Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Nezha

Espero que les guste~

Nezha no va admitirlo en voz alta pero estando sentado rígidamente, con el pequeño niño de gran sonrisa soltando todo tipo de preguntas sobre su historia, emocionado con cada respuesta, se sentía muy fuera de lugar.

Habían pasado años desde que había sido un niño, ni siquiera había sido un niño completamente normal, así que no tenía ni idea de cómo interactuar pero su postura rígida y sus respuestas torpes no parecían molestar al niño, sólo hacían que se viera cada vez más feliz con el paso de los minutos.

Hizo un ligero gesto, haciendo que su cinta se moviera y rodeada la pierna del niño, alejándolo del suelo y colgándolo de cabeza, enarcando una ceja al escucharlo reír a carcajadas.

-¡Esto es genial!- sonrió MK, mirando con ojos brillantes la cinta roja que lo mantenía en el aire.

-Eres un niño muy...raro- parpadeo con algo de sorpresa.

-Lo tomaré como un cumplido- rio ligeramente, divertido, sin sentir realmente malas intenciones ante ese comentario. Parpadeo un par de veces, balanceándose. -Se me va la sangre a la cabeza- Nezha se apresuró en agarrarlo y darle la vuelta, sosteniéndolo al notar la ligera mueca en el rostro ajeno. MK parpadeo un par de veces, logrando deshacerse del ligero mareo, notando entonces que estaba entre los brazos del príncipe y su curiosidad le ganó. Tocó ligeramente la tela de la ropa ajena, era suave y ligeramente fría al tacto, aunque parecía resistente. Alzó las manos para tocar las mejillas ajenas, riendo ante la mueca que obligó al príncipe a hacer, tocando con la punta de uno de sus dedos las marcas rojizas que el mayor tenía en la frente, solo queriendo comprobar que no era pintura. Logró que el príncipe girara ligeramente la cabeza, notando las orejas en punta que el mayor tenía, luciendo casi como lar orejas de los duendes que veía en los dibujos animados. Sólito el rostro ajeno, prestando atención esta vez al cabello del príncipe que caía sobre sus hombro, enredando ligeramente uno de los mechones negros en su dedo, tarareando ante la sensación suave.

Nezha simplemente lo dejó hacer lo que quisiera porque no lo estaba lastimando y estaba algo curativa por la genuina curiosidad que brillaba en los ojos ajenos. No pudo evitar sonreír ligeramente, divertido, viendo los pequeños dedos del niño jugando con su cabello.

-¿Quieren jugar conmigo, Sr. Nezha?- preguntó MK, rompiendo el pequeño y cómodo silencio entre ambos.

-No he jugado a nada antes...- tarareo, no había jugado a nada en particular en toda su vida. -...pero si me enseñas, jugaré contigo-

-¡Genial!- sonrió enormemente, animado por la repuesta. -Los juegos de mesa vienen con instrucciones- se bajó del regazo del príncipe, dispuesto a ir a buscar alguno de sus juegos de mesa. Se fue, volviendo con los juegos que tenía, esperando que alguno de ellos pudiera divertir al mayor. -Oh, iré a buscar a Monkie King y a papá para que juguemos juntos- se alejo para buscar al par de monos, mientras Nezha examinaba las cajas con ojo crítico. Supuso que podía intentar solo para darle el gusto al pequeño.

Después de leer las reglas básicas y probar con algunas rindas de práctica, los 4 se pusieron a jugar a las cartas, unas que el príncipe no entendía por qué se llamaban "Uno". Una hora después, MK tenía 5 cartas, Macaque tenía 4, Nezha tenía 2 y Wukong tenía 20.

-¡Deja de hacerme juntar cartas!- gruñó Wukong, mirando con mala cara al príncipe.

-Me temo que es parte del juego- no parecía para nada arrepentido, una sonrisa enorme y burlona dibujándose en su rostro mientras bajaba una de sus cartas, el dios gruñendo con frustración al ver que la carta decía "+4". -Creo que las reglas dicen que debo decir "Uno" en este momento- agitó ligeramente la última carta que tenía, luciendo como si estuviera burlándose del mono.

-L-Lo siento, Monkie King- MK rio a carcajadas, divertido ante la molestia del mayor, feliz de ver que el príncipe se estaba divirtiendo.

-Perdiendo la paciencia por un simple juego de cartas, que triste- se burló sin poder evitarlo, feliz de ver sufrir al dios.

-¡Cállate, emo!- gruñó con el pelaje erizado, juntando de mala gana las cartas que le tocaban. -¿Que color quieres?- miro con el ceño fruncido a Nezha, esperando su respuesta.

-Azul- su sonrisa solo se agrando.

-¡Al menos elije un color que tenga!- gruñó, molesto. -¡Todas son verdes, que trampa!- las risas no tardaron en llenar la sala, divertidos ante el sufrimiento del dios, quien parecía a punto de romper las cartas en su frustración. -¡Odios este juego!- se cruzó de brazos con un puchero, solo haciendo que las risas se volvieran más fuertes.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro