Capítulo 27: Misterioso Omega
—Sí, lo entiendo perfectamente —hablaba Jungkook al teléfono frotando su sien con evidente molestia— pero, ese día no podré estar presente. Tengo que asistir a una audiencia y...
Cuando escuchó la respuesta enojada de la otra persona, solo le quedó alejar el teléfono de su oído porque había dormido muy poco y no tenía interés alguno en discutir al medio día. Hora en la que acababa de despertarse.
—¿Problemas? —apareció su hermano en su despacho, después de haber preparado algo, eso le daba a entender el delantal que se había puesto.
Era conocido el hecho de cómo se sentía, no importaba qué, todos sabían que había descuidado su salud, siendo más evidente eso en las últimas semanas. Claro, porque dormía muy poco y comía a destiempo, cosas que preocuparon demasiado a sus amigos y familia. Poniéndose de nuevo el papel de hermano mayor, Jeon DongJu estaba ahí para que lo haga entrar en razón; por lo que, sus visitas eran diariamente para evitar que se siga privando de comer.
—Sí, tenía una charla en una semana —respondió en un susurro mientras todavía escuchaba los improperios que le eran lanzados—. Solo que programaron mi audiencia para ese día y no puedo partirme en dos para cumplir con ambas cosas.
—Dame el teléfono —Jungkook dudaba un poco de hacerlo—. Vamos, dame ese teléfono.
Le entregó el aparato, DongJu parecía mostrarse un poco serio ya que al parecer la persona al otro lado de la línea seguía vociferando maldiciones.
—Si con esa boca besa a su esposa, no me quiero imaginar nada más —bromeó DongJu sonriendo—. Bueno hombre, entiendo su molestia pero el abogado Jeon Jungkook no tiene tiempo ese día...—se quedó en silencio seguro esperando la respuesta, por un corto tiempo—. Primero: no sé si eres mayor que yo o no, si eres mayor me sabrás disculpar apenas nos veamos, si eres menor estás libre de pecado por hablar tan mal de él. Segundo: sí se presentará un abogado ese día, Jeon DongJu, para servirle.
Fue inevitable no reírse de algo así. Su hermano solía ser demasiado bromista, una de las razones por las que quizá, era más simpático que él. Todavía podía escuchar la conversación y a qué contacto podría enviar la información necesaria para ese día.
—Listo, muchas gracias, hasta luego.
Cuando colgó, Jungkook le agradeció en silencio que haya intercedido por él. DongJu se acercó detrás de él y lo abrazó apoyándose en su espalda y rodeándolo en un abrazo fraternal.
—Muy bien Kookie, necesitas comer, ya solucioné tu problema. ¿Otra cosa que deba solucionar? —él sonrió negando— Te he notado demasiado triste desde hace días, sé que hay algo que no me estás contando, pero tampoco quiero presionarte.
—Gracias, por ahora no me siento cómodo hablando de eso.
—Agh, como te encanta mantenerme con el suspenso —DongJu rompió el abrazo y palmeó su hombro con algo de fuerza, pero con un tono de voz aniñado al final—. Vamos Jungkook, vamos a comer.
—Ya. No lo digas así.
Salieron del despacho bromeando entre hermanos. Claro que Jungkook ahora sí sonreía sinceramente, cuando se tomaron su tiempo para estar en sus lugares frente a la comida variada que tenían en la mesa.
—Esto es demasiado para los dos.
—Nadie te preguntó, comes y ya —su hermano mayor le extendió un plato, aunque le quedó hacer un mohín con mofa—. Después no quieres que te trate como un niño. Cielos Jungkook.
Continuaron la conversación mientras comían, esta vez variando los temas, llegando a mencionar la charla que estuvo a punto de asistir.
—Es en una primaria —comentó tras comer un poco— ubicada en Ulsan, me invitaron porque alguien les mencionó que tenía especialidad en ciertos temas.
—Interesante, ¿y fue por llamada? —asintió todavía comiendo sus alimentos— ¿con el mismo tipo que te trató mal?
—Bueno, no me trató así cuando me invitó —Jungkook se rio y observó a su hermano—. Pero bueno, irás tú en mi lugar, gracias.
—Me debes una Jungkook. Me debes una muy grande.
Tan solo creía que se trataba de una broma, riéndose de ellas sin querer darle razón total a las palabras de su hermano.
—¡Púdrase en el infierno abogado Jeon!
Haciendo oídos sordos a los insultos de la mujer, siguió a su cliente quien salía de aquella sala de audiencias. La audiencia culminó con la sentencia de que el padre se quedaría con la custodia de su hijo. Algo que no le gustó a la madre porque ella seguiría siendo responsable de ambos.
—Muchas gracias señor Jeon —el padre realizó una reverencia aunque dirigió su mirada hacia la mujer que parecía enojarse con su abogado, se podían escuchar sus insultos—. No creí que me tomarían en serio. De verdad, muchas gracias por haberme ayudado.
—Solo hago mi trabajo. —Jungkook sonrió.
Su conversación fue algo corta porque incluso parecía que la mujer saldría de aquella sala directamente a soltar golpes y el padre no quería eso, retirándose en cuanto pudo; caminó por los alrededores de la Corte saludando a quienes lo conocían hasta que recordó que tenía que llamar a su hermano. Salió solo para dirigirse a una cafetería cercana, la hora del almuerzo ya había pasado y no tenía ganas de comer, pero mentiría un poco sobre ello. Realizó su pedido y esperó en una mesa cerca del ventanal de ese lugar.
—Hola —saludó después de esperar unos minutos a qué su hermano contestara—. ¿Cómo te fue? —DongJu le contaba el como salió todo, sacándole una sonrisa— Me alegra saber que todo salió bien… sí, ya comí…—al otro lado de la línea no parecía muy convencido con su respuesta— DongJu Hyung, en serio, ya comí.
—Haré como que te creo Jeon Jungkook —el nombrado solo agradeció al mesero que le entregó su orden—. Jungkookie, una pregunta algo personal. ¿Cuál era el nombre del Omega que buscabas?
—Jimin, Park Jimin —respondió un poco confundido—. ¿Por qué?
—Oh, nada, nada importante. Solo…—DongJu se quedó en silencio por unos minutos— no me hagas caso. Tal vez busque información de su paradero por aquí.
—Suerte con eso. Pero bueno, no hablemos de ese tema. ¿Tienes algo para mí?
—Sí, un caso muy especial. Lo hablaremos cuando llegue, tal vez por la noche o mañana, sé que te puede interesar.
—Está bien. Regresa con cuidado. Adiós Hyung.
Terminó la llamada cuando él se despidió. Aunque no iba a negar que el que pidiera el nombre de Jimin fue un poco extraño, su hermano tenía una memoria excelente y a pesar de haberlo nombrado un par de veces, él nunca preguntaría sobre un nombre.
—Deja de pensar en eso —masculló tomando un poco de su café—. Deja de pensar en eso.
Durante el transcurso de su tarde después de una audiencia tan pesada, pasar por el restaurante por unas horas fue bueno, aunque claro, eso no lo liberó de ciertas preguntas que evitó a como de lugar el responder.
—Desde la visita de esa mujer estás más triste, ¿por qué no quieres hablar de eso?
Ni SeokJin, ni TaeHyung, ni Hoseok tenían la culpa de realizar tantas preguntas acerca de cómo se sentía, los estaba preocupando, pero no podía hacer mucho cuando él apenas y entendía sus emociones. Aunque dejó el restaurante antes de la hora de cierre, se preguntaba si valía la pena seguir con esa actitud. Tal vez era demasiado dramático y todo este bucle en el que había entrado, sin querer, ya era estúpido.
Al caer la noche, mientras observaba la luna llena en su patio trasero a pesar de la brisa fría que sentía, escuchó la puerta principal ser abierta, para que después su nombre sea exclamado con alegría por la reconocible voz de DongJu. Respondiendo de la misma forma su ubicación.
—¡Traje comida! —DongJu exclamó sonriendo— Y no digas que comiste porque sé que no es así.
—Creo saber quiénes son tus informantes.
Su hermano se encogió de hombros y se sentó a su lado, dándole un plato de comida, era de su restaurante lo que le daba a entender que había llegado un poco antes de lo que le dijo. Agradeció la comida y en silencio se puso a comer todavía con la mirada en el firmamento.
No estaban conversando, ambos se quedaron en silencio mientras disfrutaban de su comida. Jungkook esperó unos minutos antes de preguntar sobre el caso que tenía para él, por mucho que le gustara el ambiente, su hermano no era muy fanático de eso.
—¿De qué trata el caso?
—Al fin —DongJu dejó su plato a medio terminar a un lado—. Pensé que estaba con un fantasma. Bien, prepárate para lo que vas a escuchar.
—Está bien, estás inspirado. Procuraré no interrumpir.
DongJu elevó ambos pulgares como si con ello le diera razón de ese punto.
—Es de un padre soltero que tiene una niña de unos siete u ocho años, no estoy seguro. No es oriundo de Ulsan pero está viviendo ahí por cuestiones personales. Logró conseguir trabajo gracias a la directora de la primaria a la que irías a dar esa charla.
—Ya. ¿Su pareja?
—Solo sabemos que no es casado, tampoco tiene una marca. Ese último detalle lo noté yo.
—¿Es un Omega?
—Sí —DongJu esta vez se quedó en silencio, parecía buscar las palabras adecuadas para continuar, algo muy extraño viniendo de su parte—. Creo que sabes a dónde quiero llegar.
—Claro —Jungkook respondió seguro—. Podríamos ayudarle en lo que necesite y hablarle del proyecto que tengo con mis amigos. ¿Sabes si quiere venir hasta Seúl para evaluar mejor su caso?
—Estoy esperando su llamada. Pero, está muy interesado en que lo ayudemos, porque no es tan fácil para él no poder registrar adecuadamente a su hija.
—Entonces, tendremos que esperar solo un poco a que te llame.
DongJu tan solo asintió a sus palabras con una sonrisa. Parecía que estaba tramando algo o quizá, lo veía así porque después de dos años volvería a trabajar con una familia pequeña. Esperaba que esta vez, las cosas sean diferentes y no se vayan como lo hizo cierto Omega que no quería nombrar ya.
Los días pasaban, los mismos parecían pasar tan rápido que la rutina se sentía muy pesada. Al menos para Jeon Jungkook era así, porque a pesar de no insistir con ese “caso especial” cómo le decía DongJu, no tenían noticias sobre ello lo que le causaba cierta inquietud. Con el pasar de eso, podía decirse que las dos semanas se sintieron como una verdadera molestia.
Hasta que el viernes por la noche, DongJu recibió una llamada.
—Hola —contestó extrañado hasta que pareció reconocer de quién se trataba—. Oh, ¿cómo está? No me tome a mal, pero creí que no llamaría —se rio quizá contagiando el sentimiento a la persona del otro lado de la línea, porque estuvo así por un buen momento—. Es un gusto hablar con usted… sí… ajá, ya hablé con mi hermano y está dispuesto a ayudarlo… claro.
Jungkook no hacía ningún movimiento, parecía muy interesado en la conversación frente a él.
—¿Está llegando ya? —DongJu cuestionó un poco sorprendido— Está bien, mañana entonces lo veo… sí, la dirección es la misma que está en la tarjeta… No hay porqué, que tenga un buen descanso.
—¿Y? —preguntó después de que su hermano terminara de hablar.
—Mañana te espero en la oficina, a eso de las nueve. Me retiro, tengo algo que hacer.
—DongJu espera, ¿por qué estás tan nervioso?
—Tranquilo, solo tengo que hacer algo muy, muy importante. No te olvides.
La salida de DongJu de su hogar fue demasiado repentina, pero tan solo decidió ignorarlo y esperar a la mañana siguiente. Sería el día en el que conocería al misterioso Omega que su hermano nunca le dio su nombre.
Al llegar la mañana del sábado, sintió que había descansado muy bien, porque despertó un poco tarde de su hora habitual, pero sería la suficiente para llegar a la oficina de su hermano mayor. Se duchó, se vistió con un traje plomo y desayunó lo necesario antes de salir y con el tiempo justo para cumplir con la hora acordada.
Nada parecía arruinar este día. Ni siquiera el tráfico fue un problema. Se sentía tranquilo y feliz, algo que era agradable para él.
Llegó al edificio en el que se encontraba el estudio jurídico de DongJu, dejando su auto en el estacionamiento y saludando a los guardias que lo reconocieron, tomó el ascensor presionando el botón con el número que lo llevaría hasta el piso ocho, se mantuvo sonriente al notar que nadie más lo acompañaría.
Las puertas del ascensor se abrieron, la secretaria se mostró sorprendida del hecho de verlo ahí, avisándole a su hermano que había llegado ya.
—Puntual como siempre —DongJu lo recibió con un abrazo—. Eso me gusta.
—Sabes que sí —ambos ingresaron a la oficina principal, aunque pudo notar que no estaba nadie más ahí—. ¿Y el cliente del que mantienes su identidad en secreto?
—Llegará en unos minutos. Al menos, eso me informó.
Se sentía un poco nervioso ahora, era como regresar a esas épocas de sus pasantías dónde tenía que hablar con diferentes personas y por verlo joven e inexperto, lo hacían sentir como una gelatina. DongJu le dijo que esperara en su asiento en lo que él esperaba la llegada del cliente, pero que volteara el asiento hacia la pared para crear un “ambiente interesante” según sus palabras.
Todo era muy extraño, demasiado para su gusto, pero obedeció porque tampoco lo recibirían como si fuera alguien que les caía mal, al contrario, tenían una manera especial de ser. Los minutos pasaban, mirar la pared ya no parecía tan interesante como antes.
Aunque después de unos veinte minutos, pudo escuchar la risa de una pequeña resonando en el pasillo. Se acomodó en su lugar, arregló su traje y corbata mientras peinaba su cabello. La puerta de la oficina se abrió poco después.
—Pase por favor, enseguida le traigo un café y podrá hablar con el abogado Jeon.
Era la secretaria, quizá su hermano estaba haciendo algo más. Pasó saliva, porque sentía que su garganta estaba seca.
—Muchas gracias —movió su cabeza hacia un lado sin voltear, ese tono de voz se le hacía familiar.
Su respiración se sintió pesada, aunque claro, tal vez podía tratarse de un mal juego de su mente ante los nervios. Pero… incluso su lobo se sintió muy inquieto e interesado en ver de quién se trataba.
La curiosidad pudo más que su propio sentido de prudencia. Volteando el asiento hacia la pequeña sala en la que estaba esperando el Omega misterioso que observaba a su alrededor la oficina… hasta que sus miradas chocaron, sintiendo como su respiración se atoraba en su pecho y su corazón latía desbocado.
No podía creer que estaba frente a él después de dos años.
—Jimin —susurró.
—S-señor… Jeon…
¿Qué tenía que decir ahora?
Hasta ahí jejej, si veis algo mal, me decís porfiis. Espero que os guste. Se despide:
—almin♡
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