HoSeok siempre le ha gustado salir de vacaciones. Recuerda cuando iba con sus hijos en compañía de su esposa y pasaban horas y horas en la playa. Jugando con la arena, el mar, encontrando pequeñas conchas de mar y colocándolas en los oídos de sus pequeños para que escuchasen el sonido mítico de las olas encerrado en esa pequeña cosa. Iseul los miraba con tanta ternura que era imposible explicar cómo lo hacía y no se quedaba sin nada, porque su mirada parecía darlo todo a esos tres hombrecitos que eran la clave de su vida.

Lo recordaba todo como si hubiese sido ayer que habían ido por última vez a la playa, aquella vez fue especial. Habían acordado quedarse por dos semanas, y HoSeok debía aprovechar la suerte de que en su trabajo su jefe le estaba dando permiso porque de alguna manera se lo había ganado.

Cuando llegaron al hotel y se instalaron, sus hijos ya estaban más que emocionados por ir. Aún recuerda cómo de pequeños y tiernos eran, aunque lo siguen siendo, sólo que se han vuelto más revoltosos. Los pequeños pasitos que daban no eran suficientes para los largos pasos de HoSeok así que debía cargarlos, por lo general, recibía ayuda de Iseul, quien solía llevar a JiMin. Toda una familia feliz.

HoSeok aún lo recuerda. Eran momentos felices, alegres, llenos de amor y ternura, ¿cómo lo olvidaría? La única forma de que eso ocurriera era la muerte. Había noches después del fallecimiento de Iseul, en la que se encontró a sí mismo soñando esos largos días de playa y sol, la bonita sonrisa de su esposa aparecía en medio de esos sueños, los pequeños piecitos de sus hijos marcados sobre la arena y los intentos de castillos fallidos a los que orgullosamente les tomó fotos.

Lágrima tras lágrima se deslizaba por las mejillas de HoSeok cuando NamJoon salió y cerró la puerta. ¿Qué le estaba ocurriendo? Simplemente no aguantó más y explotó en el peor momento, pero… ¿Justamente tenía que ser en ESE momento? Miró alrededor y encontró a sus hijos que seguían observando por la ventana, tan ensimismados, emocionados. No podía permitirse que lo viesen abatido, hecho un mar de lágrimas que sabía no podía ni quería explicar, así que fue directo al baño y cerró la puerta con cautela. Se miró al espejo percibiendo cada detalle de su triste rostro y frunció sus labios formando un triángulo parecido a un puchero. ¿Hace cuánto no lloraba de esa forma? Mejor dicho, ¿hace cuánto que no lloraba? Con los dorsos de sus manos se limpió sus ojos y talló fuertemente para quitar todo rastro de agua. Sus ojos quedaron rojos, al igual que su nariz.

—Mírate —se dijo a sí mismo—. ¿Por qué estás actuando como un niño? ¡Cielo Santo! ¡Tienes treinta años! Eres un adulto. Un adulto. —Su dedo índice señalaba su reflejo en el espejo mientras su cara mantenía una expresión de molestia—. Menudo adulto que soy —rió con sorna—. ¿Estarías decepcionado, Iseul? ¿De mí, de lo que me he convertido? —le preguntó a la nada, cuando sus hombros estuvieron caídos y su expresión fue de cansancio—. Seguramente lo estarías. Este no soy yo. No sé a dónde ir, no sé lo que estoy haciendo.

Un suspiro salió de sus labios, probablemente el más grande y pesado que haya tenido en toda su vida. Repleto de ansiedad, soledad y tristeza, pero también lleno de anhelos y deseos frágiles. Abrió el grifo, arrojó agua a su cara para tratar de darle un mejor aspecto, y salió a ver a sus hijos.

No estaban ahí.

El corazón de HoSeok dio un vuelco tan potente que su pecho dolió, su boca se abrió y sus ojos se pasearon por todo lo que tenían a su alcance. No había nadie aparte de él.

«No te alteres», pensó moviéndose hacia la ventana. Se percató de que estaban cerradas e inconscientemente sintió un pequeño alivio. Sin embargo, seguía sin haber nadie en la habitación.

Decidió llamar a JungKook.

—Están conmigo —contestó su mejor amigo antes de siquiera poder hablar—. No te preocupes.

—No hagas eso —exhaló aire—, ¿dónde estás?

—En mi defensa, entré a tu habitación y no había nadie más que mis sobrinos mirando bobamente por la ventana; ellos no supieron decirme dónde estabas.

—Estaba en el baño. Pudiste revisar la habitación o llamarme por teléfono.

—Ya, ya —chasqueó su lengua—, en realidad ese no era el plan. No hubiese sido gracioso. Te quería asustar y lo conseguí.

—Un día me vas a salir matando de un infarto —dijo medio irritado.

—Esperemos que no, la culpa me llevaría tras de ti —rió—, bueno, ¿qué esperas para venir al living? Quiero ir a buscar de comer.

—¿Dónde está YoonGi? —preguntó curioso.

—Ah, ese pequeño… —murmuró—, se fue por ahí con NamJoon.

—¿”Por ahí”?

—No me quisieron decir, sólo que ya volverían. La verdad me da igual.

—Seguro —contestó HoSeok sin creerlo.

—Lo digo en serio —dijo, pero Ho podía imaginarse a JungKook haciendo un puchero.

—Porque claramente no eres muy curioso como para quedarte con la duda, por no decir otra palabra.

—Le pregunté a uno de los botones si había escuchado algo y me dijo que no, aún así tuve que darle unos billetes. Me siento estafado.

HoSeok rió en alto.

—Nop. Realmente no estoy sorprendido.

—No sería JungKook si no; imagina que estoy guiñandote un ojo. Wink.

—De acuerdo, fue suficiente. Te veo abajo —dijo HoSeok antes de que JungKook comenzase a mandar besos.

Cuando terminó la llamada, se quedó viendo un punto fijo de la habitación. Su mente empezó a llenarse de viejos y nuevos recuerdos, del presente y del pasado, como si fuese un torbellino. Rápidas imágenes que apenas podía percibir, destellos de sonrisas, abrazos, besos, pero también de sonrojos, apretones de mano, hoyuelos… fue entonces cuando volvió en sí. Aún con su aturdimiento, se decidió por fin a bajar para encontrarse con sus hijos y Kook.

Pensar demasiado sólo lo estaba confundiendo.

━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━

Habían pasado sólo unas horas desde que habían llegado y YoonGi ya quería irse.

—¿Así que me estás diciendo que ya no quieres estar aquí? —le preguntó NamJoon después de tomar un poco de refresco que había conseguido.

YoonGi se quedó pensándolo unos segundos antes de asentir—: Me siento muy incómodo y ni siquiera ha pasado un día. No me imagino sobrevivir una semana.

NamJoon lo comprendía. Quizás su caso no se asemejaba al de YoonGi, pero de alguna manera lo comprendía. Honestamente todo esto era un gran caso.

—Además pedí hablar contigo porque sé que te gusta JungKook —dijo Yoon volteando a verlo.

El rostro de NamJoon cambió de color, se quedó perplejo ante el comentario del chico pálido, y no sabía qué responder.

—Bueno, yo no… él no… —titubeó muy apenado. Luego inhaló fuertemente para agarrar valor y dijo—: ¿Soy muy obvio?

YoonGi rió.

—Quizás. —Se encogió de hombros—; pero eso realmente no importa, una vez a JungKook se le escapó decírmelo y después trató de hipnotizarme para que supuestamente lo olvidara.

Ambos se carcajearon.

—¿En serio? —NamJoon preguntó. JungKook seguía siendo una caja de sorpresas después de todo.

—Ajá. Tomó un reloj, y lo sostuvo delante de mi cara, él creyó que había funcionado, pero lo único que ocurrió fue que me quedé dormido.

—De alguna manera no me sorprende, él siempre tiene esto de querer controlar a las personas. Cuando era niño iba tras de mí agarrándome de la camiseta para que jugase con él o le comprase un chocolate, si yo no le hacía caso me acusaba con mi mamá.

»Me acuerdo que en una ocasión él iba corriendo tras de mí, pero yo no lo había notado hasta que escuché un ruido fuerte. El babas se había caído, creí que se pondría a llorar, pero no. Se levantó y corrió hasta donde estaba mi madre, entonces sí lloró. “NamNam no quiere jugar conmigo, tía. Y me caí por su culpa” —articuló la última oración—, ese pequeño mocoso. Entonces tuve que jugar con él antes de que ella me dijera algo. Solamente tuvo que lanzarme esa mirada que decía “haz lo que el niño quiere o te agarro a nalgadas” —bufó pero luego una sonrisa surcó su rostro—. Aún así… A pesar de que yo le hacía todo eso, me gustaba jugar con él. Era divertido. Sin embargo, cuando creció…

—Te comenzó a gustar, ¿no? —dijo YoonGi cuando NamJoon se detuvo.

—Sí, él comenzó a gustarme mucho. Después me fui a la universidad, él se mudó —suspiró—. Muchas cosas pasaron, luego me enteré que había conocido a HoSeok y de alguna manera me siento desplazado. No es que Hobi me caiga mal, él es… buen padre, y se ve que buen amigo, y buena persona… y… y… Él es genial. —Acabó con un leve sonrojo.

—Él me dio helado la otra vez, no cualquiera te ofrece un helado. Lo digo desde la voz de la experiencia, mi trabajo en la heladería me ha dado ese conocimiento. Las personas que suelen ofrecer helado se ven como HoSeok, ellas incluso suelen pagar. En cambio, las personas que reciben el helado… bueno, hay una división, personas que valen la pena, otras que no.

—Y tú, ¿en cuál estás si ya te ofrecieron el helado? —preguntó NamJoon con malicia.

—Yo digo que valgo la pena. Es decir, soy Min YoonGi.

Hubo un momento de silencio antes de que comenzasen a reír.

—Yo digo que también vales la pena —dijo Nam tomando otro sorbo de refresco después.

—Sólo estaba jugando —corrigió Yoon—. Las personas que reciben el helado sólo deben valorarlo, pero desgraciadamente somos tan complicados. Hay muchas situaciones por las cuales a veces no podemos aceptar el helado, y él que lo ofrece también debería comprenderlo. Claro, si las razones son buenas y puras. Te voy a contar… —comenzó Yoon, pero esperó a que NamJoon asintiera para continuar—, en mi trabajo llegan muchas personas, a veces solas, otras con parejas, incluso familias. Hay de todo.

»En una ocasión llegó una pareja, quizás tenían como 16 años, se veían jóvenes. Él chico le compró un helado a la chica, y estuvieron ahí por un par de horas. Al día siguiente, volvieron e hicieron lo mismo. Yo los veía desde la barra, ellos parecían divertirse mucho, había sonrojos y todas esas cosas que hacen que parezcan que ambos se gustan. Llegaron como por una semana más y luego desapareció, hasta que un día el chico volvió con una chica diferente. ¿Sabes cuántas veces hizo eso? —preguntó aunque no esperaba una respuesta—. Como diez veces. En serio. Compraba todos esos helados  comía con la pareja en cuestión, después dejaba de llegar y volvía con una pareja nueva. Un día me acerqué a él, tenía tanta curiosidad porque justo había llegado solo.

»Le pregunté qué le ocurría; él sólo había comprado un sándwich de galleta. Me contestó que estaba harto, no sabía qué hacer. No le dije nada, sólo me senté frente a él, y comenzó a contarme, diciendo que compraba todos esos helados creyendo que alguna de todas esas chicas le correspondería, pero nunca era de la forma en que él esperaba. Sólo me limité a escucharlo, parecía muy agobiado para su edad. Después dijo y cito: “Ahora estoy aquí sentado, con mi billetera vacía y un helado que me costó menos de un dólar. Le compré helados a todas, y cuando quise para mí ya no tuve para comprarlo”.

»Como ya te dije, no cualquiera ofrece un helado gratis, pero debemos saber a quién regalarle algo tan delicioso. No muchas personas sabrán apreciarlo o disfrutarlo, pero también es culpa de quien lo da, a veces por no fijarse o simplemente por ser muy amigable. Es por eso, también, que las personas como HoSeok suelen acabar muy lastimadas. En fin, nunca creerías que compartir un helado fuese tan complicado.

El silencio destrozó los oídos de NamJoon, pero él en realidad no tenía mucho qué decir, porque en primer lugar, ¿qué es lo que le estaba tratando de dar a entender YoonGi? Jamás creyó que comprar un helado llevase tanta intención, además de ser tan complicado.

—Eres un chico cabeza dura, ¿no? —mencionó YoonGi cuando pude ver la confusión en el rostro del contrario—. No te lo tomes todo tan literal, y piensa.

—Tú me estás hablando como si fueses mayor, ¿cuántos años se supone que tienes? —preguntó a la defensiva y cruzándose de brazos—. Pareces haber vivido mucho.

—Veintiuno. He vivido mucho, no sé si más que tú, pero la vida a veces te da y otras te quita.

—Vaya. Debió ser difícil, lo siento —murmuró NamJoon con toda sinceridad.

—Gracias, pero no lo lamentes, ni me tengas lástima. Te lo agradecería. —Le dio una media sonrisa. Nam me correspondió.

—Entonces..., ¿si piensas irte? —cuestionó muy curioso—. Probablemente sea mucha incomodidad para ti saber tantas cosas y realmente lo siento. Sé que debe ser incómodo saber que estás en un mismo viaje con otra persona a la que le gusta la misma que a ti, no sé cómo actuaría si yo estuviese en tu lugar, pero igual se parece mucho a mi posición, entonces… Diablos, lo siento.

YoonGi rió ante lo confuso que sonaba el chico, sus se veían cansados, y un ligero rubor adornada su cara. Era lindo, y quizás, en otra vida, en otro momento, estaría dispuesto a intentarlo con él.

—No es tu culpa. Además, por lo que sé, él te gustaba desde hace mucho, ¿no? A mí comenzó a gustarme hace poco, pero honestamente… No creo que esto vaya para ningún lado.

—¿Por qué lo dices? —La ceja izquierda de NamJoon se levantó en curiosidad.

YoonGi suspiró. —No me malinterpretes, JungKook es una buena persona. Sólo que siento que sigue enamorado de alguien más, yo no quiero que alguien me ame a medias. Nadie merece eso. Lo gracioso es que sé JungKook no hizo todo esto con el fin de dañar a alguien; sólo es un poco torpe, y con ese afán de querer controlar a todo mundo.

—¿Qué tal y le explicas todo? Estoy seguro que será mejor para él, además no creo que esté dejando ir, a pesar de que le expliques tu situación. Seguramente él se sentirá tan mal por haber sido un idiota, que tratará de hacerte sentir mejor —ofreció NamJoon, pensando en el futuro inmediato, donde logró observar a un JungKook con sus ojitos llorosos, pidiéndole a YoonGi disculpas por haber sido un tonto—. Creo que lo conozco tan bien que sé que hará eso.

—Suena como si te doliera conocerlo.

—Me duele, lo hace —rió bajito—, es algo extraño en mi pecho. Cuando me enteré que gustaba de ti algo como celos surgió dentro de mí, estaba hecho un mar de confusiones. Lo sigo estando, pero ahora… No lo sé. Es decir, él me gusta, sin embargo, hay algo que no se siente como antes...

—¿Quieres otra anécdota de helados? —dijo YoonGi tocándole el hombro para que se detuviera.

NamJoon sólo pudo asentir.

—Un hombre llegaba todos los días a la heladería y pedía el mismo sabor. Cuando él apenas estaba entrando yo ya podía tener el helado listo porque siempre pedía de fresas. Siempre. No había día en el que pudiese otro sabor u otra cosa a parte de un lado sencillo. Hasta que un día le pregunté por qué siempre elegía el mismo sabor, me dijo que era el único sabor que había probado desde niño. ¿Sabes qué ocurrió después? ¿Te lo puedes imaginar?

NamJoon negó levemente con su cabeza.

—Él conoció a alguien ahí mismo, una bella chica con pecas en sus mejillas. Ella era muy atrevida, así que llegó hacia mí dispuesta a esperarlo con un helado de regalo, sin embargo, yo no sabía que era para aquel sujeto, para cuando lo logré captar ella ya tenía dos helados de chocolate en sus manos, esperando por él. La cara del hombre fue un poema. Se puso todo rojo, al principio creí que rechazaría el helado, pero no fue así. Se sentaron en una de las mesas, y el hombre comió como si hubiese descubierto un tesoro.

NamJoon dio un leve silbido. —Tu trabajo parece ser demasiado increíble.

—O quizás yo soy alguien muy chismoso —mencionó mientras palmeaba su hombro y se levantaba de donde estaba.

—¿Te vas? —preguntó NamJoon.

—Iré hablar con Kookie. ¿Sabes, NamJoon? Yo creo que deberías probar nuevos sabores. ¿Cuál es tu sabor favorito?

—Fresa —contestó y su cara pareció alumbrarse luego de unos cuantos segundos de haberlo dicho.

—Eso creí —murmuró Yoon cuando se estaba dando la vuelta y tan bajo que NamJoon no pudo escucharlo.

NamJoon sólo se quedó ahí, mirando a la nada, pensando en todo. ¿Por qué la idea de aceptar que Kook ya no le gustaba tanto se le hacía liberadora? Él quería descubrirlo.

━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━

HoSeok había dejado a JungKook platicando con YoonGi. Fue lo mejor que pudo hacer a pesar de que la cara de su mejor amigo imploraba que no lo dejase solo, en su interior Ho reía a carcajadas. Eso le pasaba por tonto. Tenía a sus dos hijos tomados, uno en cada mano, y paseando a la orilla de la playa, ya que sus pequeños estaban demasiado desesperados por ir al mar.

—Vamos, papá —dijo JiMin jalándolo del brazo—. Vamos.

JiMin sólo quería averiguar hasta donde terminaba la playa, era demasiado curioso. HoSeok sólo reía ante las ocurrencias de su hijo, y trató de calmarlo un poco. Por otro lado, TaeHyung parecía caminar entre nubes, ya que estaba muy embelesado por el impotente mar que se veía a su derecha. Cuando JiMin se calmó, se limitó a caminar junto a su padre observando como sus piececillos dejaban marca sobre la arena mojada. Él caminaba agrade unos pasos más que su padre para pisar la arena y dejar su huella antes de que HoSeok dejase su pie marcado sobre el suyo. Siempre se admiraba por la diferencia de tamaños. JiMin quería proponerle un juego a su hermano, pero al observar lo distraído que estaba por el mar, prefirió quedarse junto a su padre. Sin embargo, siempre que podía veía a las personas pasar. Le gustaba mirar lo que estaban haciendo, a veces una que otra le sonreía en grande, y él les sonreía en respuesta diciendo adiós con la mano.

JiMin iba observando nuevamente lo que algunas personas hacían, como estar tomando el sol o sólo platicar, hasta que a lo lejos pareció ver al señor Kim sentando sobre la arena con la mirada perdida. Instintivamente le dio un apretón de mano a su padre, para que lo mirase.

—Mira, appa, el señor Kim —chilló con tanta emoción, que incluso su hermano pudo concentrar su atención en él—. Vamos, papá. Vamos, vamos.

—¿El señor Kim? —averiguó TaeHyung mirando para todos lados también apretando fuertemente la mano de su padre—. ¿Onde, onde?

HoSeok también buscaba, pero trataba de que no se notase tan desesperado.

—¿Dónde está, ChimChim?

Su hijo señaló con su cabeza hacia al frente, tratando de apuntar con su nariz hacia el lugar correcto, ya que sabía que señalar con la mano era de mal gusto.

HoSeok logró captarlo. Él en definitiva no quería ir hacia allá, pero sabía que sus hijos sí, y no encontraba una razón más allá de sus pensamientos egoístas para hacerlo. Para cuando se dio cuenta sus hijos lo estaba arrastrando hacia él, y casi sintió pánico. Mejor dicho, tuvo un pánico enorme. Él no podía ni respirar.

—Señor Kim —gritó JiMin arrastrando nuevamente a su padre, aunque esta vez tuvo la ayuda de TaeHyung.

—Señol Kim —apoyó TaeHyung..

En cuestión de segundos, ambos gritaban tan fuerte como podían y HoSeok seguía sin poder hablar, limitándose a ver a NamJoon, quien parecía seguir sin notar los fuertes llamados de sus hijos.

—¡Señor Kim! —gritó por última vez JiMin, y NamJoon levantó su mirada algo desorientado.

Una sonrisa apareció en su rostro, detonando asombro y complicidad, cuando se percató de la presencia de los pequeños. Sin embargo, su sonrisa se congeló cuando coincidió con los ojos de HoSeok. Diablos. ¿Cuándo sus ojos se pusieron más bonitos? Mejor dicho, ¿desde cuándo él pensaba que sus ojos eran bonitos? Ellos tenían un brillo muy lindo debido al sol, y ese sonrojo sobre sus mejillas le daban un toque distintivo.

Los pequeños se soltaron de las manos de su padre cuando estuvieron a unos metros de distancia, saliendo corriendo para ir con NamJoon, mientras continuaban gritando “señor Kim” con mucha alegría, y a todo pulmón.

—¡Con cuidado! —Alcanzó a exclamar Ho cuando sintió como sus hijos se soltaban.

JiMin y TaeHyung llegaron hasta NamJoon, sin darle tiempo de ponerse pie adecuadamente, ya que se tiraron arriba de él, haciéndolo recostarse sobre la arena. NamJoon río aunque también emitió un ligero chillido de dolor, ya que habían caído justo arriba de su estómago, dejándolo unos segundos sin aire.

—H-hola —murmuró tratando de recomponerse cuando los niños se pararon por propia cuenta al notar su expresión de dolor—. ¿Cómo van, niños? —preguntó una vez estando de pie, acariciando las cabezas de ambos.

—Estábamos caminando y te vimos —comentó JiMin sonriendo tiernamente.

NamJoon sonrió asintiendo.

—¿Están disfrutando de la vista? —preguntó.

—¡Sí! —contestaron ambos, y luego JiMin agregó—: ¿Verdad que sí, papá?

NamJoon había estado tratando de evitar la mirada de HoSeok, pero sabía que no podía estar así por mucho más tiempo. Contando mentalmente hasta tres, tomó valor, y se volteó a verlo.

Pero HoSeok no estaba viéndolo tampoco, él estaba mirando el mar. Las imágenes de HoSeok llorando en la habitación abarcaron su mente, haciéndolo sentir mal.

—Sí, es muy… —comenzó HoSeok hablando, pero no pudo terminar, NamJoon había llegado frente a él y sin esperar más, lo abrazó.

—Lo siento mucho por haberte hecho llorar —murmuró contra su oído, sosteniéndolo fuertemente.

Algo dentro de HoSeok se removió, la calidez que emanaba NamJoon lo hizo sentirse bien. Era una mezcla extraña de emociones.

—No te preocupes, no fue tu culpa —habló HoSeok, encontrando de alguna manera, su voz.

Hasta ese momento HoSeok no había querido corresponder a su abrazo, pero no pudo aguantar más tiempo. Lentamente, él rodeó el cuerpo contrario con sus brazos, hundiendo su cabeza en el espacio libre del cuello y hombros. Se sintió bien. Se sintió especial. Él se sentía especial.

NamJoon casi entró en pánico al notar la acción de HoSeok, pero se obligó a sí mismo a permanecer en calma, dando paso a abrazarlo un poquito más fuerte, hundiendo también su cabeza entre su cuello, cerrando sus ojos.

Mientras tanto, ChimChim y TaeTae rodearon al par, abrazando sus piernas, tanto como sus pequeños brazos se lo permitían.

—Espero que estés mejor —musitó NamJoon.

«Lo estoy ahora», pensó HoSeok, pero no pudo decirlo, así que sólo pudo aferrarse más al cuerpo que tiernamente lo sostenía en ese momento.

La calidez era uno de sus sentimientos favoritos.

━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━

N/A: No pude revisarlo correctamente porque me puse ansiosa :D, por si ven algún error o algo. Lo arreglaré lueguito.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro