Capítulo 44: Lazo inquebrantable
Jimin no se reconocía.
Si bien de vez en cuando perdía la noción del tiempo, aquella sensación de estar lleno gracias al Alfa lo hacía sentir pleno, especial, muchas sensaciones que no recordaba de manera tan intensa. Solo habían pasado dos días y, si miraba su cuerpo lleno de marcas de dientes se habría avergonzado hace mucho. Era insaciable cada vez que sentía la intromisión entre sus piernas, siempre deseando más, obteniendo un placer que se repartía por todo su cuerpo y lo hacía temblar con cada orgasmo que sentía.
Era como tocar el cielo, perderse en las estrellas, nadar en la vía láctea. No había manera de describirlo ni de compararlo. Cuando estaba solo, nadie lo consentía después de tocarlo y que llegue al delicioso clímax que lo hacía enredarse en las telas de la lujuria, nadie le decía lo sexy que se veía gimiendo mientras pedía por más, para después besarlo por todas partes, desde la punta de los pies hasta su cabeza repitiendo "te amo" y abrazarlo para sonreírle. No tenía sexo, hacía el amor.
Tener a un Alfa a su lado hacía todo más sencillo, no solo en la parte de satisfacerlo sexualmente, sino que lo había alimentado y mantenido aseado, porque él era un desastre cada vez que terminaban y sentía su cuerpo debilitado. Incluso había hecho lo posible para que lo lleve a la tina para que ambos se puedan quedar jugando en el agua un largo momento.
¿Qué si no había intentado tener sexo en ese espacio reducido?
Fue extraño, pero muy interesante a la vez cuando montó al Alfa aunque no hubiera usado protección en ese momento, pudo tomar sus pastillas después. La sensación, sin embargo, no la olvidaría, aquel nudo que lo llenó hasta el grado que sentía lágrimas de placer caer en sus mejillas. Fue la primera vez y se sintió increíble.
Pero a pesar de eso, quería más. Siempre quería más.
Esa necesidad de sentir al Alfa de esa manera no era normal para él, incluso cuando enseñaba su cuello con orgullo para darle paso a realizar una marca que esperaba, no, en realidad lo había vuelto un loco necesitado por esa esencia que había sentido solo un par veces.
Ahora estaba odiando los condones que usaba Jungkook cuando le decía que lo necesitaba dentro de él. Estúpidos plásticos que no lo dejaban sentir el nudo y la esencia de su Alfa llenarlo aún más. Claro, esa era la queja que su lobo le transmitía, mientras que su parte racional trataba de seguir los cuidados al pie de la letra.
Dormía disfrutando del calor que emanaba su Alfa a su lado, su lobo acurrucándose para ocupar todo el espacio posible queriendo acaparar todo el cuerpo de Jungkook.
—Jimin, no puedo respirar —escuchó decirle, lo que le hizo abrir los ojos, notando que estaba sobre su Alfa y su cabeza casi apoyada en su cuello—. Lo siento, no quería despertarte.
No respondió, no porque no quisiera, su lobo ya tenía el control y se quedó mirando fijamente aquella mirada de color ámbar. Sonrió hacia él y solo se volvió a acostar, pero esta vez solo apoyándose en el pecho del Alfa.
—Tengo que admitir que me siento exhausto —habló de nuevo su Alfa mientras acariciaba su cabello para luego dejar un beso ahí—. ¿Tú... estás bien?
Asintió, volviendo a acurrucarse en el pecho de su Alfa. Su piel desnuda era tan suave y tentadora para él. Ya no debería sentirse tan necesitado porque faltaba solo un día más para que el calor desaparezca, la parte más intensa había pasado ya. Y aun así quería sentirse anudado, su entrada se lubricaba ante la idea, ese aroma dulzón que liberaba era la que hacía que su Alfa lo tomara con fuerza. Mas, sentía que no estaba siendo recíproco con su Alfa, porque era el único que hacía todo mientras recibía como un completo Omega urgido de atención.
Armándose de valor, besó aquel pecho con cariño, suspirando cuando sintió sus anatomías chocar. Su corazón latía con fuerza ante la emoción de empezar a mimar a su Alfa.
-¿Qué haces Mimi?
Lo observó de soslayo, sonriendo ligeramente para continuar con su camino de besos, incluso siendo más travieso es que dio algunas lamidas en el torso de su Alfa. Lo escuchó suspirar, haciendo que sonría travieso hasta que llegó a la parte que por estos días le había estado dando tal diversión que quería devolver. Cubierto bajo las sábanas, tomó el miembro comenzando un ligero movimiento para despertarlo, era inexplicable el hecho de que su boca se haga agua ante el tamaño que tenía, apenas pudiendo cubrirlo con una mano y un poco más le hacía falta.
—Jimin —escuchó decir lejanamente, solo dejó escapar saliva para que caiga sobre el glande y como caía lentamente por aquella extensión—. Oh... no es necesario que lo hagas.
Ignorando aquellas palabras, dio una primera lamida en la parte de la extensión que su mano no cubría, jugando con el glande hasta sentir como su lengua jugaba con la cabeza, imaginar que era una paleta o un chupetín no debería considerarse candente, pero vaya que así era. Travieso, engulló toda la extensión hasta que la sintió chocar en su garganta.
-Jimin... ah.
Sintió un ligero frío recorrer su espina dorsal cuando Jungkook quitó las sábanas, le dirigió una mirada mientras subía y bajaba su cabeza, cubriendo sus dientes con sus labios, su lengua disfrutando de la sensación del falo en su boca. Escuchar a su Alfa gemir, que sujetaba su cabeza para guiar sus movimientos, prácticamente estaba follando su boca. Aunque su boca se había cansado, trató de seguir con su labor, no fue hasta que su Alfa dejó de sujetarlo que liberó su boca con un sonoro sonido de "pop", saliva escurría de los costados que lamió con su lengua.
—Jimin, no deberías hacer eso —Jungkook le sonrió travieso-. ¿Te gusta?
Su respuesta fue lamer la extensión al ver el líquido pre-seminal salir de ahí. Quería que llegue al clímax. Lamía y engullía con gula, su entrada seguía lubricándolo, jadeaba a medida que incluso jugaba con los testículos del Alfa. Su recompensa fue sentir la esencia explotar en su boca que disfrutó de tragar mientras sentía como se corría en la sábanas y sentía como los dedos de sus pies se crispaban ante la sensación.
—Delicioso —murmuró volviendo a subir sobre el cuerpo del Alfa, que sujetó su barbilla y lo acercó hacia él para besarlo.
Sentía como la lengua de Jungkook ejercía control sobre la suya, aquella danza que lo hacía sentir extasiado, la forma en la que sus bocas creaban chasquidos de esa manera, oh, cielos e infiernos, no deseaba correrse de nuevo.
—Eres bastante travieso —Jungkook rompió el beso mordiendo ligeramente su labio inferior, lo obligaron a tomar el aire que creía perdido y soltar un jadeo—. Gracias por eso, aunque no era necesario.
—Seguro —masculló sonriendo mientras recibía besos en todo su cuello y hombros—. Solo quería devolverte el favor.
—Lo hiciste muy bien —se estremeció cuando sintió una ligera mordida entre el espacio de su hombro y su cuello—. Muy muy bien.
Gimió bajo al sentir como el falo del Alfa rozaba sus glúteos, abrió sus piernas mientras se acomodaba sobre él, tomando el miembro de Jungkook lo alineó hacia su entrada, olvidándose del condón por un momento y solo deseando sentir aquella deliciosa intrusión a flor de piel.
—Ji... Min —lo calló con un beso mientras se acostumbraba a la manera en la que dilataba su entraba y la estiraba—. Amor... no así.
—Tomaré m-mis... ah -subió un poco y después bajó sintiendo su cuerpo chocar de manera suave— m-mis pastillas. Agh, es tan bueno.
Montarlo lo hacía sentir tan empoderado, siendo una forma de calificarlo, no, había algo más. Disfrutar de ver a su Alfa jadeando, sujetándolo de las caderas para controlar sus movimientos, el cómo podía besarlo y marcar su cuello con sus dientes. Excitante.
Se corrió tras subir y bajar a su antojo, deshaciéndose en gemidos y jadeos, la sensaciones a flor de piel, con lágrimas en los ojos debido al placer. Todavía no sentía aquella esencia cálida llenarlo, siguió con su labor hasta que...
Sintió como su espalda chocaba con el colchón, como una mano acariciaba uno de sus glúteos y abría sus piernas, luego un vacío que lo hizo lloriquear al no tener a su Alfa en su interior por mucho que intentó acercarlo de nuevo rodeando su cintura con sus piernas.
—Quiero...
—No —se estremeció al escuchar esa voz, ronca cerca de su oído que era muy diferente a la que había escuchado antes—. No, Jimin, no.
—Mío. Mío -abrazó por sobre los hombros a Jungkook y besó su piel desnuda, salada por el sudor y a la vez tan deliciosa—. Por favor.
—¿Recuerdas mi promesa? —le dijo, besando su hombro de la misma manera, aunque unos dientes rozaron su piel— Dije que te protegería y cuidaría —como la lengua del Alfa lamía su hombro y cuello con cariño— durante y después de tu celo. No hemos estado usando protección en ciertas horas, por mucho que tomes tus pastillas... eso no nos asegura que nada haya ocurrido.
Su parte racional entendía ese racionamiento, sin embargo, todavía se sentía insatisfecho. Sintió una intromisión que lo hizo reconsiderar su insatisfacción; no era el falo de su Alfa, pero eran dos dedos que intentaban llenarlo en esa zona. Entrando y saliendo, siendo acariciado, cielos.
—Mío. Alfa. Mío.
Jadeó cuando sintió como jalaba su piel con los dientes con cierta fuerza. ¿Lo iba a marcar?
—Sí, soy tuyo —Jeon elevó la mirada hacia él, besando su mejilla mientras con su mano libre sostenía su rostro—. Eres mío, ¿verdad?
—Sí —se dejó besar, era suave y delicado, correspondiendo de la misma manera todavía sintiendo aquellas caricias en su entrada—. Márcame...
Notó como Jungkook pasó saliva, mientras él seguía jadeando. Siendo consciente de lo que estaba ocurriendo, ya no se trataba de su lobo, no, este era un deseo mutuo. Porque el hombre que estaba encima de él, tenía su corazón, sus sentimientos, quería darle todo y pertenecerle de muchas maneras posibles. Gimió en queja cuando dejó de sentir aquellos movimientos, mordió su labio inferior sintiendo como sus ojos se ponían vidriosos.
—Jimin —esa mano libre que sostenía su rostro ahora limpiaba algo húmedo en ella, ¿se había puesto a llorar?— No te estoy rechazando, solo quiero saber si es algo que deseas en verdad.
—Sí quiero —ya no hablaba con ese tono dulce, realmente estaba consciente de lo que ocurría a su alrededor—. Sí.
Recibió un beso cariñoso, suave y adorable. Uno que hizo estallar varios sentimientos en su interior. Cuando aquel beso se rompió y lo miró a los ojos, desvió la mirada para descubrir su cuello y hombro derecho. Los labios de Jungkook rozaron la piel de esa zona, unos dientes rozando de manera suave.
Sintió un ardor en esa zona, como unos dientes filosos se hundían en la carne y todo a su alrededor daba vueltas.
Estaba hecho. Una marca. Un lazo inquebrantable entre ellos. Donde ambos le pertenecían al otro de muchas maneras, el suspiro que dejó escapar fue de alegría y sonreía con suficiencia ante las lamidas que le hacía su Alfa.
SoYeon apenas podía tomar de su cajita de jugo mientras miraba aquella película de la princesa pelirroja que convirtió a su mamá en una osa. Su película favorita sí, pero ahora no parecía estar prestando la atención necesaria.
—¿Ocurre algo pequeña? —le preguntó su tía Byul-Yi al notar que no decía nada frente a la escena graciosa de los pequeños osos.
—Nada —sonrió hacia ella—. Solo es que... extraño a mis papitos.
Su tía puso en pausa la película para después sentarla en su regazo.
—Los verás de nuevo cariño —dijo ella dedicándole una sonrisa. Solo hay que esperar a que llamen, es todo.
Formó sus labios en un mohín. Su tía le había explicado que su papito se sentía enfermo, por lo que tendría a su papá Jungkook para que lo cuide, solo que tenían que estar solos y le daría su tiempo. Había preguntado si era algo contagioso y obtuvo como respuesta que no, pero igual era mejor tener sus precauciones.
SoYeon solo creía que le estaban tomando el pelo, aunque también era algo que no entendía y no le prestaría mucha atención.
—¿Qué te parece si vamos al parque? — sonrió su tía hacia ella— SeokJin nos podría alcanzar allá. ¿Vamos?
Asintió con fuerza, no solo porque la idea le agradaba, sino también porque sentía que sería necesario para olvidarse un momento de que sus papitos estaban enfermos y ella no podía cuidarlos. Se cambiaron y cubrieron lo suficiente para soportar el clima que iba a empezar a cambiar, mientras llevaba un balón que le habían regalado.
El viaje en el taxi se le hizo divertido, porque su tía intentaba hacer bromas que le hacían cierta gracia. Y cuando llegaron al parque, notó que muchos niños estaban ahí jugando con sus padres, observó a su alrededor y trató de ver a su tío SeokJin.
—Vamos, él llegará en cualquier momento.
—Está bien.
El tiempo pasaba, SoYeon se divertía incluso con algunos niños que le pedían prestado su balón bajo la supervisión de los adultos a su lado. Sonaba a un parque seguro, lo era de hecho, muchos padres llevaban a sus hijos a ese lugar, pero, solo basta una pequeña distracción para que eso se rompa.
—¡Oh no!
Uno de sus amiguitos lanzó su balón con fuerza hacia los alrededores del parque, ya que era un poco más grande que sus amiguitos ella les avisó que iría a buscarlo. No les avisó a sus tíos que saldría de aquel lugar seguro confiando en que sería una salida rápida y ellos tampoco parecían haber notado su salida. Corrió con cierta rapidez para que no pierda de vista aquel objeto que ahora era especial.
Solo que el viento que soplaba alrededor no ayudaba, haciendo que el balón ruede unos metros más lejos del parque, por el camino que había tomado para regresar. Y cuando estaba segura de que lo alcanzaría, notó como un par de zapatos detuvieron el andar de su juguete.
—Este viento es molesto, ¿verdad?
Tragó saliva cuando escuchó esa pregunta, era un hombre, alto, de cabello castaño, en un traje y le sonreía de manera amable. La primera regla que un niño debe seguir es: no hablar con un extraño, pero ante aquella mirada, se quedó congelada a solo unos metros de alcanzar su balón.
—Ya veo —volvió a decir el señor frente a ella—. Eres muy obediente al no querer responder a mi pregunta —se agachó para tomar su balón y hacer el amago de entregárselo—. Toma.
Quería hacerlo. Quería tomar su balón y correr hacia sus tíos. Solo que, esa mirada... esa mirada, la tenía congelada, no podía extender sus brazos y escaparse.
—Es raro que siga diciéndote que tomes tu juguete— ese señor rio un poco—. De seguro vendrán tus padres creyendo que te haré algo. Es mejor que lo tomes.
Aunque hacía sus manos en puñitos, trató de levantar sus manos mientras las sentía temblar. No, no debería hacerlo. Ese balón era especial, cierto, pero ese miedo que sentía y sentirse tan vulnerable, era un sentimiento al que no estaba acostumbrada.
—¡SoYeon!
Esa era la voz de su tía, giró sobre sí para notar que venían corriendo hacia ella sus dos tíos. Importando muy poco ahora su juguete, corrió hacia ellos. No sabía porque sentía unas ganas de llorar tan fuertes ahora que los veía. Cuando llegó hacia su tía y ella la envolvió en un abrazo, se aferró a ella.
—No vuelvas a hacer eso —ella besaba su cabeza y mejillas—. No tienes que desaparecer así.
—Perdón, perdón —repetía mientras lágrimas dejaban sus ojitos y abrazaba a su tía con la fuerza que su cuerpo se lo permitía.
—Antes de que malinterpreten la situación —escuchó decir a ese señor, ya no quería verlo, le causaba una mala sensación—. Tome... ¿tú?
SeokJin enarcó una ceja al recién reconocer a la persona que estaba frente a él, era ese Alfa que fue al restaurante una vez buscando información sobre Jimin.
—No sé quién sea usted —Byul-Yi estaba enojada, mucho—. Pero, ¡¿quién demonios se cree para hablarle de esa manera?!
—Si está pensando en gritarme— Jun sonrió— tal vez debería cuestionar su maternidad. ¿Quién en su sano juicio deja que una niña camine sola? Si no hubiera sido yo, tal vez la situación habría terminado peor.
-
—Escuche muy bien lo que le voy a decir...
—Gracias por haber prevenido aquello— SeokJin interrumpió—. Seremos padres más cuidadosos.
—SeokJin —la Omega observó con sorpresa a su novio tratando de calmar a la pequeña.
—Oh, es cierto —DuckYoung le entregó el balón al Alfa Kim—. Tú eres el amigo del estúpido de Jeon Jungkook, no sabía que eras padre. Supongo que es suerte, aunque deben ser más atentos.
—Sí. Aunque estaría mejor si no dices esa clase de palabras —Kim realizó una reverencia corta—. Mi hija está presente.
Byul-Yi observaba todo con confusión que trató de disimular abrazando el cuerpo de la pequeña, SoYeon sollozaba bajito y aquello le preocupaba demasiado, sobre todo, porque no sabía si ese hombre le había hecho algo.
—Cierto. No estaría bien si aprende esas palabras -
—Jun observó la imagen de la mujer que protegía a la niña—. En fin, no fue una buena situación para conocernos, pasaba por casualidad y no quiero tener problemas. Hasta otra ocasión.
Bastaba con ver a la niña solo un poco, notar que no tenía ningún parecido con aquellos que decían ser sus padres, de hecho, tenía un increíble parecido con alguien muy familiar. O quizá solo estaba pensando demasiado en él.
Sin embargo, Jun DuckYoung no se quedaría con eso, ya que nadie quería ayudarlo, tenía que hacer las cosas por sí mismo.
En cambio, SeokJin trataba de consolar a la pequeña, aunque ya no sollozaba como antes, parecía muy asustada.
—¿Quién era ese hombre? —preguntó Byul-Yi con clara molestia— ¿Por qué le dijiste eso?
—Lo hablaremos en casa.
SoYeon no entendía lo que pasaba, la única vez que solía llorar era cuando le pasaba algo a algún animalito o en las escenas tristes de algunas películas. Recordaba haberse sentido de esa manera cuando una mujer la sacó de su casa gritando fuerte mientras decía algo sobre su papito.
Los juegos en aquel parque se vieron opacados por aquella travesura e intento de valentía que quiso dar para lograr demostrar que estaba creciendo. Tuvieron que regresar a casa de su tía notando que entre ellos no decían nada.
—Perdón —dijo ante el silencio de los dos adultos—. No volveré a hacer eso.
—Lo sabemos —su tío SeokJin sostuvo sus manitos con cariño—. Recuerda que no todas las personas son buenas y, tienes que ser más cuidadosa con eso.
—Nosotros también su tía dejó un beso en su cabeza—. Debimos estar más atentos a tus pasos. Me asusté un montón cuando no te vi cerca, ¿tan pequeña y ya me quieres sacar canas verdes?
SoYeon rio sobre eso. Ellos realmente no querían que nada malo le pase, los entendía. Ese señor por muy amable que sonreía, esa mirada, le causaba escalofríos.
Era algo inexplicable, incluso era como si hubiera visto a ese señor antes o hubiera escuchado su voz. Su voz... la hacían sentir rechazada y vulnerable, aquella mirada que la congeló, nunca le había pasado algo así. Solo quería llegar a casa y que la abracen mucho, recuperar esa seguridad que desapareció gracias a ese señor.
No, de hecho, necesitaba abrazar a su papito. Porque solo él podía protegerla, sus tíos estaban ahí, era cierto, pero con su papito, las cosas eran muy diferentes. Lo necesitaba, ahora.
Jimin despertó asustado y con la respiración agitada.
Buscó a su alrededor con desesperación a su pequeña, su corazón latía con fuerza y otra fuerza más le oprimía el pecho. Las ganas de llorar lo embargaron, intentando levantarse de la cama notó que incluso estaba solo.
—SoYeon. SoYeon —repetía con susto, notando como su labio temblaba ahora.
—Jimin aquí...—escuchó la voz de Jungkook mientras ingresaba a la habitación, dirigió su mirada hacia él y notó la manera en la que su sonrisa se borró al verlo tan asustado— ¿Qué pasa cariño?
Se acercó para después envolverlo en un abrazo, algunas lágrimas habían escapado mojaban la camisa que su Alfa usaba.
—Mi hija... me necesita... ella....
—Shhh —Jeon besó su cabeza con cariño—. Ella está bien, si quieres podemos llamar a Byul-Yi o a SeokJin, si algo le hubiera pasado ya nos habrían llamado.
—Lo puedo sentir —afirmó Jimin sorbiendo su nariz—. Me necesita.
—Si te hace sentir más tranquilo —Jungkook rompió el agarre y sostuvo su rostro para limpiar sus lágrimas. —Podemos ir por ella.
—Sí, sí. Solo deja que me cambie y...—quiso moverse sintiendo un ardor punzante en su hombro— ¡cielos!
—Todavía es una herida reciente—Jimin sonrió un poco mientras Jungkook lamía un poco esa zona—. Podrías quedarte a descansar en lo que yo voy por nuestra pequeña, ¿está bien?
Sonrió agradecido y lo besó al escuchar "nuestra pequeña".
—Por favor, mi amor —pidió calmando su susto después de aquel presentimiento.
Hay lazos que requieren de una marca para formarse, otros se crean a medida que el tiempo los acompaña y se crea un lazo invisible e igual de fuerte, donde el amor podía ayudar a reforzar aquello. Otros lazos se forman antes de que siquiera sepas que existes o estás por llegar al mundo, un lazo inquebrantable se presenta de muchas formas, de eso no había duda.
Eso es todo, perdón por no haber actualizado antes, ya terminé la escuela por lo que creo estaré más por acá, espero os guste, si veis algo me avisáis y gracias por todo, se despide:
—almin♡
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