Capítulo especial: Y nuestros caminos se cruzaron
—¡Feliz cumpleaños veintiséis! —y una corneta resonó haciendo que sonría tras encender las luces de aquel lugar que había alquilado hace poco.
—Ya Taehyung, ¿es necesario que digas mi edad?
—Estás viejo, admítelo —Jung Hoseok se acercó para envolverlo en un abrazo—. Feliz cumpleaños.
—Si piensan que me voy a ofender por algo así, están muy equivocados.
Entre los tres querían llamar esto una fiesta, porque pronto terminarían sus carreras después de pasar por el servicio militar y, después disfrutarían de una buena vida civil haciendo lo que más les gustaba. Bebieron un poco después de que él se acomodara, comerían algo y quizá saldrían a bailar como era la idea de que eran jóvenes que podrían conquistar a alguien, sin embargo, Jungkook se negó.
—Tengo que estudiar —mintió— y me temo que la celebración tendrá que ser para otro momento.
—Vamos Jungkook, no seas un aguafiestas —Taehyung sonrió hacia él—. Tenemos que divertirnos, será nuestra manera de pasarlo antes de los exámenes.
No quería ir porque sabía a lo que lo llevarían. Querían que conozca a alguien, aunque solo uno de ellos conoció a GaeHye, les contó sobre la pérdida de ella, es cierto, habían pasado cuatro años. Ella no estaría feliz de verlo tan triste, seguro, pero no quería conocer a nadie, no quería.
Conocía a Taehyung desde el instituto, aunque le había perdido el rastro, lo volvió a ver en el servicio militar ya que también decidió adelantarlo porque después sería difícil.
En cambio a Jung Hoseok lo conoció en el servicio militar, siempre tan amable y sonriente que todavía estaba estudiando, aunque en esas épocas solo entró por curiosidad según dijo. Los tres eran muy buenos amigos, vaya que sí.
—Lo digo en serio —sacó su billetera y les entregó un poco de dinero—. Tomen, vayan a divertirse.
—No Jungkook—tanto Hoseok como Taehyung se rehusaron a aceptar su dinero—. Hay límites en nuestra amistad. Sabemos que tienes una familia que puede darse ciertos lujos, pero no queremos que nos trates así.
—Jamás —musitó bajando los billetes—. Solo quiero descansar, porque el imbécil de Jun otra vez hizo de las suyas.
—¿Por qué te molesta tanto? Ni siquiera estudian lo mismo pero sabe cómo irritarte.
—Mi familia conoce a la suya —dijo— aunque bueno, yo no lo había conocido hasta que retomé mis estudios.
—Mejor ni preguntamos —Hoseok sonrió hacia él—. Bueno, nosotros iremos a divertirnos, descansa en tu día especial.
Su día especial. Vaya que sí. Hace poco habían terminado sus prácticas en el despacho de su hermano, quien le daba para sus gastos. Le dijo que iría a verlos si es que no tenía nada que hacer.
Dicen que el tiempo cura las heridas, que el tiempo hace lo posible para que aprendas una lección. ¿Tenía que aprender algo? Por supuesto que no, quizá a no ser tan irresponsable, pero eso no cambiaría nada. Las cosas sucedieron y cualquiera podría pensar que él era... un imbécil con mala suerte. Un imbécil sí, pero no con mala suerte, solo tomó malas decisiones.
A regañadientes estaba en casa de su padre, donde habían acordado tener una bonita celebración por su cumpleaños, aunque para él, ese tipo de cosas ya no eran necesarias, menos cuando no podía ver a su padre a los ojos como antes. Actuaba cortés, respondía bien y trataba de sonreír, pero cualquiera notaría que ya no era lo mismo.
Antes, Jungkook solía sentarse a su lado y hacer chistes, murmurar cosas que a sus hermanos les causaba curiosidad para que ambos se terminen riendo porque no eran cosas importantes. Solían ser risas, bromas, debates de cualquier cosa como ser: ¿Es mejor Messi o Cristiano? Siendo que solo dos de ellos eran fanáticos del fútbol internacional.
Ahora la mesa silenciosa solo se llenaba del sonido de los palillos que chocan con sus platos.
—¿Cómo vas con el asunto de Jun? —preguntó YoungMin ante el evidente silencio y tensión que había en el ambiente, algo que llamó la atención de todos ahí— ¿Qué? Siento que estoy comiendo solo, estaría bien si al menos inician conversación por cualquier tontería.
—Hago lo que puedo —sonrió tratando de bromear con el asunto—. Es menor que yo, pero en verdad que no tiene un poco de sentido de lo que es el respeto.
—Que mocoso —HaJoon murmuró mientras comía—. ¿Por qué te molesta tanto si no lo conoces?
—Papá —aludió provocando que su padre enarque una ceja—. Me refiero, conoce a su familia y trabaja con ellos, ese es su hijo.
—¿Jun DuckYoung? —preguntó BaeSuk con gracia— Ese muchacho creció creyéndose lo mejor del mundo, es mejor no prestarle atención.
—Pero por alguna razón me molesta demasiado —Jungkook quería burlarse, aunque no tuvo éxito en ello.
—Bueno, sus razones tendrá —DongJu sonrió—. He escuchado cada cosa de él, aunque el más fuerte es que tiene un hijo.
—¿Cómo? —cuestionaron todos a unísono prestándole atención a DongJu.
—Sí. Aunque...—el centro de atención se removió un poco incómodo después de notar la mirada que su hermano menor tenía— es solo un rumor. Solo no está reconocido, es todo, y de ser el caso, ya habría servido para que madure.
—De ser cierto —Jungkook ahora era el centro de atención— pobre de la persona que le haya dado un hijo a una persona tan nefasta. Por su culpa, quizá su hijo no tenga ciertas cosas de las que él disfrutó.
Lo dijo tan serio, tan frío. Como si hubiera tocado una fibra sensible dentro de él. Tal vez más tarde regañarían a DongJu por decir esas cosas sabiendo lo que significaba para Jungkook.
La realidad era que ni siquiera lo tomó de esa manera, de hecho, solo se puso a pensar en que esos casos eran bastante habituales en la sociedad. ¿Por qué? Porque muchas personas no eran capaces de asumir una responsabilidad así, solían tener a sus hijos para después dejarlos en orfanatos, dejarlos abandonados o quien sabe la decisión que puedan tomar. Si los tenían y solo uno de ellos se hacía cargo, su hijo podía parecer solo un ciudadano de segunda.
Una idea empezaba a tomar forma con todo lo que había visto y vivido hasta ahora.
A ellos les había pasado algo parecido, su padre queriendo darles una madre que sirva de figura materna como tantos años le habían criticado a su padre, quien se preocupó por ellos tratando de tener el ideal de familia a la que todos estaban acostumbrados. Jungkook fue quien pasó más por aquella humillación sobre todo en el colegio, porque los niños solo repetían lo que escuchaban de sus padres.
No creció con una madre a su lado, pero tuvo personas maravillosas a su lado, su único problema era él quien los estaba alejando.
Además de que, podría reivindicarse como persona si es que pasaba por esa experiencia poniendo sus límites, le serviría bastante para mejorar y dejar de fallar como hombre y Alfa.
—No puedo creer que estés aquí —Kim Seokjin lo abrazó efusivamente después de encontrárselo de camino a casa.
—Yo también estoy feliz de verte —mencionó entre sorprendido y confundido, porque ambos no llegaron a ser grandes amigos en el instituto, pero por alguna razón se habían vuelto a encontrar.
—Vaya, cambiaste demasiado —Seokjin rompió el abrazo y lo miró con gracia—. Aunque creo que sigo siendo más alto que tú.
—Dicen que está bien soñar —ambos rieron.
Kim Seokjin fue sin duda alguien conocido, no un mejor amigo como tal, porque en su época fue el más popular del instituto, todos creían que sería alguien reconocido por su buena apariencia, sin embargo, cuando los caminos de todos se separaron por cosas de la vida, creían que haría de su vida algo bueno. Pero poco o nada se sabía de su vida personal. Aunque ahora se lo comentaría a Jungkook.
No se dedicó a estudiar alguna carrera que era común, él quería hacer más. Estudió gastronomía, panadería y pastelería, en sí, todas aquellas en las que llevara comida de por medio. En sus propias palabras, era lo que más disfrutaba de hacer y, que si bien algunos ingredientes debía manipularlos con cuidado por ciertas cuestiones de salud, la cocina y él eran aliados.
Se pusieron al día como quien dice, con una deliciosa cena de por medio invitada por Jin. Conversando como si fueran amigos de mucho tiempo.
—La verdad, solo me hace falta capital —señaló Seokjin riendo cortamente—. Abrir mi propio restaurante sería maravilloso.
—Y si obtuvieras esa ayuda, ¿qué podrías dar a cambio?
—Además de devolver el dinero —HoSeok dejó su palillo para considerar la idea—. Devolverle el favor de alguna manera.
—¿Te gustaría recibir un capital sin que tengas que devolver el dinero?
—Uy —Seokjin le miró pícaro—. ¿Tendré un benefactor? ¿Debo empezar a cuestionar mi rango de Alfa?
Jungkook rió.
—No, nada de eso —Jin terminó riéndose—. Te propongo un negocio, mejor dicho, un acuerdo en el que tú me ayudes a mí y yo te ayudaré a ti.
—Jungkook me halagas —Kim fingió avergonzarse—. Pero no creo que me guste ser el pasivo.
—¿Por qué piensas de esa manera de mí?
—Porque basta con escucharte. Parece que estás proponiendo algo indecente mocoso.
Jungkook viró los ojos y rio. Se disculpó y le dijo que le explicaría de lo que se trataba. Jungkook le daría el capital que necesitaría para el restaurante, pero que no le cobraría, solo tenía que ayudarlo con una idea que necesitaba apoyo y forma antes de darle un nombre. Jin aceptó contento y, que no importaría nada, lo ayudaría.
Quedaron de acuerdo en eso, para retomar su conversación recordando viejos momentos en el instituto... y entre ellas, estaba GaeHye.
—No puedo creer que se haya ido —musitó Jin con pesar.
—Yo tampoco —confesó Jungkook con bastante nostalgia en su tono de voz—. Cuando terminé el servicio militar, la fui a visitar antes de regresar a casa, luego de eso, dejé un presente por el que sus padres por poco me golpean.
—Admito que sentí envidia cuando supe que estaban saliendo —confesó Kim admirando algún punto fijo en la mesa y riendo—. Me rechazó porque dijo que sentía algo por alguien, no sabía que esa persona eras tú.
—Yo...
—La hiciste feliz Jungkook—Jin le dedicó una sonrisa interrumpiendo sus palabras—. Eso nadie lo niega, fueron una linda pareja a pesar de lo ocurrido, a pesar de un final tan triste.
—Gracias.
—Solo digo la verdad. No sé lo que pasó en ese transcurso de tiempo que se separaron —Kim le sirvió un poco de Soju— pero estoy seguro de que habrían logrado superarlo si es que hubieran tenido tiempo.
Bebió como nunca aquella noche, incluso después de haber cenado con Kim Seokjin. Él y la tristeza nunca se habían llevado bien, lograr sanar las heridas con alcohol parecía sonar muy bien al principio. El problema de la resaca venía después, prometiendo que no lo volvería a hacer.
Varias semanas transcurrieron, ayudaba con lo necesario para que el negocio del restaurante ya no sea solo una ilusión de su amigo, pero primero se pondría de acuerdo con sus amigos para que puedan quedar en algo sobre su plan que logró comentarles con tiempo.
—¡Yo tengo una idea! —Taehyung levantó la mano.
—No, no creo que sea un buen nombre —interrumpió Seokjin.
—Ni siquiera lo dije.
—Oh perdón —sonrió Jin hacia Taehyung que le observaba con gracia—. Es que hemos dado tan malas sugerencias que no creo que sean tan geniales.
—¿Qué les parece: "Papá en renta"? —sugirió Hoseok sonriendo.
—¿Vamos a cobrar? —preguntó Taehyung confundido.
—No, claro que no —Jungkook esta vez participó de la charla—. Aunque no está tan mal, ¿qué piensan?
Acordaron pensar en el nombre poco después de cenar, en eso, fue Hoseok quien cuestionó por qué realizarían algo así, se hacía una idea pero aun así sentía que había algo más. Sacar el tema fue algo que provocó más que un sentimiento de nostalgia en ciertos integrantes esperando a que sea el propio Jungkook que empiece a contarlo. Lo hizo, de nuevo, recordando lo mala persona que había sido, lo egoísta que se comportó y la manera en la que perdió a su novia, sobre todo ahora que pensaba en la idea de que ellos serían padres.
—Permiso, creo que me sudan los ojos —comentó Taehyung limpiando sus ojos y sorbiendo la nariz.
—Lo siento Jungkook —Hoseok lo envolvió en un abrazo—. Espero que algún día, dejes de atormentarte con eso, no te hace bien castigarte de esa forma.
—No quiero... es decir, no lo considero un castigo —respondió limpiando su nariz con un pedazo de papel—. Es un recordatorio, GaeHye... lo fue todo para mí, la razón por la que a veces no quiero salir con ustedes y conocer a alguien, a ella le di todo lo mejor de mí y dudo mucho que alguien vaya a ocupar ese lugar.
—Jungkook —Jin se acercó y se unió al abrazo—. Es difícil, lo puedo notar, pero si sigues creyendo que lo que pasó es tu culpa, encerrándote y mintiendo a tu corazón, dudo mucho que puedas salir adelante.
—Lo haré, sabré como —Jungkook sonrió ligeramente—. Los tengo a ustedes, harán que por lo menos pueda vivir con esto sin molestarlos.
—Está bien —Taehyung dejó de sorber su nariz y sonrió tratando de cambiar de tema—. ¿Nos quedamos con la sugerencia de Hoseok?
En esa misma semana que algunas cosas fueron tomando forma, otras en cambio parecían no cambiar. Asistir a una de las galas petulantes de la familia Jun no era una de sus actividades favoritas para hacer en un fin de semana, pero por el respeto que guardaba a su padre y, sobre todo para que no parezca el renegado de su familia.
Ya dos años de lo mismo y no entendía porque esa familia tenía la intención de demostrar cuanto tenían con fiestas caras. Suponía que se debían a esas cosas tan absurdas que el hijo que tenían se consideraba el rey del mundo aunque fuera solo un guisante y un cobarde.
Un cobarde que es capaz de humillar y herir a las personas solo con palabras.
—Jeon Jungkook —le sonrió con gracia, parecía ebrio—. Oye, amigo, ¿por qué tan solito?
—Deberías irte a casa —le dijo con cierto recelo en su tono de voz—. No estás en tus cabales para seguir aquí.
—Ohm...—DuckYoung lo abrazó por sobre su hombro— no creo. Sí, bebí pero es que las fiestas... me ponen taaaan sentimental.
Jungkook solo rio un poco, porque notaba que este ni siquiera sabía lo que decía, hablaba atropelladamente y reía como bobo.
—¿Sabes? —le dijo— Siempre he admirado esa faceta de chico bueno que tienes —Jungkook enarcó una ceja—. Quien diría que eres un completo bastardo.
—Si estás buscando problemas —lo obligó a alejarse y se separó de él— no los hallarás aquí.
—¿Recuerdas a Lee GaeHye?
Que la nombre le hizo detenerse, girando para verlo sonreír con burla. Jungkook tenía límites para muchas cosas, pero esto no lo dejaría pasar tan fácil.
—¿A qué juegas DuckYoung? ¿Qué es lo que sabes de ella?
—Era mi prima —Jun rio— lejana, claro, pero al final parte de la familia de mi madre. Y tú, sucio bastardo —tomó una copa y la elevó en su dirección— fuiste responsable de lo que le pasó.
—No tengo porqué darte explicaciones.
—Ya me darás la razón.
Dicen que una persona ebria puede ser graciosa, pero Jun DuckYoung solo parecía haber bebido para obtener valor suficiente para hacer el ridículo. Ridículo que le valió la reputación a la familia Jeon y una amistad de años.
—Tenemos en la fiesta —hipó para después reírse— al abogado Jeon, quien hace un... par de meses se opuso a una ley sobre el aborto —todos los presentes comenzaron a murmurar—, pero hizo que la novia de su hijo interrumpa su embarazo por... porque su hijito no estaba listo para ser papá.
Jeon BaeSuk tragó saliva al ser el centro de atención, donde los murmullos incluso apagaban un poco la música. DuckYoung siguió diciendo un montón de cosas sin sentido sobre el patriarca de la familia Jeon.
—Y Jeon Jungkook es el nombre de su hijo adoptado y bastardo —muchas personas parecían sorprendidas y otras lo demostraban con palabras muy fuertes— quien... fue capaz de hacer menos a mi prima para que tenga a su error, ¿imaginan eso? Una hija de buena familia teniendo al error de alguien que fue desechado de su familia. ¿Quieren saber el final...? la mató con alejarse de ella. Todos en esa familia son unos hipócritas y unos hijos de pu-.
Toda la familia Jeon se mostró ofendida, incluso cuando trataron de quitarle el micrófono y sus padres se disculparon por lo que había hecho, no, eso fue lo que marcó el inicio de algo que no sería tan fácil de perdonar.
Incluso cuando todos llegaron a casa y dejaron que el menor se encierre con su padre en su oficina, sabían que no podrían hacer mucho por una situación que no podría salvarse para nada.
—Hijo, tú sabes que...
—No papá, no —Jungkook le dio la espalda en ese despacho—. Siempre me dijiste que toda persona tiene un límite, no puedo seguir pasando por aquí cuando no tuviste el valor para decirme todo lo que pasó con ella. Cuando ni siquiera hablaste conmigo sobre lo que pasaría, lo supiste por mucho tiempo y aun así, no dijiste nada.
—¿Y qué esperabas que hiciera? —BaeSuk elevó un poco la voz— ¿Esperabas mi apoyo cuando dijiste que serías padre a los veinte años? ¿Qué brincara sobre un pie y te abrazara? Jungkook, no creas que soy un hombre que socapará tus errores. Dime hijo, ¿qué esperabas?
—Por lo menos, esperaba sinceridad papá.
—No Jungkook —BaeSuk negó cansado—, no. Tú no fuiste sincero conmigo cuando te pregunté si habías sido responsable. Te pregunté y solo respondiste que sí, ¿para qué? Mira lo que pasó por tu descuido, porque no pudiste ser un adulto en serio.
—Ser adulto es asumir las responsabilidades de tus actos —Jungkook quiso defenderse, pero incluso sentía que si lo hacía, no le estaba haciendo honor a la memoria de GaeHye—. Yo sí quería hacerme cargo, ser responsable de mi familia... pero...
—Pero ella no estaba segura —BaeSuk suspiró antes de bajar la mirada— olvidaste por completo que ella también tenía derecho a decirte si es que quería ser madre o no. Yo no iba a permitir que pasen por algo que después se arrepentirían. Traer al niño al mundo para que su madre no lo quiera, o dejarlo en un orfanato, no hijo, no. Sabes cómo es eso.
—No pienso ser parte de un discurso moral papá —Jungkook tomó el pomo de la puerta—. Ambos tenemos la culpa, pero por mi parte, no volveré a cruzar una palabra contigo hasta que sienta que puedo perdonarme o al menos... pueda perdonarte.
—Jungkook... ¡Jungkook!
Aquella noche, Jeon Jungkook dejó su hogar, ya no los volvió a visitar a pesar de que ellos pretendían arreglar las cosas después de lo que ocurrió. No hizo caso. De esa noche, la familia Jun hizo hasta lo imposible para que no saliera en las noticias que se había suscitado un acto tan terrible, escondiendo todo; por lo que, lo único que se sabía de manera pública era que Jeon Jungkook se había alejado de su familia sin dar muchos detalles.
Algunos de sus proyectos se retrasaron porque tenía que trabajar el doble para ayudarse a sí mismo, por mucho que sus hermanos le ayudaran económicamente, quería demostrarles que podía hacerlo por su cuenta; terminó su carrera, una especialidad, intentó llevar relaciones que fracasaron; fue en ese tiempo que conoció a Min Yoongi, que aunque no lo veía como un interés amoroso, le decían que llegaba a tratarlo de manera muy especial, tal vez porque sabía más de lo que comentaba; era el apoyo del Omega que solía culparse por no ser fértil, aunque le dijo que no debería prestarle mucha importancia a eso y que existían otras soluciones, siempre trataba de consolarlo por lo que, era demasiado sobreprotector con él.
Pero Jungkook solo le mentía a su mente y corazón, imaginando que no había sido una horrible persona desde su propia perspectiva, tratando de no pedir más allá de lo que ya tenía, podría acostumbrarse a solo tener a alguien que le haga compañía, así sonara mal. No podía perdonarse por lo que había hecho a pesar del tiempo. Esperaba encontrar en Yoongi ese apoyo que creía perdido.
Aunque el resto, es una historia que ya conoces...
¡VOLVÍ! Jejejeje
Gracias siempre por todo, por darle tanto apoyo a mis adaptaciones y espero que os guste el nuevo episodio. Ya sabéis si veis algo mal, algún nombre o algo así, avisadme porfiiias. Graciias y hasta el siguiente cap. Se despide:
—almin ♡
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