Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

C|atorce

El verano ha llegado.

La primavera se fue a como vino, llena de flores gloriosas, vanidosa, digna de la realeza, con sus hojas danzando en conjunto con el viento haciendo pequeños arreglos musicales, y con una pequeña reverencia se fue dejando paso al verano. A ese sol ardiente, picosito, pero refrescante. A ese aire que te remueve las entrañas en busca de diversión o descanso bien merecido.

A JungKook le encanta el verano, le fascina. Incluso le fascinó más una vez que sus sobrinos nacieron porque significó que podía pasar tiempo de calidad con ellos, ya que no tenía nada que hacer.

Después de todo, son vacaciones. Y teniendo como parientes cercanos a HoSeok y a su familia, le es grato pasar tiempo con ellos. Entonces hace lo primero que se le ocurre para poder pasarla con todos ellos, acordándose de repente que tiene a NamJoon y YoonGi incluido en el paquete. Porque, oh cielos, YoonGi le gusta en verdad. Ha sido un proceso largo de aceptación y verdadero miedo porque SeokJin aparece a veces en sus pensamientos, sin embargo no es como lo esperaba.

SeokJin llega, se desplaza en lo profundo de su mente, introduciéndole pánico, nervios, insomnio, pero sólo llega hasta ahí. No hay más de eso. Las primeras veces intentó buscar más emociones y sentimientos, algo como el loco amor que decía profesarle, pero no había encontrado nada. ¿Por qué la persona que él decía amar le estaba empezando a molestar? SeokJin le parecía irritante, fastidioso, y arrogante. Más bien, la imagen que se estaba creando de él; lo era. Porque alguien tenía que hacerse responsable de lo que está pasando en su cabeza, y él en definitiva no está en condiciones para culparse a sí mismo. Aún no.

Traga saliva, sus momentos de profundos pensamientos lo dejan sin habla. Es verdad que tiene demasiado problemas que resolver en torno a SeokJin, pero podría aplazarlo un poco más. El verano suele pasar demasiado corto como para ponerse a pensar en eso. JungKook desea disfrutar, como cada buen año.

—¡Ho! Te tengo una sorpresa —saluda cuando el mencionado toma la llamada.

—Buenos días para ti también —responde Ho con diversión.

JungKook quiere poner sus ojos en blanco. Correcto. Los saludos siempre han sido parte de HoSeok.

—Buenos días, Ho —corrige con los dientes apretados—. En fin… —suelta un suspiro—. Prepara tus maletas.

—¿Cómo dices? ¿Maletas?

JungKook puede oír la confusión en la voz de su amigo, se le hace tan divertido y emocionante.

—¡Nos vamos de vacaciones! —exclama eufórico.

Pero HoSeok no dice nada.

—Vacaciones, Ho. Es eso que haces cuando llega el verano, las clases terminan en incluso se supone que en los trabajos también te lo dan.

—Ya sé lo que son, baboso —responde Ho como si estuviese reflexionando algo.

—¿Entonces? ¿No quieren los niños y tú pasarla conmigo?

—¡WOW! Calma. Por supuesto que sí, sabes que sí. Es sólo que… bueno, había pensando en pasarla en casa de mi madre algunos días. Sabes que yo no tengo dos meses “sin clases”.

—Diablos. Lo olvidé… —Esperando unos segundos dice—: Bien. Qué ella venga.

—¿La invitarás? —pregunta Ho sorprendido.

De alguna manera JungKook y su madre nunca se han llevado tan bien. Bueno, en realidad es a JungKook que no le cae tan bien. La mujer siempre está sobre él, diciéndole consejos, apuntándole con el dedo de forma sútil, y reclamándole cuando no lleva abrigo en días de frío, pero eso no es lo que le molesta, lo que más le molesta sin duda es que siempre, SIEMPRE, tiene algo que decir sobre su gusto por los hombres. Eso la cala los huesos. Sus comentarios podrían ser inofensivos y hasta graciosos, pero perdían todo eso cuando eran repetitivos. Se volvía tedioso, fastidioso y otros “osos”. HoSeok había notado aquello los primeros años en que se habían vuelto amigos y JungKook tuvo que decirle lo horrible que le parecía.

“Yo no puedo tratar con tu madre”, le había dicho Kook, y HoSeok sonriendo tristemente le dijo: “sí, a veces yo tampoco puedo”. Ambos rieron.

—No-oh. Tú la invitarás.

—Eso tiene más sentido. De acuerdo, gracias JungKookie. Y, ¿a dónde…? —Fue interrumpido.

—¡No! ¡Jung HoSeok, detente! Harás que yo la invite, ¿no es así? No es no, ya te lo dije.

—¿Por qué dices eso? ¿Podrías gritar menos? Mi tímpano —se quejó.

De acuerdo, JungKookie —repite con burla—. En tus sueños Jung HoSeok hablaré con tu madre. Esto es una guerra y nadie ha ganado aún. No seré yo el que pierda. Siempre que me dices así acabo haciendo algo en contra de mi voluntad.

—¿Qué? ¡Por supuesto que no! ¡Él que siempre acaba haciendo lo que quieres soy yo!

—¡Ahí está! Si ya sabes que casi bsiempre gano para que te esfuerzas. Además, ¿qué no he hecho para ti, ah?

—Dime una vez que hayas hecho algo cuando te dije “JungKookie” —reta HoSeok.

JungKook duda. —Bueno… —Se aclara la garganta—. Está aquella vez que… Y luego esa vez que yo… —ríe nervioso—. Correcto. ¡No me acuerdo! Estoy seguro que debe de haber.

—Seguro, campeón. Y a todo esto, ¿a dónde iremos?

—¡A la playa!

HoSeok le colgó, pero JungKook no le prestó importancia debido a su entusiasmo y anhelo por ir, a la espera de los días siguientes.

* * *

—No —dice NamJoon cuando JungKook le ha contado sus planes—. No voy a ir.

—¿Por qué no? —pregunta Kook cruzando los brazos sobre su pecho.

—Porque es una pésima idea, Kookie —dice Nam como si fuese lo obvio.

—¿Mi idea es pésima?

NamJoon sólo se encogió de hombros.

—Ajá.

JungKook espera paciente, necesitando una respuesta más extensa. ¿Qué le ocurría a NamJoon?

—Vamos a dejar las cosas en claro —dice después de haberse aclarado la garganta—. Estás invitándome a ir contigo y la familia Jung a un viaje a la playa…, pero siento que voy a sobrar ahí. No. —Mueve su cabeza en negación—. No, no, no, no. No, Kook. No iré. No voy a ir. No.

JungKook sólo lo mira, enarcando su ceja izquierda. Oh, por supuesto que irá y hará lo que fuese para convencer a NamJoon, porque JungKook siempre gana. Siempre.

—Ya veremos eso —susurra cuando NamJoon decide seguir su camino a la cocina.

El terreno es peligroso así que debe ser cuidadoso si quiere que todos sus planes salgan este verano, o lo único que obtendrá será un huracán lleno de enojos y él en definitiva lo que más desea es un final de cuento de hadas. Cúlpenlo de idealista y soñador, pero así es él.

* * *

Los días siguientes transcurrieron con una increíble calma, casi falsa. JungKook podía notarlo en las caras de todos, ¿o era su imaginación? ¿Acaso la culpa lo está matando? Sea como sea, espera que el día de hoy sea un éxito, ya que le ha pedido a HoSeok ayuda para convencer a NamJoon de ir con ellos. Al principio su amigo se había quedado sin palabras; esa fue una buena señal. Sólo tuvo que sonreír y batir sus pestañas para que HoSeok sintiese el corazón cálido y acceder a ayudarlo. HoSeok le había dicho que lo odiaba, JungKook sólo rió. Sí, él también lo odiaría si la situación fuese invertida.

Observa desde la cocina de los Jung como HoSeok está abrazando a JiMin y ambos ríen de algún chiste o algo parecido. Sonríe para sí mismo, encantado de ver aquella escena. Luego nota como NamJoon llega con TaeHyung en sus brazos; se ha convertido en una competencia por ver quién hace reír más a los pequeños. JungKook quiere llorar.

—¿Quieres un pañuelo? —pregunta Rose entrando a la cocina.

JungKook la mira y niega.

—Estoy…

—¿En tus días? —pregunta burlona.

—¿Desde cuándo tenemos tanta confianza? —lanza divertido.

—Desde que te golpeé en la cabeza pensando que eras un ladrón.
Ambos ríen. JungKook la sigue “odiando” por eso.

—Te diré que… Estoy dispuesto a perdonarte por fin aquella vez si me ayudas hacer la comida para todos. —Sus cejas se levantan sugerentes y una sonrisa coqueta acompañan su oferta.

Rose ríe, avergonzada de recordar el pasado.

—De acuerdo, suena interesante. ¿Qué tienes en mente?

—Lo más fácil del mundo…

Ambos se miran.

—Pasta —dicen al unísono.

HoSeok deja a JiMin en el suelo cuando nota que su espalda está comenzando a doler. Podrá no ser viejo, pero está entrando en los treinta y todo se vuelve más difícil. JiMin lo mira desconcertado, con sus labios en un puchero adorable.

—¡Cárgame! —exclama extendiendo sus bracitos hacia arriba—. ¡Appa!

HoSeok lo mira, tratando de no fruncir el ceño. Un suspiro sale cuando coloca una mano en su espalda para darle un poco de consuelo.

—Tu padre está cansado, ChimChim —interviene NamJoon al ver el rostro de HoSeok.

—Pero yo no peso nada —se defiende JiMin.

—Mmm… Quizás. —Nam se encoge de hombros. La verdad es que sí pesa.

—¡Yo no peso tampoco, ¿veldá?! —chilla TaeHyung todavía en los brazos de Nam.

JiMin Mira a su hermano desde abajo y cruza sus brazos sobre su pecho.

—No es cierto.

—¡Sí es! —chilla nuevamente, sacando su lengua.

¡Oh, no! NamJoon los mira sabiendo que ambos hermanos están a punto de comenzar una batalla con él en medio, y sus temores del pasado regresaron, porque él nunca ha sido bueno combatiendo ese tipo de situaciones. Siente como su estómago comienza a rugir y no sabe si es hambre o son los nervios. Ay, Jesús. Que alguien lo ayude. Mira a su alrededor, ¡HoSeok se ha ido a la cocina! ¡¿En qué momento?!

—De acuerdo, está bien —dice NamJoon bajando a TaeTae al suelo, escuchando un quejido por parte del menor—. Ambos tienen pesos distintos, es completamente normal. Tienen edades diferentes. Y si Hobie dejó de cargarte, ChimChim, es porque tu padre está agotado. Él trabaja mucho, ¿no es así?

Ambos niños asienten.

NamJoon busca qué más decir, pero afortunadamente llega HoSeok con un vaso de agua para él.

—Gracias —le dice tomando el vaso entre sus manos.

HoSeok hace un movimiento débil con su mano para restar importancia. Se queda pensando un momento y lleva su mano a su nuca. Es ahora o nunca. Estúpido JungKook.

—Oye, Nam… —lo llama suavemente—. ¿Irás con nosotros a la playa? —pregunta viéndolo a la cara.

Los ojos de NamJoon se abren a tope. Así que JungKook le ha contado todo, debió imaginárselo.

—No… No lo sé —titubea—. ¿Por qué? ¿Te molesta?

—¿A mí? Pues no —dice con determinación—, ¿a ti te molesta que vayamos con Kookie?

—¿A mí? Mucho menos.

—¿Irás con nosotros, señor Kim? —interrumpe JiMin jalando de la tela del pantalón.

NamJoon lo mira, luego a TaeHyung y por último a HoSeok.

—No quiero incomodar.

—¿A qué te refieres? —indaga HoSeok.

—No lo sé, siento que… Sería raro.

—Esperemos que no. Los niños te adoran.

—Sólo los niños, ¿no es así? —Sus pensamientos salen en voz alta mirando hacia la cocina.

—Él te adora —habla Ho entendiendo la situación.

—Ese es el problema.

HoSeok asiente.

—Entiendo. No estás obligado a ir si no quieres. Después de todo te tienes que sentir cómodo para disfrutar de la experiencia —dice HoSeok, pero sintiendo una punzada en la boca de su estómago. Una sensación amarga.

—Gracias por entender.

—Señor Kim, ¿no irá con nosotros? —pregunta JiMin sujeto de la mano con su hermanito—. ¡Prometemos portarnos bien! ¿Verdad, TaTa?

TaeHyung asiente serio.

—¡Lo plometo!

NamJoon sólo lo observa sin decir nada.

HoSeok mira a sus hijos, la sensación amarga se vuelve más presente. ¿Está molesto de que NamJoon no haya querido ir aún si él se lo ha pedido? ¿Es eso? Pero no puede seguir buscando motivos porque un grito alegre de JungKook sale desde la cocina anunciando una comida sorpresa.

—Vamos —le dice HoSeok a sus hijos.

NamJoon intenta tomar la mano de TaeHyung, pero este se aleja y toma la mano de libre de su hermano quien a su vez está agarrado de su padre.
¿Acaso todos están enojados? Inflando sus mejillas como un infante camina lentamente detrás de ellos para ir a la cocina.

Él no irá.

Aunque quizás debería pensarlo mejor.

Sólo un poco.

- - -

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro