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Capítulo 36: Silencio

Jimin no era idiota, pero quería considerarse uno.

Desde la noche que le dijo algo tan personal al Alfa, confió notablemente en él. Le contaba todo lo que podía recordando sus cosas sin tener que molestar a los fantasmas de su pasado. Solo dejó caer uno de sus tantos muros para confiar en alguien que jamás creyó que fuera malo. Jeon Jungkook no era una mala persona, no era un mal Alfa y siempre lo trató con respeto.

Además, Jungkook le había dicho que le gustaba verlo sonreír.

Cielos. ¿Por qué le gustaba escuchar esas palabras?

Todos a su alrededor notaban un cambio en él, se sentía más tranquilo, menos preocupado por lo que podría pasar si no se alejaba de los Alfas. Sin duda, tener un poco de ayuda fue buena, Jungkook no le mintió al respecto. SoYeon incluso se acercaba a él para contarle las cosas que ocurrían en su salón ahora que estaba "papá Jungkook".

SoYeon sabía que él no era su papá, pero lo quería como uno. Sabía que se iría en algún momento, solo que no quería que se fuera pronto. Por mucho que intentó decirle que eso no sería posible, tan solo se calló.

Whee-in tampoco dejó pasar su notable "felicidad" (aunque catalogarlo así no era correcto). Todos le decían lo mismo. Que a su lado parecía revolotear mariposas y lo que le pasaba contagiaba a todos, como si esa alegría que irradiaba mejoraba el día a todos, eso era más que bueno.

-Tú dices que no te gusta, pero tus sonrisas dicen otra cosa.

No. Jeon Jungkook no le gustaba. El que se sienta cómodo con alguien no quiere decir que le gustara. Tal vez sonreía demasiado, tal vez dejó que en ciertos momentos el Alfa tomara su mano a pesar de que le dijo que no antes. Tal vez su aroma a vino y menta se convirtió en su favorito. Tal vez su linda sonrisa y sus notables coqueteos lo hacían sentir especial. Pero todo eso quedaba en tal vez ya que, no le gustaba para nada.

Pretendía fingir que no notaba esos coqueteos sutiles, porque al final, se iría, no lo volvería a ver, así lo pidió y Jungkook lo cumpliría. Él nunca rompía su palabra. De eso estaba seguro.

Al menos lo estuvo hasta la llegada del viernes.

Por una extraña razón, no quería que el Alfa se vaya ahora que logró conocerlo más allá de un simple trato cordial. Quizás se debía porque se acostumbró a esa rutina y le tomaría tiempo el olvidarse de que conversaba con alguien. Solo era costumbre. Alguien lo escuchaba y le decía pequeños halagos, sí, eso tenía que ser, de eso quería convencerse.

-¿Me acompañaría a mi habitación, por favor?

No supo por qué preguntó aquello, sus problemas eran de su propio interés. Solo que, esos dolores constantes se hacían presentes en temporada de frío o cuando se acercaba su celo, descartando este último porque ya lo tenía calculado. Tan solo necesitaba algo para que pudiera pasar la noche sin tener que recurrir a las pastillas de agrio sabor y malestares que en verdad eran insoportables.

-¿Te sientes bien Jimin? -negó, frunciendo los labios al sentir un tirón fuerte en esa zona- Está bien, me quedaré a tu lado.

Agradeció en un susurro, así esa última oración le hiciera sentir un pequeño calorcito en su pecho. Logró hacer que se levante y caminó ciertos pasos hacia su habitación siendo sujetado por Jungkook, cuando abrió la puerta y llegó al borde de la cama, no tuvo que pedir que lo ayudara con eso.

El Alfa le quitó las pantuflas y lo arropó bajo las sábanas y cobertores, el interior estaba frío, siendo algo que él notó y no dudó mucho en acompañarlo. Esto definitivamente era otro nivel, sin embargo, se negó a escuchar esa molesta vocecita de conciencia que le decía que no lo dejara acercarse más, porque se iría y quedaría alguien con el sentimiento de vacío en su pecho que se llenó en estos días.

No le importó.

No le importó cuando Jungkook le dijo que se acurruque en él. No le importó cuando su lobo se sintió cómodo con esa cercanía íntima. No le importó cuando le susurró a manera de arrullo para que pueda cerrar los ojos.

No le importó nada, ni siquiera cuando aquel aroma inundó su nariz y que solo desee quedarse ahí, siempre.

Estaba muy confundido y eso era molesto, todo mientras se acurrucaba en el Alfa, dejaba de lado sus propias inseguridades.

Dicen que, cuando uno está enamorado, cerrar los ojos al momento de besarse es contemplar en esa corta oscuridad los sentimientos que esa persona quiere transmitir.

Jimin lo había olvidado. Había olvidado que era sentirse amado por otra persona.

Cuando el Alfa le pidió que cerrara los ojos, creyó que se trataba de una sorpresa o quizá otra cosa de su parte. Le dijo que se iría esta noche y no era bueno con las despedidas, había una probabilidad que le diera algo más, aunque estaba extrañado por la manera en que su rostro era acunado por un tacto ligeramente tibio.

No esperaba sentir unos suaves labios chocar contra los suyos.

Abrió por un momento los ojos... pero no se separó, no sintió el repentino pánico de querer huir y decirle que se pudra. Solo tenía en mente:

¿A qué sabrán los bonitos labios de Jeon Jungkook?

Volvió a cerrar los ojos, esta vez correspondiendo el beso, sin preguntarse si era lo correcto o no. Quería perderse en esa agradable sensación de caricias en sus mejillas mientras sentía como se robaban sus suspiros, en esos ligeros chasquidos que podía escuchar cuando Jungkook tomaba sus labios con cariño y viceversa. Un beso inocente que transmitía mucho, un beso que le hacía sentir especial.

Mierda.

No tendría que sentirse así. Un beso no tendría que hacerlo ver estrellas, un beso no tendría que hacer que desee más. No. Un beso no tendría que hacer que en su pecho se arme un alboroto de sentimientos encontrados.

Cuando la necesidad de aire surgió y alguien rompió ese momento, el abrir los ojos nunca se sintió tan mal como en este momento. Jungkook no le dijo nada mientras acariciaba su labio inferior con su dedo pulgar, estaba aturdido con tantas sensaciones, cielos Jimin, solo fue un beso... así pensara de esa manera, sabía que no era así.

-Será mi único recuerdo -le dijo tras haberlo admirado-. Espero volver a verte algún día Jimin.

No respondió. Muy dentro de sí, algo le gritaba que respondiera una cosa coherente que haga quedar al Alfa, sus labios eran suaves, dulces, que lo hacían sentir en las nubes, quería besarlos otra vez; aunque no esperaba que de su boca saliera algo diferente a ese sentimiento.

-Que tenga buen viaje, señor Jeon.

No era un idiota, considerarse uno ya no funcionaba. Definitivamente era un idiota.

Solo se despidió con una ligera reverencia mientras tomaba aquel sobre y cubría su boca, sus labios todavía conservaban aquella sensación, el inconfundible aroma del Alfa lo rodeaba y un suave toque a menta estaba todavía presente en su boca. ¿En serio se sentía así? ¡Por favor!

De camino a casa pensaba en lo que todo esto había significado. No era nada más que una amarga despedida, cedió solo por el calor del momento y, por mucho que lo haya disfrutado, no se volvería a repetir. Cómo le dijo Jungkook: sería solo un bonito recuerdo.

-Un bonito recuerdo -susurró al abrir la puerta de su hogar y apoyarse en ella mientras estaba a solas.

Un bonito recuerdo. Vaya que intentaba verle el lado positivo a toda esta situación.

A tan solo una semana del viaje de Jeon Jungkook, Jimin se continuaba preguntando: ¿Por qué?

¿Por qué todavía sentía la presencia de Jeon en su hogar como un fantasma? ¿Por qué recordaba su aroma con tanto cariño? ¿Por qué la sensación de su beso se había quedado impregnada en su alma?

-Papi -SoYeon lo tomó del rostro con un puchero en sus labios-. ¿Papá Jungkook ya no vendrá?

-Cariño -la sentó en su regazo y ella se apoyó en su pecho acurrucándose en él- sobre eso, tuvo que hacer algo importante.

No podía decirle más, porque era su culpa, ¿no?

-Entiendo -la vio formar un pequeño puchero- al menos creí que vendría a despedirse.

Solo le quedó el abrazarla y decirle que todo estaba bien, que en algún momento quizá lo volverían a ver. Mentira. Fue él quien le pidió a final de cuentas que no se volverían a ver, cielos, toda esta situación era demasiado confusa o quizá era él quien lo veía así.

Ni siquiera cuando le tocó hablar de ello con Whee-in al respecto. No tenía los argumentos necesarios para justificar su manera de actuar, era como regresar a esa época en el instituto cuando se quedó encantado con un Alfa que lo hizo sentir especial y que al final, lo hizo sentir de la peor manera.

-¿Te das cuenta de que no hay punto de comparación? -la Omega peinaba sus cabellos mientras él tenía la cabeza acostada en su regazo- Si me pides mi opinión y sé que lo estás haciendo, diré que Jungkook parece ser una persona muy interesante. Dudo mucho que lo que pasó entre ustedes se deba solo a un sentido de gratitud.

-La última vez... creí que...

-Jimin -Whee-in le interrumpió sonriendo- las primeras ocasiones que entregamos el corazón ciegamente, siempre duele, nadie nos asegura que la primera vez que nos enamoremos no terminemos con el corazón roto. Entiendo que lo que pasó es un poco difícil, solo que... no puedes cerrarte a una oportunidad como es el amor.

-Ya dije que él no me interesa. Si fuera aunque sea un poco, puede que esté esperando demasiado.

-¡Vamos Jimin! -la Omega rio para después regalarle una sonrisa- No intento ser la voz de la razón, en serio que no, pero dudo mucho que el señor Jeon te haya mostrado algo que no es. Incluso mamá piensa que es una buena persona y sabes lo difícil que es que ella piense así.

-Dejemos de hablar de eso.

-Tú empezaste primero.

Frunció los labios. Tenía razón, él había empezado con el tema sobre lo que pasaba con Jungkook. Cambió el tema en lo que respectaba a los arreglos de su matrimonio, que ya tenían una fecha y sería algo pequeño, nada extravagante.

-Así que tienes como tres meses para pensar sobre lo que harás respecto a lo que sientes.

-¿Y eso? -le dio miedo preguntar al respecto, pero esa sonrisa de Whee-in le causó cierto temor.

-La boda será en Seúl. Así que no estoy esperando el rechazo de una invitación. Hasta hace apenas unos días me enteré que era amigo de TaeHyung.

-No podría negarme por mucho que quisiera, eres como una hermana mayor para mí.

-Me lo dices siempre -dejó un beso en su frente-. Pero quiero que seas sincero, ¿lo extrañas verdad?

-Un poco -Whee-in enarcó una ceja, algo que le obligó a cerrar sus ojos-. Está bien, lo extraño demasiado. Y solo ha pasado una semana, no debería considerarse normal.

-Ratifico mi posición. Te gusta, pero sigues negándolo cuando es demasiado obvio -se atrevió a abrir los ojos ya cansado incluso de lo que podría replicar sobre el tema-Es como una frase que escuché: "No puedes guardar un sentimiento como el amor, te enfermarás."

Esperaba que nada de eso pasara, pensarlo siquiera ya sonaba como un pequeño malestar.

Con el pasar de los días, se estaba acostumbrando a esa ausencia especial en su hogar. Incluso SoYeon parecía haberlo asimilado, que Jungkook regresaría en algún momento o quizá no, eso era algo que no le decía por el simple hecho de mantenerla feliz con esa idea. No, no era justo, sin embargo, nada podía hacer.

-Solo quiero dormir -habló ella tras haberla arropado en la cama, le regaló una sonrisa mientras tallaba sus ojitos.

-Ya lo sé cariño, creo que jugaste demasiado hoy -Jimin devolvió la sonrisa, sentándose a su lado y cubriendo sus piernas con los cobertores-. Es la primera vez que alguien te invita a jugar.

-Sí, creo que ya tengo una amiga papito -cerró sus ojitos y se acurrucó como pudo a su lado.

Se quedó velando su sueño, tarareando su canción mientras peinaba sus cabellos. No faltaba mucho para la época navideña, aunque esta vez sería una celebración algo diferente a lo que recordaba, porque su amiga se casaría antes de las vísperas de Navidad y él podría pasar aquella fecha en compañía de sus conocidos.

Notó en el borde la mesita de noche, un particular sobre de color rojo decorado con diferentes pegatinas de unicornios, nubes, arcoíris y sobre todo, brillantina. Sonrió al notar que decía en letras grandes para Papá Noel. Lo tomó antes de que se cayera y notó que ella guardaba otro sobre.

Este era diferente, de color rosado y con pegatinas de caritas sonrientes y unos corazones dibujados, este estaba dirigido a "Papá Jungkook". La curiosidad le picaba por querer revisar lo que tenía en su interior, pero lo mejor era que no, ¿qué conseguiría leyendo algo que ella escribió con tanto cariño?

-Papito -esa voz adormilada llamó su atención, SoYeon tenía los ojos entreabiertos-. ¿Le enviarás eso a papá Jungkook?

-¿Quieres que lo haga cariño?

-Por favor -la pequeña volvió a soltar un bostezo y se movió un poco- quiero que esté bien, espero que sí. Lo extraño mucho.

-¿En serio? -cuestionó con la voz baja.

-Sí, nos hacía sonreír, no entiendo porque tuvo que irse -SoYeon hablaba con los ojos cerrados mientras soltaba pequeños bostezos- lo extraño.

Soltó un suspiro antes de decirle que haría lo posible por enviarle la carta. Dejó un corto beso en la frente de la pequeña. Todavía con el sobre en la mano lo observó con una sonrisa en sus labios, quería revisar el contenido, aunque tenía una promesa que cumplir. Le escribió un pequeño mensaje a Byul-Yi sobre un pequeño favor; esperó unos cuantos minutos antes de recibir una respuesta.

"Tengo la dirección y su número, claro que te lo enviaré, aunque... si me parece un poco extraño".

Incluso para Jimin era un poco extraño, recibió después la dirección y el número de Jeon Jungkook. Mañana enviaría aquel regalo de SoYeon. Solo sería eso, nada más.

Ya tenía la idea presente de que lo vería en la fiesta de sus dos amigos, en la ceremonia o algo por el estilo, por mucho que había deseado no volverlo a ver, ahora se arrepentía de sus palabras. Que complejos resultan ser los sentimientos o, quizá él era el que hacía las cosas complicadas.

Serían los meses más largos hasta esa fecha en especial.

Y eso es todo, perdón por tardar tanto en actualizar, pero no he tenido mucho tiempo con el instituto y he tenido unos días libres y los quería aprovechar ^^.
Si veis algo mal, me avisáis. Espero os guste. Se despide:

—almin♡

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