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Capítulo 32: De ilusiones y primeras borracheras... bochornosas

Después de despedir al señor Jeon al anochecer y aprovechando el que SoYeon se durmió temprano, no le quedó de otra que hablar con Whee-in sobre esta situación. Tener a alguien que lo ayude podía sonar como una excelente idea, sin embargo, se trataba de un Jeon Jungkook, el único Alfa que hasta ahora ha hecho de su mundo un desastre... en un buen sentido.

Pero eso no entraba en discusión ahora. Le tuvo que contar a su amiga todo lo que había sucedido hasta ese momento, omitiendo algunos detalles, esperando que ella pueda ayudarlo con eso.

-Así que se trata de tu exjefe -Jimin asintió, ya un poco apenado- y ahora está aquí para terminar lo que empezó allá. -Whee-in frunció los labios, parecía confundida- ¿Eso que tiene de malo?

-Bueno, yo no creí que lo volvería a ver de nuevo, es un poco raro.

-A mí me parece dulce -ella sonrió y él por su parte, solo quería reírse porque no le veía lo dulce a esa clase de insistencia-. Sé que es un poco tonto para ti, aunque eso explicaría muchas cosas.

-¿Cómo cuáles? -se atrevió a cuestionar.

-Por ejemplo que siempre rechazas a los Alfas, quiero decir, sí, conozco lo que has pasado. Entiendo tus motivos y por eso nunca he insistido con que deberías conocer a alguien -Jimin enarcó una ceja y la Omega imitó su gesto-. Pero no puedes negar que siempre que se trata de él, las cosas son un poco diferentes. Le diste una oportunidad la primera vez, ¿tendría algo de malo que le des una oportunidad ahora que te ha esperado dos años? Con eso no me refiero a algo sentimental, lo dejaron muy en claro, sin embargo... sí tiene buenas intenciones.

-Eso es lo que me preocupa -se atrevió a decir en un susurro-. SoYeon suele encariñarse muy rápido, temo que cuando los días pasen ella... bueno... crea en serio que él es su papá.

-Estás apresurando las cosas -Whee-in sonrió y sujetó sus manos en un intento por tranquilizarlo-, ella es una niña muy dulce, su inocencia y curiosidad por algunas cosas es increíble, pero me atrevo a decir que es una niña demasiado inteligente y sabrá comprender cuando todo eso terminé.

-No sé si eso sea bueno para ella.

-Jimin, por mucho que quieras dártelas de súper papá eso no es posible -la Omega sonrió- y además, tener un poco de ayuda no es malo. Pero solo queda en ti, depende de ti si lo aceptas o no, yo solo trato de que no lo veas de manera tan complicada. Sabes lo que siempre digo.

-Cosas así no se presentan dos veces en la vida -acotó devolviéndole una sonrisa- y si lo hacen...

-Es porque algo bueno debe venir con ello -finalizó la Omega y lo abrazó maternalmente-. De verdad pareces mi hermano menor, aunque no me molesta.

-Mejor hablemos de los arreglos de tu boda -cambió de tema después de que ella rompiera el abrazo para desordenar su cabello-. ¿Tienen todo listo ya?

Quizá lo mejor era pensarlo con la almohada y no agobiar con todo eso a su amiga, que al igual que Byul-Yi se había vuelto como una hermana mayor.

Con el inicio de un nuevo día, Jimin admitiría que no esperaba muchas cosas, entre ellas entraba las cosas que había hecho el Alfa Jeon como ir a recogerlos y acompañarlos todo el trayecto de casa hasta la escuela e incluso decirle que su sonrisa era muy bonita. Bien, eso no tenía nada de malo, era adorable, de alguna manera eso mejoró su humor y, en palabras de Whee-in, parecía hasta enamorado así lo negara.

Algo que no pasó desapercibido por nadie, ni siquiera por quienes en algún momento se declararon de forma sentimental y fueron rechazados.

-No sabía que estabas casado, pudiste haberlo dicho en un principio -el profesor sonrió nervioso y con una reverencia dijo-. Prometo no volver a molestarte, en serio.

-Oh, descuide profesor, solo intentaba ser amable -sonrió y regresó a sus labores devolviéndole una sonrisa.

Toda su mañana se resumía en disculpas, en palabras de felicitaciones y cosas así que obviamente aceptó, pero porque en parte era mejor que estar rechazando invitaciones cada vez. Y no esperaba más, hasta que llegó la tarde y vio a su hija tan cómoda con Jeon Jungkook.

Siendo la cereza del pastel que fuera ella quien pidiera que sea su papá por una semana. Así que... no tenía muchas opciones.

-¿En serio? -preguntó el Alfa bastante alegre.

-Pero como dije, tengo mis condiciones -sonrió y retirando su mano del sutil agarre del Alfa-. La primera: nada de contacto físico, quiero decir... nada de abrazos o besos. Nada.

-Me quedó muy claro en un principio -Jungkook solo sonrió- pero gracias por aclararlo.

-La segunda: Nada de apodos cariñosos.

-Tomo nota.

-Y la tercera -Jimin no sabía qué más decir, hasta que algo en su cabeza parecía hacer click, por lo que culminó-: Cuando pasen las dos semanas, usted se alejará de nosotros y nadie debe saber dónde estamos, ni siquiera Hoseok.

En ese momento, el silencio cayó entre ellos dos. Claro que sí era lo más parecido a un ultimátum, del todo necesario a su parecer.

-Está bien -el Alfa asintió, resignado ya que no parecía tan animado como hace unos minutos-. ¿Eso es todo?

-Sí, son un poco improvisados, lo sé -Jimin sonrió-, pero creo que será un poco justo que sean tres y que además... haya una penitencia, en el caso de que sea yo quien lo rompa por alguna razón, la penitencia lo pondrá usted y en viceversa. ¿Está bien?

¿En qué estaba pensando cuando dijo eso? No lo sabía, pero se le ocurrió decir eso después de ver aquella sonrisa forzada. Espera, ¿ahora se preocupaba por cómo se sentía el Alfa?

Definitivamente no, al menos eso quería creer.

-Bien. Es un trato justo -Jeon tan solo atinó a sonreír y parecía tener la intención de burlarse, o quizá lo estaba imaginando demasiado-. Ahora que no está SoYeon, tal vez debería irme, creo que hemos pasado un buen tiempo juntos.

Quería decirle que esperara y si no se quedaría a cenar, sin embargo, quien puso las cartas sobre la mesa fue él y no podía ir en contra de sus propias reglas. Así que solo lo acompañó hasta la puerta y se despidieron de manera cordial a pesar del silencio que quedó al final entre ellos.

Su lobo por dentro parecía gruñirle, pero decidió no prestarle atención a algo como eso, porque en parte hacía esto por su hija y no directamente por su persona. No había otra explicación, ¿cierto?

Hay una afirmación que sin duda todos usamos, el tiempo no perdona ni se detiene, simplemente pasa y muy pocas veces te das cuenta de ello. En sí, estos días con el Alfa Jeon se habían convertido en una rutina bastante interesante; él siempre estaba esperándolos en la entrada en las mañanas para acompañarlos a la escuela y hacía lo mismo en la salida, almorzaban juntos y le ayudaba a SoYeon con sus tareas, también cuando se quedaba entrada la noche, solía arropar a la pequeña hasta que ella pueda dormir.

Ante los ojos de cualquiera, de por sí, parecían una linda familia feliz, aunque los dos adultos sabían que no existía nada entre ellos.

Cuando solía quedarse a solas con el Alfa, inventaba cualquier cosa para mantener su mente ocupada o evitaba hacer preguntas y el ambiente de por sí se tornaba incómodo haciendo que el Alfa diga que ya debería irse. Confiaba en el Alfa aunque sea un poquito y hasta ahora había cumplido con cada una de sus condiciones, al menos las dos primeras.

Mas cuando llegó el viernes y como era fin de mes, sabía que haber aceptado la loca idea del Alfa, ahora ya no sonaba como la mejor idea que pudo haber tenido.

-... los esperamos esta noche a todos -mencionó la maestra que organizaba la cena grupal que, según le habían contado, solía ser en un restaurante muy concurrido porque también ofrecía sus ambientes para karaoke y una pista de baile-. Oh, Jimin-ah esperamos que esta vez no puedas negarte.

Whee-in le codeó ligeramente. Sí, antes ya había rechazado ir, por dos simples razones: tenía que cuidar a su hija y, porque muchos solían ir con sus parejas.

-Oh... bueno. Veré que puedo hacer -sonrió un poco nervioso.

Es una tradición bastante conocida que los viernes de cada fin de mes, todos salgan a comer y beber entre compañeros de trabajo, esto porque solían ser invitados por el jefe y claro que era bueno dejar un momento el estrés para pasar un buen tiempo. No asistir a estas reuniones solían considerarse una falta de respeto y una falta de educación; por lo que, ahora Jimin no sabía qué hacer. Antes ya le habían perdonado su ausencia, pero ahora... cielos.

-¿Irás? -le preguntó Whee-in después de haber terminado aquella reunión al finalizar las clases.

-No lo sé. No quiero meter en esto al señor Jeon -respondió sincero-. Sabes que además están esperando conocerlo y... no, no. Eso ya es demasiado.

-Pero solo podrías ir una hora, aunque sea solo como yo he ido todos estos años -la Omega parecía divertida con la situación-. ¿Qué dices? Vamos los dos.

-No estoy seguro.

-Solo será una hora Jimin -y en ese momento bajó la voz-. Dudo mucho que le digan a Jeon Jungkook sobre eso, podrá figurar como tu pareja, pero ya no estamos en esas épocas.

Jimin rio, claro que no era su esposo y obviamente no le diría nada sobre su salida. Pero ambos Omegas se sorprendieron al ver a Jeon hablando con el profesor Kim NamJoon de manera tan animada como si fueran amigos cercanos y con SoYeon al lado, para después despedirse con un apretón de manos.

Eso en parte explicaba la ausencia del profesor en esa reunión, pero él jamás solía faltar a las cenas grupales. Oh no.

-Creo que hablamos demasiado rápido -masculló la Omega cuando Jungkook se estaba acercando a ellos y la pequeña corría hacía su papá.

-No me digas.

Tomó a su hija en brazos cuando lo saludó. No se atrevía a mirar al Alfa ahora.

-Jimin, ¿podemos hablar un minuto a solas, por favor? -pidió amablemente Jungkook tras saludarlos.

-Si es importante, puedo ir adelantando mi camino -sugirió la Omega y le pidió con un ademán a SoYeon para que la acompañara, la pequeña aceptó sonriendo-. Vamos pequeña.

Jimin por dentro quería que la tierra lo tragara. Eso era demasiada traición, dejarlo solo con el Alfa. Esperaron unos minutos en silencio hasta que, por lo menos alguno dijera algo.

-Me enteré que esta noche tienes una reunión y eso -Jungkook no parecía molesto, de hecho, su tono de voz delataba diversión-... al que, de casualidad me invitaron también.

-¿Podemos ir a hablar de eso a otro lado? -cuestionó, puesto que sentía que llamaban demasiado la atención.

El Alfa aceptó. No le tomó la mano y solo salieron caminando lado a lado, el camino a casa nunca fue tan silencioso.

-¿Y...?

-Sí, pero no tengo pensado ir -respondió ya un poco apenado-, no es que sea indiferente, pero no creo que sea buena idea que vayamos.

-Jimin, si es porque crees que pensarán mal de ti -observó de reojo a Jungkook-. Un minuto, ¿pensaste en mí como tu acompañante?

-No exactamente -Jimin jugó con la correa de su bolso-. A lo que me refería, ellos esperan que vayamos, ya sabe lo que se dice de nosotros.

-Lo sé -Jungkook le regaló una sonrisa- pero, si no quieres ir, no vamos y ya.

Era más fácil decirlo que hacerlo. Desde que él apareció, ya nadie hablaba sobre cómo era su vida sentimental y, al contrario, el Alfa llamaba demasiado la atención y ahora solo le preguntaban sobre como lo trataba o cómo era su vida de casados; cosas a las que no respondía de manera completa. De cierta manera, ya no era el centro de atención por habladurías, sino por lo que se veía y se creía que era feliz. No debería prestarle atención a cosas como esas, de eso estaba seguro, solo que lo hacía bastante. ¿Se entendía el punto?

-¿Y si vamos? -Jimin preguntó con la mirada agachada- Solo sería una hora, comeríamos algo y ya...

"Park Jimin, ¿acabas de perder un tornillo o qué?" se estaba regañando, porque en un principio no lo estaba considerando e incluso, ya tenía pensada su excusa, pero ahora que estaba al lado de Jeon Jungkook todo eso se fue por el caño.

-Acepto -Jungkook lo detuvo sujetando su muñeca, dándose cuenta un poco tarde de lo que había hecho-. Lo siento, pero si quieres ir, vamos y pasemos un buen momento con tus colegas.

Asintió sin responder a eso. Solo sería una cena con sus colegas, no bebería y todo estaría bien. No sonaba al plan perfecto, pero al menos algo interesante saldría de todo eso.

La noche cayó, mientras se alistaba para aquella cena, Whee-in le dijo que no asistiría ya que no tenía ganas y podría cuidar de SoYeon. Prefirió no decir nada, aceptando su sugerencia, resignado. Terminó de arreglar su suéter después de ponérselo, mirándose al espejo porque no quería verse mal, su vestimenta era algo sencillo, una camisa, un suéter blanco y unos pantalones negros; su hija que estaba a su lado sentada en la cama, aplaudió.

-¡Te ves muy lindo papá! -sonrió y se dio la vuelta hacia ella- ¿Tendrás una cita con papá Jungkook?

Estuvo a nada de atorarse con su saliva.

-No, no -y esa respuesta pareció llamar la atención de SoYeon-. Me acompañará a una reunión, solo eso.

-Oh, creí que saldrían solo ustedes dos -la pequeña abrazó un peluche que Jeon le había comprado hace unos días.

-¿Por qué lo dices cariño? -Jimin preguntó ya más curioso por lo que decía su hija.

-Nada, nada -negó SoYeon moviendo su cabeza, ambos escucharon unos golpecitos en la puerta-. ¡Ya llegó!

Jimin antes de salir tras su hija, porque fue ella quien lo fue a recibir a Jeon Jungkook, soltó un suspiro teniendo en mente de que solo se trataba de una cena entre colegas y que iría acompañado. Es todo.

-Bien, ¿nos vamos? -cuestionó tras salir de su habitación un poco apenado.

El silencio no le gustaba para nada, elevó la mirada y recién se percató de que el Alfa tenía la boca abierta mientras sostenía a SoYeon en brazos. Algo que la pequeña aprovechó para cerrar la boca del Alfa.

Tenía que admitir que él tampoco se veía mal, porque todos sus trajes y abrigos parecían estar hechos a la medida para él, todo le quedaba bien y sus pensamientos no deberían desviarse así.

-Le dije que se veía muy lindo -añadió SoYeon riendo.

-Sí, sí -masculló Jungkook y bajó a la pequeña-. Lo siento, vámonos, seguro se nos hará tarde.

Ambos se despidieron tras la llegada de Whee-in, ella les dijo que lo pasaran bien y no se preocuparan por SoYeon. Así buscaran negarlo, de verdad se parecía a que ambos tendrían una cita. Incluso Jungkook se tomó la molestia de rentar un carro con el que puedan transportarse.

Las manos a Jimin le sudaban y su aroma sin duda se sentía un poco más fuerte de lo que esperaba.

Durante el viaje hacia el restaurante elegido por quien organizaba la cena, fue en silencio, ninguno dijo nada o hizo el amago de intentarlo. Fue un viaje bastante incómodo porque solo se dedicaban sonrisas nerviosas.

Y cuando llegaron, la situación se tornó aún más incómoda tras estacionar el coche, no por gusto sino porque todos sus colegas parecían estar encantados con su presencia, realizando halagos que para su gusto, se los darían a parejas casadas en serio. Saludaron y todo, pero no se trataban como una pareja casada afectuosa.

-Pasen, pasen, que ya traen la comida -le mencionó una de las maestras haciendo que se ambos tomen asiento juntos, a un lado del otro-. Mientras, podemos seguir conversando de cualquier cosa.

Y así era, pero ni así esa atmosfera amena parecía hacer que los dos se sientan incluidos. Jimin no solía conversar demasiado y Jungkook de seguro se sentía como un mal tercio en aquella gran mesa. La comida llegó y todos se dedicaron a comer mientras solían contar algunas anécdotas vividas con sus parejas, eso también se volvía un problema.

-Esperen, esperen -mencionó una maestra-. Hemos escuchado a todos hablar menos a nuestra nueva pareja.

-Cierto. ¿Por qué tan callados? -apoyó un maestro sonriendo.

-Eh... bueno -masculló Jimin.

-Porque tienen anécdotas tan interesantes, que no queríamos interrumpirlos -Jungkook lo interrumpió sonriendo y, acto seguido, lo abrazó por sobre su cintura-. Además, somos muy jóvenes todavía, no tenemos mucho que contar.

-Oh, bueno, después nos contarán lo poco que han vivido -mencionó el profesor Kim, quien parecía divertido con la situación.

Jimin de forma sutil, hizo que el Alfa lo soltara, aunque solo logró que se acercara a su oído y le dijera en un susurro:

-Creo que esta noche voy a romper dos de tus condiciones. Perdón.

Asintió. Pero tampoco sería del todo su culpa, fue él quien lo invitó a esto. Mientras la cena transcurría y las bromas se daban, el alcohol tampoco faltaba debido a la comida picante que era parte del menú. Eso de cierta forma los había soltado un poco más, aunque Jungkook no estaba bebiendo demasiado porque él conducía.

Algunos profesores cantaban con sus parejas unas canciones y otros usaban la pista para bailar.

-No deberían quedarse aquí -la profesora Jang sonrió hacia ambos- la música es muy buena.

-Bueno, a Jimin no le gusta mucho eso de bailar -habló Jungkook riendo.

-¿Yo? -cuestionó Jimin siguiendo la broma y con la voz un poco atropellada- Tú eres el que no suele bailar demasiado.

-Entonces, ya que estamos en desacuerdo sobre eso, ¿quieres ir a bailar? -le preguntó Jungkook sonriendo.

-¿Debería? -el Omega observó a sus colegas, que creían que se trataba de algo de pareja y asentían apoyando al Alfa. Jimin sujetó la mano de Jungkook- Está bien, vamos cariño, te enseñaré a bailar.

Cuando se levantaron de sus lugares, la canción que había de fondo cambió a una balada bastante suave, como si hubiera sido elegida solo por ellos dos y ganándose aplausos de todos, incluidos quienes estaban en la pista.

Jungkook lo abrazó de la cintura y él solo rodeó sus hombros con sus manos, tal como una pareja.

-¿Estás bien? -le preguntó Jeon sin borrar su sonrisa.

-Sí, estoy... bien -respondió mirándolo a los ojos-. No le había creído a SoYeon, sí tiene ojos muy bonitos.

Jungkook solo tosió un poco nervioso y Jimin no era del todo consciente de lo que decía. Oh cielos.

Un nuevo cap!!! Primero que todo gracias por los 17k, estoy muy feliz ♡

Segundo, espero que estén bien los nombres, porque es de noche y ya no se si los he puesto en el lugar correcto jejeje. Espero les guste uwu. Se despide:

—almin♡

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