Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

D|iecisiete

1. Advierto que está corto.
2. Esto debería ser regalo de Navidad, pero lo siento. Esto salió y... bueno.
3. Lo siento nuevamente, vuelvan aquí si me quieren matar.
4. Felices fiestas, otra vez.
5. Hoy ARMY no duerme. Ocho canciones, Jesús.

• • • • • • •

El viaje ha acabado. HoSeok se mantiene con su vista fijada al techo mientras está acostado boca arriba en el sillón, y de alguna forma se siente vacío. Su respiración es lenta y pausada como si quisiese que de esta forma se hiciese invisible por unos minutos. Lleva su antebrazo a su cara para cubrir sus ojos y no pudiendo aguantar más, llora. Llora porque sabe que le gusta una persona y ni siquiera sabe cómo pasó; llora porque no quiere lastimar a nadie, y es mejor mantenerse alejado; llora porque siendo un adulto en estos momentos parece un chiquillo desconsolado al que le han quitado la paleta y no quiere otra, quiere la que le han arrebatado. Por más que lleguen más paletas de diferentes sabores, por más que le gusten otras, nunca pasará de eso: un gusto. Y siempre, siempre, terminará añorando aquella paleta que nunca pudo terminarse.

Oh, Iseul. ¿Cuánto daño le has hecho? Porque HoSeok la extraña tan profundamente que siente que su pecho duele en gravedad. Y maldita sea, está tan confundido con tantas cosas, que lo único que tiene seguro es que sabe que su “enamoramiento” por Kim NamJoon es pasajero. Que no debería darle importancia a todo lo que pasó en el viaje, aunque esa semana quedaría grababa en su memoria para siempre. Siente sus lágrimas resbalar por sus mejillas provocando un ardor en su piel, su pecho sube y baja debido a los pequeños espasmos que está teniendo, pero es la única forma que tiene de desahogarse, y está tan cansado que ni siquiera pudo ir al baño a echarse a llorar como suele hacerlo.

El sonido del teléfono lo saca de su trance y se levanta tan rápido como puede para tomar la llamada. Suerte que el aparato está a lado del sillón, y mientras lo recoge lleva su mano libre a su cara para limpiar el resto de sus lágrimas que se han quedado a medio camino.

—Habla Jung —contesta notando su voz gangosa.

—¿Ho? —pregunta JungKook en tono preocupado—. ¿Estás bien? ¿Me puedes decir que…?

Lo interrumpió. —Estoy bien, Kook. Me ha dolido la cabeza desde que regresamos y creo que tengo algo de gripe, pero estoy bien.

—¿Por qué no te creo?

Casi pudo asegurar que JungKook estaba entrecerrando sus ojos y sosteniendo su teléfono con fuerza.

«Porque es mentira, claramente», pensó sintiéndose peor.

—Desde el último día has estado actuando muy extraño —dice JungKook refiriéndose al viaje, lanzando luego un suspiro—. Todos han estado actuando muy extraño, incluso YoonGi. ¿Qué carajos pasó?

—¿A qué te refieres? —Quiso hacerse él que no sabía nada.

—Estoy cansado de que me estén ocultando cosas como si fuese un niño pequeño al que tienen que proteger. Necesito respuestas, HoSeok. Quiero la verdad. —Si antes había escuchado a JungKook molesto, HoSeok podría jurar que esto sobrepasaba todo lo que conocía de su mejor amigo.

—Yo… —Se detuvo. ¿Qué le diría? No hay nada que decir. Lo hecho, hecho estaba y punto. ¿Por qué buscar más allá de eso? Con esa idea en mente, dijo—: Escucha, sé que estás preocupado, pero realmente no tienes porqué. Es decir, sí, algo pasó entre NamJoon y yo en el viaje, pero… Lo que pasó ahí, se quedará ahí. No soy un ingenuo, sé que NamJoon es guapo y pretendientes no le hacen falta. Además, yo tengo mis propios asuntos que responder. Yo no estoy para esos trotes de amores melosos que quieren salir a su primera cita y mensajearse con corazones.

Su corazón está latiendo tan rápido que piensa que en cualquier momento se saldrá de su pecho, sus manos sudaban y tenía un ligero tic en su pierna.

—Ho… No tiene sentido para mí. ¿Por qué estás diciendo todo eso? ¿Por qué no te das una oportunidad? ¿Quién te metió en la cabeza que a tu edad no se puede vivir el amor de esa manera? Querido Ho, el amor es amor, sin importar qué, y a todos nos hace ponernos un poco cursi. ¿Por qué te estás haciendo esto?

HoSeok cierra sus ojos fuertemente, aprieta su labio inferior tanto como puede y su mano libre está hecha un puño. Tiene tantas ganas de gritar y romper cosas, pero logra detenerse. Respira por un segundo, aunque muy temblorosamente y habla con su voz quebrada, rota, abatida.

—Porque la extraño —dice en un susurro—, porque haga lo que haga, ella sigue aquí conmigo, y no me deja estar. Y no sé qué hacer, no quiero herir a nadie. Pero la extraño… —Un sollozo sale de lo más profundo de su ser—. Y la sigo amando tanto, tanto, que podría pensar en morirme con tal de alcanzarla allá donde está para no seguir añorándola. La extraño. —Otro sollozo sale más fuerte que el anterior—. Kookie, la extraño mucho. Y me duele no poder superarla, sé que estoy mal, pero… ella es el amor de mi vida, ¿cómo podría dejarla ir? ¿Cómo lo haría? Ella me dio dos niños hermosos y llenos de alegría. Ella me dio los mejores años de mi vida. ¿Cómo hago para superar eso? ¿Cómo hago para que este dolor en mi pecho se vaya de una vez? Lo que siento por NamJoon es pasajero, lo sé. Y por esa razón no me atrevería a realizar ningún movimiento, él no se merece eso. Yo no lo merezco.

HoSeok no se dio cuenta en que momento se sentó en el suelo, con sus piernas flexionadas y su cara oculta ente éstas. JungKook sólo escucha los sollozos de su amigo del otro lado de la línea y siente la más grande de las empatías por él. Su mejor amigo. El “Sr. Jung” que lo había tachado de ser una persona de la calle por sus malas fachas y debido a esto tuvieron una pequeña discusión. Quién diría que ese momento los habría unido de esa forma.

—Dame unos minutos, iré a tu casa.

JungKook cuelga sin darle a HoSeok opción de responder. Y está bien, HoSeok no tiene ganas de discutir con nadie. Sólo quiere un poco de ayuda y comprensión. Sólo quiere salir de esto, pero sinceramente no sabe cómo.

¿Cómo?

Aproximadamente media hora después JungKook llega a casa de los Jung y abre la puerta con las llaves que le han sido obsequiadas. Puede notar que el silencio es incómodo y camina lentamente hasta la sala. Allí, sentado en el suelo, observa a HoSeok escondiendo su cara en la misma posición que antes. Una mueca se muestra en su cara y sigilosamente se acerca hasta él.

—Vamos —le dice JungKook pasando una mano por la espalda ajena dando un leve masaje—. Vamos —repite en cuanto HoSeok alza su mirada.

La cara de su amigo está destrozada, se puede ver como ha sido acribillado de sentimientos fuertes. A través de sus ojos se reflejan las emociones y ruegos que debe estar sintiendo, y JungKook sólo quiere lograr que el corazón de HoSeok se sienta tranquilo por una vez, después de tanto tiempo.

Obligándolo a levantarse, lo lleva hasta habitación y lo ayuda a quitarse la ropa porque HoSeok está demasiado ido de sí mismo como para poder ejecutarse solo. Abre la regadera y mete a su amigo dentro, quien al instante abre sus ojos como platos y da una fuerte inhalación como si estuviese regresando de nuevo a la vida.

—Termina de asearte —dice JungKook haciendo un esfuerzo para que no sé noten sus ganas de llorar—. Te espero afuera.

Diez minutos pasaron para que HoSeok saliera con una toalla alrededor de sus caderas. Mira a JungKook quien le extiende su ropa de cama, y al instante en que es tomada por HoSeok le da media vuelta para que se dirija al baño, y pueda vestirse apropiadamente.

Otros minutos pasaron. JungKook no tiene idea de lo que está haciendo, lo único que tiene en claro es que su amigo necesita dormir. Sus ojeras se ven demasiado, más bien toda su cara se ve en un estado tan mal y deplorable. De repente se siente mal, su estómago amenaza con devolver su comida, le da asco el saber que no se había percatado de la situación de su mejor amigo. ¿Siempre es tan mal amigo?

Cuando HoSeok sale le extiende su mano y éste la toma como si fuese un niño pequeño. JungKook le regala una pequeña sonrisa, arrastrándolo para que se siente en la orilla lateral de su cama.

—Hora de dormir, chico —dice juguetonamente, dándole un golpecito en su pecho para que se recueste—. Vamos. Lo necesitas.

HoSeok sigue aturdido, pero asiente.

—¿Y los niños? —pregunta Ho con terror, intentando levantarse.

—No, yo me haré cargo. Ellos están bien —contesta aunque una alarma de emergencia se enciende en su cerebro. Él no ha visto a los pequeños, pero deduce que deberían estar en su habitación.

Tan pronto como HoSeok cierra sus ojos y su respiración se apacigua, JungKook lo cubre correctamente con sus cobijas. Arropándolo como el niño que se veía en esos momentos, una especie de cariño surge desde su corazón haciendo que le deposite un beso en su frente. Jamás había visto a HoSeok tan dolido y débil, no desde el fallecimiento de Iseul.

¿Cuánto más duraría todo esto?

Sin hacer el menor ruido se dirige a la puerta, cerrándola detrás de él. Camina hasta la habitación de sus sobrinos y nota que ellos se han quedado dormidos sobre el suelo mientas coloreaban unos dibujos. JungKook se inclina para verlos, su curiosidad es grande y es un gato que ya está muerto desde hace mucho debido a esto, pero no le importa. Toma las hojas que los niños estaban utilizando y se sorprende al ver que en una hay una familia dibujada. Hay cuatro hombres dibujados con expresiones graciosas, dos grandes y dos pequeños. Un nombre debajo de uno de los grandes lo deja boquiabierto.

“Sr. Kim”, está escrito con la dulce caligrafía del pequeño TaeHyung.

- - -

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro