Capítulo 8: Miedo
-No era mi intención entrometerme, pero no quería que la situación tomara un rumbo diferente.
Se habían alejado del lugar, tanto Byul-Yi como Jimin estaban sorprendidos de lo que Jeon Jungkook había hecho. Pero el más sorprendido fue el propio Jimin quien todavía sostenía a su pequeña en brazos. ¿Por qué esto le causaba sorpresa?
-Oh, ahora me siento mal por haberle hablado de esa manera -Byul-Yi hizo una reverencia disculpándose por su actuar pasado-. Soy Moon Byul-Yi, amiga de Park Jimin y tía de esta pequeña.
El Omega recién cayó en cuenta de lo que estaba pasando. Había usado la misma mentira para conseguir trabajo en el restaurante, y ahora que su propio jefe estaba presente escuchando todo eso, podían suceder dos cosas: que lo despida, o que le explique su verdadera situación.
-Tía -su jefe sonrió-. Por un momento creí que... no me hagan caso, pensamientos de un viejo Alfa.
Al parecer intentaba bromear, y sin embargo no se sentía del todo seguro de la manera en la que actuaba el señor Jeon. SoYeon se había calmado, por lo que tomando todo su valor, la entregó a Byul-Yi para que pueda hablar con su jefe.
-Señor Jeon, ¿podemos hablar un minuto? -Jungkook asintió ante su pregunta- Bien.
No fue necesario que pida algo, Byul-Yi entendió el mensaje y se alejó con la pequeña hacia una de las tiendas que estaban por el lugar. Ahora no se sentía bien, no podía ver a los ojos al Alfa, se sentía intimidado y eso era decir poco.
-Gracias -dijo con algo de pesar mientras mantenía la mirada baja-... por haber hecho todo esto, no era necesario, pero igual muchas gracias.
-Descuida Jimin -escuchó, no sabía si estaba sonriendo o solo lo observaba molesto-. Pero un consejo muy importante. No agaches la cabeza nunca, no haces nada malo, no tienes que avergonzarte de nada.
Jimin levantó la mirada con la sorpresa que de seguro se podían ver en sus ojos.
-Debo admitir que me siento un poco preocupado del hecho de que tuvieras que mentir para trabajar -frunció los labios, no estaba tan feliz de eso- pero te entiendo, entiendo los motivos. Así que tómate el día libre, descansa y mañana podremos hablar de esto con más calma.
-Señor...
-Cuando estemos fuera del restaurante, dime Jungkook. Me haces sentir más anciano -bromeó, aunque Jimin no correspondió-. Está bien... ¿tienes un lugar donde te puedas quedar? Porque si bien ese fue un susto para la señora, no se puede hacer demasiado...
-Se quedarán conmigo.
No sabía en qué momento Byul-Yi había aparecido de nuevo a su lado, pero tanto ella como su hija no dejaban de mirar a Jungkook.
-Papá -dijo la pequeña llamando su atención.
-Dime, corazón -habló, pero ella negó y señaló al Alfa-. Oh...
-No pequeña, no soy tu papá -la voz del Alfa sonó casi dulce, le dirigió la mirada para pedirle permiso de tomar a la pequeña en brazos, asintió. Cuando el Alfa extendió sus brazos, la pequeña casi salta hacia él-. Eres adorable, ¿cómo te llamas?
-Park SoYeon -sonreía la pequeña hacia Jungkook, esto fue demasiado para Jimin-. Y tengo cinco años.
¿Por qué la sorpresa estaba en los dos Omegas viendo cómo SoYeon conversaba con Jungkook? Porque ella no solía decir más de dos palabras y ahora parecía decirlas tranquilamente.
-Ya eres una niña grande -respondió Jungkook sin borrar su sonrisa-. Me imagino que ya tienes muchos amiguitos en la escuela.
-No, no puedo ir.
-Bien SoYeon, creo que estás diciendo mucho -Byul-Yi la tomó de nuevo en sus brazos-. Vamos a recoger todo lo que tiró esa mujer.
Asintió notando como el Alfa le dirigía una mirada seria. Si en verdad el señor Jeon era abogado, sabría cómo proceder en este caso.
-No diré nada, pero mañana hablaremos seriamente de esto -Jimin asintió y realizó una reverencia bastante avergonzado-. Vamos, te ayudaré a trasladar todo y volveré al restaurante.
Jimin sabía que este día había sido el peor, por lo que cuando llegaron al departamento de su amiga gracias a la ayuda de su jefe, las ganas de llorar no se hicieron esperar.
-SoYeon, espera en el cuarto a tu papi, por favor -había dicho en ese momento mientras que él intentaba calmarse, no quería que su hija lo viera así.
En el momento que SoYeon se fue a la habitación de Byul-Yi, se tapó el rostro con las manos mientras dejaba que las lágrimas escaparan.
-Hey, Jimin. Tranquilo -podía sentir un nudo en su garganta, ni siquiera el que ella le diga eso detenía su llanto-. No llores, basta.
-Puse... a mi hija en peligro -susurró, retiró sus manos de su rostro y miró a su amiga- todo por... mi absurdo complejo de inferioridad. Lo siento.
Byul-Yi secó las lágrimas que caían en sus mejillas, no le estaba diciendo nada en estos momentos porque lo veía bastante roto. Limpió su nariz con la manga de su chaqueta.
-Tengo miedo Byul-Yi, miedo de que me la quiten, miedo de que la alejen -sollozó-. No quiero eso... no...
-Basta Jimin, te estás precipitando -Jimin sollozó aun cuando Byul-Yi lo tomaba del rostro-. Necesitas descansar, yo me haré cargo de SoYeon. Y no quiero que vuelvas a decir eso.
Una vez que Byul-Yi logró tranquilizar a Jimin y hacer que descanse en su sofá, empezó a hacer algo que nunca creyó posible de ella. Buscar información sobre alguien, y ese era Jeon Jungkook.
Cuando empezó a teclear en su celular, se sorprendió de ver tal información de él, pero que tampoco era demasiado. Hijo de una familia bastante adinerada ya que todos manejaban el negocio de la abogacía, pero él tuvo otros planes respecto a eso, y actualmente se dedicaba solo al negocio de la comida. Las razones de su alejamiento con su familia eran desconocidos para todos.
-Oh cielos -se cubrió la boca al leer que se había especializado en el ámbito familiar sobre todo con los niños.
El día terminó con Jimin descansando, ella cuidando de SoYeon pero estaba dudando demasiado de que su amigo tenga un excelente amanecer. Ahora entendía un poco del miedo de Jimin sobre ese Alfa.
Las horas pasaron, y el amanecer llegó por lo que Jimin despertó con los ojos adoloridos y bastante cabizbajo. Se cambiaría e iría a su trabajo, si es que todavía lo tenía aunque, pensar en positivo podría funcionar.
-Todavía es temprano -masculló para sí viendo la hora, ni su hija ni su amiga se habían despertado.
Ya que no tenía hambre, se dirigió hacia el baño, pero el que tocaran la puerta a esa hora fue bastante extraño para su persona. Soltó un suspiro, mientras caminaba con la esperanza de que no fuera algo malo. Ya bastante había pasado el día anterior.
En el momento que abrió la puerta, se sorprendió de ver al señor Jeon ahí. Inevitablemente agachó la mirada.
-Buenos días Jimin -dijo-. ¿Puedo pasar?
-C... Por supuesto, pase -respondió y se hizo a un lado de la puerta dándole el paso para que el Alfa pasara, después de eso, cerró la puerta mientras no le dirigía la mirada.
-No quería que habláramos de esto en el restaurante, suelo separar bastante mi vida profesional con mis pasatiempos -volteó hacia él, levantó la mirada notando así mucha seriedad en el Alfa-. Además, quería entregarte esto en persona.
Cuando extendió un sobre hacia él, sintió frío. No sabía cómo describir ese sentimiento.
-¿Qué es... eso?
-El dinero que le diste a esa señora a manera de garantía. Si bien no es mucho -el Alfa se encogió de hombros- algo es algo, aunque aun así es demasiado para un lugar tan pequeño.
Lo tomó con cierto temblor y susurró un pequeño gracias. Probablemente eso no había pasado desapercibido por su jefe.
-Bien, he cumplido con mi parte. Ahora, hablemos sobre tu trabajo.
-¿Seguiré trabajando? -tal vez su pregunta era tonta, y tal vez así lo tomaría su jefe.
-Sí. Te dije que había entendido sobre tus razones -asintió- pero no lo vuelvas a hacer. No deberías avergonzarte por eso, eres papá soltero y no tiene...
-¿No tiene qué? Eso sirve para que muchos me traten como un tapete -respondió con mucha seriedad interrumpiendo las palabras del Alfa-. Y no quiero eso para mi hija.
-Aunque sabes que estás cometiendo una falta grave -se paralizó ante esas palabras-. Jimin, no puedes hacer que tu hija no estudie, le estás privando de su derecho a la convivencia social, a la educación. Su desarrollo está siendo afectado por tus decisiones.
-Yo...
Sentía que las lágrimas mojaban sus mejillas, sabía que estaba haciendo eso y mucho más, que estaba fallando como papá. De repente no supo de dónde sacó el valor necesario para hablar evitando así el nudo en la garganta que sentía.
-Usted no sabe por lo que he pasado -se estaba controlando demasiado, no quería levantar la voz y hacer que alguien se despertara-. No puede venir y decir... que estoy haciendo mal, lo sé, lo sé muy bien. Pero estoy harto de que me vean como si tuviera algo malo, de que crean que deben hablar mal de mi hija...
-Basta -se detuvo no porque fue interrumpido, sino porque el Alfa había usado su voz de mando. Pasó un momento en silencio para que pueda volver a hablar-. Perdona, no fue mi intención.
De alguna manera detuvo sus sollozos mientras el miedo cruzaba por su cuerpo. Estaba temblando, e incluso había vuelto a agachar la mirada, por eso odiaba muchas veces ser Omega, era muy susceptible a eso.
-Escucha Jimin -tragó saliva al escuchar ese tono serio y cuando el Alfa se acercó a él para que levantara la mirada-. No me gusta que un Omega se haga menos, estás criando a tu hija y eso es admirable... pero no está bien que sigas en ese círculo donde sientes pena sobre tu persona.
-Déjeme por favor -quería alejarse, necesitaba hacerlo pero ante tantas emociones, el aroma del Alfa le resultaba muy agradable-. No puede...
-No conoceré tu historia -una vez más había sido interrumpido, ya no le interesaba- pero puedo escucharte y ayudarte si me lo permites, Jimin.
Hasta aquí, perdón por no actualizar. Fue una semana de exámenes, pero ahora estoy de vacaciones e intentaré actualizar más. Eso es todo, espero os guste. Se despide:
-almin♡
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