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¡Doble actualización! Estoy en racha xD

Espero que les guste~

Nota: Estaba mirando y me acabo de dar cuenta que este ya es el cap 41 de este libro O_o

MK bajo corriendo del cohete, ignorando los llamados de los monos, yendo directamente a la mujer que pasaba por allí en esos momentos.

-¡Tía Chang'e!- grito lleno de felicidad, ella volteándose rápidamente y mostrando una gran sonrisa apenas sus ojos se encontraron con los del menor.

-¡Mi ternurita!- se agachó para recibirlo, alzándolo para abrazarlo con fuerza, escuchándolo reír contra su hombro. -Awwww, estas cada día más grande...- se lamento, acomodándolo entre sus brazos. -...deja de crecer o ya no podré alzarte-

-¡Pero aun puedes darme muchos abrazos!- sonrió. Incluso si algún día ella ya no podía levantarlo, aún podía conseguir todos los abrazos que quisiera cuando se vieran.

-Siempre~- asintió sin dudar. -¿Viniste a hacer una torta conmigo?- él asintió con entusiasmo.

-¡También traje algo para ti!- ella se agachó y lo bajó, viendo con curiosidad como el niño rebuscaba en su mochila, sacando un pote al poco tiempo. -Es ensalada de frutas, papá y yo la hicimos ayer...- se lo extendió, sonriente. -...tiene algo se azúcar~-

-Awwww, gracias- ella aceptó el pote, sonriendo con cariño ante el dulce gesto. Alzó ligeramente la vista para ver al par de monos parados no muy lejos, mirándolos, luciendo diferentes a la última vez que los vio. Tarareo, para después volver a mirar al chico y señalar hacia atrás, donde se podían ver a sus robots reunidos. -¿Quieres jugar con Bon-Bon un rato antes de ir a la cocina?-

-¡Si!- asintió antes de correr hacia los robots, quienes mostraron lo recibieron con pequeños sonidos felices, uno de ellos sacando su gran pelota de playa para jugar.

-Entonces...- Chang'e se enderezó, acercándose a los mayores a paso lento. -...se ven más tranquilos que la última vez- había una tensión ausente en ambos, era notable.

-La tenemos- Macaque sacó de su bolsillo la llave de apariencia extraña, ella jadeando al verla.

-La llave que todo lo abre...- solo la había visto en uno de los tantos libros que de alguna manera terminaron en su territorio pero verla en persona era mucho más llamativo de cierta manera. -¿Qué van a hacer con ella?- preguntó, curiosa.

-Por el momento, esconderla- respondió Wukong. -¿En donde? Ni idea pero estamos buscando donde ponerla hasta que...bueno...- hizo un gesto, nervioso, sin querer mencionar al sujeto de mirada fría frente a su contraparte.

-Oh...- ella apretó ligeramente los labios, pensativa, y después de unos segundos, su expresión cambió a algo mucho más decidido, alejándose de ellos para volver a su pequeña casa allí. El par se quedó quieto en su hogar, confundido, aunque supusieron que debían esperar a ver que hacía. Y muy pronto, salió, sosteniendo una bonita y pequeña caja de madera con decorativos de lunas y estrellas, junto a un pequeño candado en frente. -Aquí- la abrió, mostrando que estaba vacía.

-¿Eh?- ambos parpadearon, confundidos. Chang'e era conocida por no meterse en las situaciones ajenas, de nunca tomar un bando en nada y sólo mantenerse apartada, así que ese simple gesto era una sorpresa.

-¿Tú quieres qué...?- el mono de las sombras dudo, apretando ligeramente la llave que aún sostenía.

-No suelo meterme en donde no me incumbe...- eso era un hecho, era mejor mantenerse alejada que meterse en problemas. -...pero...- tocó la superficie de la caja con la punta de su dedos, mirando de reojo hacia el pequeño que en esos momentos había logrado agarrar la pelota, alzándola para tirarla y soltando una carcajada cuando uno de los robot de apariencia de conejo la golpeó directamente con la cabeza. Sonrió con cariño al verlo. -...ahora mismo, él es mi ternurita...- los miro, decidida. -...y haré lo que pueda para ayudarlo, incluso si significa ocultar esa llave todo el tiempo que pueda- extendió nuevamente caja. -La esconderse y ni siquiera ustedes sabrán donde-

-Tu...- el dios la miró, sin notar duda o arrepentimiento a ella, parecía completamente decidida y dispuesta a ayudar. -...eres asombrosa- sonrió.

-Lo intento, lo intento- ella sonrió, un suave color rojo inundando sus mejillas ante el cumplido. -Ahora, guardemos esa cosa, tengo un pastel que hornear- Macaque suspiro y después de un poco de duda, coloco la llave dentro de la caja, ella bajando la tapa y cerrando el pequeño candado. Se alejo para guardar la caja en un lugar seguro, lejos de la vista de sus visitantes. Iba a esconderla todo el tiempo que pudiera.

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