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Capítulo 42: Quiero todo contigo

Un par de semanas pasaron. Ya era un nuevo año y nuevas aventuras podrían ocurrir, al menos esa era la idea de Jimin después de seguir en Seúl viviendo tanto tiempo con Jeon Jungkook.

De hecho, todavía no creía que estaba pasando algo así.

Cada noche que dormían juntos, solía ser abrazado por el Alfa, no solo era envuelto por su aroma sino también por aquel cariño, amor, ternura que le brindaba con sus palabras, besos y caricias antes de perderse en el mundo de los sueños.

Cada día que pasaban tiempo con SoYeon, todo era muy diferente. Veía sonreír más a su hija, bromear y tener conversaciones largas con Jungkook sobre cualquier cosa que fuera de su repentino interés. El Alfa no solo participaba en ellas como si supiera de lo que estaba hablando, le decía que era mejor sobre cada cosa, siempre tratándola con cariño y ternura.

Era la clase de familia que él siempre había deseado para su hija. Dónde el calor de hogar no falte, dónde él pueda ser sincero, sin temor a ser juzgado, dónde su hija sea lo más importante y todo sea adorable, de alguna manera.

Un anhelo que se hizo realidad.

Sin embargo, tenía miedo de lo que le pasaba y la manera en la que reaccionaba con Jungkook estando a solas. Las sesiones de besos pasaban de tiernas a necesitadas en un momento que se le hacía fugaz, siempre que era acariciado temblaba bajo ese tacto, dejando que de su boca salgan sonidos nada decentes y que tenga que callarlos. Estar debajo del Alfa y sentir lo que provocaba con sus intentos ridículos de excitarlo, ya no lo hacía parecer tan ridículo, pero siempre se detenía y Jungkook solo lo arropaba para abrazarlo y decirle que todo estaba bien.

Había tomado supresores con la idea de calmarse. ¿Qué clase de persona era? De seguro, era la clase de persona que se entregaba a la primera que alguien le decía que lo amaba.

Y eso, instalaba una sensación de malestar y un sentimiento agridulce cada vez que lo recordaba de esa manera, su reproche personal, un recuerdo constante que lo hacía sentir… como un estúpido.

—Sí, estás en lo correcto —dijo Byul-Yi después de contarle lo que estaba pasando con la presencia del Alfa, además de dejar la hoja de sus análisis en la mesa—. No falta mucho para tu celo, deberías hablarlo con él.

La vio tomar una jeringa y sacó una ampolla que era bastante conocida, realizando todo el procedimiento para sacar el líquido de ese pequeño frasco.

—Creo que prefiero seguir pasando esos días solo —respondió sonriendo, aunque siseó un poco del dolor cuando le inyectó eso en su brazo después de pasar el algodón húmedo de alcohol—. Apenas hemos empezado lo nuestro, no está bien que… me acompañe en esas cosas.

—Jimin —la Omega se acercó a él tras terminar el procedimiento, para envolverlo en un abrazo fuerte que no temió en corresponder—. Ya tomaste este paso importante, sabes lo que él esperó por este largo tiempo queriendo encontrarte, si te quisiera solo para un rato, dudo mucho que habría ido hasta Busan. ¿Entiendes lo que trato de decir?

—Byul, sé que no debería —Jimin se aferró a ese abrazo y de nuevo el temor estuvo presente—. Él ha sido tan atento conmigo, entendiendo mis razones aunque no se las diga. No es que no quiera, es solo que… ay, ni siquiera lo sé con certeza.

Byul-Yi rio un poco antes de dejar un beso en su cabeza.

—De nuevo, tienes que conversar con él sobre esto —Jimin suspiró rendido, ya que una vez que se ponía esa inyección, sí tenía que hacerlo— después de todo, la comunicación es base de una relación, si no le dices lo que te pasa, ¿cómo estás seguro de que él lo entiende?

Jimin asintió.

—Creí que no te caía bien —recordó riendo.

—Esas cosas que hizo, no las olvido, pero si realmente pasó por tanto, algo bueno tiene que salir de ustedes dos —Byul-Yi rio—. Si necesitas ayuda, solo me llamas y yo me encargaré de SoYeon.

Regresó a casa después de visitar a su amiga en la clínica donde ella trabajaba después de su inyección anticonceptiva, todavía pensando en sí es que podía tomar aquel —enorme— hecho de pasar su celo con un Alfa después de tantos años. No se sentía tan atractivo a pesar de lo que le decía Jungkook, no era precisamente un Omega de ensueño que podría hacer del Alfa su juguete, a pesar de que en ese momento no solía reconocerse. Sí quería entregarse de esa manera, sí quería muchas cosas y aun así, no las decía.

¿Por qué era tan difícil tomar una decisión que parece sencilla?

—¡No, espera, Jungkook!

—Ven aquí tonto, prometo que los bigotes de gatito desaparecerán muy pronto.

Cuando abrió la puerta, no esperaba escuchar tal alboroto, dónde las risas de los adultos eran fuertes y las de su hija acompañaban aquello. Cerró tras de sí mientras veía a Hoseok siendo perseguido por Jungkook con un plumón negro, mientras que SeokJin reía al lado de la pequeña, ambos con la cara pintada con una mariposa. Recién notó que Jungkook tenía unos bigotes de gato y su nariz estaba pintada de un punto negro. Oh.

—¿Qué pasa aquí? —preguntó después de dejar sus cosas. SoYeon corrió hacia él para abrazarlo. La sostuvo entre sus brazos mientras sonreían.

Tanto Jungkook como Hoseok se detuvieron al verlo parado en medio de la sala, mientras que Kim SeokJin solo le devolvía un corto saludo.

—Papá Jungkook se durmió —contaba ella sin dejar de sonreír— mientras tío SeokJin nos enseñaba algo de lo que aprendió sobre pintura, mira —mostró su rostro aquel dibujo de una mariposa y una flor— es muy bonito, ¿verdad papito?

Asintió. SoYeon también le dijo que su papá estaba queriendo vengarse, a pesar de que lo suyo solo es pintura negra y no marcador permanente. Hoseok se burló quitándole el plumón para después agradecerle a la pequeña por haberlo salvado.

—Bueno, creo que deberíamos irnos —SeokJin se levantó del suelo— ya hemos causado mucho alboroto por aquí.

—¿No quieren quedarse a cenar? —preguntó queriendo ser hospitalario. No había tenido tiempo para conocer a los amigos de Jungkook, aunque con Hoseok no aplicaba aquello, solo quería llevarse bien con todos.

—Sí —Jungkook se acercó a él para sujetarlo de la cintura y sonreír—. Podemos pedir pizza o lo que sea, quédense.

—Gracias en serio —SeokJin sonrió para después guardar sus cosas—. Yo… tendré que decir que no ya que tengo algunos pendientes que hacer.

—Yo me quedaría —Hoseok levantó la mano y sonrió— pero hay algo que debo terminar.

—Será para otra ocasión entonces —Jimin estaba apenado—. Espero que lleguen con bien a casa.

No era tonto para darse cuenta de que algo no estaba bien. A Hoseok lo conocía muy bien, podría decir con facilidad cuando mentía y esa excusa para no quedarse en casa, no era muy propia de él. En cambio con SeokJin, parecía que había algo de lo que no estaba enterado, pero que lo involucraba de alguna manera. ¿O solo andaba de paranoico de nuevo?

Esperaba que solo fueran sus ideas y no así un embrollo del que no conocía nada.

Después de la cena, SoYeon cayó rendida y se durmió más temprano de lo normal, solo media hora antes de su hora de dormir, Jimin y Jungkook se dirigieron a su habitación; y ahí se encontraba Jimin, limpiando el maquillaje mientras se reía de lo que le habían hecho pasar a su Alfa.

Su Alfa. Vaya. Lo pensaba de manera tan natural.

—No te muevas tanto —regañó mientras Jungkook sonreía— no haces que sea un trabajo sencillo.

—Solo quería devolverle el favor —Jungkook se sujetaba de su cintura, mirándolo con cariño—. Pareces triste, ¿ocurre algo?

—No es tristeza —devolvió la sonrisa, cuando terminó de limpiar el maquillaje, se quedó admirando la belleza de Jeon Jungkook—. Es solo que hay algo de lo que quiero hablar contigo.

Jungkook solo asintió y sujetó sus manos.

—Fui a realizarme un chequeo —Jimin formó sus labios en una línea y bajó un poco la mirada— y, sí, no falta mucho para que mi celo se presente.

—¿Y quieres pasarlo a solas? —Jungkook le hizo levantar la mirada, dedicándole otra de sus sonrisas tan bonitas— No tengo problema con eso, si es que quieres estar solo, puedo preparar algo para ir con YoungMin y llevarnos a SoYeon.

—Ni siquiera te he dicho lo que pasa y aun así, lo sugeriste —Park observó a su Alfa para peinar unos mechones sueltos de su cabello—. ¿De verdad, dejarías que pase mi celo solo?

—Si es lo que decides, respetaré tu decisión —Jungkook acercó su rostro y frotó su nariz con la suya—. Será mi forma de cuidarte, de que te sientas seguro. Sabes que siempre respeto las decisiones que tomas aunque a veces resulten en una molestia.

—Por eso no sé lo que quiero —el Omega bajó la mirada de nuevo, notando sus manos entrelazadas y lo cálido que lo hacían sentir—. Te dije que sería una pérdida de tiempo. Debes estar frustrado de tener a alguien así.

—Hey —Jimin levantó la mirada, Jeon le observaba con una ceja enarcada y una mirada seria—. Cariño, no quiero que vuelvas a poner esa clase de pensamientos como si yo lo dijera o pensara de esa manera —se sintió regañado, quería decirle algo, pero nunca lo había visto tan serio—. No tienes por qué hacerte menos de esa manera. Y lo voy a seguir repitiendo las veces que sean necesarias hasta que dejes de pensar que… tienes que ser de la manera que dices que espero.

—Jungkook…

—Iré a ducharme —besó el dorso de su mano entrelazada y la soltó suavemente—. Ya regreso.

Solo le quedó asentir mientras lo veía tomar una toalla y dirigirse al baño de su habitación. Realmente lo había hecho enfadar, porque solo había visto esa mirada cuando parecía contrariado con alguien, esa linda mirada que le era dedicada siempre, parecía haberse esfumado.

Jungkook tenía que estar frustrado, sí, pero de su actitud de autoindulgencia.

Debió estar un largo momento sentado en la cama, martillándose la cabeza con sus pensamientos de regaño que, en el momento que escuchó el “click” de una puerta, su vista se dirigió hacia el Alfa.

¡Dioses! ¡Lunas! Y todas las posibles manifestaciones de creencias aceptadas… ¿Por qué ponían en su camino a un hombre tan… hermoso? No, ni siquiera esa palabra le hacía justicia. Había sentido sus brazos algo ejercitados cuando lo abrazaba o tocaba, pero verlos desnudos con gotas de agua resbalando por esa bonita piel, al igual que su torso algo trabajado y de la misma forma que con el agua… no tenía que considerarse normal el querer pasar su lengua por ahí.

—¿Qué? —desvió la mirada para regresarla a las colchas y fingir que en ellas había algo interesante— Haré como que no noté que me estabas viendo.

—¿Por qué?

—Porque basta con ver tu sonrojo —miró disimuladamente y notó que estaba dándole la espalda, igual que en el frente, mierda, su piel perlada por las gotas de agua—. Si quieres me voy a la otra habitación.

—Deja de tentarme —dijo en voz alta, lo había pensado, pero su cerebro no parecía distinguir aquello, apagando su propio filtro—. No haces sencillo que no quiera pasar el tiempo contigo.

Lo escuchó reírse para después girar hacia él, Jimin en este momento quería morderse la lengua… o quizá marcar esa piel, dejarse rodear por esas manos que tomaban una toalla para cubrir el pecho del Alfa. Jadeó bajo.

—Yo no te hago nada —Jungkook lo comenzó a acorralar en la cama, subiéndose encima de él mientras trataba de alejarse de aquella tentación—. De eso estoy seguro, solo me estoy cobrando las veces que tú me tientas con tu bonita sonrisa haciendo que caiga a tu pies.

Llegó al respaldo de esta chocando su espalda, sin darle la oportunidad de escapar. Sentía su respiración más pesada, cuando el Alfa puso su mano sobre sus muslos… se sintió como una gelatina.

—Jungkook —jadeó y cuando el Alfa estuvo a unos centímetros de su rostro, Jungkook tocado por sobre su ropa, gimió bajito—. Jungkook…

—Dime lo que quieres, cariño —cuando besó su cuello, se sintió tan tranquilo, actuando por impulso lo abrazó por sobre sus hombros, importando poco que estuviera mojado todavía—. Solo tienes que ser sincero.

Esos besos en su cuello se convirtieron en pequeñas mordidas, mordidas que lo estaban llevando a un nuevo punto de placer donde no bastaba solo abrazarlo, quería más. Abrió las piernas y rodeó la cintura del Alfa, sus pechos chocaron y, aunque su camisa era delgada, la sensación de frío, convertían la situación en una más candente. Acarició la espalda desnuda, mientras seguía siendo besado y jadeaba, manos traviesas se colaban debajo de su camisa; cada toque era como si quemara deliciosamente. Miró al Alfa para después besarlo, donde trataba de llevar el control de un ritmo entre lo suave y fuerte, lamiendo, chupando, succionando y jugando con la lengua de este.

Con los dedos de sus pies, trataba de quitarle la toalla al Alfa, no lográndolo con éxito porque Jungkook sujetó sus piernas y lo hizo sentarse sobre sí, ahora a horcajadas sin darle oportunidad de hacer algo más, solo sintiendo el bulto que había ocasionado. Eso de alguna manera hizo sentir orgulloso a su lobo y a él.

—Eres un travieso mi amor —le dijo cuando rompieron el beso, ambos jadeando con fuerza, pesado, peinó su cabello húmedo y sonrió—. Solo estaba jugando, no creí que llegaríamos a esto.

—Fue…—¿Cómo lo calificaría ahora? Ver al Alfa de esa manera, solo lo hacían desear quitarse la ropa y hacer lo que su cuerpo le pida, en el aire se podía percibir como sus aromas estaban mezclados y las feromonas de excitación no ayudaban en nada— intenso.

—Ciertamente —Jeon lo besó cortamente y lo sostuvo de la cintura—, pero creo que no estás preparado, ¿verdad?.

—Depende del sentido de tus palabras —Jimin bromeó, para después sostener el rostro de su Alfa entre sus manos y acercarse hasta que sus labios rozaran—. Solo tú causas que quiera estar debajo de ti de muchas maneras, te atreves a tentarme y después decir que estás jugando…—jadeó cuando las manos de Jeon bajaron hacia sus glúteos— me vuelves un loco necesitado.

—No deberías echarme la culpa —Jungkook correspondía los besos cortos, subiendo sus manos por su espalda hasta tomarlo de la nuca y separarlos, había lujuria y deseo en su mirada, sentimientos que eran recíprocos—. Tú también me vuelves un loco necesitado. Todo tú me convierte en esclavo de cosas que para otros no tienen sentido.

—¿En serio? —preguntó queriendo conocer esa respuesta.

—Sí —Jungkook besó su mejilla con cariño—. Me gusta tu pelo —lo peinó ligeramente y sonrió— tus ojos, tus labios, tu aroma, tu carita tan bonita —acunó su rostro y apretujó sus mejillas sacándole una risa al Omega—. Tu risa, tu cuerpo, incluso me gusta saber que estás loco por mí. ¿Quieres que siga?

—¿Cómo es que de una situación así, puedes hacer que sea tan dulce? —cuestionó dejándose besar de nuevo— Ya, me haces cosquillas.

—¿Sabes por qué pasa eso? —lo miró a los ojos, de nuevo estaba esa mirada linda a la que se había acostumbrado— Porque eso es amor, te amo y quiero demostrarlo de todas las formas posibles —pasó saliva cuando escuchó esa palabra, aquella que hace mucho no escuchaba de alguien que lo viera como lo más importante en su vida—. Porque ya no quiero que creas que debes ser un Omega especial de acuerdo a mis deseos, no Jimin, yo te amo tal cómo eres. No necesitas encasillarte en algo que no te hace bien. 

Ahora quería llorar, de felicidad o tristeza, no lo sabía. Podía sentir sus ojos brillosos y como su labio temblaba dejando que el Alfa continuara hablando.

—Tenerte aquí y poder decir lo que siento —Jungkook lo abrazó por sobre su cintura— es más que suficiente para mí. Porque sé que cada mañana que despierte, veré tu rostro y podré amarte como lo hago ahora. No pienses en mis necesidades o lo que creas que debes hacer para que yo lo haga. Ya te amo sin importar qué, eres especial para mí.

Cualquiera pensaría dos veces antes de decir la palabra: “te amo”, porque es una de las palabras que más fuerza le da a otra en momentos donde lo necesita, aquella que hace que muchas sensaciones despierten y solo quieras permanecer a lado de esa persona, una palabra que causa dicha y tristeza dependiendo como se la use. Usarla pronto solo crearía un sueño fugaz de amor, usarla tarde solo podría ser el motivo de que algo bonito acabe muy mal.

Jimin en cambio, no creía que la estaba usando muy pronto, tampoco creía que lo decía con mala intención. Jeon Jungkook tenía un corazón puro, alguien que decía lo que sentía a pesar de llevarse ciertos regaños, la mejor persona que se pudo haber cruzado en su camino. Alguien a quien podría decirle muchas veces que lo amaba y esas veces sería correspondido. Alguien en quien podía confiar y no le rompería el corazón, porque sabría cómo cuidarlo.

—Yo también te amo —habló con la voz temblorosa, con una sonrisa en sus labios que rozaban la piel desnuda del Alfa—. No soy bueno expresándome, no de la manera que lo haces —rio un poco siendo seguido de Jeon que lo sujetó más fuerte—. Pero… también es algo nuevo para mí, me gusta todo de ti, así seas un Alfa algo berrinchudo o que es capaz de jugar sucio —se separó ligeramente solo para verlo a los ojos—. Y aun así, no dudo de que eres bastante especial, alguien tan hermoso en todo el sentido de la palabra, tan sincero conmigo, tan atento que no podría dudar en entregarme a ti aún más.

—Lo haces cariño —Jungkook le peinó y acomodó su camisa sonriendo— y, no por eso voy a presionarte. Todo tiene su tiempo, llegará ese momento, estoy seguro.

—Pero sí quiero —Jimin detuvo sus manos, por su parte, bajó las suyas por el torso del Alfa, acariciando los pectorales, disfrutando de esa piel tersa—. Ya no quiero que sigas esperando, dices amarme de esa manera y yo… quiero corresponderte de una u otra manera.

—Jimin…

—Quiero pasar mi celo contigo —Jimin sonrió—. Demostrarte que no solo te digo esas palabras para que te quedes a mi lado. Quiero todo contigo.

Jungkook no dijo nada, solo lo miró divertido, disfrutando de las caricias que le brindaba.

—No sé cómo es que logras cambiar de idea tan rápido —lo besó para después acostarlo en la cama y estar encima de él, riendo—. Yo también quiero todo contigo Jimin. Y prometo cuidarte lo necesario durante tu celo y después de este también.

—Lo sé.

—¿Lo sabes?

—Sí —respondió riendo y frotar su nariz con la del Alfa—. Porque no eres de los que rompe sus promesas, me cuidarás mientras me haces el amor, sabiendo que me entrego a ti. ¿Verdad? 

—Sí, por supuesto que sí —contestó Jungkook para después besarlo sellando su promesa.

Al otro extremo de la ciudad, incluso más temprano de la hora de dormir, ocurría algo, digamos, importante sobre un asunto que parecía estar cerrado.

—Señor Jeon —DongJu elevó la mirada al escuchar la voz de su secretaria—. Lo siento, pero alguien desea verlo.

—¿No tiene una cita? —su secretaria negó, suspiró cansado dejando los papeles en su mesa—Haz que pase.

—Por un momento creí que me dejarías fuera.

Escuchó una risa muy conocida que resonó detrás de su secretaria para dar paso a la peor persona que había sido engendrada. Jun DuckYoung estaba en su oficina.

—DuckYoung —habló con seriedad en su voz—. ¿Qué te trae aquí, pequeño bastardo?

DongJu sabía que no era pequeño en ningún sentido, DuckYoung era igual de alto que él, un desgraciado al que quería golpear por lo que le había hecho pasar a su familia.

—Vengo por un asunto privado —sin ser invitado, Jun tomó asiento frente a él admirando su oficina— ya que, tu padre no puede ayudarme, quiero saber si tú puedes hacerlo.

—Lo lamento —bajó la mirada hacia sus papeles y sonrió— pero tengo mejores asuntos que resolver. Además, no sé de lo que estás hablando.

—Como dije, es un asunto privado. No puedo dar muchos detalles, es solo que necesito encontrar a esa persona —DongJu elevó la mirada— y, sé que estás enterado de quién se trata. Tu padre y tú son muy cercanos, ¿no?

—DuckYoung —el Alfa Jeon se rindió con fingir que leía aquellos papeles a los que dejó de prestarle importancia hace mucho—. Te explicaré algo. Nuestro querido amigo solo acepta ese tipo de cosas si es que tiene los detalles completos, no es una red social en la que pones el nombre y él hará que aparezca toda la información. No. Si quieres encontrar a esa persona, tendrás que ser sincero.

El aludido le observó con cierta gracia, este hombre parecía reírse incluso de lo malo que le podría pasar. Jeon por su parte, manteniendo solo seriedad en su cara temía escuchar lo que salga de esa boca que solo decía tonterías.

—Cielos, me sorprende hasta donde pueden llegar por saber de quién se trata —DuckYoung rio y luego se acercó al escritorio para apoyar los codos en la mesa—. Te lo diré. La persona que estoy buscando —comenzó a susurrar haciéndolo audible solo para él— es muy especial para mí. Solo quería saber si es que había hecho lo que le pedí o solo ignoró mis palabras. Si esto último pasó, necesito saber a qué me estoy enfrentando.

—Lo dices como si fuera tu enemigo. ¿Qué hiciste mal?

—No marcar a Park Jimin —DongJu se mostró nervioso y trató de reírse, no logrando aquello, aprovechando que Jun no lo miró cuando dijo aquello—. De haberlo hecho, estoy seguro de que seguiría a mi lado.

—Un viejo recuerdo del pasado entonces. Un amor especial —Jeon fingía estar prestando atención, lo cierto es que tenía miedo de tener razón de lo que había dicho en casa de su hermano—. Entiendo. Y quieres saber…

—Si hizo lo qué le pedí. Si dejó la loca fantasía de tener algo que dijo ser —DuckYoung a pesar de haberse burlado, ahora tenía un tono serio y molesto mientras su mano se hacía puño— el producto de nuestro amor. Un error del que estoy esperando, no hacerme cargo.

—¿Y sí… eso no fuera así?

—Siempre tengo un plan de contingencia —Jun volvió a sonreír mirándolo de nuevo—. Entonces, ¿me ayudarás?


Eso es todo por hoy, es un capítulo largo. ¿Qué pensáis de DuckYoung? Espero os guste el capitulo y si veis algo mal me avisáis porfa. Gracia siempre por vuestro apoyo y se despide:

—almin♡

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