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Capítulo especial: Una decisión importante

Cuatro años pasaron, terminar otra etapa en su vida fue más que especial sobre todo si tenía a GaeHye a su lado. Si bien los exámenes de la universidad fueron tediosos, lograr entrar en una universidad élite fue más que suficiente; GaeHye empezando la carrera de medicina y él, como era de esperarse, Leyes gracias a la influencia de su padre y hermanos.

Con veinte años, ya siendo un mayor de edad, las responsabilidades crecían, además de tomar consciencia de ciertas cosas; como el tener que pasar por el celo a solas y en su propia habitación porque eran días en los que ni siquiera sus hermanos estaban presentes. Solían dejarlo solo y él prefería eso a molestar, incluso solía avisarle de su ausencia a su novia. Cuando esa etapa pasaba, por lo menos se sentía más tranquilo, sin embargo, se preocupaba demasiado cuando los papeles se invertían y su novia solía actuar con él de ciertas maneras cuando ella pasaba por eso a pesar de usar supresores, sumando a eso la menstruación en ciertas ocasiones que solían ser al mismo tiempo.

Cosas de chicas que poco entendía, lo comprendía claro, porque solía ir a visitarla a su casa y mimarla, pero más allá de eso no podía hacer por el enorme respeto que le tenía. Porque también la amaba y en sus palabras estaba que a pesar de todo, siempre la protegería, la cuidaría y estaría a su lado.

—Odio esto —murmuró ella mientras estaban acurrucados en la cama viendo una película—. Me duele como la mierda mi vientre.

—¿No bastaron las bebidas calientes? —preguntó.

GaeHye podía mostrarse como una chica muy recatada, pero en realidad, cuando estaba enojada podía decir todos los insultos habidos y por haber.

Además, ¿él podría tener una idea de lo que era pasar por eso? No, por lo que, solía sonreír y callar.

—No —ella se alejó y acomodó su pijama—. ¿Sabes? Ahora quiero algo dulce, ¿qué tenemos?

—Creo que compré toda la tienda de dulces —dijo con una sonrisa mirando la mesita de noche llena de frituras—. Ohm... tengo las grageas de chocolate que te gustan mucho.

Ella aceptó la bolsa con una sonrisa. Tenía el pelo desordenado por estar en cama parte del día, todavía no era la etapa más terrible de su celo, pero ella solía pasarlo muy mal cuando él se iba a casa por no querer sobrepasar cierta línea que hace mucho había marcado.

Lee GaeHye siempre había admirado la manera en que Jungkook la cuidaba y respetaba, claro que nunca intentó hacer algo que él no quisiera, de besos subidos de tono y caricias no pasaban; era adorable sin duda, pero ya con cuatro años de relación, próximo a ser su quinto año, tal vez deberían pasar de caricias a algo más. Sería de hecho, muy especial, porque siempre fueron la primera vez de todo el uno del otro. Sus primeros besos, sus primeras caricias, sus primeras lágrimas del otro cuando discutieron antes de terminar el instituto, sus primeras muestras de cariño. Todo en ellos resultaba especial para el otro, no sería tan raro si algo más pasaba.

Cuando terminó la película y esta cambió, Jungkook notó que GaeHye dormía acurrucada a su lado, con su pelo enmarañado, boca entreabierta y una pierna de ella abrazada a su cintura.

—GaeHye —susurró ya que solía abrazarlo con cierta fuerza—. Nena, quiero levantarme un momento.

—No —murmuró ella entre sueños—. Espera..., todavía no te vayas.

—No dije que me iría —trató de acomodarse y besó su nariz con cariño—. Solo quiero hacer algo, ¿no tienes hambre? Sé que los dulces y frituras pueden llenarte, pero no es una comida sana.

—Jungkook —ella se removió para después abrir los ojos—. A veces puedes ser un terroncito de azúcar cuando te preocupas por mí. ¿Ves por qué como tantos dulces? Porque tú tienes la culpa.

—No me eches la culpa a mí —Jungkook se mostró ofendido, aunque no era verdad y trató de soltar su agarre— cuando te conocí, tú solías comer chocolates. ¿Qué clase de culpa quieres que tome?

Se pusieron a bromear con las cosas del otro respecto a sus defectos o virtudes, cosas que ellos amaban del otro pero usaban para echarse la culpa por seguir tan enamorados.

—Ay sí tú —mencionó GaeHye sentándose encima de él y apoyando su mano en su pecho—. Eres un mentiroso, ¿no notas que soy algo más alta que tú?

—Solo unos centímetros —siguió la broma, aunque se distrajo demasiado al notar los bonitos pechos descubiertos porque unos botones ya no hacían su labor. Desvió la mirada y tragó saliva—. Amor, tu blusa...

—¿Qué? —ella recién pareció caer en cuenta de ello— Oh, ¿te molesta?

—No, no, no —esperó y pasó su mirada a la televisión—. Es solo que... bueno, no quisiera incomodarte.

—Eres mi novio, que me mires no me incomodaría para nada —ella tomó su barbilla y se acostó sobre él para darle un corto beso—. ¿Qué piensas de ellos?

—¿Qué pasa si digo algo que no te guste? —sonrió sujetando su cintura, mientras ella jugaba con el cuello de su camisa— Son bonitos, de buen tamaño, ¿firmes?

—Eres un picarón —GaeHye rio y pasó un dedo por su nariz para después acariciar sus labios—. Siempre te he dicho lo bonitos que son tus labios —pasó después a su cuello— tu rostro. Maldición, te hicieron con mucho amor, porque en serio eres precioso.

—Ni siquiera cuando tratas de ser tierna, dejas de maldecir, ¿otro tirón en el vientre?

—Déjame —ella se levantó y volvió a estar encima de él—. He escuchado que ciertas cosas pueden ayudar a que no se sienta tan terrible.

—¿Soy yo... o me estás queriendo corromper? —Jungkook bromeó, claro, esa era su idea.

—Algo así.

Eso bastó para que Jungkook recién se percate de las palabras de su novia, y el rumbo de ellas cuando acarició su rostro y GaeHye simplemente recibió su tacto con cariño.

—¿En serio quieres... hacerlo? —cuestionó en un susurro, para después sentarse y quedar en una mejor posición junto a ella, apoyándose en el respaldo de la cama sin dejar de sujetar su cintura.

—Jungkook, tú y yo hemos pasado mucho tiempo juntos —lo abrazó por sobre su hombro y le dio un beso de piquito para después jugar con los mechones de su cabello— y, nos conocemos muy bien. Realmente te amo, mucho, demasiado —acunó su rostro y sonrió—. Eres el único hombre que he amado hasta ahora y... al único que podría confiarle algo tan importante.

—Yo también te amo —respondió mostrándose encantado por la mirada que ella le ofrecía—. Pero quiero estar seguro de que esto no solo se trata del calor del momento, que si bien es un paso importante, sé que lo hacemos porque nos amamos.

—Si notas el ambiente —GaeHye sin dejar de sonreír lo abrazó— no sería capaz de usar mis feromonas o algo así para encantarte, eso ya lo tengo logrado.

—Cielos GaeHye —correspondió el abrazo— no sé cómo es que tienes el poder de convencerme tan rápido.

—Me haces sentir como la villana —se separaron solo para mirarse a los ojos y sonreírse—. ¿Quieres? Porque hasta donde sé, yo siempre he dado el primer paso, pero si no quieres, me las arreglaré sola.

—Sí quiero, solo si tú quieres —GaeHye asintió y la besó cortamente—. Bien, déjame traer algunas cosas.

Pasó la semana con ella, la acompañó durante su celo al igual que provocó el suyo, aunque de lo único que se podía destacar sin dar demasiados detalles de lo que pasaron, solo se podía resumir en mágico y excelente, porque si antes se habían dicho lo mucho que se amaban, ahora tenían un lazo más fuerte que los unía y supieron demostrarlo.

Aunque avisó en casa que tal vez no llegaría el día que había prometido, sus hermanos ya sabían lo que había pasado, bastaba con sentir el aroma a manzana y lilas que él como Alfa desprendía todavía mezclado con su aroma de vino y menta.

Con quien tuvo que hablar primero fue con su padre, que no parecía tan feliz de verlo y al contrario le dedicaba una mirada de reproche, mientras comenzaba un discurso de lo bien que tenía que comportarse y demostrar que era un hombre de bien.

—¿Al menos usaron protección, no?

Aquella pregunta lo hizo cuestionarse lo mismo, los primeros días sí, claro que ambos habían tomado la decisión de hacerlo con responsabilidad... sin embargo, no recordaba nada cuando ellos estaban fuera de sí y aun así, lo hicieron.

—Sí —respondió tras su corto silencio— fuimos responsables papá, no creo que deba ahondar en detalles.

—Confío en ti —indicó su padre antes de levantarse de la silla y acercarse a él—. Porque sé que eres un chico responsable, solo espero que eso sea cierto.

—Lo es —asintió otra vez—. Lo hablamos y estamos bien con eso papá, fue... solo algo que sucedió, de nuevo, no quisiera ahondar en detalles.

—Jungkook —su padre puso sus manos sobre su hombro y soltó una exhalación—. Eres hombre y joven todavía, muchas cosas pueden cambiar si es que ese algo que sucedió... pasa a ser una responsabilidad más grande. ¿Me entiendes? Al final, es ella quien sale más perjudicada.

—Papá, nunca te había escuchado decir eso —manifestó con sorpresa.

—¿Cómo quieres que te lo diga entonces? —BaeSuk miró a su hijo y esperaba no estar siendo duro con él— Es la verdad, tú no serás quien cargue un niño en su vientre, no dejarás tus estudios por preocuparte en el crecimiento y cuidado de tu bebé, no, ¿me entiendes?

—Creo que sí.

—Espero que realmente hayan dado ese paso con responsabilidad —Jungkook solo asintió—. Bien. Ahora necesito que me acompañes a la oficina, hay algo que tenemos que hacer.

Esa tarde conoció a la familia Jun, con quien su padre quería asociarse porque quien le había contratado era su amigo, decían que también tenía un hijo que estaba ahora en Busan, por cuestiones personales, pero que algún día se conocerían.

Los meses pasaron, aunque algo había cambiado desde entonces, no solo las clases en la universidad eran más exigentes y pesadas, sino que también la chica de sus sueños no hablaba demasiado con él.

De hecho, quería creer que se debía a su horario, porque las horas en medicina eran más pesadas, en tres meses bastaba para que cualquiera se olvidara de algunas cosas; llegaban a chocar en ciertas horas, almorzaban juntos, pero ya no era lo mismo. Notaba a GaeHye más distante y como si algo le preocupara, trató de conversarlo y siempre recibía la misma respuesta: "No es nada mi amor, solo estoy así por un examen que daré la siguiente semana, es todo."

Hasta que un día...

Jungkook llegaba a su casa después de un día ajetreado en la universidad, además de que no había visto a GaeHye en toda la mañana, algo que le preocupó de sobremanera, porque tampoco contestó sus llamadas o sus mensajes. En su cabeza solo tenía la idea de llegar a casa y después ir a su casa y saber si estaba bien.

Sin embargo, aquello no fue necesario cuando la vio a ella esperando sentada en la sala principal.

—GaeHye —saludó con cariño cuando ella se levantó para recibirlo con un abrazo—. Justo quería ir a visitarte, ¿está todo bien? Ni siquiera fuiste a la universidad. ¿Ya te atendieron? ¿Mis hermanos están...?

—Kookie... tenemos que hablar.

Aquello le hizo sentir frío que cruzaba por su espina dorsal por la manera en que ella se lo decía, además de que usaba ese apodo cariñoso cuando necesitaba de su apoyo. Asintió y la invitó a tomar asiento, notó que su bonito rostro había perdido algo de color y parecía más delgada; pasó saliva para después sujetar las manos de ella.

—¿Qué ocurre GaeHye? —cuestionó, su novia bajó la mirada para romper su agarre— Cariño.

GaeHye formó sus labios en una fina línea para luego sacar de su chaqueta un sobre blanco.
—Fui... quiero decir —murmuró mientras unas lágrimas silenciosas caían sobre sus mejillas—. Me he sentido algo mal hace un par de semanas, algo que también preocupó a mi madre —Jungkook tomó el sobre y lo abrió temiendo de revisar el contenido de aquel pedazo de papel— y... Jungkook, tú y yo... no sé qué haremos ahora.

Todavía procesando aquella información, Jungkook formó sus labios en una línea desdoblando el pedazo de papel y leyendo lo que estaba escrito.

"Prueba de embarazo: Positivo. Dos meses."

Solo se fijó en esa parte, abrió la boca tratando de buscar las palabras correctas para expresar lo que en este momento sentía. ¿Sorpresa? ¿Disgusto? ¿Felicidad? Eran muchas emociones que no podría manejar en este momento.

—Jungkook...—GaeHye se acercó y tomó su mano— dime algo, no te quedes callado.

—Perdón cariño —sonrió tratando de transmitirle toda esa seguridad que en ese momento no sentía, estaba temblando y aun así acunó el rostro de ella entre sus manos para limpiar sus lágrimas—. No tienes que llorar, estoy aquí a tu lado.

—¿Qué quieres decir con eso? —GaeHye le dedicó una mirada de confusión.

—Que me haré cargo —Jungkook sonrió—. No huiré o algo parecido, sé que es una nueva responsabilidad y sobre todo es muy grande... pero —bajó una de sus manos hacia el vientre de ella notando un ligero bulto en ese lugar— te prometí que estaría a tu lado para todo y ahora con esto, tengo que ser un mejor hombre y Alfa para ti.

—Jungkook, ¿de verdad quieres que... tengamos un hijo?

—Sé que lo lograremos —Lee tan solo observaba a su novio con cierta preocupación y, aunque debería sentirse feliz por la reacción, en realidad solo sentía miedo—. Seremos buenos padres, yo... yo te ayudaré con lo que necesites, trabajaré si es necesario, para darles lo mejor. No será fácil... pero tampoco será algo que no podamos realizar.

Cuando él la envolvió en un abrazo, no tuvo el corazón para decirle que era la primera vez en años que no concordaban en algo que podría ser felicidad para los dos. Incluso la idea de decirles a sus padres sobre esto... solo le causaba terror.

La noticia fue de conocimiento por las dos familias y ninguna tuvo la clase de reacción que se podría tener con una noticia así. Tal fue la tensión que incluso los padres de los jóvenes tuvieron que encerrarse en el despacho de Jeon BaeSuk, siendo la madre la única que se quedó fuera esperando en la sala.

—Voy a matar a tu hijo.

—Si crees que con violencia vamos a solucionar esto —BaeSuk lo invitó a sentarse frente a él— puedes ir a otra parte y dejar que yo hable con tu esposa.

—¿Para qué? —Lee JiHyun gruñía a medida que respiraba— ¿Piensas darle un discurso moral sobre lo que hicieron nuestros hijos?

—Vamos, tampoco son niños —Jeon apretó el puente de su nariz al notar el camino que sus palabras podrían guiar—. JiHyun, escucha, no... no justificaré a mi hijo de una manera machista, pero planea hacerse cargo y...

—¡Y una mierda BaeSuk! —aquella exclamación lo hizo sentir cohibido, aunque tantos años ya podría disimular eso— ¡Tu bastardo se atrevió a tocar a mi hija! ¡Pasó mi confianza y ahora quiere que cargue con su desastre!

—¡No voy a permitir que te refieras a mi hijo de esa manera! —si bien BaeSuk nunca levantaba la voz, esta vez haría una excepción.

—¿Entonces qué mierda es? Ni siquiera es tu hijo —JiHyun se acercó al escritorio para tratar de retarlo, siendo aquella mesa el único impedimento para que ambos hombres se agarren a los golpes—. Si al menos llevara tu sangre, me sentiría halagado, ¡incluso aplaudiría esto! —después le dedico una sonrisa burlona— pero no, ese bastardo que adoptaste puede venir tranquilamente para que le aplaste el cuello.

—Deja de decir estupideces —BaeSuk estaba empezando a cuestionarse si es que todavía tenía la edad suficiente para golpear a alguien—. Escucha, en lugar de pelearnos, podemos buscar una solución.

El ambiente era tenso, JiHyun soltó una exhalación fuerte y se tomó de los pelos ante la frustración. Jeon por su parte todavía no creía lo que estaba pasando. Se quedaron un largo tiempo en silencio hasta que por lo menos, se calmaran las emociones.

—Yo te sugiero que hables con... tu hijo —escupió lo último mientras sujetaba su frente—. Que no intente seguir con esto, no pienso hacer pasar a mi hija por algo así.

—¿Quieres decir que...?

—Convéncelo de que es mejor renunciar a esto —BaeSuk se sorprendió y abrió un poco la boca, para después considerar la idea—. Al final... ambos son jóvenes, cambiar pañales no es para lo que están preparados, además, no quiero que mi hija atrase todo lo que ha soñado solo por traer a un mocoso al mundo.

—Deja de referirte al bebé de esa manera.

—Debería llamarlo error —Lee elevó la mirada y acomodó su camisa—. Apelo a tu razón Jeon, por lo menos, trata de hacer algo bien ahora, ya que no pudiste enseñarle a tu hijo a mantener sus manos quietas.

BaeSuk no se había equivocado con sus hijos, de eso quería convencerse cuando el padre de GaeHye dejó la oficina y consideró la idea que le había brindado. Tal vez y solo tal vez, sería lo mejor para ellos.

Esperó tres días para que las cosas se calmaran, incluso el ambiente en su hogar era diferente, notaba a su hijo más distante con sus hermanos y estos parecían estar igual. Por lo que, en lugar de hablar con Jungkook llamó a GaeHye por la mañana, pidiendo que se vean en su casa para hablar de lo que estaba pasando.

Llegó antes de que Jungkook termine su última clase que solía extenderse hasta pasadas la hora de comer. Tiempo suficiente para que ellos hablen.

—Siéntate hija —trató de hablar paternal pero no estaba seguro de cómo sonaba para ella—. Lamento si estoy haciendo algo que te moleste, si es así, solo dímelo.

—Estoy bien, señor —sonrió, o al menos eso intentó—. Aunque tengo que admitir que su llamada me sorprendió mucho.

—Iré directo al grano hija —la miró a los ojos, ella parecía haber llorado mucho, sus ojeras la delataban— y quiero que seas sincera conmigo. ¿Quieres seguir con esto?

GaeHye se quedó en silencio antes de bajar la mirada y abrazar su vientre en protección.

—No... yo... creo que no estoy lista, es todo —musitó—. Sé que su hijo puede hacerse responsable de esto, me lo dijo, está feliz con esto y...

—Tú no, ¿verdad? —interrumpió esperando alguna respuesta que contradijera sus palabras— GaeHye, si no estás segura de esto, puedes hablarlo con él.

—No tengo el corazón para romper su ilusión de esa manera —ella limpió sus mejillas húmedas—. Además, es el producto del amor que nos tenemos, solo... solo tengo miedo. Miedo de no ser suficiente para mi hijo y... al final, traerlo para que sufra. Sí, quiero formar una familia, pero creo que no es el momento. Quiero que mi hijo crezca bien y que nada le haga falta, no quiero que pase por carencias...

—Entiendo.

—Pero ahora —Lee GaeHye acarició su pequeño vientre con pesar—... no sé si le voy a brindar eso. Sé que Jungkook podría hacerlo, solo que no sería justo para ninguno.

BaeSuk asintió. Entendía por lo que estaba pasando, tal como dijo su padre, ella no podría pasar por esto y que al final, todo termine bien. Suspiró. Había tomado una decisión.

—Entonces te sugiero algo —dijo llamando su atención—. Podemos terminar esto, no solo por tu bien, sino también por el bien de los dos. Son jóvenes, les falta mucho por vivir, yo me encargaré de los gastos que sean necesarios al igual que de tu terapia.

—Señor Jeon...

—Solo quiero lo mejor para los dos —confesó—. Podrás darte el tiempo necesario para curarte y sanar las heridas. Darle tiempo a Jungkook para que entienda lo que no puedes decirle. Ayudaré con la interrupción de tu embarazo y tendrás que irte un buen tiempo para que te sientas mejor, ¿entiendes?

—No, yo no podría hacer eso —GaeHye comenzó a sollozar más fuerte—. No podría hacerle eso a su hijo. Como dije, no tengo el corazón para tomar una decisión así.

—Es una decisión que debes tomar, es cierto —dijo con cierta seriedad en su voz— pero también debes pensar en el futuro que ambos tienen por delante. Que ustedes no están preparados para una responsabilidad así. Si decides hacerlo, yo te apoyaré con lo que te haga falta, sino —observó un punto fijo en su escritorio— tendré que alejar a Jungkook de tu lado y... no podré ayudarte con nada.

—¿Se da cuenta de que en ambas... me termina alejando de su hijo?

—Lo sé. Y es algo que decidimos con tu padre también —la señorita limpió sus lágrimas—. Piénsalo hija. Pero que sea por ti, no por lo que crea mi hijo.

A la semana, Jeon BaeSuk se encargó de todo lo necesario para que la hija de la familia Lee saliera del país después de lo que haría. Era una decisión importante, ¿no?, así tanto ella como su hijo podrían cumplir las metas que se habían propuesto, ya nada podría cambiar el transcurso que tome todo esto.

Hasta aquí por hoy, espero os guste el capítulo y he pensado actualizar los domingos ya que son los únicos días que no tengo mucho que hacer. Ya sabéis, si veis algo mal me avisáis o si hay algún nombre que no cuadra. Gracias por todo. Me despido <3.

—almin ♡

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