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Capítulo 30: De bromas y juegos sucios

Cuando le dijeron que el padre de su hija estaba esperando fuera del sector escolar, muchas cosas pasaron por su cabeza, muchas de ellas terribles; el temor cruzó su cuerpo cuando accedió ir a verificar si se trataba de él en verdad, incluso Whee-in le dijo que debería tomarlo con calma al verlo tan asustado.

Pero ese susto se transformó en enojo al ver a Jeon Jungkook ahí sosteniendo a su hija en brazos. Sonriendo como si en verdad fuera su padre, haciendo que SoYeon se eche la culpa por una tontería así. ¡Encima había pretendido besarlo! ¿Jeon Jungkook ya no pensaba o en serio sus neuronas le enviaban información errónea?

Ahora que regresaba al salón, algunos de sus colegas parecían haberse percatado de aquella presencia y de quién cuidaba a su hija, llamando más atención de la que necesitaba.

—Jimin-ah —le dijo una de ellas con clara curiosidad—. ¿En serio es...?

—Profesora, con el respeto que se merece, métase en sus propios y jodidos asuntos, que el chisme es malo —respondió con molestia retomando su camino—. Permiso, tengo cosas que hacer.

Claro que no estaba de ánimos. Mierda. ¿Qué demonios pasaba por la cabeza de ese Alfa?

—¿Qué pasa Jimin? —Whee-in se acercó a él solo para sostenerlo de los hombros— ¿Era él en serio?

—Ahora... solo quisiera terminar aquí, después hablaré...—quería insultarlo, vaya que sí, pero estaba frente a varios infantes y tenía que comportarse— con él.

Despedir a los pequeños se sintió desesperante, porque a cada momento observaba hacia las afueras del curso notando como Jeon Jungkook jugaba con SoYeon como si nada pasara. Pero en el momento que terminó todo aquello y le pidió a Whee-in adelantarse en el camino a casa, sabía lo que tenía que hacer.

Ponerle un alto a ese Alfa. Hacerle entender que lo que estaba haciendo ya era demasiado.

Tomó sus cosas y caminó hacia Jeon con SoYeon a su lado sujetando su mano.

—Usted y yo hablaremos en serio —masculló a pesar de que Jungkook sonreía y dirigió su mirada hacia su pequeña—. Vamos cariño, se nos hará tarde.

—Les invito a almorzar —sugirió Jeon—. Es un poco tarde y tampoco he comido algo y creo que...

—Señor Jeon —interrumpió y su tono de voz no admitía réplica alguna, incluso hizo que el Alfa tragara saliva—. ¿Le gustaría probar algo de comida casera? Esta vez, yo invito.

Intentaba disfrazar sus intenciones, intentaba mostrarse como el mismo Omega dulce y risueño que su hija conocía cuando sonrió hacia ella después de decir eso. Claro que la pequeña se alegró mucho cuando escuchó aquella invitación.

Pero en el fondo, solo quería que el Alfa Jeon se vaya de sus vidas.

Durante el camino a casa, la única conversación que se dio fue entre Jimin y SoYeon, ignorando la presencia de Jeon Jungkook ahí, algo que en parte le agradó. Justamente nadie más que ellos tres estarían en el edificio, porque no pasaban de la una y media de la tarde e incluso la señora Jung estaría en una reunión con sus amigas como era habitual.

Así que si algo pasaba, quizá la única en enterarse sería Whee-in.

«Cielos, estoy sonando como un psicópata» pensó Jimin tras notar que su mal humor había desaparecido mientras los tres almorzaban en el comedor de su departamento. El Alfa Jeon solo halagaba sus dotes culinarios y hacía que la pequeña sonría de vez en cuando mientras contaba cualquier tontería.

No le estaba prestando mucha atención, solo quería hablar con él y que las cosas sigan su curso. Después de la comida, enojarse era malo, pero es que... ya lo había dicho alguna vez, sí que era un Alfa desesperante.

—Hija —dijo de manera dulce, llamando la atención de la pequeña—. ¿Irías un momento con tu tía? Tengo que hablar de algo muy importante con... él.

—Solo no te enojes papito —SoYeon susurró y puso sus manos en sus mejillas—. Eres más bonito cuando estás sonriendo. Él no es malo.

—Lo sé —correspondió la sonrisa y la forma en la que ella le hablaba—. Lo sé, pero tengo algo muy importante que decirle. Ve con tu tía.

—Hecho —asintió SoYeon y se despidió de ambos adultos.

Cuando se cerró la puerta, observó a Jeon Jungkook con clara molestia.

—Primero que nada —habló Jungkook levantándose de su lugar— baja ese cuchillo.

—¿Qué cuchillo...? Oh —se rio al notar que sin querer había tomado el cuchillo con el que picó la carne mientras preparaba la comida— ¡cielos! no pienso matarlo.

—Por un momento lo creí así.

—Pero si sigue haciendo que llegue a mi límite podría considerarlo —podía notar como el Alfa frente a él se tensó en su lugar, estaba siendo sincero—. ¿Qué hace aquí?

—Bueno, me invitaste a comer, yo...

—No, no —interrumpió cruzándose de brazos—. ¿Qué hace aquí en Ulsan? ¿Su hermano tiene algo que ver en esto?

—¿Te digo la verdad o seguimos siendo amigos? —en el fondo quería reírse por haber entendido la referencia. Mierda. Ya no podía enojarse, tenía que estar enojado con Jeon .

—La verdad, si es tan amable, usted y yo nunca fuimos amigos.

—¿Amantes?

—¿Qué? —cuestionó haciendo que de nuevo su enojo aparezca.

—Es broma —Jungkook se rio, aunque no dejaba de lado su protección que era el comedor y la silla—. SoYeon tiene razón, no te ves tan bonito cuando estás enojado.

—Señor Jeon...

—Está bien, está bien —Jeon pareció tragar saliva, se estaba esperando algún disparate. Qué suerte que el sartén había enfriado ya y aunque tuviera restos de comida, todavía servía para golpear.

¿Por dónde iban sus pensamientos ahora? Jimin quería que esto termine ahora.

—Sigo esperando —Jimin pretendía acercarse, pero el Alfa solo retrocedió dos pasos, casi chocando con el sillón—. Tenga cuidado, puede caerse.

—Del único del que debería cuidarme es de ti —lo señaló.

—¿Le doy miedo o lo pongo nervioso? —Jimin no podía creer que estaba correspondiendo a su jueguito absurdo, haciendo esa pregunta casi de forma juguetona.

—Un poco de ambas —Jungkook solo rodeó el sillón para no caerse—. Pero en serio, verte enojado no es bueno.

—Debió pensarlo antes de venir aquí y presentarse como el padre de mi hija —ya lo dijo y ahora ambos estaban rodeando el sillón—. Quiero golpearlo, debería hacerlo, ¿sabe?

—No gracias, prefiero los besos —Jeon seguía bromeando haciendo que la paciencia de Jimin flaquee aún más—. Soy un hombre de paz.

—¡Paz le daré en estos momentos cuando logre atraparlo!

—Jimin, ¡ten un poco de consideración! —se estaba cansando de perseguirlo alrededor de ese sillón— eres una persona muy amable, si me dejas explicarte, créeme que te vas a reír.

Se detuvo y Jeon estaba a pocos metros. Sí, era un Alfa al que le estaba haciendo frente, quizá más fuerte que él, un poco más alto y sobre todo bastante idiota cuando se lo proponía. Bien, si eso sería así tenía que jugar sucio.

Trató de calmarse, su aroma tan dulce claramente era un plus a su naturaleza de Omega estereotipada como dulce e inocente, sumisa y todas esas mierdas que conocía de memoria y lamentablemente también aplicaba. Soltó un suspiro, los arrepentimientos estarían después para atormentarlo.

—Hyung —su voz sonaba dulce, casi nunca la usaba porque sabía lo que causaba en los Alfas—. Por favor, deje de jugar conmigo.

—P-pero… y-yo no… quiero decir, tú —ahora lo tenía dónde lo quería, podía notarlo, incluso su lobo inflaba su pecho con orgullo—. Oye, n-no es justo.

—¿Qué cosa? —hizo un puchero mirándolo de manera inocente acercándose poco a poco a él, haciendo que choque contra el sillón individual y se siente ahí—. Solo soy un buen Omega, Hyung.

—Ya, Jimin —el Alfa parecía intimidado, nervioso y el sudor en su frente lo delataba bastante, haciendo algo que no se esperaba, cubrió sus ojos—. Si no te veo, todavía conservo mi dignidad y no seré corrompido.

Pero ya era tarde, esa parte oscura que se quedó enterrada en los años había regresado, ¿alguien había dicho que los Omegas no eran capaces de someter a un Alfa? Oh, bueno, es un claro error.

—Hyuuuung, míreme, por favoooor —claro que conocía su límite, no sé sentaría sobre él como sucedería en otra situación. Jimin solo estaba apoyado sobre sus manos en los reposabrazos sonriendo inocentemente, así no lo fuera en realidad—. Bueno, ya basta, al fin lo atrapé.

De nuevo regresó a su tono de voz habitual, aunque tuvo que carraspear un poco ya que su tono dulce no era tan fácil de sacar; ahora el Alfa estaba sentado en ese sillón, mientras él le observaba con una sonrisa a una distancia considerable y encima de Jeon Jungkook, (así eso último sonara mal).

—Vaya que sí piensa con una sola cabeza, eso explicaría su forma de actuar.

—¿Por quién me tomas? —Jungkook retiró las manos de su rostro, notando recién la posición en la que estaba— Mierda, no puedo creer que hayas jugado de esa manera.

—No acepto groserías en casa porque mi hija suele estar presente, pero creo que igual las diré —tomó a Jeon de la corbata acercándolo a una corta distancia de su rostro—. ¿Qué demonios hace aquí?

—¿Recuerdas mi proyecto? —esta vez no había rastro alguno de que estaba bromeando con él, incluso se había puesto más serio— Bueno, quizá no, pero me dejaste a mitad de camino.

—Eso suena mal.

—Tómalo como quieras Jimin —esta vez el Alfa tenía otro color de ojos, cielos, era un hermoso color ámbar, lo que daba a entender que una parte de su lobo estaba feliz de verlo—. Pero, creí haberte dicho si ocurría algo podías confiar en mí, tan solo te fuiste sin darme la oportunidad de brindarte ayuda.

—Usted no solo puede venir y hacer lo que quiera —el aroma de Jeon no lo dejaba pensar de manera adecuada teniendo que alejarse—. Esto de por sí es demasiado y no es correcto que venga hasta aquí como si fuera algo de mí.

—Jamás me contaste lo que te pasaba y jamás insistí —Jungkook ahora sonaba sereno, disfrazando un tono lastimero—. Llevo dos años esperando noticias de ti porque solo decidiste tomar el primer tren que te alejara de Seúl. Huiste como si hubieras cometido un delito.

—¿Y se ha puesto a pensar en el porqué de mi decisión? —se atrevió a cuestionar provocando silencio entre los dos.

En el ambiente a su alrededor se podía percibir la tensión, donde ninguno parecía dar su brazo a torcer después de su extraña forma de iniciar su conversación. Jimin entendía que lo que el Alfa hacía no era malo, pero las cosas no se podían dar de esta manera.

—Me gustaría ser adivino para darte una respuesta concreta —respondió Jungkook, sonrió y aunque hizo el amago de querer acercarse a él, algo que evitó a tiempo irguiéndose sobre su lugar, solo alcanzó a tomar su mano izquierda y la envolvió entre las suyas—. Lástima, soy un simple mortal.

—Basta de juegos, por favor —quizá habría replicado de como sujetaba su mano, pero no le incomodaba así deseara lo contrario—. Aprecio todo lo que hizo por mí en su momento, me disculpo por haberme portado como un tonto el fin de semana, pero insisto en que nuestros caminos no deben cruzarse.

—¿Por qué? Sé que me porto como un tonto frente a ti, pero mis intenciones siempre fueron sinceras. Además, necesitabas ayuda, por eso escribiste a ese correo, porque querías rentar a un papá por una semana.

—Y siento que fue un error —a pesar de la grata calidez que sentía con solo su mano siendo sujetada de esa manera—. Quería alejarlo a usted, quería que alguien me entendiera y supiera de muchas cosas relacionadas en como ejercía mi paternidad —le dio la espalda, mordiendo su labio inferior aguantando las ganas de llorar— porque… por ser un Omega varón no merezco el mismo respeto que una mujer o que deban preguntar por mi pareja. Es frustrante y usted diciendo si puede ser el padre de mi hija… ¿cómo cree que me sentí?

—Ofendido, agobiado, presionado y, podría seguir dando palabras al azar y tal vez no me acercaría en realidad —a pesar de que no lo miraba, sintió como Jeon se levantó de su lugar y estaba a unos centímetros—. Entonces, solo pídeme que me aleje y lo haré. Sabes que siempre cumplo mis promesas.

Se lo estaba dejando muy fácil. Rio internamente un poco confundido consigo mismo. Tan solo debería decirle que se vaya y ya, tal como lo pensó en un principio, aunque algo le decía que quizá no debería ser tan radical con ello.

Para empezar, es cierto, escribió en ese momento a ese correo para conseguir un poco de ayuda y de cierta forma, la encontró. Sin embargo, estaba el detalle de que conocía a DuckYoung y seguir teniendo una especie de contacto con Jeon Jungkook, era un poco peligroso para sí y su pequeña.

—Antes de que digas algo —Jungkook se acercó a él, aunque no parecía que lo abrazaría de espaldas, solo apoyó sus manos en sus hombros—. Quiero que sepas lo mucho que te admiro, porque a pesar de las circunstancias tú… estás sacando adelante a tu hija, solo, pero lo estás haciendo. De mí no depende decirte lo que debes hacer, pero si accedes a darme una oportunidad, prometo hacer que te sientas orgulloso de ti.

—¿Qué clase persuasión es esa? —cuestionó bromeando, todavía negándose a voltear hacia el Alfa. Esas palabras le llegaron a una fibra muy sensible de sí.

—No debería, lo sé —escuchó la ligera risa de Jungkook a sus espaldas—. Es solo que estoy tratando de ayudarte y ayudar a SoYeon. Me contó algo que estoy seguro, te interesa.

Esta vez giró sobre su lugar rompiendo la manera en la que el Alfa se apoyaba sobre él.

—No debería meter a mi hija en esto —dijo serio— usted…

—¿Te ha contado de las preguntas y cosas que le hacen sus compañeros? —aquella pregunta encendió las alarmas de alerta en él— Me pidió que lo guardara como un secreto, pero eres su padre y tienes todo el derecho de saberlo. Aunque me preocupa el hecho de que me lo haya contado a mí y no a ti.

—Desde que lo conoció, ella tuvo cierto apego hacia usted —Jimin se abrazó a sí mismo—. ¿Me dirá lo que le pasa?

—Sí, por supuesto, pero antes —Jimin estaba esperando que hable o haga algo más, pero no, el Alfa tan solo se hincó sobre su rodilla derecha y sonrió hacia él—. ¿Le darías una oportunidad a este tonto Alfa para darte una mano, como un papá en renta por lo menos dos semanas?

Jimin no quería reírse de eso, quería tomarlo como una venganza por lo que pasó con anterioridad. Sí que Jeon Jungkook sabía cómo jugar sus cartas, pero no sería así de fácil.

—No tan rápido señor Jeon —Jungkook lo miró un poco confundido—. Tiene que darme tiempo para pensarlo, ¿cómo funcionan las cosas en su mundo?

—Bueno, no quisieras saberlo.

—Admito que me sorprende el hecho que quiera seguir con eso, a pesar del tiempo que ha pasado —tenía que ser sincero con eso, sobre todo ahora que el Alfa estaba así frente a él—. Su perseverancia es impresionante, sin embargo, ¿qué me asegura que solo serán dos semanas?

—Lo prometo, la primera será para compensar la semana en la que te fuiste y la segunda como un nuevo servicio —Jeon sonrió—. Y si me lo pides, me alejaré de ustedes para siempre.

—¿Se da cuenta de lo que me está pidiendo? Dejaría que usted entre a nuestra familia y… siguiendo el hecho de que ahora piensan que es el padre de mi hija, ¿no cree que eso es peor?

—No era mi intención hacer eso, fue algo que salió de SoYeon —Park enarcó una ceja—. Es en serio, jamás haría responsable a un niño por mi estupidez, tal vez sea un tonto, pero no a tal grado.

—Si llegara a aceptar, ¿qué pasaría?

—Solo lo que acordamos en un principio. Solo un trato normal sin segundas intenciones, todo en el marco del respeto.

—Puede levantarse, no es necesario que haga eso —sonrió, notando a estas alturas que todo su enojo se había disipado—. Lo pensaré esta noche, mañana le daré mi respuesta.

—Está bien, piénsalo, si quieres, podrías conversarlo con SoYeon.

—No sea tan insistente. Hará que ni siquiera lo considere.

Por supuesto que tenía que pensar todos sus pro y contras de aceptar aquella idea de un papá en renta por una semana, en este caso dos, donde muchas cosas podrían suceder; si aceptaba tendría que poner ciertas cosas en regla, si no aceptaba, no lo volvería a ver.

Oh cielos, todo era muy confuso y era demasiado para pensarlo solo en una noche.

Espero estén bien lo nombre, aunque no estoy muy segura. Si veis algo mal me avisáis. Espero os guste. Se despide:

—almin♡

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