Capítulo 39: Felicidad y nostalgia
¿Alguien podría dar la definición de lo que significa la felicidad? Se tienen diversas concepciones de una frase que puede ser todo para alguien. Lo que le hace feliz a una persona no significa que sea lo mismo para otra. Al menos Jungkook así lo entendía.
Era tal la felicidad que sentía que no le importó que sus amigos le preguntaban sobre su repentino acercamiento con Park Jimin, especialmente por las miradas de curiosidad que le lanzaba Hoseok de seguro buscando algún momento oportuno para hablar de ello. Algo que de seguro no logró ya que todo el transcurso de la fiesta estuvieron juntos hasta pasada la medianoche.
Momento que aprovechó para escaparse con su familia.
Familia.
Sonaba un poco extraño a la par de lindo pensar de esa manera. Sobre todo cuando eso significaba demasiado para él. Era una forma de ilusionarse y que esta no se apague con facilidad.
SoYeon fue la primera en dormir apenas lograron subir al auto, Jimin la sostenía en sus brazos mientras iba de copiloto a su lado, en lo que el encendía el motor.
-¿Quieres que te lleve a algún lugar? -le preguntó antes de poner en marcha su auto.
-Nos estamos quedando con Byul-Yi, aunque creo que ella se quedará hasta tarde con el señor Kim -Jimin sonrió abrazando a su hija-. No quisiera ser una molestia para ellos, se ven muy bien juntos.
-Oh vamos, Jimin -masculló prestando atención al camino-. Si quieres nos quedamos en mi casa, tengo unos cuartos disponibles. No permitiría que te quedes fuera un largo tiempo o que algo más te suceda.
-¿En serio?
-¿Te sorprende que lo diga de esa manera? -cuestionó un poco curioso, miró al Omega cuando se detuvieron frente a una luz roja- Creo que mi filtro se quedó atrás cuando aceptaste mis sentimientos por ti.
Jimin sonrió.
-Tal vez debería reconsiderarlo -podía notar ese tono de broma que tenía Jimin en su tono de voz-. Quiero decir, recién me daré la oportunidad de conocerlo más allá de las conversaciones que tuvimos.
-Eso de por sí suena un poco mal -Jungkook bromeó tomando la ruta que lo llevaría a su hogar, recibiendo de respuesta una corta risa del Omega-. Prometo que mis intenciones son buenas. Además, es tarde, no dormiría tranquilo sabiendo de que estarás solo durante toda la noche.
-Estoy acostumbrado.
-Pero ahora me tienes a mí -cuando Jungkook dijo aquello, pudo sentir como sus mejillas se calentaban-, tendrás que dejar de lado ciertas costumbres.
El resto del viaje no dijeron demasiado, además no se sintió tan largo debido a que Jeon escogió una ruta más corta. Cuando estacionó el auto en el lugar a unos metros de la puerta principal, fue el primero en bajar para ayudar a Jimin con la pequeña que parecía tener el sueño pesado ya que no se despertó con tanto movimiento.
-Ten las llaves -le entregó las llaves de su casa-. Yo llevaré a SoYeon en lo que tú me ayudas a abrir la puerta.
Jimin no dijo nada al respecto, al contrario, solo asintió ante sus palabras. Al cerrar la puerta del copiloto, mientras sostenía a SoYeon, verlo caminar hacia la puerta y todo lo que esto conllevaba, parecía ser un sueño realizado. Ya su hogar no lo recibía con ese tono de soledad por las paredes y alrededores, eso incluso resultaba poco relevante, porque ahora llegaba a casa acompañado.
Había roto su regla de no enamorarse de un papá, pero no estaba mal con eso, ahora todo lo traducía en felicidad, aquella que por años se negó desde aquel suceso que lo marcó para toda la vida.
Dejaron a la pequeña en la cama una vez que Jimin levantó las cobijas, en lo que él mencionó que iría en busca de algún pijama o algo que ella pueda usar para dormir sin aquel pomposo vestido que podría molestarla durante la noche.
-Mañana se levantará tarde -mencionó Jimin mientras acomodaba su cabello, trenzando como podía su pelo suelto, quitando algunas cositas que el cabello de la pequeña tenía.
-No me sorprendería -dijo cuando encontró en las cajas de aquella habitación, una polera con estampado de flores, seguro un poco más grande de lo que ella medía- estuvo jugando toda la fiesta... supongo que esto servirá.
Jungkook se sorprendió un poco de encontrar ese tipo de prendas en ese lugar, ¿alguien lo olvidó y no le prestó atención suficiente? No lo recordaba, ya que para su mala suerte, esa habitación solía usarla muy poco y, la mayoría de cajas del armario estaban vacías.
Salió de la habitación cuando Jimin agradeció el gesto y le mencionó que cambiaría a la pequeña. Todavía estaba pensando en el hecho de que solo encontrara esa prenda en la habitación, la olfateó un poco notando que tampoco llevaba aroma alguno, quizá alguno de sus amigos sepa la respuesta.
Por su parte, aunque con cierta duda en él, se quitó el saco solo para dejarlo en alguna parte de su alcoba, para terminar dirigiéndose a otra habitación, en la que Jimin podría dormir sin que sienta que lo está molestando. Tomó incluso un pijama que solía guardar por si salía de viaje en algún momento, aunque no lo llevó a Busan, esperaba que le quedara. También tomó un cepillo de dientes todavía en su envase de plástico.
Cambió las sábanas y los edredones para que al menos se sienta una buena habitación. Mientras se encargaba de eso, escuchó unos pasos dirigirse hacia la habitación.
-Lo siento -masculló con una sonrisa cuando terminó-. No suelo recibir demasiadas visitas, pero espero que sea suficiente para que puedas dormir esta noche.
-Todavía me sorprende con su sinceridad o sus acciones -habló Jimin ingresando y admirando todo a su alrededor-. No puedo creer que haya vivido en un lugar tan grande usted solo.
-Tampoco es una mansión -bromeó- y, tampoco soy alguien ermitaño, solo está pensada para planes futuros, ya sabes.
Vio como el Omega sonreía y se quitaba el saco dejándolo en una silla que había por ahí, para distraer un momento sus pensamientos, acomodó la almohada.
-Te... traje un pijama que espero te quede bien, también un cepillo de dientes -dijo mientras buscaba si algo más hacía falta-. Creo que eso es todo.
-Pareces nervioso -comentó Jimin tomando el pijama en sus manos-. Y supongo que se debe a algo o a alguien.
-Oh, esta vez no voy a caer -sonriendo, se acercó a Jimin y dejó un beso en su frente recibiendo igualmente una sonrisa-. Puede considerarse nuestra primera noche juntos, por lo que quiero hacer las cosas bien. Descansa.
Al cerrar la puerta, sintió como su corazón latía con fuerza, como si hubiera corrido, algo parecido. Sonrió solo para dirigirse a su propia alcoba y pasar la noche, relativamente solo. A sabiendas de que a unos cuantos metros estaba la persona que ahora era su todo.
Debió pasar en el mundo de los sueños por lo menos dos horas, no lo sabía y tampoco lo averiguaría, solo bastaron unos cuantos ruidos chirriantes de la puerta para que lo despertaran. Todavía espabilando, encendió la lámpara de la mesita de noche, se percató de quien estaba bajo el umbral.
-Perdón -susurró Jimin avanzando poco a poco mientras cerraba la puerta-. No quería despertarlo, ya es tarde.
-¿Ocurre algo? -preguntó un poco preocupado y cansado, pero más que nada preocupado- ¿No te gustó la cama?
Jimin no le dijo nada, de hecho, se percató de que el pijama le quedaba grande, al menos eso le decían las mangas por donde no se veían sus manos. Cielos, tendría que comprar otro solo para él.
-Hace un poco de frío -masculló Jimin tomando asiento en el borde de la cama-. No quisiera ser una molestia, pero no logro conciliar el sueño.
Sonrió pensando en si se trataba de una excusa o solo era la forma que él tenía para decirle que no quería dormir solo. Pensando en las posibilidades, ¿qué podría pasar?, ya durmieron juntos la última noche que se quedó en Ulsan, no pasó nada malo y ahora que se podría decir, eran algo, tampoco podría pasar más allá que un buen descanso.
-Está bien, ven aquí. Hay espacio.
Jimin por poco se abalanza hacia él y solo tomó el lugar en la cama que casi no solía ocupar. A diferencia de la cama en la que Jimin dormía en Busan, en esta no era necesario acurrucarse demasiado para no caerse de un costado de la cama. Cuando ya se acomodó, pudo apagar la luz permitiendo que la suave penumbra los cubra, donde la luz de la luna o alguna otra luz artificial apenas se colaba.
Mientras no lo abrace o algo más, pasaría una noche agradable y con una linda compañía, ¿verdad?
-Hyung.
Se estremeció cuando escuchó ese susurro, fue tan suave que le erizó la piel. Pasó saliva antes de voltearse para quedar frente al Omega. Jimin apenas y abrazaba la almohada con su cabeza apoyada en esta, en esa oscuridad apenas iluminada, él tenía un encanto demasiado peculiar y encantador.
-¿Podría abrazarme? -preguntó el Omega y se removió hasta casi quedar a su lado.
No respondió, de hecho, obedeció demasiado contento. Su lobo estaba feliz con esa cercanía, queriendo obtener más que solo eso. Lo envolvió en un abrazo, permitiendo que invada su espacio personal cuando enredó sus piernas sobre las suyas, su aroma era otro invasor: cappuccino y nuez moscada, su favorito desde aquella vez que fue a preguntar por su ausencia en el trabajo y se llevó una sorpresa. Increíble que lo recordara todavía.
-Seguro piensas que soy un Omega que necesita demasiados mimos -le escuchó decir, sonriendo le dio un beso en su cabeza donde enterró su nariz- y eso puede llegar a ser irritante.
-No me molestaría darte los mimos que desees -confesó sintiendo la cercanía del Omega cerca en su clavícula-. No quiero que pienses de esa manera, ya sea frente a mí o con alguien más. Eres muy especial para mí.
-Perdón.
Abrazarlo de esa manera lo hacía sentir bien, como se acurrucaba en él y le provocaba cosquillas. Jungkook quería pellizcarse el antebrazo y cerciorarse de que no era solo un sueño o una fantasía. Besó la frente de Jimin y todavía sentía la sonrisa en su rostro. Esto pasaba en realidad.
-¿Por qué? -le escuchó decir a Jimin, algo que le hizo fruncir el ceño.
-¿Sobre qué?
-¿Por qué se enamoró de mí?
-¿Quieres tener esa conversación en plena madrugada? -tuvo que preguntar, se separó un poco y lo miró a los ojos tanto como podía.
-Solo soy curioso -Jimin apoyó sus manos en su pecho- porque, tú pareces todavía un sueño de persona, alguien que tiene demasiado para ofrecerle a quien no tiene mucho para devolverte... y me habría gustado conocerte en otras circunstancias.
-Yo no me arrepiento de conocerte o que se diera de esta manera -sostuvo la barbilla de Park y acercó su nariz a la suya frotándola suavemente-. Siento que todavía estás un poco asustado sobre esto. ¿Por qué?
-Tengo miedo -confesó Jimin, ahora acurrucándose en el pecho de Jungkook- miedo de lo que me pasa cuando estoy a tu lado. Hace mucho que no me siento así y... todavía es extraño.
¿Qué podría hacer ahora? Las palabras de Jimin eran algo confusas, si se trataba de una indirecta, no la estaba captando en este momento porque quizá su cerebro recién estaba procesando la información, a diferencia de su lobo que se mostraba extrañamente curioso.
Iba a decir algo, hasta que sintió unos suaves labios pasar por su piel descubierta, a un principio se congeló, pero después solo se dejó hacer cuando unos delicados besos comenzaron a subir por su cuello. Gimió suave cuando Jimin le mordió un poco y ya estaba casi encima de él.
-A esto me refiero -dijo el Omega deteniendo sus movimientos y escondiéndose en el espacio entre su hombro y cuello- quiero creer que se debe a que se aproxima mi celo y, no he estado con un Alfa en mucho tiempo. No sé.
-¿Sientes miedo por sentir atracción sexual hacia mí?
Era una pregunta descarada, una que cualquiera que lo escuchara podría soltar una carcajada por sonar muy impropia de él, al menos no en un lugar que no fuera la privacidad de una habitación y quien lo conociera de esa manera... incluso podría decir que era bastante interesante. Jeon Jungkook podía resultar ser alguien demasiado descarado aunque no fuera el momento.
-No lo tomes a mal -acotó pasando su mano izquierda por la espalda de Jimin, deleitándose con el suspiro que soltó-. Eso no tiene nada de malo, de hecho, es parte de que estés enamorado de una persona, que sientas ese tipo de atracción no tiene nada de raro.
Tal vez no usó las palabras adecuadas, pero quería darle a entender que con él, no tenía que sentir miedo por nada.
-Dime qué es lo que quieres -susurró besando el cuello del Omega, para su sorpresa no se alejó, solo se dejó hacer percibiendo como se estremecía bajo su tacto-. Si tengo que mimarte de esta manera, estoy dispuesto a hacerlo.
-No sé -Jimin murmuró con la voz temblorosa- solo... quisiera que me... ya sabe...
Se detuvo. Más por el bien de Jimin que por el suyo propio. Tampoco podía enfadarse, lo entendía. Tal vez le estaba dando ideas demasiado equivocadas de lo que esperaba de él. Por supuesto que le gustaría llegar a... eso, pero todavía era demasiado pronto siquiera para pensarlo así fuera el Omega quien haya empezado.
Dejó de besarlo y, solo lo abrazó por encima de sí esperando transmitir tranquilidad y seguridad.
-En realidad, yo no sé lo que quieres cariño -susurró, Jimin ahora temblaba encendiendo sus alarmas de preocupación-. Quiero decir, no te estoy rechazando, jamás lo haría. Pero si quiero demostrarte lo que siento por ti, que es puro y sincero... primero debes confiar en mí y confiar en ti. Pídeme todo lo que quieras y estaré dispuesto a cumplirlo. No esperes que sea yo quien decida sobre tus deseos.
-Pero... no -Jimin se levantó un poco, para admirarlo mejor encendió la pequeña luz de nuevo. Algunas lágrimas escapaban y mojaban sus mejillas-... perdón, solo... yo... entiendo...-se quedó en silencio y lo miró con sus ojitos brillosos- no debería intentar demasiado, no parezco muy atractivo.
-¿Eso fue lo que dije? -limpió esas lágrimas silenciosas, sonrió y acercándose al rostro de Park, besó sus mejillas para después besar sus ojos cuando los cerró ante sus besos- No, no es así como pienso, eres muy hermoso. ¿Quieres que te diga que me tienes a tu merced? Me tienes encantado solo con sonreír, con tu existencia me haces más que feliz.
-Yo... solo -Jimin comenzó a sorber su nariz para después sonreírle un poco- oh, no suelo ser tan sensible. ¿Cree que se deba al cansancio o al hecho que estoy contigo aquí?
-Hay muchas posibilidades -bromeó y quien seguía sobre él rio un poco- pero por ahora, digamos que es por el cansancio. Mejor descansemos y ya más tarde lo hablaremos mejor.
Se acomodaron bajo las sábanas, si bien el Omega se acurrucaba en él, este quería saber qué clase de ideas pasaban por la cabeza de su persona especial. Aunque quizá, no debería pensar demasiado en eso. Apagó la luz y se rindió ante el cansancio mientras disfrutaba de la compañía.
Su alarma sonó. Cuando se atrevió a abrir los ojos y apagar ese molesto sonido notó la hora. Nueve de la mañana.
Sí, era tarde para su gusto, sin embargo considerando las situaciones que pasó en plena madrugada, no mencionó nada solo sonriendo por recordarlo.
Jimin dormía a su lado, siendo un desastre adorable porque su cabello estaba desordenado, un corto hilo de saliva saliendo de su boca, boca entreabierta, la camisa del pijama levantada mostrando un poco de su cintura y sin sábanas encima. Notó algo que le llamó la atención, una visible línea entre su cadera y el pantalón de la ropa que cubría su vientre era apenas visible. Solo acomodó la camisa y lo volvió a tapar.
Lo dejaría dormir otro ratito más.
Se duchó y cambió debido a que tenía una audiencia, algo que recordó gracias a un mensaje de su cliente. No tenía que llegar tarde, pero considerando que se encontraban en vísperas navideñas puede que el tráfico resulte ser una molestia. Acomodó su corbata cuando vio a una pequeña silueta asomarse para después volver a esconderse tras la puerta.
-SoYeon -dijo- ven aquí princesa.
Sonrió cuando la pequeña hacía lo mismo, volteó sobre su lugar y se agachó para recibirla en un abrazo. Ella rodeó su cuello como sus brazos tanto se lo permitieron.
-¿Te vas papá? -esa pregunta lo hizo sentir especial a la par de algo preocupado por el tono que había utilizado, un poco triste.
-Tengo algo importante que hacer -habló y se separó un poco solo para admirarla, sus ojitos vidriosos le daban a entender que no esperaba esa respuesta-. Pero voy a regresar y traeré muchas cosas para que podamos decorar la casa. ¿Te parece?
Era demasiado parecida a Jimin en todo el sentido de la palabra, lo había notado ese tiempo que pasó con ellos en Busan, aunque ahora era más consciente de eso, incluso en la manera que tenían para demostrar sus sentimientos eran parecidos. Sonriendo con mayor fuerza, SoYeon le dijo que no tardara demasiado y salió de la habitación corriendo mientras decía que debía usar el baño, sacándole una que otra carcajada.
Despertar a Jimin fue otra maravilla, que estaba seguro podría acostumbrarse. Ni siquiera tuvo que hacer mucho, ya que solo bastaron unos cuantos susurros y besos en la mejilla para que se remueva en la cama mientras le decía que lo dejara descansar.
-Y lo haría, si SoYeon no hubiera despertado ya y yo tuviera que salir -Jimin le observaba apenas con ojos entreabiertos. Jungkook solo peinó ligeramente su cabello-. Prometo que mañana estaré dispuesto a atenderlos bien, hoy tengo trabajo que hacer y estaré libre después.
-¿Tenías algo y... aun así te quedaste despierto hasta que duerma? -cuestionó Jimin frunciendo el ceño para después cubrirse con las sábanas- Cielos, dije que no quería ser una molestia y...
-Jimin -interrumpió y le bajó las sábanas de su rostro, logrando que pueda por lo menos, verlo a los ojos- incluso yo había olvidado que tenía una audiencia. No es tu culpa y tampoco te atrevas a sentirte culpable por algo así. Volveré después de la hora del almuerzo, creo -besó la frente del Omega y le dedicó una sonrisa- tienes todo a disposición, mi casa es tu casa.
Le regaló un guiño y tomó el saco del traje que había escogido. Su maletín estaba en el despacho y solo se despidió de Jimin para bajar a la primera planta. Tenía que apresurarse si quería llegar a tiempo.
El tiempo sin duda pasó demasiado rápido, llegó a la Corte para su audiencia, una que era importante por ayudar a una madre que esperaba obtener algo bueno de una situación así; aunque al culminar él terminó llevándose consigo más que solo uno que otro insulto por la parte contraria por solo haber demostrado su punto. Este día, ni siquiera lo recordaría por eso, sino por todo lo que había logrado después de tanto trabajo.
-Tengo que admitir que no confié demasiado en usted -dijo la madre, ahora bastante apenada- aunque, me sorprendió bastante.
-Solo hacía mi trabajo, eso dio buenos frutos y ahora estoy seguro de que estarán más que bien usted y su pequeño -sonrió- ahora debo irme, tengo que cuidar de mi familia también.
-No sabía que usted era casado.
-Oh, son detalles que no suelo mencionar con frecuencia -la madre rio y por su parte, realizó una reverencia- que pase una bonita navidad. Cualquier cosa me avisa.
Se despidió de su cliente mientras se dirigía al estacionamiento. Antes de ir a hacer las compras navideñas de última hora, haría algo más. De camino a ese lugar, compró un arreglo pequeño de flores, esperando que sean suficientes para lo que tenía pensado realizar. El viaje se sintió corto a pesar del tráfico, llegó a ese lugar que no frecuentaba y aun así, se le hacía familiar.
Se registró y mencionó que sería una visita corta, aunque quizá eso fue más para él que para el guardia que le dijo: "Feliz navidad, aunque tenga que pasar por aquí este día". Agradeció el gesto e ingresó a ese lugar, pocas personas lo visitaban en estas fechas y no solía ser uno de esos visitantes. Tres pasillos interconectados lo alejaban de su destino, los cruzó escuchando los susurros que hacían eco al igual que los sollozos aunque el silencio fuera mayor.
Agachó la mirada. Cuando llegó, solo realizó una corta reverencia y dejó el pequeño arreglo frente a las flores recién colocadas ahí. Unas mejores y más lindas que las que él trajo consigo.
-Sé que no suelo visitarte en estas fechas, te traje tus flores favoritas -susurró acomodando el frente, haciendo espacio intentando no desordenar nada- y creo que, debes saber por qué estoy aquí.
Nadie podía responderle. Pero el solo hecho de hablarle, esperaba que llegara el mensaje, a ella, que siempre le escuchó en silencio para después decirle lo que pensaba, aunque ahora no obtuviera respuestas claras.
-Se puede decir que me estoy permitiendo ser feliz -continuó-. Después de que te fuiste, creí que... creí que no podría hacerlo, que esa parte de mi vida se quedó cerrada. Aunque conocí a alguien. Y creo que son lo mejor que me pudo haber pasado, después de ti.
Puso su mano frente al vidrio, una foto de una mujer sonriendo era lo único que lo observaba delante de una pequeña urna, cabello castaño, sonrisa tierna y aquella mirada dulce que siempre amó con locura. No quería llorar, porque estaba seguro de que ella se estaría riendo para después mimarlo en su pecho diciéndole que no debería ser así o lloraría con él.
-Espero estar haciendo lo correcto GaeHye -acarició el vidrio, estaba frío, con ese acto pensaba que tocaba su rostro-. Quiero hacerlo, después de tantos años de lo que pasó. Te extraño... demasiado.
"No fue tu culpa Jungkook, fue algo que decidí, aunque me duela en el alma... no te atrevas a sentir culpa." recordó esas palabras y el tono de voz que usó, la nostalgia lo embargó recordando esa noche.
Volvió a bajar la mirada, quedándose en silencio. Detrás de ese vidrio alguien podía leer: "Lee GaeHye, amada hija, amada novia. Ahora tiene la paz que necesita junto a Hannie".
Eso último fue algo que puso Jungkook aunque le hubieran dicho que no era necesario e incluso insinuaron que era de muy mal gusto, la razón de muchas de sus decisiones y cosas que hacía hasta ahora, su forma de actuar, todo tenía que ver con ella.
Hasta que conoció a Jimin, quien podría ayudarlo a tener un mejor rumbo de su propia vida después de lo que había pasado y que habría tiempo para contar con calma.
Holiiiiiis, perdón por haceros creer que esta historia ya estaba acabada, no fue mi intención y no lo está, todavía le queda, pero es que no estoy teniendo tiempo ya que estoy a final de trimestre y no tengo mucho tiempo. Estoy muy contenta de que os guste la adaptación y espero que disfrutéis el cap. Si veis algo mal, avisadme porfiis, gracias por todo. Se despide:
—almin♡
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